Narrador

Un chico de tes morena, bonitos hoyuelos se encontraba en el salón de música cantando una hermosa melodía, su voz era realmente relajante, era muy suave, cualquiera que lo escuchará podría decir que es una de las más hermosas voces que ha escuchado, por qué si, NamJoon poseía la voz más hermosa en la universidad, claro que también habían muy buenos cantantes pero solo 2 eran realmente hermosas y esas eran las de Kim NamJoon y Park JiMin, solamente que NamJoon no dejaba que nadie lo escuchará cantar, el mismo se decía que no cantaba bien, cuando diario su madre le recordaba lo bien que cantaba, ella y su hermano sabían de su hermosa voz, el solo practicaba cuando el salón estuviera desocupado, jamás quiso entrar a clases de canto, su pena y el miedo de ser humillado también en las clases lo atormentaba, así fue como le pidió a la maestra que le prestará su salón cada que estuviera desocupado.

El se esmeraba por hacer siempre bien todo, si una nota le salía mal volvía a intentarlo, si al momento de cantar la letra se traba lo volvía a hacer desde el inicio, el es de las personas que les encanta perfeccionar todo, si algo no le salía bien lo volvía a intentar hasta que logrará que salga bien, aún que no todo sale bien, verdad? El sabe que por su peso recibe muchos comentarios, apodos y ofensas, el ante las personas se muestra fuerte y les hace creer que sus comentarios no logran nada en el, pero la realidad es otra, llega a casa, se encierra en su cuarto para llorar hasta quedar dormido, comer hasta que su estómago no pueda más o su conciencia le diga algo feo para que lo deje de hacer, y después de todo eso, salir como si nada hubiera pasado, poner una sonrisa en su carita y sonreírle a las únicas personas que lo han amado tal y como es, su madre y su hermano, ellos son su luz cuando todo oscurece, y su refugio cuando no tiene a dónde ir, aún que este lo ma roto por dentro se muestra fuerte y sonriente ante ellos y el mundo.

Uno de los chicos más codiciados de toda la universidad rondaba por los pasillos, escuchando a lo lejos una voz en un salón cerca, se acercó y no pudo ver quién era, lo único que vio fue su mochila color negra con un llavero de un koala azul, no le tomo importancia y siguió su camino a la cancha, justo ese día tenía una prueba para reclutar nuevos chicos para el equipo de fútbol americano, Kim SeokJin tenía a sus pies a la mayoría del campus, pero el ni les tomaba importancia, para el lo importante era su equipo, sus estudios y su padre, eso era lo único que tenía en mente, no tener una relación, todos decían que era el típico chico frío y sin sentimientos, pues siempre que hablaba usaba un tipo de voz neutro, frío, serio, hubo muchas personas que intentaron estar con el o pedirle una cita, pero esto solo les negaba la invitación.

El no era como los tipos de las lecturas que leen la mayoría, el no era frío y sin sentimientos, no era ni un enojón o amargado, solo no le gustaba mostrarse como era en realidad, sus más cercanos podían decir lo contrario de el, ya que siempre se la pasaba sonriendo le a sus más importantes, de ahí en fuera nadie lo ha visto sonreir, jamás lo vieron salir con alguien o algo por el estilo, sabían que era muy bueno en la escuela y que mantenía un promedio excelente, y eso sorprendía a muchos, como podría ser así, pues las apariencias engañan, por eso jamás juzguen sin conocer a la persona, por qué al final pueden llevarse una gran sorpresa. Al finalizar las pruebas todos se retiraron al igual que el, camino hacía el estacionamiento y cuando llegó a este vio tirado un llavero, lo tomo y pudo verlo, era el mismo llavero que llevaba la persona que salía del salón de música, lo aguardo en su mochila y subió a su auto llendo se a su casa.

— madre, ya estoy en casa- dijo NamJoon entrando a su casa, quitándose los zapatos y dejar su mochila en la entrada- aún ni llega Tae-

— que bueno que ya llegas Nam- salió de la cocina con unos platos para poner la mesa- no querido, pero ya no tarda-

— bueno en lo que llega iré a cambiarme- agarro su mochila y subió a su cuarto, después de haber acabado con sus ensayos ese día había ido por un paquete que pidió y era un llavero de los personajes que le encantaban, ya tenía a koya, y ese día le había llegado RJ, saco el llavero y lo iba a colocar en su mochila cuando se dió cuenta que no traía su koala, lo busco por su cuarto y no lo encontró, bajo y lo siguió buscando y nada, debió a verse caído cuando venía, pensó, triste subió a su cuarto y se cambió, colo el llavero dónde iba y bajo a cenar.

Por otro lado estaba Jin, sentado fuera de su casa con el pequeño muñeco en sus manos, le causó gracia el llavero, el pensaba que era el único que le gustaba la serie de bt21, pero no ahora resulta que hay otra persona que le encanta la serie, entro a su casa y no vio a su padre, supuso que aún no llegaba de trabajo, así que se cambió rápido, y bajo para hacer la cena, hizo un muy rico arroz, algo de pescado a la parrilla y una ensalada, su padre tenía una dieta y tenía que seguirla al pie de la letra, a los minutos que el termino, su padre entro dejando todo en la entrada.

— buenas tardes padre, como le fue- pregunto colocando los últimos utensilios en la mesa.

— hola Jin, estuvo pesado hijo, como siempre- dijo el hombre sentando se  en el sofá cerca de la puerta.

— vaya a lavarse, ya está lista la comida- su padre asintió y fue a lavarse las manos, llegando vio todo lo preparado e hizo una muñeca- no haga muecas, el doctor dijo que tenía que comer bien así que, ya no más comida rápida- le subió una porción a su padre y luego se sirvió el, comieron agusto, platicando de como les fue el día de hoy, todos pensarían que es raro ver una relación así de padre-hijo, pero ellos aprendieron a convivir después de la partida de su madre.

Cada uno ponía lo mejor de ellos para mantenerse bien.

Aunque esté lo más oscuro, recuerda que siempre hay una luz solo hay que buscarla con paciencia.

xx

Y que les pareció, les gustó?

Estuve pensando, haré los capítulos de estás historia más largos, para que no se haga tan larga está historia y no se aburran, pero bueno hasta luego.

Oh cierto también pensé que para ya no dirigirme hacia ustedes cómo lectores, les diré mandarinas, les gusta?