Aelys estaba decidida a cumplir con los sueños de su madre, tener tres maridos podría hacerla plenamente feliz, ya tenía a Aegon en sus manos, pero lo haría desear, hacer crecer ese deseo haría que Aegon solo sea suyo, con Aemond era más complicado, a pesar de que este quería tomarla, siempre huía, así que con el usaría otros trucos y con Jacaerys era más fácil, el ya había caído.

—Todo listo majestad  - Aelys se acomodo el escote y salió —Esta en su habitación.

—Esta noche es nuestra, si alguien nos busca diles que estamos aprendiendo tiro con arco en el bosque, que de noche es mejor el resultado.

—Bien majestad - Aelys entró sin tocar, Jacaerys estaba frente a su escritorio leyendo como era de costumbre.

—Ponte eso y sal rápido. -le tiro la ropa —No me veas así, vamos ya.

Le daría el lujo y el privilegio a Jacaerys de tomarla, tenía todas las intención de hacerlo suyo y lo cumpliría, le encantaba la idea de que aquél joven mojigato fuera suyo, hacerlo gemir y llamar su nombre.

—¿A donde iremos? - Aelys lo tomó del brazo y salió sin decir nada —Tía...

—Debes llamarme Aelys, no tía o señora, Aelys - Jace suspiro, Aelys lo guió por los pasadizos y lo llevó hasta la calle de la seda.

—¿Qué hacemos aquí?  - Aelys sonrió y le acomodo la capa, ninguno tenía que ocultarse, sus cabellos eran castaños, pero era mejor prevenir.

—Si sigues preguntando dejaré que ellas te lleven -las mujeres le guiñaron los ojos. Jacerys se pego más a Aelys y se dejó llevar por los pasillos, se podían escuchar gemidos y el olor a sudor y otras sustancias podía sentirse. —Espérame ahí, no te muevas, no salgas y nada de nada.

Jacaerys quedo sentado en el sofá, la habitación era enorme, había una gran cama y varios sofás, supuso que aquél lugar era utilizado sólo por la élite.

La música comenzó a sonar en todo el lugar, era una música sensual y de algún país de oriente, las puertas se abrieron una mujer enmascarada ingresó, portaba un vestido rojo que acentuaba sus curvas, Jacaerys abrió su boca sorprendido.

La máscara cayó luego de minutos y el rostro de Aelys se dejó ver, una mirada que lo dejó perdido se pudo ver, los movimientos de Aelys pararon junto a la música y la ropa que portaba cayó al suelo de golpe.

Jacaerys había tragado en seco, Aelys estaba frente a él, desnuda y con el cuerpo tan perfecto que se sintió indigno de tocarlo.

—Se que sueñas conmigo -Aelys comenzó a acercase a él —Te escuche gemir mi nombre mientras tu mano acariciaba de manera rápida tu miembro. -las mejillas de él se sonrojaron —Es algo que ambos queremos y haremos.

—Esta mal...

—No lo está, no lo está mientras me aceptes tal a como soy.

—¿Y como eres?

—Una mujer deseosa por placer y que tendrá a tres o cuatro hombres para ella ¿aún quieres seguir?

—Mientras no me dejes de lado - Jacaerys la atrajo hacia el y la beso.

El beso subió de tono y pronto Jacaerys beso el cuello desnudo de Aelys, la mayor lo dejo caer al diván y se arrodillo frente a él, Jacaerys tenía una vista increíble del cuerpo desnudo de Aelys.

—Esta noche somos tu y yo, y en el futuro seremos cuatro, pero siempre serás mi favorito - el miembro de Jace salió de su pantalón, Aelys comenzó a masajear y lamer sin pudor alguno, podía escuchar los gemidos del menor y eso le gustaba, le gustaba escuchar como su voz ronca gemia su nombre sin parar.

Una vez hubo terminado ella se sento sobre sus piernas, Jacaerys lamio los pechos de la mayor tal cual niño y Aelys comenzó a moverse dándole más placer al joven y a ella misma.

—Jace... - el menor la tomó de las caderas e incremento los movimientos sobre su miembro.

—Lys... - la mayor se apoyo de sus hombros y realizo movimientos más rápidos.

Aquella noche el joven príncipe Jacaerys descubrió que había algo más placentero que los libros y eso era estar dentro de Aelys.

Aelys tenía una nueva misión aparte de quitarle el trono de la cabeza a Alicent, y eso era tomar a sus dos hijos para ella, hacerlos suyos y no soltar los jamás.

—Tía. -Aemond sonrió al verla.

—Dime Aelys, tía suena mayor - Aemond asintió. —¿A donde vas?

—A montar en dragón ¿vienes?

—Me gusta montar otro tipo de dragón - Aemond soltó una risa nerviosa —Pero puedo ir a verte, debes de verte tan varonil y guapo.

—No bromees así.

—No bromeo, pero puedo demostrartelo.

—Mejor cenemos juntos esta noche, me gustaría escuchar la historia de mi guapa tía.

—Podrías escuchar otra historia  -le guiño un ojo - Aemond soltó a reír y salió —Niño tonto, Nür, encontremos la manera de que Rhaenyra tome más coraje —dijo Aelys con severidad, sus ojos fijos en el horizonte mientras su mente calculaba cada movimiento.

—Una regencia —respondió Nür tras una breve pausa—. Luego de que el rey se recupere, caerá enfermo nuevamente, y entonces podremos sugerir una regencia de la princesa.

Aelys asintió lentamente, pensativa.

—Le falta coraje, pero es buena la idea. Comenzaremos clases con ella también. Después del desayuno dile que venga. Una regencia no es fácil, pero es posible si la preparamos bien —agregó.

—Por cierto —continuó Nür—, ha ido a Marcaderiva por una Velaryon. Se dice que el difunto Vaemond tenía una hija o nieta por ahí.

Aelys frunció el ceño, evaluando esa nueva información.

—Mmm, de Vaemond. Veremos qué tal sale. Averigua todo lo que puedas sobre ella y asegúrate de que no sea un peligro para el niño. Y dile a Lucerys que venga. Es momento de que asuma el control del mar. Ya no pertenece aquí; debe irse con sus abuelos y aprender sus deberes.

—Sí, majestad. Iré ahora mismo —Nür hizo una reverencia y salió de la habitación.

Aelys la observó marcharse, sus pensamientos oscuros girando en torno a lo que vendría. Todo caería poco a poco, no solo  Alicent o el consejo, sino también sus propios sobrinos. Su deseo por ellos era más que su deseo por el trono.

Y Jacaerys fue el primero ¿quien sigue? Inicien las apuestas.

Aelys tiene cosas preparadas para los verdes ¿logrará salirse con la suya?

Recuerden comentar para seguir con la historia, de lo contrario será eliminada.

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