Aelys termino de quitarse los accesorios y se acostó, aquella noche calurosa le traía recuerdos de su infancia, recuerdos que no quería tener en su mente.

Su madre siempre rondaba aquellos recuerdos, una mujer muy hermosa que dasafio al propio rey y que le privo de una vida cómoda.

Un burdel en donde los más adinerados tomaban a su madre y los menos adinerados a las putas que ya habían recibido tanto uso.

Ella era la única inocente en aquel lugar, sus hermanos crecieron y se fueron, nunca supo de ellos y deseaba no hacerlo nunca, solo hubo uno que una vez le tendio su mano y le arrullo cuando sintió miedo, pero incluso su nombre y voz eran lejanas ya.

—Mi señora - Gül ingreso, Aelys se sento en la cama y suspiró.

—¿Qué sucede? Sabes que no me gusta que me interrumpan en las noches.

—El príncipe Aegon ha salido por los pasillos secretos, va a la casa de placer.

—Trae mi ropa, vamos a seguir a nuestro querido Aegon.

La noche parecía apenas empezar, pero ya eran pasado de las doce, la calle de la seda estaba repleta de gente o hombres que iban a buscar diversión.

—Es en ese burdel majestad - ella sonrió y le pidió que se quedara afuera buscando información.

Recordaba los burdeles de su madre, lujosos y repleto de mujeres de todo tipo, hombres de toda calaña y bebidas de dudosa procedencia.

—Dime en donde se encuentra Aegon -le dio una bolsa de oro a la mujer, esta sonrió y la guió por los pasillos.

—Siempre busca a las menores y vírgenes, hoy llegaron diez de ellas, las verá y luego escogerá a una.

—Te daré dos bolsas más si me prestas algo de tu ropa y maquillaje - la mujer asintió gustosa y la dejo entrar a otra área que nadie podía ver.

Aelys se acomodo  el antifaz que cubria su rostro y se miro al espejo, nadie podría reconocerla, solo sus labios eran visibles.

La música comenzó a sonar y ella salió a la habitación en donde se encontraba Aegon, comenzó a mover sus caderas al ritmo de la música y aquello llamó la atención del menor.

La música continuo y Aelys comenzó a despojarse de la capa que cubría su cuerpo solo de quedo con la falda que cubría un poco sus piernas y la fina tela que envolvía sus pechos.

—Salgan todos - Aegon hablo, su voz sonaba ronca y su entrepierna se había levantado, aquello la hizo reír. —Ven - ordenó, Aelys se acerco y se sento en sus piernas, olio su cuello y dejó un pequeño beso en su cuello —No me provoques.

—Eres tan tonto - Aegon la miro mal y lo vio deslizar sus manos por su pierna —¿Tanta prisa? - su voz se hizo más aguda, con ello no lograría sorprenderlo. —Toca bien -toma sus dos manos y la coloco en sus pechos —Aegon...

—¿Como sabes? - ¿era tonto o que? Su cabello lo delataba y era el único que se mencionaba en aquel lugar.

—Yo lo se todo -se acercó a sus labios y lo beso, Aegon quiso quitarle el antifaz pero ella le alejo las manos.—Si lo quitas se perderá el secreto.

—No quiero secreto, te voy a follar ahora mismo. - ella soltó a reír y se levantó.

—Querido Aegon -se quito el antifaz sorprendiendolo —Te seguí hasta aquí para evitar que sigas manchando tu reputación y la de Helaena, pero eres tonto.

—¿Tía? ¿Por qué estas vestida así? - él sonrió  —¿Finalmente decidiste unirte a mi? Te haré feliz.

—No, vamonos al palacio.

—Yo vine a buscar diversión.

—O alguna enfermedad, Helaena tendrá a tu hijo y tu andas ahí de idiota.

—Vine a disfrutar.

—Podrías disfrutar en el palacio - Aegon pareció interesado —¿Vamos?

—¿Qué diversión recibiré?

—Tú lo sabrás con el tiempo, pero si sigues visitando este burdel no podrás saberlo - Aegon asintió.

—Entonces no veré a ninguna mujer, en cambio tu debes de ser mía.

—No pones la reglas Aegon -beso la comisura de sus labios —Yo las pongo, así que vamos.

Él la siguió gustoso, verla envuelta en aquella ropa solo hacía que Aegon se emocionara más y sus manos aún sentían la sensación de sus pechos, quería estrujarlos y llevarlos a su boca, quería tomar a Aelys y la tendría.

Jacaerys siguió trabajando en silencio, la mañana era ruidosa y ella no había logrado descansar bien, llevar a Aegon hasta su habitación y tratar se safarse de él fue todo un reto, este quería tocarla de una vez.

—Te vez adolorido - ella se puso de pié y se acercó hasta él  —¿Es el entrenamiento? - comenzó a masajearlo.

—Si, Daemon es estricto.

—Pero valdrá la pena, tus músculos saldrán y al crecer seras codiciado por cientos de señoritas - acaricio sus brazos con lentitud —¿No es increíble?

—No quiero a ninguna señorita. - Aelys se acercó a su oído.

—¿Entonces que quieres? - su susurro lo hizo erizarse —Dime y puede que te ayude a cumplirlo.

—No puedo decirlo, es prohibido...

—Para esta familia nada lo es, tu madre se caso con su tío y tu abuelo con la mejor amiga de tu madre ¿que es? O quien...

—La acabo de conocer... no creo saberlo bien aún. -Aelys sonrió y dejó un pequeño beso en su cuello, aquello sorprendió al menor.

—El deseo también ayuda, si la deseas puedes tomarla, el amor surgirá después o no existirá. - Jacaerys la vio sentarse, ella sonrió al verlo sonrojado y supo que estaba teniendo problemas para controlarse —Lo peligroso es divertido Jacaerys, y adivina que,  me gusta el peligro.

Aemond la observo dormir y tocó su mejilla con delicadeza, Aelys dormía plácidamente en el diván y la luz del sol la hacia brillar, su cuerpo estaba cubierto por un vestido blanco que la hacía lucir pura y sus voluptuosos pechos sobresalían.

Él más que nadie sabía que tipo de sentimientos eran esos, sentía deseo por Aelys y no se preocupaba por ocultarlo, quería poseer la y ser suyo.

—¿Qué tanto me observas? - Él se alejo rápidamente, Aelys se acomodo en el diván y sonrió —¿Te gusta la vista? Pero mis ojos están arriba y no en mis pechos.

—Pues deberías de cubrirte.

—Ven y Cubreme tu  -Aemond la miro fijamente  —¿No eres capaz? - le tomo la mano y la puso en el borde su vestido y subió su escote —¿así esta bien?

—Déjeme tocarlos.

—¿Qué? - él pareció darse cuenta de lo que hizo y se alejo. —Entonces ven y toca los Aemond.

—Aelys...

—No me quejare si tocas un poco, soy viuda -Aemond soltó una risa nerviosa y salió. —Tonto.

Aegon el menos regalado jajajaja

¿Quien caerá primero?

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