03
❝ Todo es felicidad hasta que me presentas como amigo y yo, me callo mejor. ❞
YoonGi sonrió al ver al peli-naranja apoyado en una columna de ladrillo. En cuanto recibió un mensaje del menor para verse en un parque cerca de su casa, no dudó en salir hacia allá.
-Caminas rápido, ¿eh?-se burló mientras lo recibía con un corto abrazo.
-Oh, cállate-lo empujó por el hombro -, ¿qué hacemos?
Jimin lo tomó por la muñeca, tirando de él para comenzar a caminar en dirección a los columpios.
La mayoría del tiempo lucian como dos niños pequeños, jugando en los parques de la cuidad, a cualquier hora del día.
» -El que llega más alto tiene que pagarle algo de beber al otro, ¿quieres?-YoonGi le preguntó con entusiasmo, justo cuendo ambos comenzaban a columpiarse.
-Trato hecho-sonrió.
Recuperándose de la agitación que les dejó columpiarse, caminaban despacio y con cierta torpeza a drede hacia los carritos que vendían todo tipos de cosas dulces.
-Siempre ganas-murmuró Jimin, pateando una botella plástica vacía-, ¿y sabes porqué acepto?
-Dime.
-Me gusta verte feliz, saltando, riendo y burlándote de mi-le sonrió, sintiendo el sol darle en toda la cara. Parecía un ser angelical y dulce como algodón de azucar.; YoonGi muchas veces sentía la necesidad de morder o pellizcar sus cachetes.
-B-bueno... ¡Mira, ya llegamos!-señaló hacia delante y se echó a correr para llegar almntes que el menor; lo que en realidad no quería era que notara lo avergonzado que estaba por sus palabras-. Buenas tardes, señora-saludó de forma atropellada-, quiero un batido de durazno, por favor.
-Claro, en seguida sale.
Jimin no tardó en llegar, posicionándose a su lado. Discretamente la mano de Park encontró la del mayor en el pequeño espacio de sus cuerpos, dónde nadie podía ver sus dedos acariciándose con suavidad.
YoonGi no podía borrar la tonta sonrisa en sus labios.
» -Aquí tienes, muchacho. Que lo disfrutes-la vendedora sonrió, contagiada por el aura feliz del chico de cabello menta.
Jimin pagó, sintiendo como la mano del mayor se alejaba a medida de que caminaba en dirección a una mesa alejada.
Tomaron asiento enfrentados en una mesa alejada de la gente, y con un poco de desesperación el peli-menta probó su batido. Sintió el frío congelarle los dientes, casi que el cerebro, pero le encantaba.
-Hasta a mí me dió hambre con solo mirarte-rió Jimin, pateando suave a su amigo por debajo de la mesa.
-¿Y porqué no pediste algo para tí también?
-Sabes que soy especial y delicado, no me gus...
El grito de una voz femenina interrumpió la conversación de los chicos.
-¡¿Jimin oppa?!
YoonGi miró con desinterés a la chica que se acercaba, pero Jimin se puso de pie de inmediato y ella se le colgó del cuello en un abrazo.
-Oh, Chae. ¡Tanto tiempo!-pasó sus brazos por la cintura estrecha de la peli-negra, apretándola en el abrazo-, te vez muy linda, ¿te hiciste algo en el cabello?
YoonGi miró hacia el otro lado, incómodo. Comenzó a mover el pie por debajo de la mesa, como único medio para canalizar el enojo que quería crecer en su interior.
Y quizá no se trataba de enojo, pero YoonGi prefería camuflarlo con eso a aceptar que se sentía un poco celoso.
-O-oh, oppa, ¿en verdad lo no-notaste?-se avergonzó apartandose a penas del cuerpo del peli-naranja.
-Claro, te queda muy bien.
YoonGi se aclaró la garganta para llamar la atención de los otros dos. Sentía que el había pasado a segundo plano, incluso un cuarto o quinto y no era justo.
Jimin se alejó un poco de ella, pero quedándose a su lado con una mano en su cintura. Señaló a su amigo, un tanto avergonzado de haberlo dejado de lado unos minutos.
-Ah, estás con tu amigo-murmuró, mordiendo una de sus largas uñas acrílicas-. ¡Hola YoonGi! Soy Chaeyoung.
El peli-verde había perdido la fé en la humanidad desde hace mucho, pero la falta de honoríficos para referirse a los demás era algo que no debía perderse nunca. Y lo peor, es que estaba claro que Chaeyoung estaba ensañada con él.
-Hola-suspiró, cruzando los brazos por sobre su pecho-, y claro que te recuerdo, vas a la escuela un año antes que Jimin.
Y me caes mal. Ojalá te mueras, le faltó decir. YoonGi negó para sus adentros, no estaba bien detestarla tanto, pero ella era una víbora mala y nunca habían logrado congeniar.
-¿Quieres sentarte con nosotros un rato?-preguntó el peli-naranja.
Por alguna razón, Chaeyoung miró al peli-menta, y notó que el ya tenía un batido entre manos.
-¿Y ese lo pagaste tú? ¡Que vergüenza!-exclamó, luciendo ofendida con YoonGi-, ¿cómo vas a comer sin esperar que Jiminie también tenga su helado de fresa?
-Chae, yo no...
-No le gusta el helado de fresa-suspiró, mirándola con seriedad-, y si tanto te molesta, ¿por qué no vas y le compras algo tú?
-¡Por supuesto que lo haré!-se acercó a la mesa, apoyandose en ella, sonriendo altanera-, no soy como tú, a mí me sobra el dinero para comprarle algo de comer al chico que me gusta.
Golpe bajo. Muy bajo.
Era sabido que los Min eran la familia con más bajos recursos del pueblo, a comparación con los demás, pero, ¿y qué si no tenía dinero suficiente? YoonGi pensaba que aquello había dejado de ser motivo para recibir burlas de ese tipo, como antes pasaba en la escuela, pero al parecer nadie lo olvidaría nunca.
Aunque Park quiso detenerla para decirle que lo mejor sería que siguiera su camino y los dejara en paz si iba a comportarse de manera tan grosera, Chaeyoung rehuyó de su agarre y rápidamente se perdió entre la gente en dirección al carrito dónde unos minutos atrás los chicos habían estado.
-Será mejor que me vaya a casa, Jim. Puedes quedarte con tu novia si quieres.
Se puso de pie, rodeando la mesa para despedirse de su amigo, sin embargo, Jimin lo detuvo negando con la cabeza.
-No es mi novia, te lo he repetido un millón de veces. Solo soy amable con ella.
-Bien-asintió con la cabeza-. Sigue siendo amable con Chaeyoung todo lo que quieras, yo me largo.
Jimin lo detuvo otra vez, poniéndose en frente para no dejarle pasar.
-Oye, hyung... ¿Por qué te pones así de celoso? Igual seguirás siendo mi amigo.
Amigo esto, amigo lo otro. Amigo, amigo, amigo.
YoonGi estaba harto de oír esa palabra, al menos por ese día.
Tomó del cuello de la ropa al menor con fuerza, acercándolo a su rostro. Demasiado cerca para dos hombres coreanos.
-¿Te parece que esto es algo que hagan los amigos?-susurró a escasos milímetros de la boca contraria.
YoonGi iba a empujarlo, pero fue Park quien lo tomó del rostro para besarlo sin tomar importancia de si alguien de casualidad los veía.
Sin tomar importancia de que Chaeyoung los viera.
-¿Q-Qué diablos?-exclamó, dejando caer su batido y el helado para Park-. Jimin, dame una explicación. ¡Ahora, dime qué es lo que acabo de ver, maldita sea!
YoonGi se alejó rápidamente al escucharla, evitando mirar directamente a la chica. Había notado que con rapidez ella los grababa con el celular, y eso atrajo aún a más personas. Varios compañeros de la escuela.
Estaba haciendo una transmisión en vivo.
-Chae, por favor deja de gritar-pidió con amabilidad, suspirando-, no hagas tanto escándalo o la gente nos comenzará a mirar.
-¡¿Y eso a mí qué?! Estabas besando a tu amigo el rarito, ahora entiendo porqué siempre está pegado a ti-puso los ojos en blanco, acomodándose el cabello hacia atrás para acercarse unos pasos hacia el peli-naranja-. Jiminie, debes venir conmigo-su tono de voz era calmo de repente, casi llegando a coqueto-. Me has rechazado muchas veces, pero entiendo que este idiota estaba confundiendote y metiendo cosas asquerosas en tu cabeza. Tú eres bueno, sabes lo que está bien. Tienes que alejarte de ese monstruo.
-¡Chaeyoung, ya basta! ¿Escuchas las cosas enfermizas que estás diciendo?
-¡Miren como llora!-se burló una persona. Los chicos no lo habían notado pero aquella escena atrajo aún más público del parque, ajenos a los tres implicados, quienes solo querían oír el chisme, llevándose la sorpresa de que no era uno cualquiera sino uno fuerte.
Y del que, claro, se creían en derecho de burlarse.
-¡Maricón!
-Qué asqueroso eres YoonGi-dijo otra chica, compañera de ambos-, ¡pobre de Jimin oppa!
-¿Nadie puede llamar a la policía?
Jimin volteó en dirección al peli-menta, sentía tanta vergüenza que por un segundo había olvidado que el seguía ahi, a solo dos metros de si mismo.
Efectivamente, YoonGi lloraba con la cabeza gacha y las manos rígidas a los lados de su cuerpo. Park sabía que le estaba costando respirar por el sonido que producía al boquear aire, por lo que a pesar de las cosas que les gritaban se acercó a él e intentó tocar su brazo. Pero el mayor rehuyó de el, llorando más fuerte.
-¿Yoon?
-N-nos están grabando, tu amiguita está haciendo una trasmisión en vivo.
-¿Y piensas que...?
-Vete. Ve con e-ella.
-¿Qué idiotez me estás pidiendo, YoonGi?
-¡Solo vete, Jimin, lárgate de aquí!-lo enfrentó, levantando el rostro por primera vez desde hace rato. Le dió un empujón fuerte en el pecho, haciéndole tropezar pero no caer. Chaeyoung se acercó al peli-naranja para ver si estaba bien, y ella fue quien arrastró a Park consigo mientras este solo miraba a su amigo negando con la cabeza.
-¿A ver, el marica puede decir hola a la cámara?
YoonGi podría parecer alguien debilucho, de peso liviano, pacífico y de andar muy... Afeminado, a ojos de algunos. Pero si algo le sobraba era fuerza y coraje. Así como muchas veces Jimin lo había defendido en los pasillos de la escuela ganándose horas de detención, YoonGi en ocasiones también lo hizo a la salida de alguna que otra fiesta.
Y ahora debía hacerlo por su propio pellejo; por lo que más de dos teléfonos acabaron tirados en el suelo y algunas caras golpeadas tambien hasta poder salir de aquello que se había vuelto un nido de pirañas.
Cuando llegó a casa, se encontró con Jimin y su hermana hablando en el living.
-¿YoonGi oppa...?
-Estoy bien-sonrió a penas, pues toda su cara dolia. Seguramente se notaban los zurcos dónde sus lágrimas anteriores habían pasado, sumado a algunos golpes que se ganó, era probable que se viera fatal.
La expresión de preocupación en el rostro de su hermanita a unos metros de distancia provocó que sus ojos se llenaran de lágrimas, sin embargo, éstas comenzaron a salir cuando el peli-naranja lo envolvió en un abrazo.
-Maldito idiota-susurró.
-Lo siento tanto, Jim. Y-yo... No sabía que ella tardaría tan poco tiempo en regresar.
-No fue tu culpa. Pero solo me preocupa que estés bien, Yoon. Tenemos que ponerte hielo y curar tu labio, luego vas a bañarte y a dormir.
-¿Podemos tener una pijamada en tu casa, Jimin oppa?-preguntó con cierta emoción. Le gustaba mucho cuando los mayores la invitaban a sus pijamadas, estar en cualquier lugar era mejor que soportar a su madre, y a ella realmente no le molestaba dejarla ir con ellos.
El peli-naranja se volteó para mirarla, y le sonrió. No podía decirle que no a esos ojitos tristes, similares a los de su hermano.
Si me dolió escribir este capítulo, pero no es el más fuerte 😞
©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5
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