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𝟎𝟐𝟗. Love and fear

‗ ❍ [𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐗𝐗𝐈𝐗] ¡! ❞
╰►𝐿𝑜𝑣𝑒 𝑎𝑛𝑑 𝑓𝑒𝑎𝑟

Cada vez eran más los infectados y pocos los sanos. Por suerte seguía siendo parte del último grupo.

Jane me había preguntado, a través de la ventana, cientos de veces si me sentía bien, y todas esas veces respondí que me sentía excelente. Lo único malo en mí, era esa horrible sensación en el pecho de que algo iría mal.

Estaba empezando a cerrarme cada vez más. Era poco lo que hablaba con Carl, Beth o cualquier otro que esté encerrado con nosotros.

La única compañía que tenía, porque así lo quería, era la de Judith. Esa pequeña bebé que cada vez que me acercaba a ella, movía sus bracitos con desesperación para que la alzara en brazos. Me tranquilizaba tenerla cerca, era tener una pequeña parte de Lori, conmigo.

Hace varias noches seguidas, venía soñando con Lori, con su sonrisa, con la manera tan dulce en la que trenzaba mí cabello. La manera en la que me sonreía. Soñaba con Dale, las veces que vigilabamos juntos en el campamento, cuando me daba su sombrero para que no me queme con el sol.

También recordaba a Amy, Jacqui, Jim, Jimmy, Shane. Bueno, a todos los que he conocido y no lo han logrado.

Realmente no quería que ningún familiar más muera, tal vez no lograba superarlo. Aún no superaba las primeras muertes que había vivido.

Carl había salido corriendo al oír el grito de su padre, lamentablemente no pude seguirlo ya que estaba cambiando a Judith.

──Judith, mira esas piernitas gorditas que tienes──la bebé me miró y carcajeo cuando me acerqué a su barriguita a hacerle cosquillas.

──Papá trajo comida──Carl entró con una mochila grande consigo. Luego se dirigió hacía otro lugar a dejarlo, por lo que lo perdí de vista.

──Ay, Judith. Tu hermano es todo un loco──me acerqué a ella y susurré──Pero, ¿sabes que?, tu hermano realmente me gusta. Pronto te llamaré cuñada, no te asustes──bromeé para seguir vistiendo a la bebé.

──Que linda has vestido a Judy──Carl ingresó nuevamente a dónde yo estaba, eran las primeras palabras que me dedicaba en un día o quizás horas.

──Hice que ella elija──al ver la cara de confusión de Carl, reí y aclaré──le puse un par de prendas sobre la cama y ella gateó, y pues eligió.

──Empezaré a hacer lo mismo, siempre que la cambio ella se queja──dice riendo y acercándose a nosotras.

──Es que tu sentido de la combinación no está muy bien configurado──levanté a Judith y la ubique de un lado sobre mí cadera.

──Te quería hacer una pregunta──lo miré y asentí para que siguiera──Mas tarde... ¿T-te gustaría ir conmigo a una de las torres de vigilancia?.

──Claro, Carl──asentí y nos sonreímos mutuamente, para luego mirar a Judith quien reclamaba por nuestra atención.

Los tres nos sentamos sobre el piso para poder jugar con unos vasos rojos, que eran los únicos juguetes con los que Judith contaba.

¿Que me esperaría hoy en la torre de vigilancia?. Miré a Carl, que jugaba con Judith y sonreí inconcientemente al ver cómo sus ojos claros resaltaban más y su nariz se arrugaba al reír.

Diosito, ¿que pasaba conmigo?.

Un rato más tarde estaba dirigiendo mis pasos hacia la torre de vigilancia. Me había cepillado el cabello y mis dientes. No sé porqué pero lo hice.

Abrí la puerta que daba hacía la torre y comencé a subir la escalera que se encontraba allí. Al llegar a la parte de arriba vi a Carl sobre una manta mirando las estrellas que comenzaban a salir.

──Hola──susurré sentándome a su lado.

──Hola, Evye──contestó hablando un poco ¿nervioso?.

──¿Estás nervioso?──pregunté inocentemente sentándome como indio sobre la manta a su lado.

──Solo un poco──se giró para estar frente a mí, y para luego tomar mis manos.

──Está muy linda la noche, hay muchas estrellas──dije dirigiendo mí mirada al enorme cielo.

──Con mi madre siempre nos gustaba ver las estrellas──también miró las estrellas y luego suspiró para seguir hablando──No era eso de lo que quería hablarte.

──Está bien, Carl. Estoy aquí para escucharte──acaricié su mano con mí pulgar.

──Hoy hablé con papá, cuando regresó, de que estaba sintiendo algo en mí pecho que no sabía que era. Él dijo que tal vez era angustia pero luego dijo que era miedo, miedo de lo que nos puede pasar, miedo de lo que te puede pasar...

──Carl, no me pasará nada.

──Lo sé, solo déjame continuar──asentí──Tengo miedo de que te vayas de mi lado, de que te vayas y yo no pueda decirte todas las cosas que pienso de ti. Sé que aún somos unos niños, pero ¿hay edad para que alguien te guste?──mí corazón comenzó a acelerarse poco a poco y la sonrisa comenzaba a querer asomarse en mis labios──Papá dijo que no hay edad, Jane dijo lo mismo. Pero, Evye... m-me gustas, creo que desde el campamento, tal vez un poco después. Pero hasta hablé con mamá de lo que sentía, y yo quería saber si tu... si tu sientes lo mismo──levantó su mirada hacía mí, su mirada que antes estaba puesta en nuestras manos.

──Claro que si, Carl. ¿Es que no te has dado cuenta?──negó riendo──Carl tu padre y Jane siempre se pasaban el chisme de lo que les decíamos. Glenn inventó un maldito plan... eres un tonto si no has notado las veces que me sonrojaba cuando me hablabas, cuando tomabas mí mano y lo rojo que se ponía mí rostro cuando me dabas un beso en la mejilla. Yo también tengo miedo, demasiado. Pero sé que estamos destinados, que somos pequeños para vivir en este mundo lleno de muerte, que en una vida normal sería raro que nos estemos declarando nuestros sentimientos──acaricié su mano──Pero ya nada es normal, así que... correspondo tus sentimientos, Carl.

Él suspiró aliviado y comenzó a reírse.

──No sabes lo aliviado y feliz que me ha hecho escuchar tus palabras──rió──Estuve todo el día pensando si era buena idea confesarme y si ha válido la pena la espera──asentí con una sonrisa de oreja a oreja──Evye, ¿tu me harías el honor de dejarme ser tu novio?──preguntó con sus mejillas coloradas.

──Claro que si, Carl. Nada me haría más feliz en el mundo que ser tu novia──sonreí y me lancé a abrazarlo fuertemente con lágrimas de felicidad en mí rostro.

Nos separamos de a poco y nuestras sonrisas cayeron. Él me miró interrogante y asentí con una mini sonrisa que despareció en cuanto Carl comenzó a acercarse a mí. El espacio entre nosotros era cada vez más escaso, hasta el punto en el que juntamos nuestros labios en un inexperto beso que hizo que las mariposas en mí estómago comenzaron a revolotear.

Fueron unos pocos segundos y luego nos separamos riendo.

──Me gustas mucho, Evye.

──Me gustas mucho, Carl.

El mejor día de mí vida.

¿Pero hasta que momento?

Los disparos dentro del pabellón donde estaban los infectados, se dejaron oír.

Nos miramos con Carl y comenzamos a correr fuera de la torre al ver qué Maggie dejaba a Rick solo arreglando las maderas en la reja dónde los caminantes se estaban agrupando.

──Vamos rápido, Carl──le dije a mí ahora novio, mientras corríamos.

Mientras corría pensaba en lo loco que sonaba llamar a Carl novio, pero se oía bonito.

──¿Crees que estarán bien?──Carl se agachó y comenzó a martillar la punta del palo de madera, mientras que yo ayudaba a sostenerlo.

──Si hubiese problemas, habríamos oído más disparos──contestó Rick ubicando otro palo──Maggie nos habría llamado. Tenemos que hacer esto──comenzó a agarrar otro palo para ubicarlo contra la reja.

──Hagámoslo──respondí ayudándolo.

──Yo puedo──declaró levantando la parte de adelante del palo.

──Déjanos ayudar──indicó Carl, mientras agarramos el otro extremo.

Oímos como los palos comenzaban a quebrarse, rápidamente fuimos hacia el lugar para tratar de arreglarlo pero era imposible, los caminantes eran demasiados y hacían demasiada fuerza.

──¡Corran!──Rick comenzó a correr tras nosotros cuando la reja había cedido y los caminantes comenzaban a ingresar.

Ingresamos a una de las puertas que nos llevaban al otro lado de otra de las rejas que por el momento seguía intacta.

Las manos de los caminantes comenzaban a oírse contra el metal de la puerta, salimos del otro lado y vimos a los miles de caminantes querer llegar a nosotros.

──¿Qué hacemos?──grité al ver cómo los caminantes se reunían en la otra reja que nos separaban de ellos.

──Podríamos poner el autobús contra la valla──Rick pasó su mano por su cabello, estresado.

──¿Aguantará?──consultó mi novio preocupado.

Rick hizo un recorrido por todo el lugar para luego agarrarnos de los brazos y separándonos de donde estábamos cuando nuevamente la valla comenzaba a ceder.

Corrimos hacia el lugar donde estaban absolutamente todas las armas.

──Bolsillos──Rick nos pasó los cargadores y nosotros las guardamos en nuestros pantalones. El Grimes mayor sacó tres armas y nos pasó la que nos correspondía──¿Listos?.

──Listos──respondimos al unísono.

──Escuchen. El cargador va aquí──nos mostró el lugar del arma──El seguro está aquí. Debe engancharse──nosotros seguíamos todos sus pasos al pié de la letra──Al jalar hacia atrás la varilla, se cargan las salvas. Si mantienen apretado el gatillo, disparan rápido. Disparen o corran. No dejen que se les acerquen, ¿sí?.

Nos posicionamos con nuestras armas en alto, cuando la valla cayó y los caminantes comenzaron a entrar. Dí un paso hacia atrás de la impresión.

Comencé a apretar el gatillo lo más rápido que podía, trataba de disparar justo en la cabeza y acabar con ellos más rápido. Mantuve apretado el gatillo, como dijo Rick, para poder disparar a más de los muertos.

Mientras más se acercaban, más retrocedimos.

──¡Retrocedan!──Rick metió la mano en su bolsillo para sacar el cargador e ubicarlo en el arma. Hice lo mismo al ver qué no me quedaban municiones.

Un caminante se acercó a Rick y de un movimiento rápido lo remate, él se dió vuelta y me agradeció. Seguimos disparando hasta que no quedara ni un caminante en pie.

Mi dedo se comenzaba a adormecer y a acalambrar. Al terminar con todos, agarramos unos palos con punta y los comenzamos a clavar en los cráneos de los caminantes que seguían "vivos".

Un auto se hizo presente en medio de la oscuridad, eran las personas que habían ido a buscar medicamentos.

──Papá, todo saldrá bien──Carl miró a su padre, quien estaba a su lado viendo hacía el piso.

Remate al último caminante que ví moviéndose, para luego seguir a Carl quien había salido corriendo previamente con el objetivo de abrir las puertas para que el auto, con las personas que habían ido en busca de medicinas, entre. No sabía que pasaría con la valla que había caído.

La mañana siguiente había ayudado a Michonne a arrastrar los cuerpos hacía la camioneta, dónde luego ella iría y los quemaría. Rick despertó y preguntó si necesitábamos ayuda, la denegamos.

Jane estaba mejor, había pasado una noche difícil, con enfermos que habían muerto y se habían convertido. Sasha y Glenn la habían pasado mal también, Hershel y Jane estuvieron ahí para ellos.

Me despedí de Michonne y Hershel, que saldrían a quemar los cuerpos.

──Cuídense y, vuelvan sanos y salvos──moví mí mano de lado a lado, despidiéndonos.

La noche anterior, Carl se había recostado conmigo, de lados contrarios en la cama. Se preocupó por mí ya que había tenido pesadillas y él hizo que me durmiera mientras acariciaba mí mano.

Veía a lo lejos a Rick y Carl entre los pastizales. Jane se ubicó a mí lado.

──Las dos estamos perdidamente enamoradas de un Grimes──me susurró con una sonrisa pícara en su rostro.

──Carl anoche me pidió que sea su novia──susurré tímida, y mí rostro se puso completamente bordó. Jane dio un chillido tan fuerte que hizo que Rick y Carl se voltearan a vernos.

──¡Que bonito!──dijo feliz──Rick me confesó que ya está preparado, así que tal vez en poco tiempo también sea una Grimes.

Suspiré feliz, y observé a Judith que estaba en brazos de Jane──Es tán bonita.

──Lo es──Jane observó a la bebé y la ubicó mejor en su cadera.

──¿Te estás acostumbrando a qué te llame mamá?──cuestioné.

──No. Es tan bonito cuando me lo dice una y otra vez, no me cansaré nunca de escucharla. Cuando crezca le haré saber quién fue Lori y lo valiente que fue al dar la vida por ella. Lori no merece ser olvidada.

──No, no lo merece──confirmé viendo hacía el gran cielo.

──La llevaré dentro así duerme cómoda──Jane señaló a Judith que estaba muy dormida entre sus brazos. Asentí con una sonrisa, para luego dirigir mí mirada a Carl. Él también me miraba y se sentía de lo más bonito del mundo, levanté mí mano y lo saludé con mis mejillas bordó.

Así quería estar siempre, no quería separarme de Carl.

Jamás...

Le daba de comer a Judith cuando una explosión se hizo escuchar por toda la prisión.

──¿Qué fue eso?──preguntó Mica.

──No lo sé──puse a Judith en brazos de la niña rubia──iré a averiguar. Oye,──la llamé──si algo sale mal, pon a Judith en esa sillita, y búscame──me agaché a la altura de Mica──No creo que sea nada bueno, pero asegúrate de traer a tu hermana, y yo vendré por las tres, ¿sí?. Busca mí mochila, tus cosas y de tu hermana, ropa de Judith, y en mí celda hay un álbum de fotos, tómalo por favor. Yo luego te ayudaré con todo.

──Está bien, Evye──asintió, le dediqué una sonrisa y la abracé, para luego dejar un beso en la cabecita de Judy.

Rápidamente salí corriendo en dirección al patio de la prisión. En pocos segundos llegué a donde todos se encontraban.

──¡Retrocedan!──gritó papá, llegando a nuestro lado.

Nos escondimos detrás de una de las tantas paredes con las que la prisión contaba. Al menos una docena de autos y un tanque de guerra, se encontraban fuera de la carcelaria. Y en uno de los techos de los autos, se encontraba la persona a la que menos queríamos ver.

El Gobernador...

──¡Rick! ¡Ven hasta aquí!──gritó a todo pulmón el de parche──Tenemos que conversar.

Al estar situada al lado de Carl, se me hizo fácil tomar su mano y darle un apretón, estaba temblando.

──No depende de mí. Ahora hay un concejo. Ellos están al mando──la respiración de Rick estaba comenzando a agitarse.

──¿Hershel está en el concejo?──al terminar la pregunta, el mayor de los Greene fue sacado de uno de los autos, sus manos atrapadas tras su espalda. Jane se llevó una mano a su boca de la impresión──¿Y Michonne?──de la misma manera, Michonne fue sacada del auto, en las mismas condiciones que Hershel──¿También está en el concejo?.

Rick le dió una rápida mirada a Jane, que estaba a su lado──Ya no tomo las decisiones.

──Hoy sí las tomarás, Rick──Hershel y Michonne fueron arrodillados en el césped, y al lado de ellos una mujer y un hombre estaban con metralletas──Ven haya aquí. Conversemos.

Rick miró a papá en busca de aprobación, cuando la obtuvo, él nos dió una leve caricia a Carl y a mí, se detuvo frente a Jane y le obsequió un beso en la frente.

Mí respiración seguía su curso normal, pero a una velocidad elevada, Carl daba leves caricias a mí mano para tranquilizarme, pero sabía que algo iría mal. Rick se dirigió a paso lento hasta estar frente al gobernador.

──No podemos luchar contra todos──susurró papá──Iremos por el edificio de administración y el bosque, como planeamos. Ya no somos tantos como antes. ¿Cuándo controlamos las provisiones del autobús?.

──El día anterior a la expedición a Big Spot──recordé en un susurro──Teníamos pocas raciones. Ahora tenemos menos, papá.

──Nos arreglaremos──aseguró papá──Si esto se pone feo, que todos suban al autobús. Corran la voz.

──¿Y si no subieron todos cuando las cosas van mal?──cuestionó Tyreese──¿Cuánto esperamos?.

──Lo más posible──susurró papá para luego irse.

Me giré hacia Carl.

──Esto no me gusta nada, Carl──mis ojos comenzaron a aguarse.

──Todo estará bien, Evye. No nos rendiremos fácilmente.

Volvimos nuestra vista al frente al ver qué Rick comenzaba a intercambiar palabras con Philip.

No sé si todo estaría bien.

Papá a paso lento comenzó a acercarnos las armas.

──Ten──me susurró papá, para luego darme el arma. Mí arco había quedado dentro de la prisión, estaba segura de que Mica lo salvaría, le tenía Fé a esa niña.

Levanté mí arma, y tuve la cabeza del Gobernador en la mira. Mis ojos picaban porque sabía que algo no saldría bien. Los caminantes comenzaban a acercarse y Philip disparó en sus cabezas.

──Hay que hacer algo──susurró Carl, viendo por la mirilla del arma.

──Tu papá se está encargando──respondió Daryl.

──Están hablando. Podríamos matar al Gobernador ahora──dije mientras veía a Philip, mover sus labios, mediante el arma.

──¿Desde casi 50 metros?──preguntó inocentemente Alexa, quien estaba a mí lado.

──Tenemos buena puntería──dijo Carl por los dos──Podríamos acabar con esto ya mismo.

──O iniciar otra cosa. Confía en él──dijo Jane mientras le acariciaba la espalda a Carl, y luego volvió su vista al frente sin dejar de apuntar.

Dirigí la mirada hacía Hershel, quien nos veía también. Al adoptar tantas personas, él era como un abuelo, siempre me aconsejaba, me enseñaba cosas sobre medicina. Él era una buena persona conmigo. Y Michonne también. Volví a apuntar al Gobernador.

Seguían intercambiando palabras, no sé que pasaba, pero en cuanto el gobernador bajó del tanque y agarró la katana de Michonne, me tensé.

──No, por favor, no──susurré para mí misma.

Tenía miedo.

Mí corazón latía más fuerte de lo común. Mis ojos picaban, mí respiración no volvía a la normalidad.

Dirigí mí dedo al gatillo cuando Philip ubicó la katana en el cuello de Hershel. Las hermanas Greene comenzaban a llorar.

Ante mis ojos, todo pasaba en cámara lenta.

El ver cómo el gobernador levantaba la katana y esta hacía contacto contra Hershel, rompió mí corazón y mis cuerdas vocales ante el gritó que salió de mi.

El sonido de las balas, rompiendo el aire e impactando contra los contrarios, llegaron a mis oídos.

Mientras disparaba, a mí cabeza llegaban recuerdos con Hershel. Cuando lo conocí en esa granja en la que él y Jane me salvaron la vida. Cuando se quedaba conmigo vigilando mis signos vitales. Cuando no podíamos dormir y me leía algún que otro cuento. El día que comenzó a enseñarme sobre medicina.

Recuerdos que quedarían atesorados en mí mente hasta mí último día de vida.

Uno de mis disparos llegó al brazo del Gobernador, y otro a la cabeza de uno de los enemigos.

Disparaba con furia, creo que todos lo hacíamos.

──¡Papá!──gritó a todo pulmón Jane, mientras disparaba. El cuerpo de Hershel cayó lentamente al suelo. Con las últimas fuerzas que le quedaban al hombre, comenzó a arrastrarse hasta que nuevamente se encontró con Philip, y este terminó de cortar su cabeza.

Nunca había sentido un dolor tan grande en mí pecho como cuando el tanque de guerra destrozaba el lugar que llamábamos hogar.

El vehículo atravesó las vallas y todos se adentraron a la prisión, Carl me tomó de la chaqueta y me arrastró unos centímetros lejos. Seguía disparando a toda costa, le había dado a un par de enemigos.

──¡Evolet!──gritó papá cuando el cristal que estaba justo arriba de mí, estalló. Grité cuando los cristales rotos lograban cortar mí piel──Ve al autobús. Ahora──me ordenó.

──Papá, no puedo──negué y seguí disparando, Carl había desaparecido de mí lado.

Papá me dió una mirada significativa, y a regañadientes acepté.

Corrí hasta el autobús, pero recordé a Mica. Cambié mí rumbo hasta encontrarla. Ella venía con Judith y con Lizzie, más otros niños también.

──Esto no nos servirá──señalé la sillita en donde venía Judy──En mí mochila hay como una tela para agarrar a Judith y ponerla sobre mí──Lizzie asintió y me pasó lo que pedí, para luego ayudarme a amarrar a Judith en mí pecho. Cuando estábamos listos dimos media vuelta para ir hacia el autobús.

No sabía con exactitud dónde estaban los demás, los caminantes comenzaban a entrar, era todo un caos.

──Escuchen──miré a los niños──No voy a poder protegerlos mucho, con Judith conmigo. ¿Recuerdan las lecciones de Carol?──inquirí y ellos asintieron. De mí mochila saqué dos armas y se las dí a las niñas más grandes, Lizzie y Mica.

Comenzamos a avanzar hasta que vimos a Tyreese en problemas, las niñas se posicionaron frente a mí y apuntaron a dos enemigos, les dieron justo en sus cráneos. Los otros dos niños que nos acompañaban, huyeron.

Me giré hacia Tyreese y lo ayudé a ponerse en pié.

──Tenemos que salir de aquí──nos dijo y asentimos de acuerdo a sus palabras.

El autobús se había marchado hacía unos minutos atrás. No teníamos alternativa más que huir a pié.

Tenía la leve esperanza de reencontrarnos con los demás, sabía que estarían bien.

Necesitaba que estén bien. Carl, Papá, Rick, todos los demás.

Al comenzar a salir, encontramos a Alexa peleando con una mujer enemiga, saqué mí arco y disparé la flecha justo en su cráneo.

──¡Alexa! Tenemos que irnos──Tyreese ayudó a levantar a Alexa y sin más huimos de la prisión sin mirar atrás.

Huimos con la esperanza latiente en nuestro corazón.

Huimos...



















Evolet no irá a Terminus jeje.

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© 𝐌𝐚𝐠𝐬/𝟐𝟎𝟐𝟑📎

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