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𝟎𝟐𝟏. New people, new threats

‗ ❍ [𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐗𝐗𝐈] ¡! ❞
╰►𝑁𝑒𝑤 𝑝𝑒𝑜𝑝𝑙𝑒, 𝑛𝑒𝑤 𝑡𝘩𝑟𝑒𝑎𝑡𝑠

Ingresamos nuevamente hacía donde estaba la nueva persona, todavía sin nombre porque la chica mala no quería decirlo.

──Podemos curarte esa herida, darte un poco de agua y comida y dejarte seguir tu camino. Pero tendrás que decirnos cómo nos encontraste, y por qué traías leche maternizada──le dijo Rick una vez estaba frente a ella.

──Las provisiones se le cayeron a un joven asiático──¿Glenn? Dios lo mataría──Con una chica bonita.

──¿Qué sucedió?──preguntó el ex policía.

──¿Los atacaron?──preguntó Jane preocupada por el estado de su hermana.

──Se los llevó──se limitó a responder la mujer.

──¿Quién?──protestó Rick.

──El mismo hijo de puta que me disparó──Oh, alerta grosería.

──Son nuestros amigos. ¡Ya dinos qué pasó!──Rick intentando intimidar a la mujer, le toca la herida que tenía en su pierna y ella suelta un pequeño grito.

──¡No vuelvas a tocarme!──le dice la mujer mientras lo apunta con su dedo, papá había levantado su ballesta.

──Mejor empieza a hablar. Tendrás un problema mucho más grave que una herida de bala──papá apunta a la mujer.

──Encuéntrenlos solos.

──Baja eso──Rick le pide a papá──Por algo viniste aquí.

Junto con Carl, nos acercamos mucho más a la mujer para escuchar lo que decía.

──Hay un pueblo. Woodbury. Unos 75 sobrevivientes. Creo que los llevó ahí.

──¿Hay un pueblo entero?──pregunta Jane que estaba anonadada.

──Al mando de un tipo que se hace llamar Gobernador. Apuesto, encantador, como líder de secta──nos hace saber la mujer de rastas.

──¿Tiene poder?──inquiere, papá que me había agarrado de los hombros y llevado a su lado, también a Carl ya que estaba tomando mí mano.

──Aspirantes a paramilitares. Hay centinelas armados en todos los muros.

──¿Sabes cómo entrar?──Rick rebaja un poco su cabeza hacia un lado dando un toque intimidador.

──Los caminantes no pueden, pero nosotros podríamos colarnos.

Rick da una risa nasal──¿Cómo supiste llegar aquí?.

──Mencionaron una prisión, dijeron en qué dirección estaba y que era un trayecto corto.

──Él es Hershel, y ella Jane──señala Rick hacía los dos nombrados que estaban escuchando expectantes──el padre y la hermana de la chica que se llevaron. Ellos se encargarán de eso──señala la herida de la mujer.

Luego nos fuimos de la habitación para dejar a los dos médicos hacer su trabajo.



Observábamos como Jane cocía la herida de la mujer. Carl, tenía su mano encima de su arma por si una emergencia se presentaba. Yo por mí parte tenía mí arco en el carcaj que estaba en mí espalda. La mujer nos dió una mirada observando nuestras armas.

──Gracias──le dijo a Jane, una vez que había terminado de vendar su herida.

Jane solo le dió una sonrisa forzada.

Carl tomó mí mano y me llevó lejos de allí.

──¿Dices que podemos confiar en ella?.

──No lo sé, Carl. Es todo muy confuso. Glenn y Maggie van en busca de provisiones, y luego aparece una mujer con esas cosas. Me parece extraño──Carl asiente y vamos en dirección a donde todos estaban deliberando que hacer.

──¿Cómo sabes que podemos confiar en ella?──preguntó Óscar.

──Hablamos de Maggie y Glenn. ¿Por qué deliberamos?──inquirió preocupada, Beth.

──No deliberamos. Yo iré por ellos──al escuchar las palabras de papá, me giré hacia él dándole una mirada dudosa.

──Ese sitio parece muy vigilado. No puedes ir solo──le dijo Rick, yo por mí parte solté un suspiro de alivio.

──Yo voy──anunció Jane, que se adentraba hacía donde estábamos. Carol se quedó vigilando a la mujer herida. La pequeña bebé estaba en mis brazos dormida.

──Yo también──concordó Axel.

──Y yo──dijo Óscar, luego de que su compañero le dé una mirada.

Rick asintió y todos comenzamos a ayudar a meter cosas en el auto, que les serviría a los que irían en busca de Glenn y Maggie.

──Granadas aturdidoras y gas lacrimógeno. Nunca sabes qué necesitarás──dijo papá metiendo las cosas nombradas en el maletero del vehículo.

──Gracias──le dije a papá cuando me ayudó con un bolso pesado que estaba llevando.

──No te preocupes por tu papá. Lo tendré vigilado──Carl a mí lado asintió a las palabras de papá.

──Hasta pronto, papá. No solo cuides a Rick, también cuídate tu, y cuídame a Jane.

──Por supuesto, Evye. Tú aquí cuida de Carl y de la niña, ¿si?──asentí y papá me dió un fuerte abrazo para luego adentrarse al vehículo.

Me acerqué a Beth para ayudarla a abrir las vallas.

──¿Este sitio no estaba invadido?──preguntó la mujer de rastas al llegar cojeando a nosotras.

──Lo estaba──me limité a responder.

──¿Y lo despejaron ustedes solos? ¿Siendo tan pocos?.

──Éramos más. Pero los que quedamos somos fuertes y mataremos si alguien le hace algo a nuestra familia──la mujer me dió una mirada y yo me alejé del lugar.

Me acerqué a Carol, y ella me pasó a la bebé que tenía en brazos. Al verme ella comenzó a hacer ruiditos extraños con su pequeña boquita, y a estirar sus manos hacia mí. Bajé un poco mí cabeza y comencé a darle besos por toda su cara. La amaba, amaba a los hermanos Grimes.

Rick y Carl se alejaron unos pasos, al ver la expresión de Carl en su rostro, supe que era algo en lo que tendría que abrazarlo fuertemente, luego.

Luego ellos giraron sus rostros hacía mí y agarré una manito de la bebé, para hacer que los salude.

Y así sin más, los demás se subieron al vehículo, y fueron en busca de Glenn y Maggie.

Ojalá vuelvan bien.

Me encontraba dándole el biberón a la bebé, cuando Carl se acercó a nosotras.

──Tengo una buena noticia──me dijo cuando se sentó a mí lado y me dió una enorme sonrisa.

──¿Cuál es esa buena noticia, Carl?──giré mí rostro hacía él.

──Ya tiene nombre──dijo sonriendo hacía la bebé.

──¡¿En serio?!──grité y sin querer sobresalté a la bebé.

──Si──carcajeó──recordé cuando le dijiste a mí madre que Judith era un buen nombre, y quise llamarla así.

──Así que, bienvenida Judith──sonreí hacía la bebé que nos observaba atentamente mientras seguía alimentándose──Es un gran nombre, será una pequeña valiente y fuerte niña.

──Gracias por cuidarla──me dijo Carl, mientras acariciaba la cabeza de su hermanita.

──Hice una promesa, además no podría dejarlos solos. Son demasiado importantes para mí.

──Tu también eres importante para nosotros, Evye.

Nos sonreímos y una vez más bajamos la mirada hacía Judith.

──Siempre he soñado con tener una hermanita, muchas veces se lo dije a mí mamá──habló en un tono bajito, Carl──Cuando sea grande le hablaré de ella.

──Carl, sostenla un segundo──puse a Judith en sus brazos y me alejé por unos segundos, corriendo a toda velocidad hacía mí celda, cuando entré, busqué entre mis pertenencias aquel álbum que estaba haciendo hace unos días, al tenerlo en mis manos volví con Carl, quien le estaba hablando a su hermanita.

« Hace unos días le pedí a mí papá sí podía buscar un álbum de fotos. Una vez había encontrado una cámara de fotos, que milagrosamente aún funcionaba, ¿la recuerdas?──él asintió──Comencé a sacarle fotos a todos, así que este es un regalo para ti──dejé el álbum a un lado para poder sujetar a Judith.

Carl abrió el regalo, y cuando comenzó a observar todas las fotos sus ojos comenzaron a lagrimear, a veces reía, ya que tenía muchas fotos divertidas, otras volvía a llorar ya que eran fotos con su madre. Había una en particular que fue en la casa de los Greene, estábamos los dos absolutamente llenos de harina, fue un día que cocinamos un pastel para todos. Había fotos de Lori embarazada, de Jane haciendo caras graciosas a la cámara, de mí molestando a papá. Muchos recuerdos.

Él se acercó a mí, y tratando de no aplastar a su hermanita, me abrazó, por cuestiones de lógica y de no dejar caer a Judith, no pude devolverle el abrazo.

──Muchas gracias, Evye. Es el mejor regalo que me han hecho alguna vez.

──De nada, Carl──le sonreí y le di un beso en su mejilla, que no tardó en sonrojarse. Bueno las mías también, para que mentir.

Seguimos viendo el álbum y riéndonos mientras recordábamos esos momentos.

Los faltantes del grupo, aún no regresaban. No faltaba decir que eso me tenía preocupada, pero mantenía mis esperanzas intactas de que regresarían todos sanos y salvos.

Carl, Axel, Beth, Carol y yo estábamos reunidos en una celda. Beth y Axel estaban sentados en la cama de abajo de la litera, mientras la chica hacía dormir a Judith. Carl estaba parado en una esquina, Carol en la otra, y yo en la parte de arriba de la litera, recostada mientras mí cabeza sobresalía para mirar a la bebé.

──Sabes cuidarla bien──Axel intercalaba la mirada entre Beth y Judith──¿Tienes hermanitas?.

──No──se limitó a responder Beth.

──¿Qué edad tienes?──intercambié una mirada con Carol al oír la pregunta que Axel le hacía a la rubia.

──Diecisiete años──Beth le dió una corta mirada al de bigote, sentado al lado de ella.

──Diecisiete. Qué interesante.

──¿Puedo hablar contigo?──dijo Carol hacía Axel cuando vió que el hombre miraba mucho tiempo a Beth.

──¿Conmigo?──preguntó el hombre.

Carol salió de la celda, y Axel la siguió pronunciando un "volveré pronto".

Luego de haber dormido a la bebé, salimos de la celda rumbo hacia las escaleras del pabellón para reponer las municiones en las armas.

──Por fin se durmió Judith──Hershel apareció luego de haberle dado un vistazo a la bebé.

──¿Cuánta leche maternizada queda?──inquirió Carl, preocupado.

──Tenemos para otro mes──respondió el ex granjero.

──Hacia fines de la semana, iré con Carol por más──Carl me dió una mirada para luego dirigirse a Hershel.

¿Por qué me mira?.

──Tu papá y los demás ya habrán vuelto──Beth se dirigió a Carl con dulzura.

──Eso no lo sabemos── miró a Beth y le dió una sonrisa.

¿Desde cuándo sus pecas comenzaban a notarse mucho más?.

¿Desde cuándo yo me fijaba en sus pecas?...

──En este momento, Judith es la única familia que tengo──quisiera no sentirme ofendida por el comentario de Carl, pero ups, lo hice.

Unos ruidos se dejaron oír.

──¿Qué fue eso?──Beth agarró mí brazo cuando vió mis intenciones de ir hacía allí.

──Vino de adentro──habló Hershel.

──¿Fue Carol?──pregunta Carl. Beth finalmente me suelta y yo bajo los pocos escalones para acercarme hacía la puerta y tratar de ver hacía el otro lado.

──No logro ver nada──informo.

──Carol está en la torre de vigilancia, montando guardia con Axel──responde Hershel a la pregunta de Carl.

──¿Y si volvieron por algo? ¿Y si están en problemas?──pregunta con un tono de miedo Beth.

──Revisemos la torre a ver si están ahí──Hershel nos mira.

──¿Cómo estaría otra persona?──mientras Beth divaga en sus preguntas, Carl y yo preparamos nuestras armas. Meto más flechas en mí carcaj que cuelga de mí espalda, y por las dudas, en uno de los bolsillos de mí pantalón meto un arma, ya recargada con municiones.

──Las tumbas están llenas de caminantes que llegaron desde afuera──responde su padre──Otra persona pudo haber hecho lo mismo.

Al oír esto último Carl y yo nos damos una mirada, y acomodamos mejor nuestras armas.

──Nosotros vamos──informa Carl, luego de que se puso de pie y llegó a mí lado.

──No puedo dejarlos bajar ahí──Hershel interrumpe nuestro paso poniendo su muleta enfrente de nuestros cuerpos.

──Mi padre iría──responde Carl, y luego de que Hershel nos miró una vez más, asintió y dejó que nos vayamos.

Al llegar a los pasillos, Carl alumbra nuestro paso, mientras tenemos nuestras armas en alto. No logramos ver mucho más que los cuerpos rematados de los caminantes.

Carl se detiene frente a un cartel que dice "SALA DE CALDERAS - Mecánica. Solo personal autorizado".

Tenso mí arco cuando logramos escuchar gritos, a nuestro lado aparece un caminante que no tardo en rematar disparando la flecha en su cráneo. Saco rápidamente mí flecha del cráneo.

Comenzamos a caminar hacia los gritos y lo que vemos no nos gusta nada.

Un grupo de personas rematando a más caminantes. No tardamos en correr hacia ellos y ayudar a una mujer que estaba luchando contra un caminante.

La mujer se gira hacia nosotros y nos da una mirada sorprendida. Luego todo el grupo nos ve.

──¡Vamos!──Carl influye al grupo para que lo siga, yo por mí parte me quedo viéndolo como si estuviera loco.

Son personas que no conocemos, y él está guiándolos hacía donde nuestra familia está.

El grupo nos sigue, yo me quedé un poco más atrás rematando a los caminantes que se nos acercaban.

Comenzamos a correr por los pasillos hasta que un señor y una mujer en brazos caen. Este nos dice que sigamos, aunque el hombre grande y robusto los ayuda llevando a la mujer, que por lo que ví, tiene una gran mordida en su brazo.

Los caminantes se siguen acercando, una de las mujeres, obviamente la que no está mordida, nos ayuda a rematar a los muertos con una pala.

──¡Tienen que dejarla!──grita Carl.

──¡De ninguna manera!──responde el hombre que estaba llevando a la mujer en sus hombros.

──¡Está atrasando!──grito──Además saben lo que pasará con esa gran mordida en su brazo.

Carl me mira y yo le devuelvo la mirada encogiéndome de hombros.

De esto no saldrá nada bueno.








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© 𝐌𝐚𝐠𝐬/𝟐𝟎𝟐𝟑📎

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