🌷 ⃟ ཹ ⁰²
Toda la familia Park estaba reunida en la casa principal, era para darle la bienvenida a Yeosang, unos estaban de acuerdo con aquella adopción, otros no, pero a Jonhyun y Minhyun no les importaba la opinión de la demás familia, ellos estaban felices con su hijo y eso no cambiaria.
Pero el invitado de honor no se encontraba ahí.
Un pequeño Yeosang de ocho años se encontraba en el jardín trasero escondido detrás de las orquídeas, estaba de cuclillas mientras limpiaba sus lágrimas y trataba de calmar sus sollozos. Anteriormente quiso hacer amistad con los niños de la familia pero todos lo rechazaron diciéndole que no era un Park y que se alejara de ellos. El corazoncito del rubiecito dolió mucho al punto de querer llorar, él solo quería llevarse bien con los que serían sus primos, la única que no lo rechazo fue Siyeon, ella siempre fue buena con él, aunque con su gemelo nunca había entablado una conversación, ni siquiera sabía su nombre, porque siempre estaba alejado de las multitudes.
— ¿Qué haces acá? —
Yeosang escuchó una voz desconocida y eso lo asustó mucho.
¿y si era uno de aquellos niños? ¿Le volverían a decir cosas feas?
Con miedo levanto su cabeza, encontrándose con un niño que era demasiado bonito, se veía serio, pero sabía de quien se trataba.
—H-hola... —saludo con miedo ¿él también lo rechazaría? esperaba que no.
— ¿Porque no estás jugando con los otros niños? —tomó asiento junto a Yeosang.
—Ellos dijeron que no era de la familia Park y que no querían jugar con un huérfano. —los ojitos de Yeo se volvieron a poner acuosos, su vocecita se quebró y el otro niño se dio cuenta de eso.
—No llores... —sacó un pañuelo y limpió las lágrimas del rubiecito. —No les hagas caso, son unos niños tontos sin cerebro, por eso no me gusta estar con ellos. —frunció el ceño.
— ¿También te dicen cosas feas? —Yeosang terminaba de limpiar sus lágrimas con el pañuelo.
—No, si lo hacen ya saben que los golpeare, además, merecen que ahorita mismos los golpee, no tienen derecho a decirte cosas feas. —el niño dio un pequeño gruñido mientras empuñaba su manito.
El rubiecito sonrió, aquel niño era interesante, quería ser más cercano a él, tal vez podrían ser amigos y así ya no estaría tan solito.
—Soy Yeosang... —el rubiecito se presentó. —Aunque creo que ya sabes mi nombre. —Sonrió.
—Soy Seonghwa... —el castañito le respondió. —Si alguien te molesta, tu solo dime y yo me encargare. —sonrió orgulloso.
—Uhm...t-tú ¿Quisieras jugar conmigo o que seamos amigos? —pregunto con el miedo a que Hwa rechazara su propuesta, jugó con sus pálidos dedos esperando la respuesta.
—Claro, no me gusta estar con otras personas, pero tú me caes bien. —
—Gracias... —los orbes acaramelados de Yeosang brillaron, estaba feliz.
—Toma... —Hwa le entregó uno de sus juguetes al rubio. —Me gustan los dragones, puedes quedarte con este. —aquel era un dragón blanco. —Te lo regalo. —
— ¿En serio? —Seonghwa asintió. —Gracias, Seongie... —
—No es nada Yeosie... —
Aquel niño castaño nunca lo rechazo, lo trato con amabilidad, le regalo uno de sus juguetes y le brindo su amistad lo único que no sabía era si aquel jardín era lo que olía a miel y orquídeas o era Seonghwa el que emanaba aquel relajante y dulce aroma.
Yeosang estaba en la puerta de la sala sus nervios estaban a flor de piel y en sus temblorosas manos había una caja mediana con una moña roja adornándolo, aquel objeto era un regalo para el omega.
Hace una semana que estaba en esa casa y Hwa nunca le dirigió la palabra, así que daría el primer paso para poder entablar una conversación; dio un largo suspiro y empezó a caminar en dirección al castaño, este estaba sentado en uno de los sofás concentrado en su teléfono.
—S-seonghwa... —llamó, dándose un golpe mental por tartamudear. El mencionado de inmediato levantó su vista poniéndole total atención.
— ¿Qué pasa? —respondió acomodándose en el sofá con su vista fija en el alfa esperando ansiosamente lo que le diría Yeosang.
—Tengo un regalo para ti. —dio una sonrisa nerviosa. —Quise dártelo desde que vine aquí, pero no había encontrado una oportunidad. —hizo una pequeña pausa. — ¿lo aceptaras? —preguntó con el miedo a ser rechazado.
—No soy tan malvado para decirte que no. —Sonrió.
Para Yeosang aquella preciosa sonrisa fue la primera que le vio a Hwa desde que llego a esa casa.
— ¿En serio? —
—Claro, nunca le digo no a un regalo. —Seonghwa realmente amaba los regalos y sus manos picaban por abrir aquella caja.
—Toma... —con delicadeza dejó la caja en las manos del omega. —Cuando los vi inmediatamente pensé en ti. —
Seonghwa con curiosidad y emoción empezó a abrir la caja, al darse cuenta de lo que había adentro sus ojos brillaron y una sonrisa sincera surcaba sus labios, Yeosang se dio cuenta de eso y suspiro tranquilo, dándose cuenta que el regalo era de agrado para el omega.
—Son muy lindos, amo los dragones y estos peluches son preciosos. —saco los dos dragones de la caja, uno blanco y otro negro, eran un poco grandes en tamaño.
—Me alegra que te gustaran... —se sentó junto al omega. —Es mi agradecimiento por regalarme tu juguete cuando éramos niños. —sonrió.
— ¿Aun recuerdas eso? —Yeosang asintió.
—Aun tengo el dragón... —
—Yo también tengo el mío. —giro a ver a Yeosang. —Gracias por el regalo. —
Yeosang se quedó con la mirada fija en Seonghwa, este abrazaba los peluches y sonreía, era como ver a un Hwa diferente, de otra cosa también se dio cuenta, el aroma que emanaba el omega era a orquídeas y miel.
Entonces confirmó que en aquel entonces el aroma que había sentido no provenía del jardín, si no, que pertenecía al lindo castaño que estaba frente a él.
— ¿Que tanto me ves? Si quieres te regalo una foto. —
Yeosang dio una pequeña risa divertida.
Y ahí estaba nuevamente el Seonghwa agresivo, realmente ese omega era interesante. Yeosang sintió a su lobo removerse y tenía miedo de confirmar lo que le pasaba, así que prefirió ignorar todo, por ahora era mejor no pensar en eso.
—Solo me di cuenta que eres muy lindo cuando sonríes, tu alfa será muy afortunado al tenerte. —
—No quiero ningún alfa, estoy mejor solo, los alfas son unos tontos... —
— ¿También yo? —
Hwa negó mientras abrazaba con fuerza el peluche del dragón blanco con grandes ojos azules.
—Tú eres un alfa raro... —
—Tú también eres un omega raro. —
Mi omega...
Habló su lobo y Yeo se negó nuevamente.
No Yeosang, no debes de penar en esas cosas, se dijo así mismo.
Eso era imposible, Hwa era su primo adoptivo, sabía que no compartían lazos sanguíneos, pero tenía miedo de defraudar a sus padres o que estos se enojaran por pensar de aquella manera, así que era el pequeño secreto que guardaría por ahora.
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Hubo algunos problemas con la publicación, pero aquí esta el nuevo capitulo .🤗❤
🌟GRACIAS POR LEER🌟
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