Capítulo 43. "Después de todos estos años."
Después de una espera llena de incertidumbre, ambos castaños salieron con una seriedad que delataba no habían llegado a algún acuerdo según el resto de los invitados, sin embargo, todos se relajaron cuando Tony y Bucky sonrieron y se abrazaron por los hombros anunciando su tregua.
—Bucky y yo hemos decidido comenzar de nuevo—anunció el genio con una gran paz en su interior.
Por el momento no había rencores de por medio, ni preocupaciones o alguna cosa dañina que se albergara en su interior. Por el contrario, todo era armonía, amor y la paz que le habían arrebatado años atrás parecía estar de vuelta.
Steve se acercó a él con esos ojos azules profundos brillando de alegría. Finalmente el amor de su vida y su mejor amigo, dos de las personas que significan tanto para él podían ser parte de su vida sin odio o alguna cosa negativa de por medio.
—Me alegra tanto cariño—susurró cerca de su oído apretándolo más contra sí.
Tony correspondió el abrazo escondiendo su cabeza entre el hombro y el pecho del Capitán. Se sentía tan bien estar entre sus brazos, de alguna manera y a pesar de lo que en algún momento llego a pasar entre ambos, ahora se sentía protegido. Feliz.
Por otra parte, Barnes aceptó de igual manera y gustoso el abrazo que su esposo le ofreció. T'Challa acarició sus brazos con cariño sabiendo el estrés y la tensión que había traído ese encuentro para James.
Entre los brazos de su esposo vio a un cohibido Peter. Avergonzado, tal vez.
Rompió el contacto con el Rey y camino hacia quién consideraba su sobrino, porque en realidad lo era.
Steve Rogers era como un hermano para él y cuando supo de la existencia de Peter tuvo sus dudas al principio, era un hombre anticuado, sin saber nada de la ciencia, se rehusaba a aceptarlo pero Shuri le explicó vagamente en lo que Stark y el Docto Banner trabajaban.
Aun así dudaba de que eso fuera posible y después lo conoció. Fue unos meses después de la desaparición de Tony. Natasha no confiaba en él pero Fury le había asignado una misión junto a Bruce. T'Challa se había ofrecido en esos días que se encontraban en Nueva York para cuidar del pequeño.
Apenas vio esos ojitos castaños llorándole a Nat y Bruce para que no se fueran, él lo abrazó y lo consoló asegurándole que con él tenía un tío en quien confiar. Peter era alguien reservado y le recordó a Steve, su actitud le recordaba mucho a él.
Entonces las dudas crecieron, esas mismas que jamás le confirmaron. Tenía contacto con Steve, sí. Pudo haberle dicho en cualquier momento de esas sospechas que tenía pero si Tony había decidido no contar sobre el nacimiento de Peter había tenido sus razones y no quería descubrir algo que el genio había decidido en su momento.
Había aprendido a querer al niño.
Su cerebro seguía insistiendo y respondiendo a sus dudas sobre el origen de Peter, era imposible pero su corazón siempre lo supo, ese niño era hijo de Steve Rogers.
—¿Podemos hablar Peter?
El castaño asintió y volvió al despacho de Tony.
Cerró la puerta y se giró encontrándose con esos ojitos castaños como lo recordaba la primera vez que lo vio, vidriosos. Lucían tristes pero esta vez con un toque de pena.
—Sé que me odias Pet, por lo que le hice a tu papá, por lo de tus abuelos. Sé que hay muchos motivos por los cuales no confías en mi—comenzó el solado hablar.
—Yo... me sentí traicionado—levanto su vista y miró a Bucky—. Saber que Pops y tú, a quien considere un tío—suspiró con frustración— habían atacado a mi papá fue un golpe muy duro para mí. Todos me ocultaron eso, yo, me sentí un idiota.
—Peter...
—Y han pasado tantas cosas en mi vida que no sé—se encogió de hombros al mismo tiempo que daba una mueca—. Ya no sé. No te puedo odiar, tal vez fue el rencor del momento. Tú siempre me quisiste.
Recordó cada una de las veces que el tío Bucky solía visitarlo. Sabía que no le gustaba salir de Wakanda pero, a veces lo hacía por él.
Bucky le había hablado, parcialmente, de lo que había sido en su pasado, de quién había sido. Peter, con inocencia, lo abrazaba y solía decirle que para él no importaba cuan malo había sido, él no una a juzgarlo y lo quería. Lo quería mucho.
Al enterarse de la Guerra Civil rompió aquellas palabras. A Barnes le dolió pero comprendía la situación por la cual pasaba Peter por eso decidió no intervenir, ya llegaría su tiempo y justo ahora había llegado.
—Eres el hijo de quien considero mi hermano. Eres mi sobrino Peter—dijo Bucky con sinceridad—. Tenía muchas dudas al principio, jamás nadie quiso confirmar mis preguntas pero no me importo si eras o no hijo de Steve, yo te quise desde el principio—se acercó lentamente hacía el castaño, vio esas orbes cafés brillantes y sonrió—. No sé si esto le agrade a tu padre pero tus ojos me recuerda mucho a él—suspiró con nostalgia y tristeza—, a tu abuelo Howard.
—Yo también te quise—sonrió Peter—. Eras la única persona que me contaba cosas de Steve Rogers, el Capitán América, mi padre.
El corazón se le llenaba de alegría cuando de pequeño, su tío Bucky relataba sus anécdotas de él siendo un soldado junto a Steve y como fue el procesó del rubio para ser un superhéroe.
—Me gustaba verte feliz y el Capitán siempre fue una de las causas por las cuales sonreías—Bucky sonrió de manera nostálgica—. Siempre fuiste mi sobrino Peter y te quiero, te quiero mucho. Y yo de verdad lo sien-
—No—negó Peter con rapidez—. En verdad yo lo siento por haberte juzgado. Yo conocí al verdadero Bucky no al Soldado del Invierno. Yo sé que James "Bucky" Barnes jamás dañaría a las personas solo porque sí. Tú siempre me brindaste seguridad y cariño. Esa estúpida guerra estuvo jodidamente mal. Yo sé que papá estaba molesto, yo sé que tú estabas arrepentido, sé que Pops quería detenerlos, a ambos, sé que cada uno quiso hacer lo que creyó correcto y de todas maneras no funciono. No tienes que pedir perdón tío Bucky. No a mí.
El castaño menor rodeo con sus brazos el cuerpo del sargento, justo como cuando apenas era un pequeño de ocho años.
Bucky lo aceptó gustoso y feliz.
(◦◦◦)
Aquella noche de la reconciliación de los Stark con el sargento Barnes había sido todo un éxito.
Poco a poco todo parecía estar volviendo a la normalidad, volvía a tomar aquel rumbo que las decisiones en esa Guerra jamás debieron afectar.
Para Steve aún quedaban conflictos que resolver como la custodia de Peggy.
Su pequeña niña que no merecía por todo lo que Sharon le estaba haciendo pasar. Por él que esa perra se estuviera quemando en el mismísimo infierno, suficiente daño había causado ahí.
—Señoría, jurado—hablo el abogado contratado por Erick—. ¿Ustedes piensan que la pequeña Margaret estaría a salvo del Capitán America?—lo miró por unos segundos y el rubio le sostuvo la mirada. No sabía a donde quería llegar con eso pero las siguientes palabras lo estremecieron haciendo que recordara— ¿Ese mimos hombre que hace 18 años dejo a su esposo en medio del clima congelado de Siberia, aun cuando esperaba a su hijo biológico? ¿Por qué piensan que con Peggy sería diferente? De todos modos no es su hija—concluyo—. Es todo por mi parte.
La mitad del jurado se miraba molesto mientras que la otra mitad creía en él.
—Tomáremos un receso de 15 minutos—ordenó el juez y Steve suspiro frustrado.
El juicio parecía no favorecer en nada, a pesar de que Tony le había conseguido al mejor abogado de Estados Unidos y aun así todo parecía no ceder. Estaba desesperado.
Tony lo tomo del brazo sacándolo de ahí. Lo encerró en una de las oficinas que le otorgaban para abogado-cliente y comenzó a hablar.
—Hay algo que no te he dicho—Stark hizo una mueca.
—¿Qué pasa cariño?—el rubio miró los chocolates ojos de su marido y acaricio su mano para incitarlo a que hablara.
—Con Jessica mande a investigar a este tipo desde que supe lo de la demanda de custodia—explicó—. Él no quiere a Peggy porque sea su hija.
—¿De qué hablas?—indagó el Capitán frunciendo el ceño, preocupado.
Sabía que Erick le había dicho a Peggy que él era su padre biológico. Lo supo porque ella le había preguntado con lágrimas en sus ojos ese mismo día cuando le permitió verla.
El acaricio los dorados cabellos de la chiquilla y la había abrazado fuertemente, al mismo tiempo que le susurraba en su oído que él siempre seria su verdadero padre, pasara lo que pasara, siempre lo sería.
Erick se miraba como un padre ejemplar al lado de Peggy pero la pequeña parecía temerle al final de todo no era lo mismo compartir solo unos momentos con ella que tenerla a su lado desde que Sharon había desaparecido.
—Registraste a Peggy con el apellido Rogers—Steve asintió—, prácticamente tu única hija legítima, la única heredera de todo lo que dispones así como lo es de Sharon. Él quería destruirte por haberle quitado a Sharon y a su hija, aunque, tú no supieras la verdad, claro.
—¿Entonces...?
—Él fue pieza clave para encontrar a Sharon aquella vez, él quería vengarse de ella también. No sabía quién la buscaba pero supuso que era alguien de HYDRA y le dio su ubicación a Jessica—dijo—. Sacando a Sharon del camino el único que estorbaba eras tú.
—¿Iba a deshacerse de mí? ¿Después del juicio? ¿Antes?
—El juicio lo hizo para verse como un padre preocupado y ejemplar, capaz de hacer todo para recuperar a la niña que le habían arrebatado. Quiso dar lastima ante el jurado y después acabaría contigo.
—Pero si él ganaba Peggy perdería todos los derechos como mi hija.
—No. Cuando registraste a Peggy, cuando la dejaste en tu testamento—Tony suspiró—. No leíste bien las cláusulas, así se demostrara que Peggy no fuera tu hija, ella seguiría siendo tu heredera.
—Tony sabes que no me importa el dinero—lo miro preocupado ante aquella situación tan malévola. Aún no entendía porque seguían utilizando a la pequeña. Ella no merecía sufrir—, si yo la pierdo, si él se queda con ella-
—Tranquilo cariño—la mirada reconfortante de Tony le trajo un pequeño alivio. Esa mirada que tanto conocía cuando las cosas ya las había resuelto sin siquiera decírselo a nadie más—. Él participo en el secuestro de Peter. Él quería destruirte ahí junto con Sharon para después quedarse con Peggy pero no contó con que yo llegaría. Tiene muchos antecedentes, trabaja para HYDRA, ha cometido muchos delitos como tráfico de armas, como... como la muerte de Sharon—lo miró con seriedad.
—Tony...
—Vamos a ganar Steve. No te van a quitar a Peggy.
Lo abrazo regalándole un pequeño beso en la mejilla.
Tony Stark jamás perdía.
Steve tomó la mano de Tony apretándola ese hombre jamás cambiaría su lenguaje, la llevo a sus labios y deposito un beso.
—Gracias cariño. Gracias por todo lo que estás haciendo por mí y por ella.
(◦◦◦)
La segunda parte del juicio había comenzado y definitivamente Steve no era un digno candidato para quedarse con la custodia de Peggy todo esto amparándose de su lazo no sanguíneo y su pasado erróneo. Idioteces.
—Usted hablo del pasado de mi cliente pero ¿qué hay del señor Erick Miller?—el abogado de Steve plantó una duda que mantuvo atento al jurado—. Dígame señor Miller... ¿Por qué usted se prestó para este juego junto a la señorita Carter?
—Objeción—intervino el abogado.
—¿Sabía bien lo que había hecho verdad? Sabía lo que mantenía el documento que la madre de su hija le hizo firmar a mi cliente. ¡Usted quería quedarse con todo!—acusó.
—Dije objeción—reclamo nuevamente el abogado defensor—. Esta indagando en cosas que no deberían.
—Y no solo es eso.
Mostró cada una de las pruebas que Jessica investigó. Cada una de ellas mostraba lo culpable que era, incluso aquel audio con Sharon donde planeaban el secuestro de Peter.
Eso había cambiado la perspectiva del jurado y la decisión del juez.
Steve había ganado el juicio.
Peggy corrió hacía el, abrazándolo. Steve se agacho a su altura y la estrecho entre sus brazos.
Tony y Peter se quedaron a un lado viendo la tierna escena. El genio abrazo a su hijo por los hombros y lo atrajo a él.
Ver feliz a las personas que él amaba le daba mucha satisfacción.
1 semana después
Steve despertó la mañana siguiente completamente solo en la gran cama que compartía con su esposo.
Vio el reloj y se alarmó al ver que eran casi las 10 am. Él jamás despertaba tan tarde, siempre salía a las 5 am en punto para ir a correr y empezar su rutina de ejercicios pero, al parecer las noches que pasaba junto a Tony y sumándole su edad, comenzaban a cobrar factura.
Tony Stark era un insaciable en la cama y él era feliz complaciendo a su esposo, el suero del súper solado era un factor que ayudaba mucho sin embargo, últimamente se sentía más cansado de lo normal y como no estarlo si desde su reconciliación con Tony hacían el amor al menos dos veces al día.
Su mente rápidamente pensó en Peggy, el juicio por su custodia se había llevado a cabo dos días atrás, todo había estado en su contra pero el abogado de Tony era un excelente en lo que hacía, además de las pruebas que Jessica había encontrado incriminaban a Erick en múltiples ataques asociados con HYDRA así como también el estar involucrado en el secuestro de Peter.
En la cocina Tony trataba de cocinar, aunque, era una misión imposible al parecer.
Peter y Peggy se encontraban sentados viendo los inútiles intentos del genio y reían diciendo el famoso "lenguaje" cada que el mayor soltaba un improperio.
—Enserio niños, ayúdenme a preparar un desayuno para su padre—suplicó viéndolos con cara de cachorrito, agitando esas pobladas pestañas.
—Creo que a Pops le gustara más que lo prepares por tu cuenta—dijo Peter y Peggy asintió.
—Incluso aunque tus panqueques salgan quemados—Peggy soltó una risa y Tony bufo.
El castaño y la pequeña rubia habían convivido lo suficientemente esa semana para llevarse demasiado bien y formar una relación casi como de hermanos.
Steve se miraba contento con eso y a Tony no le desagradaba.
—Estoy de acuerdo con la pequeña Peggy suegro. Lo que cuenta es la intención.
Tony volteó rápidamente de dónde provenía la voz del hombre que más "odiaba".
Wade había llegado saludando a la pequeña Peggy y dándole un beso en la coronilla a Peter.
Vestía un pantalón de pijama con caras de Hello kitty y una camisa blanca con la cara de Spiderman y la leyenda "Yo ♥️ Spiderman" por lo cual delataba que había dormido ahí, junto a Peter. Su cordura estaba a punto de abandonar su cuerpo e ir por aquel colla que tanto había deseado ponerle.
—¿Qué demonios haces en mi torre Wilson?
Y antes de que Tony atacara a su adorado yerno, ¡Vaya que ironía" Steve había entrado con una sonrisa luego de observar toda esa escena familiar gracias a Viernes.
—Buenos días familia, tú también lo eres Wade—le sonrió al ex-mercenario y este le devolvió emocionado la sonrisa. Tony olvidó el coraje que le hizo pasar Wilson y le sonrió ampliamente a su esposo.
—Steve yo quería hacerte algo lindo pero verás yo-
Steve lo abrazó.
—Hiciste muchas cosas lindas anoche cariño—susurró en el oído del millonario mordiendo el lóbulo de su oreja. Stark no pudo tener una erección al escuchar la voz ronca y esas palabras llenas de sensualidad que soltó su marido.
(◦◦◦)
Steve había preparado un viaje para Tony y para él.
Después de tanto tiempo envueltos en situaciones tan caóticas y estresantes era justo que ambos tomaran unas pequeñas vacaciones.
Peter tenía 18, era un chico muy responsable y no había tenido problema alguno en cuidar a Peggy los días en que sus padres estuviesen fuera. Wade también les había dado su palabra de proteger a ambos chicos.
Además Bruce y Natasha se habían ofrecido en estar junto a ellos de igual manera.
El rubio vio a Tony salir con un traje informal en color salmón haciendo que luciera hermoso y perfecto ante sus ojos.
Su estrecha cintura resaltaba al mismo tiempo que sus anchas caderas y ese respingado trasero voluminoso.
—¿Me vas a seguir comiéndome con los ojos o prefieres follarme aquí mismo Rogers?—Tony y sus comentarios atrevidos siempre hacían teñir sus mejillas pero sinceramente amaba todo eso de él.
Steve se acercó a él dándole un tierno beso en la mejilla para después ver esos ojos chocolates poblados de tupidas pestañas.
—Eres perfecto Tony no puedo dejar de verte ni un minuto.
—Amo tu lado cursi Capitán—sonrió el castaño y tomo la mano que Steve le ofreció para ir al lugar donde el rubio le había preparado una sorpresa.
—Y yo amo todo de ti cariño—dijo Steve con ternura.
Desde que el millonario había salido de la habitación pudo observar el esmero que su marido había puesto ante la decoración del lugar, pero, estaba acostumbrado a lo romántico empedernido que era su rubio anciano.
El suelo estaba lleno de pétalos de rosa y velas en las orillas del pasillo.
Visualizo en el balcón, que, dejaba una gran vista hacia el mar de aguas cristalinas de esa isla privada, una mesa con manteles blancos, dos copas y velas al centro de esta haciendo ver todo muy elegante.
Los pétalos adornaban deigual manera la mesa y la orilla de la alberca que estaba a tan solo unosmetros de la mesa y las velas hacían un lindo contraste con las luces tenues que colgaban de un lado a otro.
El cielo era una mezcla entre rosa, morado y un escaso tono celeste que avisaba que el atardecer estaba a punto de culminar para dejar las lindas noches que ese lugar ofrecía con una luna brillante y estrellas adornando a su alrededor.
El aura que emanaba ese lugar era la paz y el amor que entre ellos dos siempre había existido antes de aquel encuentro que rompió todo.
La villa de Grecia en aquella Isla Privada era muy significativa para los dos hombres puesto que ese lugar había sido el primero en el que habían viajado juntos como pareja oficial donde absolutamente nadie sospechaba de su relación.
Ese lugar tan escondido sirvió para tener esa privacidad que tanto añoraban para amarse en secreto y sin temor a nadie ni nadie.
Ese lugar había sido donde Steve lo había hecho suyo por primera vez, donde le había propuesto matrimonio y donde ambos habían hablado sobre algo que tanto añoraban como formar una familia; tener un hijo.
—Steve, esto es...—Tony no encontraba las palabras, el rubio siempre terminaba sorprendiéndolo con sus detalles de una u otra manera— hermoso mi amor.
—Es lo menos que te mereces después de todo lo que has hecho por mí—Steve lo abrazo por detrás, recargando su mentón en el hombro de Tony al mismo tiempo que repartía besos desde su mejilla al cuello—. Por mis hijos.
Tony volteo viéndolo y le sonrió.
—Sabes que haría lo que fuera por ti porque sé que tú también lo harías por mí.
Beso cortamente los labios del Capitán y este correspondió gustoso.
Cenaron entre risas, hablando de temas banales e importantes a la vez, la química entre ellos dos era excepcional en todos los sentidos. Mientras Stark quería saber sobre Peggy, Steve necesitaba saber más sobre Peter, especialmente en su etapa de bebe, la cual Tony no dudo en relatar con nostalgia y gusto, recordando cada momento que vivió con su pequeño niño.
El Capitán lo escucho emocionado y las lágrimas no tardaron en salir de sus azules ojos, se arrepentía tanto de no haber estado junto a Tony en esa etapa pero, no iba a perderse ninguna más, el estaría con Peggy y Peter, sus hijos y por supuesto con el amor de su vida para siempre: Tony Stark.
Había llegado un punto en la cena que el silencio vino hacer compañía pero, no era uno incomodo, era uno tranquilo y acogedor, fue ahí que Steve se armó de valor para decir y hacer aquella pregunta que se había hecho desde hace semanas.
—Tony—lo llamo.
El castaño alzo su vista y vio esos brillantes pero nerviosos ojos azules.
—¿Pasa algo cariño?
Steve se paró y tomo las manos de Tony entre las suyas. El castaño lo miro confundido, achicando sus ojos, examinándolo y eso incremento la ansiedad en el soldado.
—Anthony Edwards Stark de Rogers, sé que no he sido un buen esposo y te he fallado aun cuando te prometí en aquel altar que nunca la haría—comenzó relatando—. Sé que rompí mis promesas, hice muchas cosas que jamás debí hacer. Siempre he sido alguien que se guía por su sentido de justicia, siempre me ha gustado seguir las reglas y ser alguien correcto y objetivo pero... de algún modo las rompí contigo—agacho su mirada acariciando con sus pulgares tiernamente las manos del genio. Tony sabía que a pesar de todo, Steve seguía culpándose un poco—. Yo te amo Tony y es por eso que te he traído aquí. Sé que me has perdonado, lo hemos hecho pero quiero que pases el resto de tu vida conmigo—fue ahí que Tony entendió todo, justo cuando Steve alzo su vista y lo miro directo a los ojos—. Quiero renovar nuestros votos así que...—solto las manos del millonario hincándose frente a él y sacando de aquel traje de militar justo como la primera vez que le propuso matrimonio una cajita negra aterciopelada— ¿Aceptas volver a casarte con este viejo anciano que lo único que quiere es envejecer contigo y ser feliz a tu lado? ¿Me darías esa dicha amor mío?
El anillo brillante estaba expuesto ahí frente a él. Tony no evito que sus ojos derramaran lágrimas de felicidad y asintió frenéticamente.
—¡Sí! ¡Mil veces sí!
Steve coloco el anillo en el dedo anular que seguía portando la sortija de casado desde que volvieron a estar juntos nuevamente.
El Capitán cargo a Tony y no dudo en besarlo con delicadeza pero a la vez con esa fuerza imponente que derretía al castaño.
—Te amo, te amo Tony—susurro el Capitán contra sus labios.
—Te amo mucho más Capipaleta—respondió entre risas debido a que ese apodo había dado pie al inicio de su clandestina relación.
Las risas terminaron cuando ambos quedaron frente a frente, la proximidad hacía que sus respiraciones lentas y pausas se mezclaran entre ellas. La distancia entre sus labios se fue haciendo cada vez más corta hasta que estos chocaron en un dulce y tierno ósculo, el mismo que se tornó hambriento y lleno de necesidad.
A ciegas, se dirigieron aquella habitación que conocían muy bien, al llegar rompieron ese mágico beso y Tony pudo observar que la habitación mantenía la misma aura romántica con aquellas velas y pétalos de rosas que adornaban la recamara.
—Steve...—susurro el millonario.
—Shh...
Steve lo volteo nuevamente para quedar frente al castaño y besarlo entre una mezcla rara de ternura y violencia a la vez. Tony lo tomo de la nuca al mismo tiempo que el rubio se aferraba a la cintura del genio.
Desesperado, el ingeniero quito aquel saco militar que Steve portaba y lo hacía lucir de una manera espectacularmente elegante y caliente también, sin duda alguna el que Steve portara ese uniforme de coronel y el traje del Capitán América elevaba de una manera monstruosa su apetito sexual.
El rubio bajo su boca hacia la mandíbula de Tony, Stark por su parte echo la cabeza hacia atrás para dar un espacio de más amplitud a su querido esposo para que dirigiera sus labios a una de las zonas que más sensible lo ponía: el cuello.
Steve dejo besos húmedos y mordidas que seguramente dejarían una gran marca, al mismo tiempo que comenzaba a deslizar el saco de Tony por sus hombros y lo dejaba caer al piso.
El Capitán desabrocho los botones lentamente de la pulcra y limpia camisa blanca del millonario, Tony jadeo en modo de molestia, quería cuan pronto a Steve entre sus piernas pero al parecer él quería torturarlo haciendo todos sus movimientos de una manera lenta.
Una vez la camisa estuvo en el suelo, Steve pudo ver la piel acanelada y brillante de su marido. Dirigió su vista hacia los pezones erectos y rosados de Tony y acaricio uno de ellos con su pulgar mientras que con otra de sus manos tomaba con fuerza la nuca de Tony y lo besaba con ferocidad, metiendo su lengua y explorando aquella cavidad bucal de una manera salvaje, haciendo que sus lenguas comenzaran una danza desesperada por obtener más y más.
Acaricio los hombros de Tony sintiendo el incendio de su piel por la situación. Lo tumbo con delicadeza en la cama en cambio Tony, con desespero, rompió la camisa del solado con el deseo de obtener más de él. Steve vio esos ojos castaños oscurecerse debido a la lujuria y fue ahí que tomo aquel ritmo rudo y fuerte que a Tony tanto le gustaba.
Rasgo con fuerza el botón y el cierre color salmón del castaño, bajo sus bóxers de un solo tirón y dejo expuesta su gran rojo, hinchado y erecto miembro salir disparado. Estaba cubierto por el pre-semen de color transparente y caía de manera abundante haciéndolo ver brilloso.
Tony gimió cuando Steve acaricio de manera tortuosa la cabeza de su pena con su pulgar, fue delicado y lento, muy lento.
—Steve...—se quejó en un jadeo para después dirigir su mano a su pene y tratar de dar alivio pero Steve no lo dejo.
Tomo sus dos manos usando su súper fuerza y las dejo encima de la cabeza del millonario. Dirigiéndose a la entrada de Tony comenzó a prepararlo una vez sus dedos empapados se movían con facilidad entrando y saliendo, indicándole que su querido esposo estaba preparado.
Se alejó de él y desabrocho de sus pantalones ante la vista del castaño quien comenzó a masturbarse con desespero pero el rubio fue mucha más rápido y se abalanzo sobre él para unir sus labios con desespero y esta vez, tocarlo él.
Mordió el labio de Tony al mismo tiempo que se alineaba frente a la entrada del menor. Sus ojos perfectamente conectados al igual que sus respiraciones agitadas. No pensó mucho más para meterse de una sola estocada en el interior de Tony, tomando una de sus piernas y elevarla para mayor profundidad.
El castaño gimió al sentirlo todo, completo dentro de él. Las embestidas de Steve eran lentas pero certeras, sintiendo la apretada cavidad de Tony abrazarlo con tanta pasión y entrega. Se movió contra el castaño una y otra vez.
Esta vez Tony estaba entregando su corazón justo como aquella vez que se había acostado con Steve luego de volver pero esta vez no era solo él sino también Steve, lo sentía, estaba entregándole todo su amor pero no de una forma grotesca y desesperada por sentirlo como aquel día.
Ahora todo se sentía diferente, en cada latido de su corazón lo estaba sintiendo, todo era sincero, no había secretos ni rencores. Lo veía en aquellos ojos azules parecidos a la cristalina agua del mar y Steve lo había visto e aquellos ojos tan chocolates, ahí fue donde encontró aquella luz que lo guiaba y seguiría guiando.
El pasado no se podía borrar pero si había algo de lo que estaban seguros era que ya no había más dolor si ellos dos estaban juntos. Siempre juntos.
Solo había amor entre ellos dos, un amor de verdad.
—St-e-ve... Sí... ahhh...—el genio gimió aferrándose a los anchos hombros del rubio.
El capitán lo tomo de la mandíbula y lo beso con ternura. Tony ahogo un grito cuando sintió la embestida contra su próstata. Se derritió de placer entre el calor de los brazos de Steve al mismo tiempo que lloriqueaba por el inmenso placer.
Ni siquiera necesito su toque o el de Steve en su entrepierna puesto que solo con aquella embestida hizo que su orgasmo llegará solo, manchando su abdomen y el de Steve. Se sentía tan débil y sabía que apenas sería el primer de muchos.
El de ojos azules lo miro y siguió embistiendo con fuerza hasta que lleno el interior de Tony con toda su esencia, tocando, como siempre, el paraíso entre los brazos de Tony Stark.
No fue solo una, ni dos, había perdido la cuenta en el quinto orgasmo, ambos estaban agotados de tanta actividad física pero se reconfortaban con tenerse el uno al otro porque sus corazones jamás se cansarían de tanto amor que sentían el uno por el otro,
Steve acaricia los cabellos castaños de Tony mientras miraban la pacifica noche y escuchaban el sonido de las olas, un ambiente tan relajado y especial, el mismo que fue interrumpido por unos sollozos cargados de inseguridad por parte de Tony.
—Cariño—susurró Steve tomando su mentón y penetrando su clara mirada entre la obscura de Tony— ¿pasa algo?
—¿Me prometes que jamás nos dejaras? No quiero que te alejes de Peter o de mi Steve—estaba feliz de compartir esos momentos con Steve pero a la vez tenía miedo de que fuera solo un sueño, un estúpido delirio.
—Escúchame bien amor—el rubio limpio sus lágrimas—, jamás volveré a dejarte Tony. Peter, Peggy y tú son mi familia, las personas que más amo en este mundo. Se lo que se siente estar, vivir sin ti cariño y no sé si podría soportarlo nuevamente.
Steve dejo muy en claro cuánto quería a Tony y eso tranquilizo al castaño.
Para Steve Rogers, Tony Stark era único en el mundo, no había nadie como él.
Solo esa sonrisa, esos ojos cubiertos de pobladas pestañas, ese cuerpo de infarto, su carácter lleno de ironía, ese ego pero sobretodo esa personalidad amorosa y cariñosa que pocos sabían que el millonario tenía lograba enamorarlo.
Vio esos ojos brillantes por las lágrimas, pidiendo que se quedara con él para siempre y de alguna manera sello esa promesa con un tierno beso que convenció a Tony de que así sería.
El millonario observo a Steve y recordó la primera vez que sintió atracción por él, era tan solo un adolescente en ese entonces. Cuando estaba solo solía observar aquella fotografía que había robado del laboratorio de su padre y que guardaba con recelo.
Después recordó la primera vez que lo vio días después que lo descongelaran, su cabello era un poco más largo que los de aquella fotografía, sus brazos más fuertes pero aquellos ojos azules lucían tan brillantes, azules e imponentes como los recordaba y esa sonrisa resplandeciente y hermosa.
Él había estado seguro que su amor por el Capitán América era solo admiración, trato de convencerse todos esos años, sabía que era imposible tener algo con él antes de salir con miles de personas pero ninguno lo hacía sentir como aquella fotografía lo hizo alguna vez.
Y entonces fue cuando lo conoció aquella vez, su corazón latió a prisa y quiso casi salir de su pecho, quiso correr hacia sus brazos y besarlo como tantas noches lo había soñado, como lo añoraba pero estaba loco, Steve solo le había dado un ligero y rápido "hola". Fue cuando supo toda la verdad, esos sentimientos eran reales, él amaba a Steve Rogers, amaba al Capitán América de una manera diferente al resto.
Finalmente se había armado de valor confesándole sus sentimientos, correspondidos por el rubio.
—Te amo Steve—susurró entre los labios del capitán.
El rubio sonrió sabiendo perfectamente en que estaba pensando Tony, compartiendo con él aquel sentimiento lleno de nostalgia y amor.
—También te amo Tony—contesto feliz.
Y ahora ahí estaba junto a él, a pesar de todos esos años Steve Rogers sabía que él seguía siendo lo único que Tony Stark buscaba. Y Tony Stark sabía que él era el único el corazón de Steve Rogers.
Porque después de todos esos años llenos de amor, peleas, risas, lágrimas y separaciones su amor seguía tan fuerte e intacto como la primera vez que confesaron sus sentimientos, como la primera vez que se entregaron en cuerpo y alma.
FIN
*****************
Segunda vez que no tengo palabras que decir pero si quiero llorar.
Tratare de subir el epilogo lo más pronto posible.
Xoxo,
L🥀.
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