Loki estaba molesto, ni siquiera Thor podía poner una sonrisa en ese hermoso rostro.

No era que fuera un padre acosador, no se consideraba así, sin embargo, solo quería cerciorarse que sus primogénitos se encontraran a salvo.

Y fue entonces que Heimdall le mostró lo que Loki no quería ver, Matthew estaba nuevamente con ese mercenario de cuarta, Frank Castle.

Desde que Matt había vuelto a Midgard, ese desagradable hombre no lo había dejado, se comportaba como todo un adolescente a pesar de su edad, llevándole flores a su pequeño, haciéndole halagos, pidiendo perdón cada vez que tenía oportunidad y Fenrir muchas veces intervenía pero eso no era suficiente para que el hombre se alejara de su hijo.

Abrió la boca cuando vio como Frank tomaba la mano de su hijo durante su guardia nocturna y Matt recargaba su cabeza en el hombro de este, sonriendo, feliz.

—¿Viste eso, Thor?—estaba colapsando de los nervios.

Amaba ver a sus dos hijos felices pero ese hombre había jugado con su pequeño, lo hizo llorar y ahora ambos actuaban como si nada había pasado, no podía con ello.

—Cariño, Matt es suficientemente grande para hacer lo que hace y...—vio la mirada furiosa de Loki por contradecirlo y de inmediato cambió su discurso— a mí tampoco me agrada ese hombre Loki, pero lo que quiero decir es que ¿tal vez su amor es como el tuyo y el mío?

El pelinegro vio los ojos de Thor, a veces, el rubio podía sorprenderlo con sus palabras.

El pelinegro miro a través de los ojos azules de Thor y sintió nauseas en su interior. Tal vez era momento de dar segundas oportunidades, así como Thor y él se la dieron hace muchos años atrás.

—Prepara tus maletas cariño—Loki camino fuera del Bifrost mientras Thor lo miraba confundido.

—¿Que pretendes mi Luna?

—Vamos a Midgard, tenemos asuntos reales que atender—explicó sonriendo.

—No podemos, tenemos compromisos aquí como los Reyes de Asgard y-

—Dije que vamos a Midgard—recalcó sus palabras con insistencia sin quitar su sonrisa—. Nuestros hijos son más importantes que cualquier compromiso aquí, ¿entendiste cariño?

El rubio asintió dándole la razón a su querido esposo, él más que nadie sabía que llevarle la contaría al, ahora Rey de las mentiras, no era algo precisamente bueno.

Se acercó a su consorte tomándolo de la cintura y con su mano libre giro el Mjolnir que los llevaba directo al castillo.

(◦◦◦)

Matthew reía mientras Frank lo abrazaba por la cintura. Él diablo de Hell's kitchen estaba entre las piernas del mercenario, recargando su espalda en el torso del mayor.

Después de llegar de su pequeña guardia nocturna se habían encontrado con la pequeña fiesta que su hermano había hecho invitando a sus amigos los Defensores.

Si podía tener esa intimidad con Frank era gracias a que Fenrir estaba un poco pasado de copas y compartía besos demasiado obscenos con quien tenía entendido ahora compartía cama.

Conocía al muchacho, era uno de los mejores amigos de su primo Peter. Harry Osborn y Fenrir se habían conocido en un bar una de las noches en las que él había salido a patrullar y después solo los escuchó teniendo sexo en el baño de su casa.

—Consignase una habitación idiotas, no nos gusta ver como comparten su asquerosa saliva—la voz de una Jessica ebria y enojada hizo que Matt riera aún más—. Además deberías cuidar que tu hermano no esté tan cerca del idiota de Frank.

Su amistad siempre se basaba en comentarios ácidos y bromas pesadas pero en el fondo sabían que ambos se tenían un gran cariño.

—Eres una amargada Jones—contestó el príncipe menor—. Porque no vas con tu amiga, esa tal Tris a que te meta los dedos y dejes de jodernos—la pelinegra le enseñó el dedo y Fenr solo río—. Y Frank es un tema cerrado, la próxima vez que haga algo contra Mattie, le daré a mi lobo su pene como cena—sonrió recordando la amenaza y la ilusión de aquella escena que le había mostrado a Frank días atrás.

Matt sintió el acelerado corazón de su ex novio, el nerviosismo era palpable, no tenía idea de lo que había ocurrido aquella vez que llego de una reunión con Foggy y encontró a su hermano y al mercenario juntos pero ahora recién lo entendía.

—Creo que Danny y yo nos retiramos—anunció Luke tomando la mano del rubio.

—Es muy temprano cariño, que tal si...—acarició el brazo de Luke mordiendo su labio—. ¿Vamos por un café?

—¿A esta hora?—preguntó Frank confundido.

—No preguntes, después te explicó—dijo Matt evitando ese bochornoso momento en el que Danny siempre explicaba con su inocencia.

El timbre interrumpió la conversación, sin embargo eso no evito que Fenrir siguiera en lo suyo con Harry.

—Yo abro—Jessica se ofreció.

Camino sin prisa a la puerta y al abrirla se encontró con la realeza de Asgard.

—Jessica, un gusto como siempre cariño—Loki le sonrió amablemente y la pelinegra correspondió—. Veo que tienen una reunión con personas... un poco inesperadas—fijo su vista en Frank.

—Padres—Matt se puso de pie y camino hacia los reyes.

Él había sentido un aura extraña, una fuera de lo común que solo las personas de Asgard, especialmente sus padres, emanaban.

Había llegado el momento de enfrentar todo lo que pasaría a partir de ahora junto al mercenario que, seguía amando.

Loki entró seguido de Thor, los amigos de su hijo, quien él conocía perfectamente gracias al equipo que formaban junto a su Matt, le saludaron tan amables como siempre.

Miró en un rincón y diviso a Fenrir casi tragándose a un chico de cabello castaño mientras el acompañante de su hijo toqueteaba su abultado trasero. Todos miraron la escena incomodos mientras para el Rey de las Mentiras era desagradable.

—Ese es mi hijo—susurró Thor con orgullo y una sonrisa en sus labios.

Loki miro de reojo de reojo a su esposo haciendo una mueca fastidiada y molesta. Uso su magia para separarlos mientras Fenrir miraba a todas partes asustado.

—Hola—saludó nervioso, carraspeando—, padres.

—¿Qué se supone que pasa con ustedes?—el pelinegro estaba enojado, furioso al ver la actitud de sus hijos. Ellos permanecieron en silencio—. ¿Podrían dejarnos a solas con nuestros hijos, por favor?—todos salieron en silencio, Harry los siguió pero Loki lo detuvo con su magia— Tú te quedas.

(◦◦◦)

Ni siquiera Tony o Steve se dieron cuando ambos estaban sobre la cama, desnudos.

El castaño estaba amando volver a sentir el toque de Steve sobre cada pedazo de su piel acanelada, sintiendo la boca del rubio recorriéndolo y dejando besos húmedos por donde quiera que pasaba.

Esta vez era diferente a la anterior, aquella vez que había follado con Steve luego de tantos años sin sentirlo, no había sido hacer el amor. Aquel acto estuvo manchado de olvido, rencor y dudas. Porque, por supuesto que amaba a Steve, sin embargo aún había muchas cosas que no se atrevía a aceptar o a soltar.

Y ahora, en ese momento no había duda que para él no existía alguien más que no fuera Steve Rogers para hacerlo feliz.

—Te extrañe Tony—gimió Steve recorriendo el abdomen de Tony mientras besaba su pecho. Subió su boca dejando un camino de mordidas entre el cuello y barbilla del castaño hasta llegar a su boca—. Te extrañe mucho mi amor.

El brillo en los ojos de Tony delataba lo dichoso y amado que se sentía en ese momento.

—También te extrañe Steve—sonrió mordiendo sus labios mientras miraba con deseo los ojos del Capitán.

El rubio se acercó al rostro del millonario, en medio del silencio sus respiraciones agitadas y mezclando sus alientos. El ambiente se tornó caliente cuando el soldado ataco los labios del ingeniero sin piedad, saboreando, chupando y mordiéndolos. Dejando que su boca explorara una vez más esa cavidad que tanto conocía y que tanto amaba.

Recorrió con sus manos las curvas del cuerpo de Tony, apretando las caderas del castaño lo acercó más hacía el mientras sus erecciones se rosaban. El menor gimió cuando Steve jalo sus cabellos profundizando el beso. Sintió la gran mano del Capitán colarse entre sus miembros y apretarlos en su mano, agitando de arriba abajo.

Se separó de Steve gimiendo y tomándolo por sus hombros lo alejo para ver los ojos de aquel azul obscuro hipnotizante, acabando por confirmar sus sentimientos por Steve.

Su entrada se contrajo cuando sintió un intruso rosarla, Steve sonrió besando despacio los labios hinchados de su esposo.

—Siéntenme, siénteme mi amor—le susurró contra sus labios sin quitar su mirada de Tony.

—Mmgh... Steve—la penetración de Steve hizo que arqueara su espalda más de placer que de dolor.

Los movimientos del rubio comenzaron despacio, quería que Tony lo sintiera, que sintiera todo el amor que seguía y seguiría sintiendo hasta el final de sus días.

No había prisa, eran solo ellos dos, compartiendo a la luz de la luna, disfrutando de su intimidad, de su amor.

—Tony...ahh—Steve gruño al sentir como la cavidad anal del castaño apretaba su miembro, estrujándolo a su antojo—. Mierda, cariño.

—Lenguahh...je cahm-riño—rio entre gemidos.

Grito entre lágrimas cuando Steve encontró su próstata, aferrándose a un más a los anchos hombros de Capitán con una de sus manos, acercó el rostro de Steve besándolo como si el mundo se acabara, como si su vida se estuviera yendo pero es que estar y hacer el amor con el amor de su vida era algo inexplicable.

Volvió a llorar de placer y de alegría. Steve se movía con lentitud en su interior mientras besaba todo su rostro. Sintió su orgasmo cerca pero Steve lo detuvo, quería que ambos se vinieran, juntos.

Tony se quejó aun con lágrimas y sin quitar la vista del concentrado Capitán quien seguía moviéndose despacio en su interior.

—Te ahhmo cariño—gruño Steve liberando su miembro que disparaba su esencia entre sus abdómenes al mismo tiempo que Steve lo hacía en su interior.

Tony, aun cegado por el reciente orgasmo, acaricio con devoción el rostro de Steve admirando su expresión llena de placer después de haberle hecho el amor.

No había duda que así pasaran mil años separados, el amor que ambos se tenían jamás se iba a ir. Ellos dos habían nacido para estar juntos. Ellos dos se amaban.

No había condición alguna, los motivos para amarse sobraban, iba a quedarse con Steve para toda la vida.

—También te amo—el millonario le regalo la sonrisa más pura y sincera del mundo.

(◦◦◦)

—Así que... ¿están saliendo nuevamente?

Una vez todos se fueron, Loki acompañado de Thor se habían sentado en los sillones mientras Frank y Matt estaban frente a ellos. Fenrir y Harry se encontraban a su costado, el hijo de Norman con la mirada en el piso un tanto cohibido por la presencia de los Reyes de Asgard y Fenrir simplemente recuperándose de su estado.

—No—contesto Matt inseguro.

Frank se mantenía en silencio. No quería enfrentar a Loki una vez más. Si solo alguien sabía cuan doloroso era recordar los gritos de su familia mientras fueron asesinados, era Matt. Y si el Rey de las Mentiras había querido dañarlo, esa jugada que había hecho al traer de nuevo esos recuerdos que quería olvidar, fue perfecto.

Los días siguientes a su enfrentamiento no había hecho más que tomar botella tras botella para tratar de salir de su depresión en la cual había vuelto a recaer.

—¿Tu no vas a hablar?—el pelinegro se dirigió a Frank.

Matt sintió los latidos acelerados de Frank por segunda ocasión en la noche. El mercenario aclaro su garganta.

—No, no lo hacemos su majestad—el pelirrojo bajo su cabeza en señal de decepción, sabía que no debía confiar en Frank una vez más. Suspiro a punto de levantarse e irse de ahí pero Frank lo tomo de la mano, sosteniéndola firmemente—. Y por eso me gustaría pedirle, formalmente, a su esposo y a usted, que me concediera el permiso de tener una relación con su hijo.

Matt no dudo de las palabras de Frank porque supo que decía la verdad, que lo que sentía era verdad. La forma en que su corazón latía y como respiraba eran factores claros para saberlo.

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Esta fanfic cumple 1 año hoy.

Y el final esta muy cerca, dos máximo tres capítulos con el epilogo.

Pregunta importante

¿Qué actriz les gustaría para que interpretara a Morgan Stark de adolescente?

Otra cosa, vayan a leer mi nuevo OS acerca de Morgan y la Superfamily.

¿Recuerdan que publique hace unos meses una fanfic llamada "La Familia Perfecta"?

Tal vez el OS tenga que ver con la fanfic.

Xoxo,
L🥀.