Capítulo 33. "Reconquistar."
Quiso acercarse durante su último encuentro a Peter pero el castaño terminaba alejándose siempre de él así que volvió a la técnica de observarlo de lejos.
Las aventuras de noche del hombre araña no habían cambiado e incluso sus actos violentos habían aumentado. La prensa comenzaba a hablar pestes del joven héroe y la ciudad comenzaba a aborrecerlo algunos ciudadanos hasta llegaban a sentirse inseguros con él.
No fue hasta esa noche que vio algo realmente impactante y reafirmo que Peter estaba siendo controlado por algo más.
Cuando dos tipos comenzaron a dispararle al hombre araña y este los había esquivado a la perfección, otros dos se le sumaron, él iba a entrar a defender a su baby boy, iba cortar las cabezas necesarias si eso era necesario pero entonces el cuerpo de su chico había sido poseído por un monstruo negro y grande.
Otros tres tipos hicieron sonar un gran fierro metálico con otro y vio como el monstruo negro se desprendía del cuerpo de su baby boy pero al mismo tiempo eso hacía sufrir a Peter, lo vio por los gritos que dio.
Por más que quería que ese ser dejara al castaño no podía permitir que este sufriera, así que con sigilo se encargó de los tipos que estaban causando ese dolor en su baby boy.
Cuando el ruido paro el monstruo volvió a pegarse al cuerpo de Peter. Lo vio escondido detrás de un arbusto. Era viscoso y mostro unos dientes grandes y filosos, el ser mostro una macabra y sonrisa llena de venganza por hacerlo sufrr, después abrió su boca y trago de uno de los sujetos que le había disparado Peter.
Camino hacia los demás pero ellos corrieron.
Segundos más tarde el cuerpo del castaño volvió a la normalidad y el comenzó hablar con la cabeza de la cosa gigante que ahora flotaba a su lado.
—¿Por qué demonios hiciste eso Venom? Es asqueroso.
Tenía hambre y con lo que me das no alcanza. También porque quiso que me alejara de ti, ¿Qué acaso no lo sentiste?
—¡Oye! Compre toda una carnicería para ti y le mentí a mi padre que había gastado el dinero en un auto para Ned diciendo que estaba borracho cuando lo hice y claramente no creyó. Me estas metiendo en muchos problemas y me controlas a tu antojo. Por cierto eso dolió, el que me quisiera separar de ti.
Deja de ser tan dramático. Además si no fuera por mi estarías lleno de hoyos por tantas balas. Al menos Eddie no reclamaba tanto y...
—¿Por qué mencionas tanto a ese tal Eddie?
Era mi novio.
—¡Wow! Esto... es mucho incluso para mí.
Wade no espero más y salió de ahí yendo por las únicas personas que podían ayudarlo a controlar esa situación y mantener lejos a Peter.
(◦◦◦)
Matt le había contado a Fenrir todo lo que había sucedido aquella noche con Frank. No había omitido ninguna parte de la conversación que mantuvo con el mercenario y su hermano lo había reprendido por eso.
—No quiero que sufras otra vez por ese idiota Mattie—el pelinegro lo abrazó.
A pesar de ser menor que el pelirrojo y ser un total idiota en relaciones amorosas su hermano siempre le daba buenos consejos y lo protegía demasiado.
—Solo somos amigos Fenr.
—Pero claramente él tiene otras intenciones contigo—recalco con disgusto sus palabras—. Y no confió en él.
Matt sonrió ante los claros celos de su hermano menor.
—Descuida, me mantendré alerta, además sé que Frank no está mintiendo, nunca lo hizo solo... fue un idiota.
—¿Sabes que si pasa algo más con él nuestros padres me matarán verdad?
El mayor sonrió.
—Sé que Frank hará las cosas bien esta vez.
El timbre de la puerta se escuchó y Matt sintió los latidos de Frank tras la puerta, camino hasta a ella para abrirle y los pasos de Fenrir le siguieron detrás. Cuando abrió la puerta su presencia le hizo sonreír cordialmente quien solía ser su pareja también tenía una sonrisa en su rostro pero se borró de inmediato al ver al hermano menor del pelirrojo.
—Hola rojo... Príncipe Fenrir—saludo haciendo una reverencia nerviosa luego de recordar su último encuentro.
Ese chico era igual de malvado que su padre Loki, lo mejor sería guardar distancia con él y comportarse lo más cordial. No quería el puño del Dios del Trueno y la tortura del Dios del Engaño de nuevo.
Matt quiso reír por el comportamiento de Frank pero se mantuvo al margen de la tensa situación.
—¿Nos vamos?—Matt le dijo a Frank pero este seguía inmóvil.
—S-si. Y-yo te traje esto—le extendió un pequeño ramo de flores.
Matt las había olido incluso antes de abrir la puerta y se sonrojo un poco. Sabía que Frank no era de esos tipos románticos, ni siquiera cuando eran novios tenía detalles así y eso solo era una señal de que él se estaba esforzando de verdad.
Y así habían sido las últimas semanas desde su regreso, lo acompañaba a sus rondines por las noches, se quedaba a veces a su lado sin decir nada y dejar que el silencio los rodeara o volvía a repetirle lo mucho que lo sentía, incluso llego a contar lo que sus padres y hermano le habían hecho.
—Gracias—tomo el ramo entre sus manos y le sonrió—. Voy a ponerlas en agua y vuelvo. No intentes hacerle algo Fenr—amenazó a su hermano.
El menor de los pelinegros miro amenazante a Frank y fue muy cuidadoso ya que sabía de los sentidos desarrollados de su hermano.
—Hazlo sufrir nuevamente y esta vez no tendrás otra oportunidad.
(◦◦◦)
Se estaba esforzando, Steve realmente lo estaba haciendo.
Luego de las esperanzas que Tony había sembrado para su reconquista y volver a alzar su matrimonio como en sus años de mayor plenitud, no había duda en aprovecharlas, aunque estas no estuvieran dando fruto alguno no se rendía.
Con rosas cada día en el laboratorio del castaño, en la oficina o hasta en la misma cama que habían compartido. Con cartas de tan hermosa caligrafía que le hacía llegar expresando las palabras más puras y sinceras expresando su amor y arrepentimiento. Con sus donas favoritas cada mañana tan dulces y deliciosas como él.
Los papeles de divorcio seguían insistentes y era una señal de que el tiempo se agotaba así como el sentimiento de estarlo perdiendo crecía en su interior. Él no quería alejarse de Tony, no otra vez.
Trataba de conquistarlo como hace años cuando después de todas sus peleas al conocerse, en una de sus cenas tranquilas en la torre donde solo se encontraban él y el millonario, Tony con unas copas de vino de más en su sistema le había confesado que nadie se había esforzado por mostrarle cariño más que su madre.
Las mujeres y hombres que se acercaban a él pretendiendo buscar su amor era solo una fachada para atrapar su incontable fortuna y estar en una posición social claramente alta. Todos ellos le daban palabras de amor falsas y jamás había tenido algún detalle sincero por parte de ellos. Nadie se había tomado la molestia por conquistarlo de alguna manera romántica, simplemente se reducía a sexo.
Fueron unos días más tarde cuando comenzó a recibir pequeños detalles con las iniciales S. R.
Tony no recordaba mucho lo que había hablado con Steve aquella noche y Friday se había encargado de reproducir lo que había sucedido. Sonrió como el hombre enamorado que era porque desde que era un jodido adolescente se había enamorado de Steve Rogers.
Ahora la situación tenía un contexto diferente. Tony seguía amando a Steve como desde el primer día, a pesar de sus disputas en el pasado su traicionero corazón con heridas y todo se había recuperado y seguía amándolo, sin embargo su orgullo estaba de por medio.
Tener de vuelta a un Stark no iba a ser tan fácil para Steve Rogers.
Y el Capitán estaba comprobándolo.
Cada detalle que le mandaba al castaño, este lo dejaba olvidado o ni siquiera lo tomaba frene a los ojos del rubio haciendo que este se decepcionara y sé quebrara un poco más, dejando caer sus esperanzas. Si bien, cuando apenas Steve daba un paso fuera de la habitación tomaba sus regalos y los guardaba con recelo.
Cruel pero justo ante sus ojos.
A pesar de todos sus desplantes esa mañana no fue la excepción de los regalos de Steve hacia Tony.
El castaño se levantó temprano, había pospuesto desde hace días el reencuentro con Mr. Fantástico, líder de los Cuatro Fantásticos y gran amigo suyo. El científico le había hablado de un proyecto o más bien de una cosa extraña que había descubierto y Tony tenía demasiada curiosidad.
Mientras entraba a la cocina encontró a un Steve con su rubio cabello despeinado y su ropa deportiva pegada, muy pegada, acentuando su entrepierna y remarcando su gran miembro que conocía tan jodidamente bien, se sintió celoso al pensar que otras personas lo hayan visto así y hubieran fantaseado con él, todo ello por culpa del sudor que recorría su cuerpo. Se mordió los labios al recordar la acalorada noche que había vivido con él semanas atrás.
El Capitán ponía sus donas como cada mañana ahí en la mesa, una rosa roja aunque a veces la intercambiaba por una blanca y una pequeña nota.
—Buenos días Steve.
Lo saludo más alegre de lo normal y el rubio se sobresaltó.
—Buenos días Tony.
Quiso llamarlo con un apodo cariñoso como solía hacerlo antes pero su derecho se había ido hace mucho tiempo y sabía que Tony no se lo permitiría. Calló.
La sorpresa que Tony le dio fue cuando tomo una de sus donas y se la llevo directo a la boca. Cerró sus ojos degustando el delicioso sabor a chocolate que tanto amaba así como los labios de Steve.
—Deliciosas como cada mañana—le dio una sonrisa tan linda a Steve que este se derritió cuando vio las pequeñas arrugas adornar el rostro de su aun esposo.
Stark por primera vez desde las últimas casi dos semanas aceptaba algo de él frente a sus ojos. Sabía que Tony ignoraba todo lo que venía de él pero de igual manera conocía a la perfección al castaño. Era su gran orgullo el que se negaba a aceptarlos, no del todo él.
Esa mañana al parecer no había rastro del hostil orgullo marca Stark y lo agradecía.
—Tony...
El castaño había dejado la dona para tomar la rosa y olerla, fresca y dulce. Paso de largo la nota y decidió guardarla para él.
—Gracias, Steve—le sonrió con un ligero brillo en sus ojos que Steve noto al instante.
El silencio era abrumador pero se rompió cuando en las noticias volvieron a nombrar a Peter como los últimos días o más bien al hombre araña por sus recientes maneras de hacer justicia mediante actos llenos de violencia.
—¿Estamos haciendo algo malo con nuestro hijo Steve?
—Es un adolescente Tony, obviamente tiene que equivocarse. Hablaré con él si eso te mantiene tranquilo, ¿está bien?
Tony asintiendo le sonrió. Estaba muy preocupado por su pequeño niño porque a pesar de que fuera un adolescente la carga que tenía esa responsabilidad de ser un superhéroe era muy pesada, incluso para él que era todo un adulto cuando comenzó a ser Iron Man lo había sido.
Pero confiaba en que Steve iba hacer lo posible por hacer que Peter hiciera lo correcto.
— Nat me habló del juicio contra el padre de Peggy.
El rubio asintió suspirando al ver a Tony con tristeza recordando a su hija.
—Es complicado. Es mi hija Tony—el castaño lo miro con tristeza y entendió que esa niña era más importante para Steve de lo que él pensaba—. Tal vez no lleve mi sangre pero yo estuve con ella desde que nació y la amo tanto como amo a Peter.
Tony le tomo su mano entre las suyas tratando de darle consuelo porque él sabía lo que era ser padre. Sabía lo que era estar lejos de su hijo. Y él ya había alejado a Steve de Peter, no quería que ahora lo alejaran de Peggy.
—Voy a ayudarte—le dio una ligera sonrisa—. Buscare al mejor abogado para que ayude a ganar ese juicio.
—No tienes porque Tony. No merezco nada de ti.
—Esa niña es hija de una bruja y no me quiero imaginar al idiota del padre que tiene si dejo que Sharon jugara con ella para hacerla pasar por tu hija. No merecen a esa niña Steve.
—Gracias.
Tony le dio un abrazo sincero. Uno que Steve disfruto como hace muchos años no lo hacía. Sintió el corazón de Tony latir tan rápido como el de él, dos corazones tan heridos y tan llenos de amor para dar.
Quiso acercarse más, esos rosados labios rodeados por aquella barba que siempre hacía lucir tan hermoso a su esposo lo incitaba a querer besarlo y Tony pareció leer sus intenciones.
Se alejó de inmediato.
—No hay problema— palmeo el hombro del rubio.
Steve camino a su habitación y saco los papeles de divorcio, los leyó una y otra vez, torturándose. Tomo la pluma y acerco la punta a la línea con su nombre.
No quería. No podía.
¿Debía seguir a pesar de que su corazón seguía rompiéndose? ¿O era mejor dar esa guerra por perdida?
*************************
¡Hoy es el cumpleaños de bebe Tom! ¿Cómo que cumple 23 y no 15?
Es el capítulo que más aburrido me ha parecido, lo siento.
Estoy en un dilema porque muchas de ustedes quieren que Steve sea perdonado pero otras no, so... tal vez lo descubramos en el siguiente capítulo.
Xoxo,
L🥀.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro