Capítulo 29. "Deseo y Dolor."
Las palabras sobraron entre los dos hombres cuando Steve atacó con ferocidad la boca del castaño.
Un beso lleno de furia, reclamo, amor pero sobre todo dolor.
Tony quiso apartarlo, sí, lo estaba provocando pero no quería llegar más lejos.
Su límite de cordura con Steve era casi nula, solo bastaba que el rubio tocara ciertos puntos que como ningún otra de las personas con las que se acosto en sus tiempos de playboy sabía tocar para volverlo loco.
El castaño puso resistencia lo más que pudo pero cuando sintió como Steve apretaba su cintura contra él haciendo chocar sus muy ya excitados cuerpos no pudo evitar soltar un gemido.
La boca de Steve viajo de su boca a su cuello y lo beso una y otra vez, dejando marcas, reclamándolo como suyo, porque aún le pertenecía.
Fue ahí cuando perdió los estribos y ahora era él quien había tomado los labios del Capitán en un efusivo beso, juntando sus lenguas con movimientos expertos y obsenos, explorando tosa su cavidad bucal como antes.
Steve lo sostuvo tan fuerte que apenas y podía respirar pero le encantaba esa sensación. Casi como si nunca lo quisiera dejar ir aunque claramente pensar eso era una puñada en su corazón, porque sí lo había dejado ir hace mucho tiempo.
El mayor lo guió hasta la habitación que ambos conocían a la perfección, aquella en la que vivieron sus más apasionados encuentros, donde Steve lo había hecho suyo una y otra y otra vez, al parecer volvería a suceder y por más que quisiera arrepentirse no podía, todo estaba llegando demasiado lejos.
El Capitán lo depositó en la suave cama y sin dejar de obsérvalo se despojó de su camisa ante la atenta y fría mirada del hombre de hierro.
Sentía, muy en el fondo podía sentirlo aún suyo pero es que Tony se había vuelto tan frío que solo porque lo conocía como a nadie era el único que podía descifrar lo que esos ojos querían decir.
El millonario parecía leer los pensamientos de Steve, no quería que pensara, quería que actuara antes de arrepentirse por hacerle caso a su cuerpo y la necesidad de tenerlo dentro suyo.
Las manos fuertes del rubio casi arrancaron los botones de la camisa de Tony dejando al descubierto su pecho, se relamió los labios y sin quitar la mirada del castaño beso toda su bronceada piel, cada beso por cada golpe propiciado en Siberia, quería borrar todo el dolor que alguna vez causo en quien consideraba el amor de su vida aunque sabía que era prácticamente imposible.
Tony gimió cuando sintió la boca de Steve apoderarse de sus botones rosados, primero el izquierdo y luego el derecho, estaban tan sensibles ante su tacto, no podía creer que su cuerpo fuera tan traicionero y lo delatara ante el rubio cuanto lo había extrañado.
Pero es que no había tenido sexo por mucho tiempo, desde que había abandonado la tierra y compartió cama con un extraño de cabellera rubia, tan parecido a Steve pero tan lejos de hacerle sentir lo que ahora estaba sintiendo.
La mano del Capitán bajo hasta desabrochar sus pantalones de vestir y sacarlos de un solo tirón junto a sus boxers, así como se había desecho de los suyos.
El aire casi abandono el cuerpo del mayor dejando escapar un jadeo ante ver semejante cuerpo desnudo frente a él, joder que si lo había extrañado.
Más allá de la excitación su corazón latió debido al sinfín de emociones que había presenciado al ver aquella pequeña y casi extinta cicatriz adornar el bajo vientre de su marido.
Su vista la devolvió al de color avellana quien lo miro avergonzado. No era momento de reclamos ni preguntas, se arrodilló y se dedico a besarla con delicadeza y ternura. Una y otra vez.
Su boca viajo hasta el duro y gran miembro de Tony, relamió sus labios y lo metió de completo a su boca.
Tony soltó un gemido alto, como música para sus oídos, la mano del hombre de hierro viajo hasta sus cabellos enredando sus dedos entre las finas y rubias hebras para incitarlo a que siguiera mientras que con la otra agarraba fuertemente las sabanas.
Lamió de la base a la punta, alcanzando con su lengua a tocar los testiculos del millonario, succionó con fuerza, empapándose aún más al ver la cara llena de placer de su esposo. Mientras tanto sus dedos jugaban entrando y saliendo en la muy ya lubricada entrada de Tony.
Segundos después lo sintió explotar en su boca, tragó toda la esencia y relamió sus labios. Subió hasta quedar frente al castaño y compartir un beso, haciendo que se probara así mismo.
Esta vez Tony había tomado el control, dejando a Steve abajo de él listo para montarlo, para que pudiera sentir quien ponía las reglas del juego ahora.
Alineó el miembro en su entrada listo para autopenetrarse, Steve le sostuvo la mano de inmediato.
—El condón—dijo agitado.
—¿Te molesta tener hijos conmigo?—las palabras de Steve le habían herido de una manera casi absurda.
—No es eso Tony... ahh—sus palabras quedaron dispersas en el viento debido al gemido que soltó cuando se sintió en el interior del castaño.
Tan apretado y húmedo y como siempre tan listo para recibirlo.
—Mmm—Tony se movió de arriba abajo con saltos lentos.
Apoyó sus manos en el sudoroso pecho del Capitán y tomo impulso para cabalgarlo con desenfreno, las manos del mayor se posaron en sus caderas y eso ayudo a aumentar el ritmo, sintiendo como su interior se tragaba casi por completo el miembro de Steve, sintiendo sus testiculos golpear su entrada y casi reclamando por no ser invitados al vaivén dentro de su cuerpo.
Grito, como si lo estuvieran hiriendo cuando Steve tocó su punto dulce, casi se derritió entre sus brazos.
—¡Si! ¡Ahí!... mmm... ahh... ¡Steve!—soltó un roncó gritó cuando volvió a tocar su punto.
Steve gruño al ver semejante escena sobre su cuerpo, ver a Tony mientras le hacía el amor era arte puro, sus gestos, su voz, todo él emanaba un aura llena de excitación.
Y a pesar de estar perdido en el deseo había sido demasiado tarde para detener su mente, en medio del vaivén y de aquel acto placentero recordó el pasado.
—Te amo, Tony...—afirmó entre gemidos el rubio dando un salvaje beso en sus labios.
Confundiéndolo aún más.
No podía evitar pensar en como lo había hecho sentir aquel día.
¿Que se supone que tenía que creer? Le decía palabras de amor, tal como en el pasado pero ¿si se volvía a repetir? Le aterraba.
Steve sabía que estaba completamente perdido en él y en su ciego amor, era la única persona en quién más confió y al final lo rompió.
Otra embestida sintió arrojando sus sombras del pasado y trayéndolo al presente, se aferró a los hombros del rubio mientras buscaba con desespero su boca.
Quería sentirlo más allá del ámbito sexual, que lo besa y fingiera, se sintió humillado por él mismo al querer que Steve le mintiera haciéndolo sentir amado aunque sea por esa noche, saber que entre todos solo lo elegiría a él.
Lloró porque sabia que mediante ese acto le estaba entregando su corazón una vez más, lo único que quedaba de él.
En cada embestida, en cada gemido, le otorgaba el poder de romper su corazón en pedazos, lo estaba rompiendo a él y su dignidad, su corazón a cambio de un poco de amor y afecto en su vida.
—¡No...ahh! ¡No llores... amor!
Limpió las lágrimas del castaño con sus besos, aferradose a su espalda. Quiso detenerse pero el castaño aceleró sus movimientos.
—¡Más Steve!—volvió a gemir su nombre y accedió dándole lo que necesitaba.
Otra embestida en su punto dulce y su orgasmo explotó entre sus abdómenes mientras que Steve siguió con su vaivén escuchando la respiración acelerada del castaño intentando recuperarse de su orgasmo y sus cuerpos chocando sin control.
Una última embestida mientras las paredes apretaban su miembro hasta casi exprimirlo y viniendose entre un grito ronco en el interior de Tony.
Tony había recargado su frente en su hombro y él besó las hebras castañas de su esposo.
El silencio que siguió después de aquel acto tan ruidoso fue abrumador, casi como un insulto.
Ya no había un "te amo" ni promesas como las que solía hacer Steve, aquellos "cuidaré tu corazón" "nunca te dejaré" cada una disfrazadas de mentiras se habían ido.
Pero se atrevió a decirlas nuevamente luego de unos minutos que Tony se alejara de él y le diera la espalda.
—Perdóname cariño, nunca quise hacer lo que hice, no volveré a dejarte ir, ni a ti, ni a nuestro hijo, te lo prometo.
El hombre de hierro quiso convencerse que Steve no era tan cínico y que todo estaba en su cabeza pero volvió a hablar.
—Te amo, Tony.
Estaba tan jodido porque lo peor era que él seguía teniendo su corazón entre sus manos.
Tony seguía amando a Steve.
(...)
Los recuerdos de la noche anterior golpearon la mente del rubio, recordando todo lo que había vivido junto a Tony.
A pesar de no haber respondido a sus palabras, la esperanza de conquistar a Tony y tenerlo devuelta había crecido.
El lado de Tony estaba frío era más que obvio que lo iba a abandonar por la mañana, aún así el buen humor y la sonrisa persistió en su rostro.
Se dió una ducha aunque para ser sinceros no quería quitar el olor de de Tony de su cuerpo.
Se dirigió al cuartel de Los Vengadores en su motocicleta, aún conservando la sonrisa en su rostro, misma que se desvaneció al ver los papeles que le habían llegado apenas entró al complejo.
El padre de Peggy estaba pidiendo su custodia total y la segunda había acabado con sus esperanzas y había roto su corazón por completo:
Demanda de Divorcio
Solicitada por: Anthony Edward Stark
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Es mi primer smut Stony, iré mejorándolo, se los prometo.
Btw, ¿que opinan sobre perdonar ya al Dorito?
Para las fans de Star-ant tengo una fanfic de ellos en mi perfil.
Y otra historia con temática algo tierna donde nuestros heroes son abuelos, algo raro, i know.
Xoxo,
L🥀.
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