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Una semana después. 

La relación entre Shawn y Louis estaba tensa, nada era como antes, en realidad, ninguno de los dos se sentía realmente muy cómodo con el otro.

Desde hace una semana Shawn no lo besaba ni lo abrazaba de manera cariñosa, ni siquiera parecían pareja ni amigos en realidad, parecían dos extraños recién conociéndose.

Lo único que no había cambiado entre ellos era la rutina de pasar las tardes en casa de Louis.

Aunque últimamente Louis había notado que Shawn se emocionaba mucho por ir a su casa, lo cual era extraño y no le encontraba una explicación.

Justo ahora estaban los dos en la sala de la casa del omega, Louis tenía rato que había terminado la tarea, pero en cambio Shawn seguía leyendo, bueno, aunque era obvio que leía para evitar hablar con él, lo cual desesperaba al omega.

- Shawn - susurró. 

- ¿Qué? - contestó sin mirarlo, en un tono cortante y desinteresado.

- ¿Vamos a seguir así? - preguntó mirando el perfil del alfa.

El alfa suspiro, dejó su libro de lado y miró al omega.

- Louis - susurró suave, eso era lo que más detestaba el omega, era el no poder odiar Shawn por que el era muy lindo para ser odiado - No sé que quieres saber o que quieres realmente.

- ¡¿Qué quiero?! - preguntó indignado - ¡Somos novios Shawn!, hace una semana que ni siquiera nos besamos, quiero saber qué está pasando entre nosotros.

- ¿Qué está pasando?, creo que es algo muy obvio. Louis, ya no somos novios. - respondió sin dejar de mirarlo, el omega quería llorar en ese momento. - No me mal entiendas, te quiero aún, pero no de esa manera, además tú ya has encontrado a tu alfa y no quiero interponerme entre ustedes, solo eso.

- Shawn, deja de decir eso. Yo no tengo alfa, dime la verdad.

- Esa es la verdad.

- ¡No es cierto! - chilló el omega.

- Está bien. - suspiró Shawn - Yo encontré a mi omega - respondió, esta vez sin mirarlo.

Louis se quedó callado, no sabía qué hacer, qué decir ni que sentir. 

- ¿Tu omega? - preguntó desorientado.

- Si. - asintió el alfa.

- ¿Es por eso que en realidad ya no quieres que sigamos con lo nuestro? - preguntó Louis entre triste y furioso.

- No exactamente. También lo hago por ti, créeme, lo último que quiero es entrometerme entre tu alfa y tú.

- ¡Mientes! - gritó el omega alterado. - Si tanto quieres estar con tu omega, lo entiendo, lo que no entiendo es que me mientas diciendo que lo haces por mi alfa. ¿Tan difícil es decirme que es solo por tu omega? 

Shawn rodó los ojos fastidiado, el omega era alguien muy terco.

- Está bien. - suspiró resignado - Es por mi omega, no quiero lastimarlo teniendo un novio.

- Lo entiendo. - sonrió forzado el omega. - ¿Y conozco a tu omega? - preguntó tratando de no estar incómodo.

- Si. - respondió un poco inseguro el alfa, porque por su mente solo pensaba en, ¿Cómo reaccionaría Louis cuando se entere que Niall es el omega de su ex novio?

- Oh. - expresó el omega - ¿Y quién es? - pregunto aún más curioso.

En ese momento Shawn se debatía qué responder, porque realmente no tenía idea de cuál sería la reacción del omega.

- ¿Shawn?, ¿No vas a decirme? - preguntó Louis impaciente por una respuesta.

El alfa decidió que decirle una pequeña mentira blanca al omega era lo adecuado, pero tal vez era su día de suerte porque justo en el momento que iba a responder el timbre de la casa sonó.

Louis lo miró con los ojos entrecerrados y le susurro - De esta no te escapas, vas a decirme en cuanto regrese. - advirtió apuntándole con el dedo de manera amenazadora, aunque en realidad era más adorable que amenazador.

El omega se levantó de su cómodo asiento y corrió a la puerta, él normalmente nunca preguntaba, "¿Quién es?", antes de abrir, así que esta vez no fue la excepción.

Un fuerte aroma a cerezas lo golpeó al abrir la puerta, haciendo que cerrara los ojos de manera instintiva, aquel aroma a omega se le hizo conocido.

Abrió los ojos y no pudo evitar fruncir el ceño al ver de quien se trataba, su omega se puso celoso de inmediato.

Era la ex novia de Harry, Melanie.

"¿Qué quiere ella aquí?", preguntó su omega irritado.

- Hola Louis, ¿está Harry? - habló algo nerviosa y avergonzada.

- ¿Harry?, ¿Para qué lo quieres? - contestó molesto, no le gustaba que esa omega estuviera buscando a Harry.

La chica suspiro avergonzada. 

- Alguien dejó una caja de chocolates en mi casillero, no tenía nombre ni ninguna nota, y yo me preguntaba, que... ¿Que tal vez fue Harry? - dijo mostrando una enorme caja de chocolates de color rojo.

"Nunca le he regalado algo a un omega, no soy romántico, bueno, nunca me he sentido en necesidad de serlo. Pero juro que a mi omega voy a llenarlo de regalos, algún día", las palabras de Harry llegaron a su mente, el pensar en eso y en que el alfa le regaló unos chocolates a su ex novia lo hacían sentir triste y celoso.

"¿Por qué carajos le regaló chocolates a ella?", preguntó su omega celoso, para después ponerse triste diciendo, "La quiere a ella. No a mi." 

- Él no está, puedes buscarlo mañana en la escuela. - contestó en un tono amargo y con el ceño fruncido, mirando casi con odio a la omega.

- Está bien - susurró ella - Nos vemos. - se despidió con una sonrisa falsa y se fue.

Louis quería correr a su habitación y llorar, pero no, el se prometió no llorar más por el alfa y el iba a cumplir con ello, aunque el nudo que se estaba formando en su garganta quisiera hacer todo lo contrario junto con su omega.

- ¿Louis?, ¿Estás bien? - preguntó el alfa preocupado.

Tal vez algunas lágrimas habían salido de los ojos de Louis sin que se diera cuenta.

El omega no contestó y corrió a su brazos.

- Shawn. - susurró con la voz quebrada - Él no me quiere, me mintió. Él nunca me ha querido.

- Tranquilo Louis. - susurró Shawn acariciando su cabello para tranquilizarlo.

Louis tan solo no se podía quitar de la mente el hecho de que Harry nunca se fijaría en él, siempre supo eso, pero ahora siendo omega le costaba aún más aceptarlo.

"El nunca va a fijarse en mí y ya es hora de aceptarlo", se susurró a él mismo en la noche, bajo la oscuridad de su habitación, antes de cerrar los ojos y quedarse profundamente dormido.

[...]

Louis se sintió aliviado cuando llegó a su lugar en el salón de clases, el evadir a Harry toda la mañana en el desayuno había sido algo muy agotador.

- ¡Louis! - gritó Bebe Rexha sentándose a su lado.

Resultó que Bebe y él tenían una buena química, como amigos nada más, pero realmente se llevaban muy bien.

- Hola - saludó el omega sonriendo.

El aroma de la alfa lo tranquilizaba un poco.

- Este sábado es mi cumpleaños y haré una gran fiesta y me encantaría que fueras.

- ¿Si? - preguntó nervioso del omega.

- ¡Por supuesto que sí! Tú no puedes faltar.

Louis sonrió sonrojado.

- No soy mucho de fiesta, pero iré por ti.

- Ahí te veo. - festejó la alfa dándole un beso en la mejilla al pequeño.

El omega se quedó estático, con una pequeña sonrisa en su rostro.

[...]

Sábado.

Louis estaba nervioso, era la quinta vez que se cambiaba de ropa, nada de lo que se ponía lo convencía, era su primera fiesta oficial de preparatoria, no sabia que usar exactamente para encajar y no llamar mucho la atención.

Al final decidió llevar unos jeans negros que lo hacían sentir cómodo, una camisa blanca junto con una chamarra de mezclilla de que le gustaba mucho, se acomodo un poco su flequillo y salio de su habitación.

Louis estaba tan sumergido en sus pensamientos, emociones y nervios por la fiesta que ni siquiera se percató de la presencia de Harry y Niall en la sala.

- ¿A dónde vas? - preguntó alfa en un tono autoritario haciendo que el omega diera un pequeño salto del susto.

- ¡Dios! - chilló - Me asustaste. 

- Eso no fue lo que te pregunte - habló Harry casi gruñendo, el rizado podía ser alguien muy celoso. 

El ver a su omega salir de la casa muy arreglado tan tarde no le gustaba en absoluto y menos sin saber a dónde iba y lo más importante, con quien.

- ¿Por qué debo darte explicaciones? - cuestionó el omega cruzándose de brazos.

"¡Porque soy tu alfa!", quería responder pero se contuvo.

- Voy a la fiesta de Bebe, ella me invitó. - dijo Louis antes de dirigir su mirada al reloj - Y ya es tarde, así que, me voy. 

- ¡Tommo! - gritó Niall - No puedes ir solo, algo puede pasarte y mis padres no me van a perdonar si algo te pasa.

- ¿Y qué sugieres genio? - preguntó Louis con el ceño fruncido mirando a su hermano. - Le prometí que iría.

- ¿Qué sugiero? - replicó el rubio dejando su bolsa de frituras en el comedor - Voy a ir contigo para cuidarte - habló levantándose de donde estaba sentado.

- ¿Cuidarme tu? - preguntó Louis antes de soltar una fuerte risa sarcástica - Es más fácil que yo te cuide a ti, que tú a mi. Además, no mientas, quieres venir por que hay alcohol.

- Vamos Tommo, esto no está a discusión, voy a ir contigo. - habló el omega rubio tomando las llaves de la casa - ¿Vienes jirafa? - preguntó mirando al más alto.

Louis quería decirle que no, que Harry no tenía que ir, pero su omega no podía hacerlo, así que solo se quedo callado mirando al alfa asentir y tomar su chaqueta verde. 

[...]

La única ventaja de haber aceptado que Niall lo acompañara a la fiesta era el hecho de que su hermano tenía automóvil, eso en verdad era una gran ventaja.

La casa de Bebe era grande, mas que los que imagino, al entrar el calor del lugar lo golpeó, hacia un calor infernal, ¿Y cómo no?, si había como mil personas bailando y bebiendo, bueno, tal vez no eran tantas, pero para Louis si eran demasiadas, tal vez el hecho de que no conocía a nadie influía en eso.

Tal y cómo lo sospechó Louis, en cuanto pusieron un pie dentro de la casa Niall desapareció, vaya hermano protector que tenía. 

Por otro lado Harry fue alejado de él por algunos chicos que parecían ser amigos del alfa, y así fue como Louis terminó solo entre la multitud de rostros y cuerpos desconocidos que se movían al ritmo de la música con sus bebidas en mano.

El ver una multitud bailar, ser tan alegres y sociables lo hacía sentir a Louis excluido, no conocía a nadie. 

Y el ser un omega rodeado de tantos alfas y omegas, todos con aromas sofocantes, lo hacía sentir aún más pequeño y extraño ahí. 

Pasaron las horas y solo estaba parado en una esquina con un vaso de vodka en sus manos, en realidad el sabor de el alcohol no le agradaba en absoluto, no entendía cómo había gente que lo amaba e incluso eran adictos a él, en ellos iba incluido su hermano, el cual por cierto no había visto en toda la noche.

Louis no podía decir que estaba aburrido o algo por el estilo, en realidad se lo estaba pasando lo mejor posible, bebiendo un trago de su vaso de vez en cuando y bailando un poco, todo iba bien, su noche estaba realmente bien hasta que lo vio.

Vio a Harry a la distancia, su corazón dio un vuelco.

El alfa se estaba besando con Melanie.

Louis sintió las piernas fallarle, la mezcla de celos, decepción y tristeza llenaron su cuerpo y sus ojos se cristalizaron.

¿Por qué el alfa le hacía esto?.

¿Por qué a veces lo hacía sentir especial y amado y otras veces lo hacía sentir como lo más patético del mundo?

Louis estaba apunto de llorar y salir corriendo de ahí hasta que alguien tocó su hombro, conteniendo las lágrimas giró su rostro y vio a un chico castaño, de grandes ojos marrones, era lindo.

El no podía distinguir el aroma del chico, no podía saber con exactitud si era un alfa o un omega.

- ¡Hola! - gritó el chico sobre la música. 

- ¡Hola! - respondió de la misma manera Louis.

- ¿Quisieras bailar conmigo? - preguntó el chico y el omega asintió, al final, no tenía nada que perder y necesitaba distraer su mente de la imagen de Harry besando a su ex novia.

Louis no era muy bueno bailando, pero hacía todo lo posible para no parecer que tenía dos pies izquierdos, además el bailar le hacía bien, lo hacía sentir bien y además el chico parecía ser alguien amable y lindo, le transmitía confianza.

- Me llamo Louis. - habló el omega, tenía curiosidad por conocer el nombre del chico, así que, qué mejor manera que presentarse el primero.

- Soy Liam. - se presentó sonriendo, Louis realmente amo su sonrisa - ¿Eres omega verdad? - preguntó.

Louis asintió. 

- ¿Y tú? - se atrevió a preguntar.

- Alfa - respondió.

- Es un gusto conocerte Liam - dijo el omega sonriendo.

Liam. Alfa. Le gustaba.

Tal vez después de todo la noche no iba a terminar tan mal.

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