
~CATORCE'🌼
✞
Cinco días después.
- No te sientas forzado a darme una respuesta Louis, podemos simplemente olvidar esto, si, eso haremos. - habló Bebe mirando al omega nervioso junto a ella.
Louis alzó la mirada de su regazo al rostro de la chica, y ahí estaba de nuevo, esa mirada llena de calidez y sinceridad que caracterizaba a la alfa.
Él amaría con todo su ser poder darle lo que ella quiere, poder ser el omega de alguien como ella, pero el destino no lo quiso así.
Su estúpido omega estaba enamorado de alguien que no le correspondía como él quisiera.
- Me encantaría poder aceptar tu cortejo, pero... - la voz del omega tembló - No creo que sea justo para ti. No es justo que te deje hacerlo sabiendo quien es mi alfa. - respondió triste - Lo siento. - se disculpó bajando de nuevo la mirada.
- No te preocupes Louis, lo entiendo, créeme. - dijo suavemente la chica abrazándolo por los hombros.
Louis sonrió melancólico, no quería que la alfa se sintiera mal.
- Eres una alfa muy buena, cualquier omega daría lo que fuera por tenerte, lo digo en serio. - confesó.
- Y tú eres hermoso Louis Tomlinson, tu alfa debe ser alguien muy bueno para que el destino lo premiara contigo.
Louis hizo una mueca por eso, la alfa lo notó.
- ¿Qué sucede? - preguntó ella confundida.
- Digamos que él no me quiere. - susurró con la voz débil.
- ¡¿Cómo no va a quererte?! - preguntó exaltada - Eso es imposible, debe ser un completo idiota para no ver el semejante omega que le dio el destino.
Louis rió en un tono nostálgico.
- Si, es el algo tonto. - susurró después de reír un poco.
- ¿Es el idiota de Styles? - preguntó.
El omega de Louis quería defender al alfa, pero en realidad no había con que defenderlo.
- Si - dijo algo avergonzado.
- Ahora todo tiene un poco de sentido. - murmuró ella.
- ¿Por qué? - preguntó el omega mirándola de nuevo.
- Bueno, Harry ha pasado los últimos días gruñendome en los pasillos cada vez que chocamos.
Louis sonrió, por alguna razón ese acto del alfa se le hizo tierno.
- Le gusta gruñirle a todos, es normal en él. - dijo el omega tratando de justificar al alfa.
- No - negó ella - Era un gruñido territorial. Él esta celoso. Me odia.
"¿Harry celoso?, ¿Por mi?, ¡Imposible!", pensó Louis, "Él nos quiere", chilló su omega feliz.
El omega no pudo evitar sonrojarse.
- ¿Por qué debería odiarte?
- ¿Querer cortejar a su omega se te hace poca razón? - dijo divertida - No dudo que un día quería golpearme por celos.
- Él no está celoso. - negó Louis.
- Se nota que no conoces a un alfa territorial Louis. Él es uno, normalmente los alfas territoriales son más agresivos y celosos.
- Él no me quiere.
- No - negó la alfa - Te necesita, su alfa te anhela y desea.
- No lo creo. - negó él.
- Ya lo verás con el tiempo, no podrá separarse de ti y menos en época de celo, él literalmente va estar pegado a tu cuello.
Louis se sonrojó aún más, la idea de Harry con el rostro enterrado su cuello hacía a su omega muy feliz.
- ¿Cómo estás tan segura?
- Por que soy un alfa también. - contestó guiñandole un ojo. - Debo irme pequeño, gracias por ser sincero conmigo. - dijo besando la mejilla del omega antes de irse.
Louis realmente rogaba no arrepentirse por rechazar a la alfa, por no lastimar a Harry.
[...]
Dos semanas después.
Louis trataba de hacer su tarea, realmente lo estaba intentando pero la mirada penetrante del alfa a su lado no lo dejaba concentrarse.
Llegó el punto en que los nervios por la mirada de Harry sobre él, lo hicieron explotar.
- ¿Qué tanto me miras? - pregunto casi en un susurro sin mirar al alfa, sintió como Harry se acercaba más a él.
El alfa movió la cabeza buscando los ojos azules del omega.
- Eres tan hermoso. - susurró lentamente con su voz rasposa y ronca, cerca del rostro del más pequeño.
El omega se sonrojó y desvió su mirada.
- Déjame hacer mi tarea. - dijo tratando de empujar al alfa lejos de él, no sabia en que momento Harry pasó de estar del otro extremo del sofá a centímetros de su rostro.
- Sólo estoy admirando tu belleza. - dijo acariciando la mejilla del ojiazul.
El omega se inclinó al toque del alfa y ronroneó tiernamente.
Louis realmente se odio por eso.
- Déjame. - susurró alejándose del toque del alfa. - Debo hacer tarea.
Harry había comenzado a comportarse de manera extraña con él, como si estuviera al pendiente de él a todo momento.
"Sigue sin querernos", dijo su alfa triste.
- ¿Cuándo vas a dejar de odiarme? - preguntó dolido Harry por el rechazo.
- Cuando dejes de ser tan estúpido. Lo cual parece que nunca va a suceder.
Harry tragó en seco.
Quería acercarse al omega, pero no sabía como hacerlo.
- Yo lo siento, por todo. - habló seriamente arrepentido, Louis lo miró. - Siento mucho como te he tratado, por lo de Melanie en la fiesta, por todo.
- ¿Por qué le regalaste chocolates?, dijiste que solo lo harías con tu omega, me mentiste. ¿Y por qué la besaste? - preguntó triste el omega.
- No lo hice. No fui yo. - contestó de inmediato. - Ella pensó que fui yo y por eso me besó en la fiesta, pero no fui yo, lo juro. - respondió - Yo no le regale nada.
- Eso no justifica que la besaras.
- Lo sé, no lo justifica. Yo realmente lo lamento, me dejé llevar por el alcohol. Pero tienes que creerme, yo no le di nada.
- Está bien, te creo eso.
- ¿En serio? - preguntó el alfa feliz.
- Si - asintió el omega con una sonrisa en su rostro.
El alfa emocionado abrazó a Louis, el omega no pudo evitar corresponder el abrazo, aferrándose al cuerpo del rizado.
- ¿Puedo? - preguntó Harry en un susurro.
Louis movió su cabeza para darle más acceso al alfa a su cuello, susurrando un débil sí de respuesta.
El alfa enterró su rostro en el cuello del castaño inhalando fuertemente el aroma del omega.
- Tu aroma es fantástico. - susurró contra su cuello. - El mejor de todos. Tú eres el mejor de todos. - susurró suavemente comenzando a dar besos por el cuello y clavículas del pequeño, abrazándolo fuertemente por la cintura.
Harry comenzó a dar leves mordidas en su cuello, cerca del lugar donde debería de estar la marca de un lazo.
- Mmm... Harry - gimió débilmente aferrándose más al cuerpo del alfa.
El alfa gruñó de placer.
- Tengo algo para ti. - confesó el rizado sin dejar de marcar el cuello del omega con besos y mordidas, que más tarde serían chupetones.
- ¿Si? - preguntó el castaño en un gemido, el placer por los besos del alfa lo estaban volviendo loco, retorciéndose de placer en los brazos del alfa.
- No sé si debo dártelo, no creo que sea capaz de hacerlo. - dijo separándose del cuello del chico sin soltar su cintura, el alfa no pudo evitar sonreír orgulloso al ver el cuello del omega marcado por él.
- No puedes decir que tienes algo para mí, si no piensas dármelo. - dijo Louis mirando los ojos del alfa, ese verde en el que podía perderse por horas.
Harry sonrío mirando los detalles del angelical rostro de Louis.
- Lo haré, pero con una condición. - susurró acercándose de nuevo a su rostro.
- ¿Cuál? - preguntó el castaño moviendo la cabeza para dejar a la vista del alfa su cuello de nuevo.
- Cierra los ojos, no puedes abrirlos hasta que yo lo diga. - murmuró respirando el aroma a vainilla y canela. - Serás un buen omega y obedecerás a tu alfa, ¿verdad? - preguntó besando su cuello de nuevo.
- Si alfa - gimió su omega cerrando los ojos.
- Bueno y lindo omega - gruñó su alfa. - Regreso en un momento - susurró dejando un último beso en el cuello de Louis antes de irse.
Louis se quedó sentado en el sofá con los ojos cerrados como lo ordenó el alfa.
Harry no tardó en aparecer, el alfa sonrió al ver al omega con los ojos cerrados y el cuello lleno de pequeñas marcas de él, sin dudas, una digna imagen para él.
- Estira tus manos, sin abrir los ojos. - pidió tiernamente y el omega obedeció.
Louis sintió algo pesado en una de sus manos y en la otra algo suave, como una rosa.
- Ábrelos ahora - dijo Harry nervioso.
El omega abrió lentamente los ojos.
Louis frunció el ceño al ver lo que había entre sus manos.
Era un cupcake cubierto con glaseado amarillo, el olor a vainilla con un toque de canela llego a su nariz, era su aroma.
En su otra mano había una flor blanca hermosa y grande, fresca.
Louis abrió los ojos cuando en su mente todo hizo conexión.
- Lo hice yo. - dijo nervioso Harry al ver al castaño confundido.
"Él no nos quiere. Es tu culpa", reclamó su alfa asustado al ver la reacción del omega.
- No sabía que cocinaras - dijo Louis mirando al alfa a los ojos.
"Él nos quiere. ¡Quiere cortejarnos!" chilló su omega.
- Me tomó casi tres semanas aprender. - respondió rascándose la nuca nervioso.
- Tú, ¿Quieres cortejarme? - preguntó dudoso el omega con el corazón latiendo rápidamente por la emoción.
El alfa asintió mirándolo a los ojos.
Harry estaba pidiendo permiso para cortejarlo...
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