La mañana de aquel jueves se veía no de ensueño, pero no podían quedarse sentados y quejarse, eso era para los débiles, se debía ser fuerte y marcar una diferencia; alentar a las personas a permanecer e intentar levantar los tiempos nuevamente.

Debido a que los jueves era un día en que Amelia trabajaba temprano y salía tarde, ______ llegó apenas se fue para ayudar con varias cosas del campamento del circo, a cargar cosas con Belmont, nuevas cuerdas para las poleas con Travis o ayudar a la madre del muchacho con el desayuno.

—Ve a decirle a Vito que el desayuno está listo ______ –pedía la mujer suavemente mientras calentaba el estofado.

La peli-____ asintió y camino hacia la oficina del más viejo de todos en el circo, un vagón de tren era lo que Vito usaba como oficina y hogar, aunque no se notara, era espacioso.

Subió al vagón y tocó la puerta, escucho un “adelante” y entró.

Abrió la puerta y su primera impresión fue el desorden, varios papeles tirados, cuya caligrafía casi inentendible reconocía era del anciano. Solo los hombres viejos escribían así.

Notó como tenía varios muebles viejos, una parte cubierta por una cortina improvisada que se suponía era su dormitorio y un par de fotografías y viejos trofeos.

En aquel vagón, Vito guardaba los trofeos, reconocimientos y fotografías que el circo había ganado, le hacían sentir muy orgulloso.

«Trofeo del mejor lanzador de cuchillos 1920»

«Acróbatas de la temporada printemps-l’été*»

«Ganador del concurso de payasos Bouffon du roi*»

«El circo de los hermanos Girard, Étoile de rêve*, se presenta en la Place de la Concorde»

Aquel último era el titular de un viejo periódico de cuando ______ apenas y era un pequeño bebé de dos o tres años.

Se veían alrededor de 25 personas, payasos, acróbatas, bailarinas, gimnastas, personas con instrumentos y domadores de animales, junto con dichos animales del circo; incluso sus padres estaban en esa foto, los dos, todo antes de esa horrible guerra.

Su padre y su madre estaban con ella, con unos años de nacida, pero se veían felices. Una inocente ______ que no sabía que más tarde perdería a su padre en esos cuatro años de guerra.

Tocó con suavidad aquel titular, creció en ella una melancolía, una sensación de querer volver a esos tiempos, de volver a sentir la calidez de un abrazo familiar… extrañaba esos preciosos años.

La sensación de un abrazo donde no faltaba ninguno de sus dos progenitores. Debido a la edad en la que los perdió, esa sensación y sentimiento se ve lejano, y se va perdiendo cada más como un sueño pasajero que olvidas lentamente a la mañana siguiente.

—Ah ______, lamento no notarte antes pequeña –la voz del viejo Vito le sacó de sus pensamientos–. ¿Qué pasa?

—Oh, cierto –hasta ella había olvidado a qué iba–. Selene me pidió que te llamara para desayunar –habló acercándose al escritorio.

Prestó más atención en ese momento a los papeles que había en la mesa.

—¿Qué es esto? –preguntó curiosa ante los papeles y tomando un par de ellos.

—A-ah, son solo números triviales mi niña, detalles de cómo le va al circo –intento excusarse el anciano con nerviosismo.

—Ya veo –dijo ella leyendo que decían eso papeles con números “triviales”.

Eran gastos y cuentas del circo, de cómo estaba económicamente, como le estaba yendo, las ganancias de las últimas semanas y necesidades que había que cubrir.

Vito notaba muy concentrada a la joven, soltó un suspiro derrotado, era idéntica a su padre, su mano derecha en los negocios y la administración económica del circo.

Un hombre inmigrante de algún lado del mundo que llegó a París sin mucho, solo un gran talento en el trapecio y las acrobacias sacado o heredado de quien sabe dónde.

El padre de ______ siempre fue un gran hombre, aunque circense, pudo bien haber sido un hombre de sociedad y prestigioso rango debido a su inteligencia, habilidad con los números y talento para convencer.

Pero siempre quiso que su única hija se casara con un hombre fuera del oficio, que su única hija a la que veía como su más grande tesoro; viviera plenamente, en un feliz matrimonio y sin preocupaciones.

Y esa fue una promesa que Vito hizo a aquel fallecido hombre, que vería y haría lo que fuera para que su hija no sufriera por el circo y tomara otro rumbo en su vida.

Vaya que le estaba fallando.

—Bueno ______, mejor vamos a desayunar, puedo oler el estofado de Selene desde aquí –animo el anciano de ojos ámbar.

Caminaron él y la fémina fuera del vagón de tren, salieron de este y avanzaron hasta donde la mujer de cabellos dorados estaba, junto con los demás miembros del circo.

—Ufff, ya era hora, y por un momento tenía planeado mandar a Travis por ustedes dos –hablaba la madre del muchacho con manos en la cintura.

—Te dije que no fueras exagerada madre, ambos están bien –alegó el joven de cabellera atada en una coleta.

Todos desayunaron el estofado de la mujer, escuchando música en un tocadiscos, que con la ayuda de todos lograron adquirir hace mucho, además de un par de discos de artistas como Duke Ellington y Joe “King” Oliver.

Debido a que Duke Ellington era el cantante favorito de la pareja del circo, el hombre fuerte y la mujer tatuada se animaron a bailar una de sus canciones siendo observados por los demás.

—Ay no, mi gasolina se acabó –exclamo ante todos la mamá de Travis.

—Creí que tenías tu reserva de emergencia –habló Agathe, la mujer tatuada.

La rubia soltó un suspiro y llevó su mano a su cabeza para peinar su cabello en un intento de relajación para si.

—También la use, ¿ahora que voy a hacer?

—No te preocupes Selene iré yo por ella –se ofreció la peli-___ y todos voltearon a verla–, conozco París como la palma de mi mano, será pan comido.

La mayor le agradeció y dio indicaciones de donde ella recogía el combustible, estaba cerca del centro. Entonces decidió emprender rápidamente camino hacia dicha tienda.

El tráfico y lo transitada de la mañana fue un pequeño contratiempo, pero aun así fue a recoger el combustible con la persona a la que Selene, la traga fuegos del circo, le solía comprar habitualmente.

Pago el monto y se llevó dicho material, volviendo rápidamente al circo.

Pasó por el centro encontrándose con una bonita juguetería, de donde salían niños de cuatro o cinco años con alguna muñeca o avión, o padres con su cochecito de bebé con el pequeño dentro teniendo un nuevo juguete.

Eso nuevamente le hizo recordar a sus padres, y a los pocos juguetes que llegó a tener de niña; perdiéndose por un momento en la melancolía. Más se despertó a sí misma y miró el reloj de su muñeca, que se lo colocaba al revés en dirección a su palma.

Ya casi era tarde.

Pasó por la esquina de dicha tienda y notó en la ventana de dicha tienda, un conejito, bicolor, rojo y canela, de largas orejas y largos brazos; de chaleco negro, moño blanco y un enorme botón como ojo, pues el otro tenía un parche.

Era curioso, algo innovador a su parecer, pues no había visto peluches tan coloridos como ese. La mayoría era de un solo color y muy simplón, sin tantos adornos ni accesorios. Pero al mismo tiempo que le parecía curioso le incomodaba por alguna razón. ¿Será por qué le hacía pensar en unos niños? ¿En hijos que probablemente no tendría pronto?

Eso dolía en su subconsciente…

Sacudió su cabeza y volvió a mirar el reloj de su muñeca, lo cual le recordó que debía darse prisa. Ignoró el conejo y corrió tan rápidamente como sus zapatos le permitían, con la gasolina en mano.

Regresó al circo, buscó a Selene y le entregó el combustible.

—Oh gracias ______, por un momento pensé que me quedaría sin acto cherrie –contó la rubia de ojos miel hacia ella preparando su vestuario.

—Lo siento me distraje en una juguetería –respondió la oji-____.

—Ah cierto, es temporada de niños, las jugueterías del centro deben estar a reventar –se unió a conversación Agathe.

Entre las tres se quedaron calladas. _____ quería hacer una broma aludida a ello, ya que Agathe y Belmont estaban más que en edad para tener un hijo, pues la dama tatuada tenía bien cumplidos los 30; pero guardó silencio, pues ella podría arremeter de la misma manera, ella estaba en plena joya de edad para tener un hijo y contraer marido.

Pero parece que el único matrimonio que tendría sería con el circo. Y los únicos hijos que saldrían de ahí serían las crías de los animales.

Decidió olvidarse del detalle de la juguetería, no comentar sobre aquel peluche pues no lo veía necesario y mejor alistarse para su show.

Pues estaría segura Amelia iría a visitarla a su carpa y verla en su show, como lo hacía casi siempre.

*printemps-l’été: Primavera-verano

*Bouffon du roi: Bufón del rey

*Étoile de rêve: Estrella de sueños.

Lamento de todo corazón la tardanza, muchas cosas pasaron desde la última vez que publique algo.

Desde la gran caída de mi anemia, pruebas de la U, hasta la pérdida de mi propio padre. Esas noticias fueron cosas que anuncie en mi tablero, y los que me siguen lo sabrán.

La melancolía y la desgracia golpeó mi puerta, así que probablemente tengas muchas actualizaciones de este fic, mientras las demas serán lentas.

Quisiera dar una dedicatoria a mi lectora beta y a svnserinam

Mi lectora beta por escucharme y ayudarme con esta novela, y a esta personita por sus bonitas palabras.

Y mil gracias a las personas que me leen, votan, y comentan, me esfuerzo por ustedes y muchísimas gracias

🖋️༆━━ Miss Writer
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