Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo XXIII: Entre la espada y la pared.

Al llegar al departamento del Delta, Yibo, lejos de sentirse herido porque le escondió a su hijo y armar un escándalo allí mismo, se mantuvo muy silencioso y cooperativo. Ingresó al interior con las manos perladas de sudor y el corazón apretujado de ansiedad, barriendo cada rincón con la mirada. Todo parecía tan impecable que nadie sospecharía que allí vive un niño de dos años.

—Dónde... ¿Dónde está? —se inquietó, apenas pudiendo hablar sin titubear.

Vi Zhing consultó el reloj en su muñequera y suspiró hondo mientras se retiraba los zapatos y le ofrecía un par de pantuflas al Gamma que se las calzó sin verlas, murmurando un débil agradecimiento.

—A esta hora, debería estar tomando su siesta —explicó brevemente, invitándolo a pasar—. La señora Deng cuida de él la mayoría del tiempo, al menos, mientras estoy trabajando.

—¿Está hoy aquí? —se animó a preguntar, sintiéndose receloso de la mujer por estar cerca de su hijo cuando él no tuvo esa oportunidad.

Se la negaron con crueldad.

—Si, lo más seguro es que se haya quedado dormida junto a xiao-Yu —contestó Vi Zhing mirándolo con una expresión llena de remordimiento, su comportamiento no tenía excusa y era aceptable.

—Xiao-Yu suena hermoso.

—¿Verdad que si? —se emocionó tanto que asustó a Yibo. Maldijo para sus adentros y se rascó la nuca, nervioso—. Lo siento, ¿quieres un café, té o chocolate?

—No gracias —se negó sin sonar brusco, pero si muy arisco—, solo vine a conocer a mi hijo, ¿puedo?

Vi Zhing asintió pero le dolió su indiferencia. Se la merecía, lo sabía mejor que nadie.

—Adelante, no hay necesidad de pedirme permiso.

—Gracias —finalmente, una leve sonrisita se asomó por sus labios de cereza y el corazón del Delta empezó a latir descontrolado. Carraspeando incómodo al sentir su euforia a través de la marca, Yibo se puso serio. De nuevo—. Por cierto, Vi Zhing, aún no me quedan claro algunos puntos, ¿me explicas? Temo hacer conjeturas erróneas antes de tiempo.

—Toma asiento —indicó, haciendo un ademán de manos en dirección al precioso y pequeño living de sillones marrones.

Ciertamente, la decoración era tan sombría y deprimente que Yibo inclusive tuvo ganas de llorar. ¿Allí vivía su hijo? Al parecer, si.

—Pero mi hijo...

Consciente de que lo rechazaría, Vi Zhing se aproximó a él y lo cogió delicadamente de la muñeca, para su alivio, no fue esquivado esta vez.

—Seré muy breve, pierde cuidado —lo tranquilizó, tirando de él al living, éste se dejó hacer, pero no caería en sus trucos.

—Está bien ¿cuándo te enteraste de su existencia? —se apresuró a indagar, relativamente rápido para abatimiento del Delta pero a eso había venido Yibo, a conocer sobre la existencia de Jian Yu y conocerlo por primera vez.

—Cuando cumplió un año, por esas fechas, terminé definitivamente mi relación con, ya sabes quién —. Yibo hizo un asentimiento, sin inmutarse; estaba fingiendo muy bien o en verdad ya no le dolía, Vi Zhing no sabía que creer—. Estaba enfermo, fue diagnósticado con Glomerulonefritis, necesitaba urgentemente un donante de riñón y, por supuesto, una cantidad considerable de transfusión sanguínea pero, las posibilidades de encontrarle un riñón para continuar viviendo eran un verdadero dilema para la mujer que lo adoptó, desconociendo por completo las razones de su nacimiento. Shan Li Dilmurat, la hermana mayor de Dilireba... —tragó duro, haciendo una pausa efímera para ver la expresión facial del Gamma pero no encontró nada más que incertidumbre, horror y desconsuelo, todas estas emociones a causa exclusivamente de Jian Yu.

—Continúa.

—Ella me rogó prácticamente por ayuda pero yo no deseaba saber nada de su hermana después de haberme dado cuenta del peor error que cometí al engañarte con ella.

—¿Por qué pediría tu ayuda? —se mostró desconcertado, luego se rió secamente—. No me digas, por qué en ese entonces habías hecho las pases con tu familia y tu verdadera identidad estaba expuesta.

—Sí. Confieso que le di la espalda y me negué a brindarle mi ayuda económica, no eran nada mío y el niño no compartía lazos sanguíneos conmigo, o eso fue lo que creía —sus ojos se afligieron por un instante antes de volver a la normalidad.

—¿Cuánto tiempo esperaste para ayudarla? —continuó interrogando Yibo, ajeno a lo mucho que le costaba hablar del pasado sin que le doliera hasta el alma porque con solo contarle, revivía ese momento tan difícil y doloroso.

—Un mes, y no me mires así, Yibo —le reprochó cuando lo miró con creciente enojo—, que tú harías exactamente lo mismo en mi lugar si la hermana de tu ex con la que acabaste mal te pide ayuda repentinamente.

—Al menos, ¿llegaste a tiempo para interferir y proceder con la operación?

—Por supuesto. Dilireba voló de Luoyang a Shanghái únicamente para suplicarme que le ayudara a salvar la vida de su sobrino. La conciencia no me dejó tranquilo desde aquella vez en que su hermana acudió a mi y me negué, así que, lo hice. Volé de regreso a Luoyang con ella pero, sin las influencias de mis hermanos, si, Zhuo Cheng se la jugó en grande, nuestro hijo hubiese muerto y ni tú ni yo tendríamos la oportunidad de convivir con él y revelarle su origen.

—¿Supiste que era nuestro hijo porque fuiste su donante de sangre? —quizo saber, su voz agrietada por el abatimiento de no haber estado allí para su bebé, sus lágrimas ya corrían sin parar por sus mejillas.

Ni siquiera las limpió.

—Sí, además, no podía ser solo mi hijo por que es idéntico a ti, tal como esa fotografía que me enseñaste una vez —sonrió melancólico, todo era parte del pasado, su historia con Wang Yibo no podía ser desenterrada de la nada y retomada sin más después de como acabaron las cosas entre ellos—. El gen AB es de los más difíciles de encontrar, pero estuve allí para ofrecerle mi sangre y darle más tiempo de vida.

—El trasplante de riñón de quien... ¿conoces a su donador?

—Sí —su respuesta dejó sin aire brevemente al Gamma que cuando se recuperó le agarró las manos sin medir fuerzas.

—Dime quién lo hizo por favor, necesito darle las gracias, estoy en deuda de por vida con él o ella —le rogó, con los ojos rojos por el llanto y el rostro inflamado pero tuvo que contenerse a acariciar su cara y limpiarle las lágrimas.

No lo merecía.

—Lo siento, Yibo, pero no puedo revelar su identidad, lo único que te puedo decir es que... fue una niña muy amada —dijo, abatido, recuperando sus manos y volviendo la cabeza hacia el otro lado, cerró los ojos y las imágenes saltaron como chispas en su cerebro.

Asustado, los abrió aterrorizado y se encajó las uñas que se volvieron garras en sus piernas; todo estaba bien, eso pertenecía al pasado, así que podía estar tranquilo.

—Ella... ¿falleció? —. Vi Zhing asintió, visiblemente afectado—. ¿Qué edad...?

—No quiero hablar sobre ella, Yibo, ya está descansando en paz, con suerte por salvarle la vida a nuestro hijo sin saber, ya debe haber reencarnado y llevar una vida tranquila, llena de felicidad y sin carencias. Se lo merece.

—Ella lo hace. También deseo lo mismo.

—Estás intrigado porque yo tengo a nuestro hijo, ¿no es así? —. Yibo asintió y él suspiró hondo, como si le fuese doloroso contarlo—. Shan Li murió un mes después de la operación junto a Dilireba, tuvieron un accidente; el autobús donde viajaban al hospital chocó contra una pipa de gas y explotó.

—Que trágico debió ser, ¿qué pasó con su familia?

—Ellas no tenían padres, fallecieron cuando Shan Li cursaba la universidad. Murió demasiado jóven, solo tenía veintiocho años y Dilireba, ella apenas cumplía los veinticuatro, respecto al esposo de Shan Li, la dejó a los dos meses de adoptar a Jian Yu, según ella, fue incapaz de aceptar a un niño que no era su sangre.

—Desgraciado —escupió rencoroso.

—Sí, pero al menos, cuando lo busqué porque servicio social estaba a punto de llevarse a xiao-Yu a un mes de la cirugía y la reciente pérdida de la que creyó su madre y su tía, me cedió todos los derechos y la patria potestad a cambio de un millón de dólares. Lo odié por negociar así con mi hijo pero tuve la satisfacción de verlo morir trágicamente cinco meses más tarde. Se lo merecía por maldito.

—Vi Zhing yo... todo esto es demasiado para mí pero, necesito saber más, nuestro hijo, ¿sufrió mucho? ¿estuviste siempre allí para él durante su recuperación?

—No te mentiré, Yibo. Sí, xiao-Yu sufrió mucho —en ese justo momento Yibo empezó a llorar sin consuelo alguno, Vi Zhing, quien había vivido en carne propia la enfermedad de su hijo rompió la distancia que los separaba y lo abrazó con fuerza, sintiendo la forma en que temblaba bajo su piel, lo apretó más contra su pecho, arrullandolo—. Nunca lo dejé solo y, hasta la fecha, me duele mucho dejarlo en casa cuando voy a trabajar.

—Al menos... al menos ya está fuera de peligro —murmuró Yibo, con las manos en el rostro, totalmente desecho.

¿En dónde estaba él cuando su hijo más lo necesitaba? ¿Por qué? ¿Por qué las cosas debieron ser así? Es injusto, tan cruel.

—Lo está pero, Yibo —dejó ir un suspiro exhausto, separandolo de él mínimamente, cuando sus miradas se encontraron, extendió una mano y limpió las lágrimas de quién todavía continuaba metido dentro de su corazón—, ¿sabes que es la Glomerulonefritis?

—No tengo idea —se sinceró, pero después de lo que le contó Vi Zhing, suponía que no era una enfermedad pasajera.

—Bien, te lo explicaré cuidadosamente —dijo recibiendo un asentimiento de su parte, Vi Zhing exhaló hondo y dejó de abrazarlo, impuso distancia entre ellos sin darse cuenta y empezó a explicarle con los ojos al frente, sin mirarlo—. La Glomerulonefritis es una enfermedad que afecta a los riñones, específicamente a los glomérulos, que son las unidades filtrantes de los riñones. Los glomérulos tienen la función de limpiar la sangre, eliminando los desechos y excesos de líquidos. En la Glomerulonefritis, los glomérulos se inflaman, lo que puede afectar su función y provocar problemas como;  pérdida de proteínas en la orina (proteinuria), sangre en la orina (hematuria), retención de líquidos (edema), aumento de la presión arterial, disminución de la función renal. En bebés, la Glomerulonefritis puede ser causada por diferentes motivos, entre ellas, infecciones, enfermedades autoinmunitarias, defectos congénitos en los riñones, exposición a toxinas o medicamentos.

Anonadado por lo que le contaba su ex, como si tras la enfermedad de su hijo se lo hubiese memorizado todo lo llenó también de mucha consternación pero no iba a culparlo; ese era un verdadero padre, después de todo. Había sido un novio casi perfecto, una pareja exigente y celosa que acabó engañandolo pero resultó ser un padre excepcional.

—Nuestro hijo, ¿por qué...?

—Luego de una evaluación médica exhaustiva, se determinó que xiao-Yu desarrolló la enfermedad muy rápido como consecuencia a defectos congénitos en uno de sus riñones, estuvimos básicamente viviendo doce semanas en el hospital pero nuestro hijo fue muy valiente y fuerte y se recuperó poco a poco.

—Gracias a Dios.

Vi Zhing asintió en su dirección, mirándolo por segundos detenidamente antes de volver a ignorarlo.

—No obstante, eso no significaba que estuviese fuera de peligro; tenía revisiones constantes para ver la evolución del riñón, si estaba funcionando bien y si el otro no había desarrollado la enfermedad también —aparentemente lucía normal, relatandole todos y cada uno de los sucesos vividos a causa de la enfermedad de Jian Yu pero, en el fondo, Yibo sabía que solo fingía. Estaba todavía destruido emocionalmente; para una persona cualquiera, ni siquiera sería notable pero para él, quién vivió a su lado por seis años, no. Cosas como estas eran imposibles de pasar desapercibidas—. El transplante funcionó pero, tendrá un seguimiento durante varios años y tiene que tomar medicamentos inmunosupresores toda su vida para evitar que su cuerpo rechace el riñón.

—Sufriste mucho al verlo sufrir, ¿no? —le preguntó con un nudo en la garganta, la marca en su cuello estrechaba los lazos entre ellos inconscientemente.

El Delta a su lado había sufrido demasiado y continuaba haciéndolo, condenado a ver por la salud y el bienestar de su hijo de dos años en la lucha con una enfermedad que por poco se lo arrebata de los brazos antes de disfrutarlo en vida. Tal vez ellos se separaron a causa de una infidelidad, mentiras y engaños, pero Zhang Jian Yu es su hijo; siempre va a unirlos y lo último que éste se merece es que sus padres discutan y se miren con resentimiento.

¿Valía realmente la pena disgustarse por el pasado? Por supuesto que no, pero la persona que estuvo detrás de esto definitivamente va a pagarselas.

—Lo hice, Yibo, pero soy su padre, no tengo permitido derrumbarme frente a él, no puedo —espetó con una dureza que heló a Yibo, no por lo dura que sonó si no, mas bien, por el afán de éste en fingir que estaba bien cuando no lo estaba.

Todo aún era tan reciente que era prácticamente imposible haberlo superado en un par de meses.

—¿Según quién? —lo enfrentó, colocando una mano en su hombro y obligándolo a darle frente.

Cuando lo hizo, cuando Zhang Vi Zhing lo miró fijamente a los ojos y los vió tan húmedos y rojos, a nada de volver a llorar, él mismo flaqueó en el acto.

—Yibo, por favor, no me hagas... —su intento de volverse a otro lado y espabilar las lágrimas que amenazaban con exponerlo, quedaron fracturadas ni bien Yibo se levantó y se arrodilló frente a él.

—Llora, Bin Bin. Es de humanos llorar, no somos malditos robots —demandó con firmeza Yibo, derramando una lágrima que instigó al Delta a quitarse la coraza y mostrase desnudo frente a él sin necesidad de exponer piel.

En el living de su apartamento, Vi Zhing se rompió en miles de pedazos y empezó a llorar tan desgarradoramente que Yibo tomó asiento rápidamente cerca de él y lo acunó en su regazo como nunca lo hizo, ambos llorando amargamente y consolandose uno al otro sin darse cuenta.

No obstante, al cabo de menos de diez minutos se oyeron ruidos dentro de una habitación y Yibo se limpió la cara con tosquedad y el corazón retumbando como un tambor.

—Vi Zhing, él esta viniendo —le informó a punto de darle un colapso nervioso, éste se incorporó en el sillón y lo tomó de ambas manos.

—Respira hondo, Yibo. Nuestro hijo es un sol, vas a adorarlo cuando lo conozcas —lo tranquilizó y él asintió.

—Ya lo creo.

Por el pasillo que daba a las habitaciones, una mujer de unos cuarenta y cinco años; bajita, cabello negro atado a un moño, menuda y de ojos marrones, se dejó ver frente a ellos, por su falta de aroma, si, efectivamente se trataba de una Beta. No sabía porque, pero eso tranquilizó definitivamente a Yibo, no hubiese soportado que una Omega cuidara de su hijo.

—Señor Zhang, bienvenido. ¿Quiere que le preparé algo a usted y a su invitado? —se mostró hospitalaria enseguida observando con especial interés a Yibo que no quitaba sus ojos del pequeño niño de cabellos castaños y ojos café claros aferrado a la mano de la mujer.

—Gracias, señora Deng, eso me gustaría mucho —le agradeció sonriéndole con gratitud—. Xiao-Yu, ven aquí, debo presentarte a alguien muy especial.

—Regreso en un minuto —informó pero nadie pareció escucharla.

Cuando finalmente se hubo marchado, Vi Zhing se puso de pie y Yibo copió sus movimientos.

—Bàba, ¿quen es él? —le preguntó el cachorro a su padre, girándose hacía él y dándole una mirada intrigada.

Vi Zhing se rió y le revolvió el pelo para fastidio de su hijo que inmediatamente hizo un mohín rabioso y se acomodó el pelo con sus pequeñas manos. Una mirada burlona del Delta hacia Yibo bastó para que éste se riera por lo bajo; esa manía de cuidar su pelo y que nadie lo tocara ni mucho menos lo despeinara, Jian Yu la heredó definitivamente de él.

—¿Tanta curiosidad tienes? —. Jian Yu movió la cabeza afirmativamente y él se puso a su altura—. xiao-Yu, ¿recuerdas lo que te dije sobre tu madre?

—Que se había ido a un bosque encantado como prisionero de los duendes por haber hecho el milagro de salvar mi vida —dijo inocentemente el cachorro, parpadeando sin entender hacia él rostro serio de su padre.

Yibo, quién quiso contener las carcajadas por la historia tan ridícula que su ex le contó sobre él a su hijo, no soportó más y empezó a doblarse de la risa ante la incredulidad de padre e hijo.

—Bàba, eche señol da medo. Lie solo, ta loco —en su propio idioma infantil, Jian Yu le susurró al oído a su padre y éste se mordió los labios conteniendo la risa.

Si Yibo lo hubiese escuchado hablar así, diciéndole señor y loco en la misma frase, enloqueceria. Alguna vez la mismísima Yi Xung había dicho algo así en referencia a su propio padre, ahora le tocó a él de la boca de su propio hijo.

—No xiao-Yu, no es un señor y no está loco —le aclaró, sosteniéndolo de los hombros.

Jian Yu ladeó la cabeza admirablemente y como siempre sucedía, su padre cayó derretido por su dulzura y le plantó un sonoro beso en la mejilla que desató las risas del cachorro y silenció las de su madre.

—¿Entonches bàba?

—Adivina quién finalmente fue liberada por los duendes y está en casa con bàba y el pequeño xiao-Yu —dijo, fingiendo pensar, después de todo, le tomó poco tiempo revelarle su origen y que éste lo aceptase pese a su corta edad.

Como si un foco se encendiera sobre la cabecita de Jian Yu, giró sobre sus talones, atonico a la conclusión que llegó. Frente a él, se hallaba un hombre guapo, alto, cabellos como el sol y unos ojos parecidos a los suyos, pero no del mismo color, estos parecían los de un halcón dispuesto a destrozar a cualquiera que le hiciese daño alguno.

—¡Mamá!

El grito eufórico de Jian Yu aceleró a límites insospechables el corazón de Yibo que, automáticamente, abrió los brazos, cayendo de rodillas al suelo para acobigar al único ser más importante para él de ahora en adelante. Sin preverlo, empezó a sollozar mientras lo abrazaba dulcemente, tratando de no apretarlo tanto o le haría daño. Había transcurrido un año de la cirujía pero temía romperlo de la efusividad y alegría de finalmente tenerlo entre sus brazos.

—Xiao-Yu. Hijo mío, mamá está finalmente en casa —le hizo saber, perdido en el sentimiento del encuentro, sin imaginar que su hijo se tomaría muy enserio lo que dijo.

—¿Mamá quedalse siemple con pequeño xiao-Yu y bàba? —le pidió una confirmación, mirando a su madre a los ojos, tan semejantes a los de su padre pero no igual, pero estos estaban rodeados de una infinita ingenuidad y alegría.

Se limpió una lágrima del rostro y acarició suavemente los cabellos castaños de su hijo, tan lacios como el suyo en el pasado y le sonrió con ternura y decisión.

Vi Zhing, consciente de lo que pedía Jian Yu y el silencio de Yibo, quiso intervenir pero éste se le adelantó.

—Sí, xiao-Yu. Mamá se quedará siempre contigo y con tu padre —le prometió para felicidad del niño que empezó a saltar bajo las llamadas de atención de Vi Zhing.

—Xiao-Yu, ¿qué te dije sobre saltar? Te lastimaras —lo reprendió y le lanzó una mirada intensa a Yibo, pero éste no se inmutó y fue a coger a su pequeño gusanito.

—Hazle caso a tu padre, xiao-Yu o si no me pondré muy triste —ni bien terminó de decir eso, Jian Yu se quedó quieto—. Así me gusta, ¿qué te gustaría cenar?

—Yibo, ¿qué planeas hacer? —le cuestionó Vi Zhing pero éste no respondió y se internó en la cocina dirigido por su pequeño rayo de esperanza—. ¿A dónde van? La señora Deng ya... olvidenlo.

La señora Deng se marchó minutos después con miles de preguntas sin respuesta y Yibo se la pasó paseándose con Jian Yu en brazos de aquí para allá trás dejar lista la cena cocinando en la estufa ante la desesperación de Vi Zhing.

—¿Qué planeas Yibo? ¿Por qué le haces promesa a nuestro hijo que evidentemente sabes que no cumplirás? —le increpó Vi Zhing, cogiéndolo del brazo mientras ponía los platos sobre la mesa.

Jian Yu había ido a lavarse las manos luego de jugar y reír como nunca lo había echo con nadie, solo con Wang Yibo, su madre.

—No planeo nada, Vi Zhing, solo trato de pasar tiempo con mi hijo y las promesas por supuesto que voy a cumplirlas —le respondió más arisco que incluso lo soltó impresionado.

—Y Xiao, ¿qué va a pasar con él? ¿renunciaras? Y A-Xung, ¿dónde la dejas en todo esto?

En este punto, Yibo ni siquiera se acordaba de ellos, su mundo entero y toda su atención ahora era Jian Yu, sin embargo, no evitó preocuparse. Abandonó la fiesta de cumpleaños de Yi Xung sin explicación alguna y ya era demasiado tarde para volver, no le quedaba más alternativa que enfrentarse a la ira de Xiao Zhan en la mansión.

Pero no, no ahora.

—Lo resolveré, pierde cuidado, por cierto, ¿puedo quedarme esta noche, Vi Zhing? —le preguntó, haciendo que éste abriera los ojos, perplejo con su solicitud.

—Yibo, ¿qué..? ¿Estás seguro?

—Bàba, pol favol, deja que mamá se quede a dolmil —. Jian Yu que regresaba de lavarse las manos, se aferró a las piernas de su padre y lo miró con ojos de cachorro—. Quelo que viva con nosotlos pala siemple, ¡él plometió!

—De acuerdo, xiao-Yu, pero no grites y siéntate, hay que cenar —le habló autoritario pero Jian Yu negó y fue hacia su madre que lo cogió en brazos.

—Mamá dal de comel a la boquita de Xiao-Yu —sonrió cuál angelito, señalando su boca.

Yibo no resistió esas mejillas de ardilla y lo llenó de besos mientras lo perfumaba con su aroma.

—Jian Yu, no te pases —lo regañó sutilmente su padre.

—Déjalo, Vi Zhing, por supuesto que le daré de comer. Es mi cachorro.

Vi Zhing rodó los ojos.

—Solo... solo no lo mimes tanto o se volverá un malcriado.

—Me es imposible mimarlo, Vi Zhing —se defendió—. A ver mi amor, abre la boquita.

Jian Yu, ya sentado en su pequeña silla de comer, abrió la boca y tragó con gusto la comida preparada por su madre.

—¿Está rica?

—Chi. Lica.

Esa noche, Jian Yu durmió plácidamente en los brazos de su madre y se negó a soltarlo a la mañana siguiente para la inquietud de éste. El teléfono en la mano de Yibo, con más de trescientas llamadas perdidas de Xiao Zhan lo tenían al borde del colapso, sin mencionar los mensajes histéricos de Yang Mi quién había sido invitada al cumpleaños y cuando se marchó con Vi Zhing, ésta aún no llegaba; cuando una llamada más entró, a eso de las nueve de la mañana, Vi Zhing, parado bajo el marco de la puerta, no evitó lanzarle una mirada de reprensión.

—Te lo advertí. No debiste prometerle que te quedarías con nosotros para siempre, ahora no va a dejarte poner un pie fuera del apartamento.

—No me sermonees, Vi Zhing y ayúdame a salir de la cama sin que se despierte o Zhan me cortará la cabeza —se estremeció de miedo de solo imaginar.

—¿Zhan? ¿Tantas confiancitas hay entre ustedes? —se puso inmediatamente celoso.

Yibo puso los ojos en blanco.

—No empieces por favor.

—De acuerdo, pero debes tener en cuenta una cosa.

—¿Qué? —casi gruñó pero cuando Jian Yu se removió sobre su pecho, se quedó inmóvil, temiendo despertarlo.

—No se como le hagas pero nuestro hijo te debe ver todos los días, se lo prometiste —dijo Vi Zhing con obviedad, llenando de más estrés a su ex—. Además, ahora que te conoce y sabe que eres su madre, no te dejará marchar.

—Sé.

—¿Qué harás al respecto?

—No lo sé. Realmente, no lo sé —se sinceró, pero bastó una mirada al rostro durmiente de su hijo para decidirse—. Hablaré con Zhan, él tiene que entenderlo.

—¿Y si no lo hace? —se acercó a mover al pequeño dormilón de su regazo, cuando lo hizo con una facilidad impresionante, Yibo se quedó mudo—. Estoy acostumbrado a esto, suele hacerlo la mayoría del tiempo cuando se cuela a mi cama y tengo que marcharme al trabajo.

Yibo asintió y se puso de pie de un salto, calzándose las zapatillas con premura. Había dormido incluso con la misma ropa y necesitaba un baño pero no había tiempo.

Él no lo tenía.

—Si no lo entiende entonces... —titubeó un instante pero luego tomó una firme decisión—, entonces renunciaré. Por mi hijo, lo haré.

Finalmente Yibo tiene a alguien por el que poner frente a Xiao Zhan y la misma Yi Xung, ¿qué pasará ahora? ¿Cuál será la reacción de Xiao Zhan en su retorno a la mansión Xiao?

Nos leemos en el siguiente capítulo. Besos.

Yessie

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro