∴𝐏𝐑𝐎𝐋𝐎𝐆𝐎∵
29 de septiembre, 2003
Busan, Corea del Sur, 10:30 pm
Era uno de los inviernos más crudos que alguna vez había golpeado Busan, la noche estaba sumamente consumada por la lluvia y el frío le golpeaba la cara, tenía miedo por ella, y por lo que llegara a pasar, en medio de la calle número veintitrés daría a luz a su primer hijo, pero lastimosamente no era lo que ella esperaba.
Sus padres le habían dado la espalda, castigandola por su prematuro embarazo, era apenas una niña, ni siquiera cumplía los diecisiete, no tenía el apoyo de nadie y muy en el fondo de su corazón lo sentía, pero no podía quedárselo, al principio del embarazo fue cobarde para detenerlo, pero justamente ahora no estaba segura de lo que haría, el temor la ahogaba y cargaría con la culpa por el resto de su vida, esperaba que la persona que cuidara de él, le diera el amor que ella no podría, no quería que nada le pasara.
La calle no era transitada por muchas personas, era una calle triste y sucia, el lugar perfecto para su crimen. Sintió las primeras señales de que el bebé venía en camino, la espalda le dolía terriblemente y el agotamiento y hambre le hacían perder fuerzas, a como pudo se recostó en la pared, sacó la sábana y las tijeras que guardaba en su bolso, se acomodó justo a como sus amigas le habían explicado y luego pujó con todas sus fuerzas, trataba de sostenerse con una mano y con la otra ayudar a extraer al pequeño, perdió la cuenta de cuántas veces lo hizo hasta que oyó el primer grito del bebé, rápidamente se dejó caer al suelo, cogio las tijeras y cortó el cordón, fue consciente de lo cruel y despiadada que estaba siendo, pero trataba de salvarse ella.
Miró al bebé y se dio cuenta de que en realidad era una niña, el corazón se le hizo aún más pequeño pero tenía que decidir, no podía salvar a las dos. Trato de limpiarla y envolverla en una sábana, después cuidadosamente la puso sobre una caja de cartón, trato de que estuviera bien envuelta para que no muriera de frío, aunque probablemente moriría después. Sacó un papel y un lápiz para escribir una nota y dejarla junto a la niña.
"A la persona que la encuentre, espero que se sienta bendecida por la bebé que está encontrando, porfavor dale todo el amor y cuidado que yo no puedo, me castigaré por el resto de mi vida por lo que estoy haciendo"
Volvió a ver a la niña por un minuto más, Dios era preciosa, trato de arreglar su ropa mientras pensaba en donde dejar a la bebé para que no se mojara, a como pudo, ya casi sin fuerzas se levantó y cogio a la niña con ella, la llevo hasta la ventana de una tienda que parecía estar cerrada, con mucho cuidado la dejo ahí junto a la nota, y como primer y último acto de amor, dio un beso en la pequeña cabecita que estaba siendo abandonada.
Rápidamente se alejó de ahí, orando para que la encontraran pronto ya que moriría si no era de esa manera.
Mientras la mujer se alejaba de la bebé, otra persona se acercaba, debido a sus llantos, la miró con horror y con dolor, leyó la nota y sonrió tristemente, ella tampoco podría cuidarla, pero sabía quién si podía hacerlo, la cogio entre sus brazos para envolverla en el abrigo y llevarla consigo al lugar donde ella había crecido.
Llego a las puertas del orfanato y aunque era algo tarde sabia que la atendería una de las trabajadoras, esperó dos minutos y alguien abría la puerta. Relato los hechos y con una pizca de dolor vio a la anciana mujer, ella tomó a la niña en sus brazos le dio las gracias y cerró la puerta. La bebé ahora tendría un hogar.
☁️
Cinco años después de eso le rompieron el corazón por primera vez, o bueno, fue la primera vez conciente de ello. La iban a adoptar, tendría una familia, o eso era lo que la pequeña niña esperaba, tan ansiosa, incluso se levantó temprano, esta vez no discutió a la hora de tomar un baño, dejó que peinaran su cabello pero su vida estaba destinada para el dolor.
No llegaron por ella, no se la llevaron a ella, los futuros padres cuando ingresaron al orfanato y la vieron, no era la niña que esperaban, no era lo que querían, en su lugar vieron a otra niña más pequeña, se enamoraron de ella y se la llevaron por ella, a la pequeña niña no le quedó más remedio que regresar a su habitación. Lloro mucho esa noche, porque a pesar de ser tan pequeña, sabía bien que ella en realidad no tenía un hogar, que casi lo obtuvo pero que otra niña fue la premiada. Pero el corazón de esta niña no permitía enojarse, la noche fue triste, pero en la mañana agradeció y volvió a sonreír.
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