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𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 28

Arim;

De la misma manera tan rápida en la que llegó Octubre llegó Noviembre. Ahora todo estaba más frío y los profesores parecían estar odiando cada día más porque se portaban tan odiosos en las aulas de clase. No había mucho por hacer aparte de estudiar.

Salía con Jungkook cada vez que podía o algunas veces solamente venía a mi casa o yo iba a la suya, pero nada más. Habían cosas que ya estaba empezando a extrañar, por ejemplo la felicidad que nos envolvía a Jungkook y a mi cuando apenas empezamos a salir, todo eso se había esfimado y no por malas razones si no porque sabía que lo atormentaba un poco la idea de irse.

La vez que salimos de noche y fuimos hasta donde se encontraba esa maravillosa vista de Busan me dijo que quería llevarme a un lugar en el que solo estuviéramos nosotros dos, aún no habíamos hablado mucho de ello y cada vez que tratábamos de planear algo concreto él salía con otra cosa muy distinta y el tema solo se esfumaba. Incontables veces al día le preguntaba si todo marchaba bien, si había algo que le molestaba y todo lo que siempre decía era que no.

Revisando las cosas de mi mochila encontré el regalo que le había mandado a hacer hace un tiempo, la cadena estaba en perfecto estado esperando a ser portada por su dueño original.

Esta mañana decidí salir de compras con Hanna, ambas buscábamos el vestido de él baile de graduación. Habíamos pasado recorriendo las tiendas por horas y aun no teníamos éxito.

— ¿Cuál es el color favorito de Yoongi ? — Hanna me preguntó mientras me tomaba de la mano para entrar en otra tienda.

— ¿Cuál crees tu? — le dije mientras me dirigía hacia la zona de vestidos elegantes.

— No sé, se ve que es alguien muy darks  — me detuve por un momento intentando no reírme.

— Procura no decir eso frente a Yoongi. Él es representante de la personalidad abstracta vanguardista en representación de su "yo" moderno. — ella me quedo viendo como si me faltaba un tornillo.

— ¿Qué?

— Por si no te has dado cuenta él es un artista, y como artista es versátil por ende le gustan todos los colores — ella rodó sus ojos y sacó uno de los vestidos del perchero.

— Eso es ridículo, es imposible que no tenga un color favorito.

— No es imposible, se trata de Yoongi. Además, no creo que le importe, puedes ir con un vestido del color del barro y te aseguro que le importará más lo que hay bajo el vestido.

— Quiero seducirlo esa noche... el rojo es un buen color — rodé mis ojos y seguí en lo mío.

— Haz lo que quieras — sostuve un vestido color verde de seda en mis manos.

— A Jungkook le gustará ese color. Además es muy sexy.

Hanna no mentía, con este vestido no podías llevar ningún tipo de ropa interior si no todo se marcaría. Estaba completamente abierto por la parte de atrás y apenas unos finos tirantes sostenían la parta de adelante, como agregado tenia el lado de una pierna abierto y puedo jurar que si no tenías cuidado suficiente podía verse más de lo deseado.

— Es muy descarado — le dije. Tenía ganas de comprarlo pero el pudor en mi se apoderó de mi ser — Además Jungkook no va a estar ese día.

— Compralo, después del baile le haces una video llamada y te lo quitas mientras le haces un baile sensual — le di una pequeña palmada en el brazo apenada por lo que había dicho.

— Él chiste es que te lo quiten, Hanna — ella me dio una sonrisa pícara.

— Osea que sí consideraste el acostarte con Jungkook.

— Cállate. Preocúpate por tu novio — ella me sonrió mientras me mostraba un vestido color rojo sangre con un montón de brillos por todos lados.

— Este es el elegido. No tiene zipper, eso quiere decir que podrá quitármelo rápido.

— ¿Es tradición perder tu virginidad en el baile de graduación?

— ¿Quién te ha dicho que soy virgen? — me dio un poco de vergüenza haber hecho la pregunta anterior porque la respuesta que obtuve fue peor — Y si Yoongi nunca había estado con nadie, te aseguro que ya no lo es.

Hanna me cerró un ojo y me dejó de pie como estúpida sosteniendo el vestido mientras tenía la boca abierta.

☁️

Una hora más tarde ambas salimos de la tienda con nuestros vestidos en mano. Al final sí había comprado el vestido verde porque traté de probarme otros vestidos pero simplemente no me gustaban y mis ojos siempre regresaban al mismo.

Hanna y yo pasamos tomando unas bebidas mientras le escribía a Jungkook porque se había ofrecido para recogernos.

El camino a casa fue muy tranquilo, los tres cantamos a todo pulmón Playing with fire y A boulevard of broken Dreams. Pasamos a dejar a Hanna primero, mi intención era llevarla a casa para que endulzara el ánimo de Yoongi que últimamente estaba más amargado de lo normal, pero simplemente me dijo que tenia cosas que hacer y se negó rotundamente a ir. Mis dos queridos amigos peleaban todo el tiempo.

— Arim, quiero hablar contigo — Jungkook y yo estábamos en mi habitación. Yo trataba de acomodar el vestido en mi coset mientras él estaba sentado en la esquina de mi cama.

— ¿Qué pasó? — me acerqué preocupada a él porque su rostro estaba muy serio.

— Se que te dije que estaría aquí hasta el final de la semana pero... tendré que irme el viernes — eso no me  lo esperaba. Se suponía que estaría aquí hasta el sábado por la tarde.

— ¿Cómo? Osea que no vas a estar en la ceremonia.

Se suponía que el sábado era nuestra ceremonia de entrega de diplomas, pensé que él iba a estar aquí recibiendo su diploma conmigo.

— Lo siento — su voz estaba apagada — dado que voy a ser un estudiante interno tendré que hacer un registro con anticipación para el dormitorio.

— Pensé que... — tenía unas inmensas ganas de llorar pero de hacerlo seria inútil. Eso no lo dejaría aquí conmigo.

— Ven acá — me llevó hasta sus brazos y me abrazó mientras me daba un beso en la frente — Seguiremos en contacto. Se que no quieres hablar de ello pero no voy a dejarte.

— Será difícil...

— Lo sé, pero necesitamos superar esto. Vamos a hablar todos los días.

— Eso es imposible. Tu harás tus cosas, tendrás que estudiar duro porque tu carrera es muy difícil.

— Eso no me va a impedir hablar con mi novia. Soy Jeon Jungkook.

— ¿Y qué? Eso no quiere decir que seas todopoderoso.

— Confia en mi. Tu y yo vamos a estar juntos cuando esto acabe.

Le di un beso porque sentía que lo necesitaba. Pensar en el hecho de que pronto no podría hacerlo me dolía. Solo nos quedaban dos días más juntos y el dolor ya empezaba a ser insoportable.

— Ya que no vas a estar ese día, déjame enseñarte algo — le dije mientras me separaba de su lado e iba hasta mi armario.

— ¿Qué cosa?

— Bueno, quiero mostrarte mi vestido y algo más...

— No quiero ver tu vestido, hasta el día de la graduación — rodé los ojos — Y estoy ansioso por lo segundo.

— Tu no vas a estar para la graduación... quiero que lo veas y me digas si esta bien.

— Yo no me lo voy a poner, si a ti te gusta que más da que me guste a mi.

— Eres el hombre más simple que he conocido — fingí estar dolida mientras regresaba el vestido al armario.

— Ya, no te enojes — se puso de pie y caminó hacia mi — ¿Qué es lo otro que me querías mostrar?

— Compré un regalo para ti — saqué la cajita del fondo de otra caja que estaba en mi armario — Pensaba dártelo el día de la graduación pero creo que las cosas han cambiado.

— No tenías que comprarme un regalo — le di la cajita para que pudiera observar el interior.

— Ábrelo.

Se tomó su tiempo quitando el estúpido lazo que tenía la caja, lo abrió con sumo cuidado y luego se dio un momento para observar el interior.

— Es un corazón — y de verdad lo era.

No era el típico corazón que todos hacen, este era el órgano corazón. Podía abrirse y en el interior tenía una foto de nosotros.

— Sí, ya noté que es un corazón — me sigo riéndose apenas — Tienes una mente brillante.

— Mira en el interior — abrió el pequeño dije y observó detenidamente la foto — Dijiste que siempre voy a estar en tu corazón.

— A veces no se de donde saliste — se acercó a mi y me dio un pequeño beso — Y me preocupa el hecho de no ser suficientemente bueno para ti.

— Lo eres — lo abracé fuerte — Hay que quedarnos un poco más así.

El sonrió y me abrazó más fuerte. Me quedé perdida escuchando los latidos de su corazón. En ese momento me di cuenta de algo.

Amaba a Jeon Jungkook con cada fibra de mi corazón y no había manera de que lo sacara de ahí.

No pude decirle lo que sentía porque no había caso, ¿para qué? El dolor sería más grande y no podría evitar lo que se avecinara. Él no se iba a quedar. Estaba segura de que cuando volviese él y yo estaríamos juntos.

☁️

Viernes.

Jungkook era un bastardo. Se fue y no se despidió de mi.

Ayer por la noche habíamos quedado de que iría a su casa hoy por la mañana y pasar juntos unas horas antes de que se marchara, hasta ahí todo bien. Hoy que fui a buscarlo su mamá me recibió con una sonrisa triste y me dijo que decía Jungkook el Bastardo que lo lamentaba mucho que era mejor hacerlo así. ¿Mejor para quién? En estos momentos estaba odiando mucho a Jungkook. Me mintió, no pude despedirme de él y armarme de valor para decirle que lo amaba.

Después de que vine a casa rota a más no poder me lancé a llorar hasta que sentí que no había más agua en mi ser. Yoongi me dijo que estaría bien y que no pasaba nada.

La mamá de Jungkook me dio una estúpida carta pero no quería abrirla, sin embargo lo hice.

Arim.

Soy un estúpido, lo . No tenía el valor de despedirme de ti porque sabía sabía de hacerlo iba a llorar y no quería eso. Me duele irme sin darte el último beso, sin embargo quiero que sepas que lo lamento con todo mi ser.

-Jungkook.

Era la carta más simple que alguna vez había recibido. Lo detestaba más.

Mientras estaba acostada en mi cama en posición de sapo recibí una llamada. Era Jungkook. Me llamaba por skype pero lo que menos quería ahora era ver su cara, sin embargo respondí.

— ¿Qué quieres? — le dije nada más al responder.

¿Te picaron las abejas?

— Deja de hacerte el chistoso. Te odio, maldito bastardo — empecé a sollozar de nuevo.

Lo siento, Arim — parecía apenado pero no le creía nada — Te lo voy a recompensar.

— Te iras al infierno por mentirme. ¿No podías despedirte?

No tenía mucho tiempo — me dijo.

— Claro, no tenías tiempo para despedirte de mi pero sí para empacar todas tus estúpidas piezas de Marvel — él se asustó un poco y se movio de lugar.

No quiero que estés enojada conmigo — hizo una cara tierna pero mi cara de póquer no me la quitaba nadie — Perdón.

— No, Jungkook. He pasado llorando por ti toda la mañana y tu estas tranquilo mientras yo estoy aquí extrañandote cuando se supone que debería estar feliz por la graduación mañana.

Vas a estar feliz. Ya verás que mañana me vas a contar que fue el mejor día de tu vida y que quieres vivirlo de nuevo.

— No te voy a contar nada mañana. Pensaré en hablarte hasta el lunes. Mañana me voy a emborrachar y si me enfermo es tu culpa.

Se rió, el bastardo lo hizo.

No vas a hacer eso. Voy a llamar a Yoongi.

— Él quiere tumbarte los dientes de conejo que tienes. ¿Sabes qué? Me voy.

Apagué la cámara sin darle tiempo de hablar o de despedirse.

En realidad no estaba enojada, o talvez no tanto, estaba dolida, de verdad quería verlo esta mañana, incluso me peine. Me volví a acostar porque no quería saber nada de nadie.

Me dolía el pecho eso era inevitable. No podía hacer nada más que llorar. Yoongi entró con pizza a mi cuarto y me propuso ver películas de princesas.

Ambos terminamos discutiendo sobre cual película de Barbie era la mejor. Obviamente era la del Cascanueces pero Yoongi seguía empecinado en que era Barbie y la escuela de princesas.

Su compañía me consoló y me alivió un poco hasta que me quedé dormida en su pecho.

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