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𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 22

Arim;

Yarim y yo estábamos demasiado cerca, ambas en una lucha por descubrir nuestros rostros, yo ya sabía que el mío era idéntico al de ella, pero aunque la evidencia fuese más que notoria, ella parecía querer comprobarlo por su cuenta.

No puedo creerlo — ella se llevó una de sus manos a su boca, asustada luego de haber encontrado las similitudes que eran más que evidentes — ¿de verdad eres tú?

— Un fantasma no soy — le dije suavemente mientras agachaba mi cabeza. Sentí un apretón en mi mano por parte de Jungkook — Hola.

— No puedo creerlo...pensé que... — se quedó callada, aun sorprendida. La situación para mi fue menos dado que yo ya sabía de ella.

— ¿Pensaste que morí? — Ella me dio una sonrisa apenada — Supongo que tenía que encontrarte primero.

Ella asintió, sin dejar de verme ni por un segundo.

— ¿Tienes tiempo? — preguntó — sería genial si podemos hablar ahora.

Estaba convencida de que este era mi momento para volver por unos pocos minutos a mi pasado, que aunque no me perseguía de alguna manera seguía haciendo efecto en mi.

— Me parece genial — me giré a un lado para ver a Jungkook, él asintió en mi dirección y me soltó la mano.

— Sí quieres podemos ir a mi oficina — hizo un movimiento con su cabeza.

— ¿Vienes Jungkook? — el negó.

— Creo que esto es algo que tienes que descubrir por ti misma — sonrió gentilmente y empezó a dar pasos hacia atrás — estaré aquí esperándote.

Me despedí de él con la mano y empecé a caminar tras la mujer. Me guió por unos pasillos hasta que llegamos al área más alejada del lugar, el sonido de la música era apenas auditivo mientras más nos alejabamos. Llegamos a una habitación, bastante ordenada, llena de cosas y vestidos, cuando cerró la puerta, el silencio fue rotundo.

— Puedes sentarte — me acomodé en uno de los sillones de cuero negro. Ella quedó frente a mi.

Me pareció increíble que aunque no estuvimos juntas mientras yo crecía, ambas teníamos el mismo hábito de sentarnos con las piernas abiertas.

— Antes que todo, me gustaría presentarme — sentí mi garganta arder, no por lagrimas, era más la presión del momento que otra cosa — Soy Kwon Arim. Tu hija, supongo.

— Soy Yoo Yarim. Un placer, Arim — le sonreí de manera amable, mientras buscaba en mi cerebro las palabras correctas para hablar con ella — Se que debes de tener muchas preguntas.

— Sí, unas cuantas en realidad.

— No es necesario que preguntes, te diré todo — al lado de ella había una jarra con agua y aprovechó para servir un poco en un vaso — Tenía más o menos dieciocho años, una niña de papi y mami de principio a fin, pero cometí un error... caí en las manos equivocadas y empecé a descontrolar mi vida.

Esto era por lo que ahora estaba aquí, la historia que había a mis espaldas, porque como cada ser humano, todos teníamos una.

— Una noche loca provocó un embarazo. Mis padres se alocaron e intentaron presionarme para abortarte, pero no pude. Continue con el embarazo y aunque sabía que al final no podria quedarme contigo aguanté tanto como pude — sus ojos empezaron a cristalizarse — siempre lamenté haberte dejado, pero en ese momento tenía que elegir, eras tu o yo, y me elegí a mi.

— No te culpo, cualquiera haría eso...

— Te di a luz en un callejón, Arim, apenas y te vi cuando naciste porque tenia que dejarte pronto sino jamás podría haberme alejado de ti.

— ¿Nunca tuviste curiosidad por conocerme?

— Siempre, pero cada vez que pensaba que podía acercarme me alejaba más. No te merecía...

— Yo...me preguntaba todos los días porque mis compañeros de clase tenían una mamá y un papá, fui carente en ese aspecto, pero... no me quejo.

— Después de dejarte yo seguí con mi vida, incluso me casé y tuve hijos, sin embargo tu estabas siempre ahí. Espero y hayas crecido con una mamá agradable.

Lo hice — le respondí pensando en Nana — Sin embargo el orfanato siempre fue mi hogar.

— Lo siento tanto — agachó su cabeza. Ella no tenía porqué culparse — merecías más.

— Tuve más que eso, Nana siempre fue luz en medio de la oscuridad — sequé una lágrima que bajaba por mi mejilla — No quiero preguntar, pero, ¿mi papá?

— Solo lo vi una vez en mi vida, incluso había un video circulando en Internet...

— Lo vi, fue así que puede reconocerte. Ese video casi me arruina — sonreí en su dirección — Somos tan iguales físicamente que en la escuela me confundieron contigo, ya no solo cargaba con el titulo de huérfana, también me convertí en una zorra.

— Incluso a la distancia seguía arruinandote — de verdad se veía apenada.

— Perdón, no quise decir que tu eras una zorra, solo que...

— No, no es necesario que justifiques, eso fue lo que pasó, nada más, fui una — dio un trago a su vaso de agua — La vida es un chiste, de mis hijos, tu eres la única que tiene mi rostro, y desgraciadamente fue a la única que no pude cuidar.

— Que bueno que tengo tu rostro y no el de mi desparecido papá... al menos se que su cara estaba en ese video — ambas nos reímos — gracias por hablar conmigo, Yarim.

— Gracias a ti por buscarme — me puse de pie, porque sabía que ya era momento de salir de aquí — de verdad aún no puedo creer que estés aquí — se acercó a mi y con temor puso sus manos en mis hombros — sin duda eres hermosa.

— Gracias, Yarim. Creo que es momento de irme — me alejé de ella despacio.

— Una vez más perdón — negué, no había porqué hacerlo — y sin duda me gustaría conocerte más.

— Creo que me encantaría — No pude evitarlo y solté una lágrima — ten, mi número — le tendi una tarjeta que Yoongi habia hecho especialmente para este momento — esperaré tu llamada.

Me di la vuelta y empecé a caminar, pero tenía algo más que preguntar.

— Ah, una cosa más, ¿cuándo nací?

— Sin duda fue el veintinueve de Septiembre.

— Al menos una cosa en mi vida si fue normal — abrí la puerta dispuesta a salir para refugiarme en los brazos de Jungkook.

Caminé rápido por los pasillos en busca de Jungkook, aguantando las lágrimas para poder romperme hasta estar con él.

Lo vi arrecostado a un pilar redondo que había en medio del lobi.

— Jungkook... — en cuanto escucho mi voz el se volvió a mi y me extendió sus manos.

— Puedes llorar mi niña.

Mientras lloraba Jungkook me sacó del lobi y me llevó a su auto. El llanto aún era fluido, pensé que estaba preparada para esto pero oír como definitivamente no fuiste deseada y de que al menos tuvieron un poco de compasión hacia ti al no matarte, sin duda me daba un poco de dolor.

Jungkook empezó a conducir mientras mis lágrimas seguían bajando, hasta que logré calmarme unos minutos después.

— ¿Quieres hablar de ello? — Jungkook me preguntó.

— No ahora, necesito ordenar mis pensamientos — el asintió.

— Sabes que voy a estar aquí para siempre.

No le respondí, porque me quedé muy metida en mis propias cosas, pensando en todo lo que había pasado y de como esto había nublado mi humor. Pasé tanto tiempo pensando que cuando fui consciente de mi entorno Jungkook y yo ya estábamos en la calle de mi casa.

— Gracias por acompañarme hoy — me desabroche el cinturón y me acerqué a Jungkook — sin duda tu apoyo ahí fue de mucha ayuda.

— No es nada, sabes que haría de todo por ti.

Me acerqué más y le di un beso suave, que fue así por unos segundos, pero después a causa de Jungkook se volvió más peligroso y adictivo, parecía que el de verdad no podía tener suficiente de mi porque me besaba con desesperación, ponía sus manos en mi cabello y me obligaba a pegarme más a él.

Salgamos en una cita, Arim. Una de verdad — su voz era apenas audible mientras respiraba agitadamente después del beso.

— Sí me das otro beso, puede que acepte — el sonrió y se pegó a mi con más fuerza para morder mis labios y darme un beso lleno de furia.

— Jamás voy a tener suficiente de tus beso — empezó a dar pequeños besos en mis labios, provocando una sonrisa en mi — cuando te sientas cómoda sobre la cita me dices y te llevo donde malditamente me pidas.

— Tu invitaste, tu eliges — me reí de su cara de decepción.

— Ya sé a donde iremos, prepárate pequeña — me dio un beso más con mordida — ve a dormir, te hará bien. Me llamas cuando estés lista.

— Buenas noches, Jungkook — salí del auto y me despedí con la mano una vez afuera.

Empecé a caminar hasta la casa, todas las luces estaban apagadas, excepto la de la cocina. Yoongi estaba ahí, esperando por mi.

— Le diré a Jungkook que es mejor que cuide sus manos en la noche. Los vi — me reí, porque Yoongi sin duda siempre hacia eso en mi.

El corrió a abrazarme, sabiendo de que en realidad esta noche estaría entre lágrimas recordando todo lo que viví cuando era niña, y de cómo ahora que ya no lo necesitaba encontré a esa persona que desee ver de pequeña.

☁️

Yoongi y yo terminábamos de disfrutar una deliciosa comida casera de último minuto. Después de haber llorado a mares él me propuso que cenaramos juntos, diciendo que las penas con pan eran menos, y tenia razón, porque ahora sin duda me sentía mejor en todas las maneras posibles.

— Ahora si vas a contarme lo que pasó.

— Es mucho...

— Soy todo oídos — sacó sus orejas del gorro de su poleron — siéntete libre de empezar ya.

— Para empezar, quiero decir, que sin duda ella es una mujer increíblemente guapa — recordé con verdadero entusiasmo su rostro — y no se obvia el hecho de que ambas somos iguales.

— ¿Te reconoció?

— Sí, no tuve que decir mucho en realidad.

— ¿Y qué pasó después?

— Hablamos, me contó la razón por la cual me dejó... era joven, tenía mi edad cuando salió embarazada. Ni siquiera puedo imaginarme lo desprotegida que se sintió en ese entonces.

— ¿Se excusó?

— No, fue sincera. Antes de ser madre ella es mujer, solo podía salvar a una persona y eligió hacerlo con ella — Yoongi me sirvió un poco de agua después de escuchar como mi voz se iba rompiendo.

— Me alegra que puedas tomar esto con calma.

— No hay otra manera de hacerlo, ya han pasado muchos años. Me siento feliz por haberla encontrado y a pesar de que pensé que sentiría miedo, me siento bien.

— ¿Qué más te dijo?

— No mucho, solo que me procreo en el video que circulaba por Internet — le dije como si nada — así que uno de esos dos hombres es mi papá.

— Turbio — ambos nos reímos — ¿volverás a verla?

— Sí, le di la tarjeta que hiciste, gracias por eso — Yoongi me guiñó el ojo — Se caso y tiene más hijos. Hermanos, supongo.

— Tranquila, toma las cosas con calma, si te apresuras a conocer a su familia puede ser doloroso para ti, sin olvidar lo difícil que puede ser para sus otros hijos — asentí. Para ser honesta no había pensado en ello antes.

— Tienes razón. Igual estoy emocionada. En un punto siento que estoy traicionando a Nana.

— No pienses eso, ella quería que te encontraras con ella — Yoongi se levantó y empezó a recoger los platos de la mesa — quería verte feliz.

— La extraño mucho, ¿Sabes?

— Claro que lo haces — mi amigo empezó a lavar los platos — una cosa más, dejando de lado el tema de tu mamá. ¿Qué pasó con Jungkook?

— ¿Qué hay con él? — le pregunté extrañada.

— ¿Hay avances?

— Ah, bueno, me ha invitado a salir.

— Te lo dije — me acerqué a él para ayudarle a lavar los platos y hacer la tarea más rápido — está loco por ti.

— Jungkook está loco y punto. Hablando de él, ya casi es su cumpleaños, ¿que debería darle?

— No sé, soy malo dando regalos, pero te aseguro que lo que sea que le des le gustará porque eres tu — me sonroje — Puedes probar con hacer una fiesta para él.

— Solo seriamos nosotros cuatro, tu, tu novia — Yoongi retorcía los ojos — Jungkook y yo.

— Cuatro personas son suficientes. Entre menos personas más comida — me reí — invita a sus hermanas.

— Yoongi, Somi me odia, el otro día casi me ahogo por ella y Soojin.

— No me habías dicho eso... — murmuró molesto.

— No pasó, nada, Jungkook se encargó. De todos en esa familia a la única que no le agrade fue a Somi.

— Entonces solo seremos nosotros cuatro. Para que no digas que soy mal amigo te ayudaré.

— Gracias — terminamos de limpiar todo, ya estábamos listos para ir a dormir — por cierto, ¿la abuela?

— Ella no me lo quiere decir, pero se que esta saliendo con alguien.

— ¿A su edad? — le pregunté extrañada.

— Él cuerpo aún le funciona — Yoongi me guiñó el ojo y me dio una pequeña palmadita en el hombro mientras pasaba por mi lado — Buenas noches, Arim.

☁️

De regreso en la escuela, Yoongi mi fiel acompañante estaba de un humor raro, se le veía más extraño y ansioso, le pregunté en el camino que le pasaba pero simplemente no quiso responder.

Como de costumbre llegamos a la sección, esta vez teníamos a primera hora la convocatoria para las universidades. Todos mis compañeros estaban con apuntes y notas en sus escritorios, seguramente tan confundidos como yo al hacer nuestra elección.

— Hola, Arim — una de mis compañeras se acercó a mi. Era una chica con quien nunca había hablado, solo sabía que se llamaba Lía — Quería preguntarte una cosa — me dijo con la voz apenas audible.

— Sí, dime.

— ¿Es cierto que eres novia de Jungkook oppa?

— ¿Qué? ¿Quién dice? — le pregunté avergonzada.

— MinYoung se estaba burlando de Soojin está mañana y le dijo eso, y quería preguntar si era cierto — la pequeña chica jugaba con sus manos, seguramente nerviosa.

— Ni creas nada de eso — le dije nerviosa. Hablaría con MinYoung después — solo somos amigos.

Ella sonrió, asintió y se fue. Raro la verdad.

El salon empezó a llenarse y aún Jungkook no estaba aquí. Cuando la case ya estaba comenzada el entró por la puerta con el papel seguramente de justificación justificación su tardanza. Lo primero que hizo fue sonreír en mi dirección.

— Sus compañeros de las primeras filas empezarán a repartir las hojas de ingreso — una hoja llegó a mi mesa con una variedad de propuestas — ahí pueden ver la clasificación de las universidades y las carreras que ofertan, pero si su elección está en otro tipo de clasificación por favor, díganme.

La maestra explicaba lo que debíamos de hacer. Yo revise en mi papel y no había nada relacionado con mi carrera.

— Maestra — le dije levantando la mano — aquí no hay propuestas para el arte.

— Oh, sí, ese es otro formato. ¿Te interesa?

— Así es, quiero dibujo y animación — la maestra me dio otra hoja.

— Sabía que ibas a elegir eso. Tus dibujos siempre fueron sorprendentes — ella me dijo con verdadera admiración — Ah, sí, se me olvidaba que su compañero Jeon Jungkook recibió una propuesta de una de las mejores universidades de Seúl.

Mire a Jungkook, se rascaba el cuello apenado, me sentía tan feliz por él pero sin duda tan triste por nosotros.

Sus ojos chocaron con los míos y me sonrió de manera dulce, no sabía si a el le afectaba esto de la misma manera, pero lo que está noticia provocaba en mi sin duda alguna era doloroso.

Aparte mi vista de él y empecé a llenar mi papel, marcando las cosas que me gustaban, además de llenar una área que marcaba tus aptitudes como persona.

☁️

Más tarde, estaba peleando con Yoongi por un paquete de galletas de chocolate que encontré en su mochila, además aproveche para preguntarle porqué andaba tan serio y lo único que me dijo fue que había tenido una pequeña discusión con Hanna. Obviamente me reí, porque conozco a Yoongi y se que algunas veces puede exagerar las cosas, por ende no pudo haber sido tan malo.

— Voy al baño — deje de discutir con Yoongi por la galleta y empecé a caminar hacia el baño.

Jungkook hoy no pudo estar con nosotros a la hora del recreo porque lo llamaron de la dirección para hablar acerca de su proceso de admisión en la universidad de Seúl. Cada vez faltaba menos para decirle adiós.

Mientras iba por el baño unas voces llamaron mi atención. Pude reconocerlas.

Jungkook y Soojin.

No parecían estar discutiendo, y la curiosidad por ver que estaban haciendo tomó lugar en mi cuerpo y me olvidé de que iba camino al baño y me dirigí hasta donde me guió el sonido de las voces.

Los vi por un momento, Soojin abarzaba a Jungkook y este se dejaba. Sin querer mi corazón dio un vuelco de dolor, luego, inevitablemente tuve que ver como Soojin unia sus labios con los de Jungkook, el no hizo nada para apartarla y pude ver la mirada de Soojin sobre mi.

Me aparte, no pude seguí viendo, el dolor que invadía mi corazón y las ganas que tenía de llorar fueron más fuertes, porque definitivamente no estaba lista para eso, jamás espere ver que Jungkook estaba de regreso con ella, lo nuestro, aunque no era seguro, se miraba diferente.

Regresé al salón casi llorando, esta vez dolía más que la vez que vi a Jaehyung con MinYoung. Definitivamente este era otro tipo de dolor.

— ¿Qué pasa? ¿Por qué tienes esa cara?

— Nada Yoongi. Es el clima — me senté y aparte mi vista de la puerta, no quería mirar a Jungkook cuando entrara al salón porque sin duda lloraría.

Solo podía pensar en lo ingenua que había sido al pensar que el la había olvidado por completo, odiaba este sentimiento de dolor, pero sin duda me odiaba más a mi por creer en una ilusión que solo fue perfecta para mi.

☁️☁️☁️☁️☁️☁️☁️☁️☁️☁️☁️☁️☁️☁️☁️☁️

Gracias por leer.



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