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𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 2

Arim;

Yoongi y yo entramos a la cafetería, como era previsto, estaba completamente llena, pero pudimos encontrar un lugar justo cerca de los contenedores de la basura, Yoongi me exigió que cuidara los asientos mientras el pedia comida por los dos, mientras tanto yo me quedé pensando en Jaehyung y en MinYoung, parecía que me ocultaban algo pero no los creía capaz de ello, sin embargo me atormentaba que quisieran hacerse a un lado, eso los agregaría a la lista de personas que se alejan de mi, la única constante ha sido Yoongi, que jamás se ha separado de mi, no quería perder a mis dos amigos, pero tampoco quería averiguar que era lo que pasaba con ellos dos.

Vi por la puerta de la cafetería aparecer a Jungkook, cabizbajo otra vez, me pregunté si se sentaría conmigo si le ofrecía un lugar, sin importar su respuesta quise llamarlo, para que se sentara con nosotros.

— ¡Jungkook! — vociferé alto y fuerte, toda la cafetería me observo, incluyendo al chico, sus ojos de corderito parecían querer derramar lágrimas, pero me dio una hermosa sonrisa. Le hice un gesto con la mano para que se acercara a mi, y así fue.

Paso a paso se fue acercando hasta que estuvo frente a mi.

— Hola Arim. — su semblante cambió por un instante pequeño.

— ¿Quieres sentarte conmigo?

— Yo no quiero molestar, parece que esperas a alguien — dijo señalando las mochilas que estaban en el piso.

— No te preocupes, Yoongi es buen chico, no te echará de aquí, pero si ya planeabas comer con alguien más, está bien.

— No, para nada. — le di una sonrisa y se sentó junto a mí.

Vi entre la multitud de chicos salir a Yoongi, con las bandejas de comidas hacia nosotros, me lanzó una mirada interrogativa por el nuevo invitado y lo le lancé una de que cerrara la boca. Lentamente se acercó a nosotros y tomó asiento.

— Yoongi, el es Jungkook. Jungkook, el es Yoongi. — los presente de manera rápida.

— Se quien es, Arim, ha ido toda la secundaria con nosotros.

— Ah.

— Así que, ¿nuevo recluta para la pandilla? — Jungkook se asustó cuando escuchó esa palabra.

— ¿Pandilla? — pregunto con sus ojos bien abiertos.

— No le hagas caso, está loco.

— Me habían asustado. — Yoongi soltó una carcajada mientras llenaba su boca con un pan.

— Este es el club del almuerzo. — dije tratando de hacer gracia.

— No, es el club de los idiotas.

— ¿Y eso porqué? — pregunto Jungkook.

— Porque estamos junto a la basura. — los tres reímos y por primera vez Jungkook relajó su semblante.

— Se te ocurre cada cosa Yoongi.

Nadie más dijo nada y los tres comimos en silencio, yo compartí de mi comida con Jungkook, porque el pobre si hacía fila probablemente gastaba toda la hora del almuerzo ahí, además de que hoy no tenía mucha hambre. Jungkook parecía disfrutar de la comida y yo tenía la intención de preguntar que le sucedía en la mañana, pero preferí callarme, lo que menos quería era hacerlo sentir incómodo.

— Arim, ¿qué hacían Jae y Min en las escaleras? — Yoongi preguntó lo que me temía, jamás se quedaba con nada.

— No lo sé Yoongi — abrumada respondí, Yoongi y Jungkook lo notaron.

— Yo venía del sótano y ellos dos estaban ahí también, hablaban de otra persona. — Jungkook aportó a la conversación. Yoongi me dio una mirada de reproche y su cara de enojó.

— Si es algo malo contra ti, se arrepentirán.

— Ellos son mis amigos, jamás me harían algo. — traté de defenderlos pero no había por donde.

— Lo dudo, ella parecía reclamarle algo, estaba muy enojada. — Jungkook siguió echando sal a la herida, quería decirle que se callara pero también quería escucharlo.

— Te lo advierto Arim, si se meten contigo lo harán conmigo también. — Yoongi estaba enojado.

— Te juro que no pasa nada Yoongi. — eso era lo que yo esperaba en mis adentros.

— ¿has discutido con ellos? — Jungkook preguntó.

— No, pero los dos idiotas la han dejado plantada justo a esta hora, por eso esta sentada aquí conmigo y contigo, chico Jeon. — me sorprendió lo rápido que puede hablar Yoongi algunas veces, también el hecho de saber su apellido.

— ¿Somos segunda opción?

— Así parece, pero no puedo dejarla. — me hizo sonreír por un momento pero luego volví a pensar en mis otros dos amigos.

— A mi no me importa ser segunda opción, en estos momentos eso es bueno para mi. — Jungkook suspiró dos veces.

— ¿Problemas en el paraíso, Jeon? — Yoongi le dio una palmada en el hombro y yo me interesé más por la conversación.

— Más bien diría qué, visitas inesperadas. — yo no entendí nada, pero al parecer Yoongi si lo hizo ya que le dio una mirada de lástima y le palmeó el hombro. Dos veces.

— ¿A qué te refieres? — pregunte porque no pensaba quedarme con la duda.

— Es algo... — hizo una pequeña pausa para respirar profundo — que no me desagrada por completo, pero que sin duda es un contratiempo.

— Lo comprendo. — no quise decir nada más porque parecía que él no quería hablar del tema.

— En otros asuntos — dijo Yoongi — este chico me agrada más que los otros — Jeon se sorprendió pero yo no dije nada — si te dejaras de juntar con los otros dos idiotas y pasarás tu tiempo con Jungkook, me sentiría más feliz.

— Yoongi, ni siquiera sabemos si le agrado. — Jungkook me sonrió y yo le sonreí de vuelta.

— Si me agradas, incluso si eres una terrible compañera de clases. — le saque la lengua y Yoongi lanzó otra pregunta.

— ¿Cómo es que se hablaron?

— Venia en el autobús esta mañana — Jungkook respondió — y Arim me pisó el zapato, ni siquiera se disculpó, pero luego ató el nudo de mi corbata.

— Sí, eso se oye tan Arim. Y también ata el nudo de mi corbata de vez en cuando. — Yoongi arrebató la bolsa de papitas de mi mano para de un solo bocado comérselas.

— Trataré de quitarme la corbata con cuidado, así el nudo no se dañará.

— No, está bien, puedo hacerlo para ti todos los días — a Yoongi le sorprendió mi lado más servicial.

— Gracias, supongo. — Jungkook, tímido me dio una sonrisa de agrado, que en cierto punto me conmovió.

— ¿Por qué venías en autobús? Tienes un Jaguar negro.

— Bueno es que está en el taller. — parecía que Yoongi sabía más de lo que dejaba ver.

— Lo comprendo.

La conversación murió ahí, a Jungkook le sonó el teléfono pero el no respondió la llamada, luego le llegaron como al menos unos diez mensajes pero no abrió ninguno, solo los miró sobre la pantalla y su semblante cambió de nuevo, Yoongi también lo notó, el parecía comprender más de lo que yo lo hacía, sin embargo no quería inmiscuirme en un asunto que no me correspondía.

Yo recibí un mensaje de MinYoung que decía que esta tarde no podía reunirse conmigo, no me sorprendió pero me asustó que el motivo tuviera que ver con Jae. Me preguntaba la razón de mi corazón por la cual estaba tan inquieto cuando se trataba de él.

En lo profundo de mis sentimientos descubrí que en realidad era porque me gustaba Jaehyung, no como un amigo, me gustaba como un hombre, el temor me inundó porque obviamente jamás sería correspondida, pero no podía hacer nada, y el hecho de que mis dos amigos me ocultaran cosas me ponía incluso más triste.

Jamás, en todos los años que llevaba conociendo a Jae me imaginé que  podía gustar de él, pero supongo que era algo normal, compartía muchas cosas con él, mi tiempo para él era sagrado y era celosa de las cosas que nos envolvían a ambos, me preguntaba si Yoongi ya lo había notado y esa era la razón  por la cual lo odiaba. Lo mejor  por ahora era callar y tragar lo que sentía.

Terminamos de comer en silencio y los tres nos pusimos en marcha hacia nuestra próxima clase, con miedo a como pudiera accionar de ahora en adelante luego de descubrir que tenía sentimientos por mi mejor amigo decidí no darle más vueltas al asunto, pero fue imposible ya que Jaehyung caminaba hacia nuestra sección también, solo que el venia del lado contrario. Yoongi y Jungkook se adelantaron yo me quedé en la puerta esperándolo, Yoongi me hizo una seña de que me tenía en la mira y Jungkook solo encogió los hombros.

— Hola, Arim. — Jaehyung me saludó y provocó qué de nuevo ese sentimiento de dolor se instalara dentro de mi.

— Hola — muy ansiosa por llegar a la cuestión no alargue mi saludo — ¿se puede saber que te pasa?, me has ignorado todo el día.

— No, nena yo...

— No me nenees, ¿qué pasa?, no te comportas como mi amigo — nadie iba a detenerme — no nos vimos en las vacaciones y apenas hablábamos por el celular, hoy que vengo a la escuela, espero que me recibas con los brazos abiertos, pero nada — Jaehyung me miraba con sorpresa — luego cuando se supone que siempre compartimos el almuerzo juntos te vas, y lo peor es que no me estas diciendo nada, se que algo te está pasando y si no eres capaz de decirme yo...

— Basta, Arim — parecía enojado — no pasa nada, estos berrinches no funcionan.

— ¿Berrinches?, esto no es un jodido berrinche, Jaehyung.

— Entonces, ¿qué es? — el enojo crepitaba en su mirada — somos amigos, sí, pero no tengo que decir cada cosa que pasa en mi vida, joder lo que faltaba.

— Pensaba que los amigos se lo contaban todo. — su expresión no podía descifrarla.

— Jesús, Arim, no sigas por ahí, claro que somos amigos, pero hay cosas que prefiero guardarme yo. De verdad no pasa nada. — pero de igual manera no le creí.

— Claro. Nos vemos — me alejé de la puerta directo a mi pupitre.

Justo cuando me sentaba MinYoung entraba por la puerta me dio una mirada que no pude comprender entre malicia y satisfacción, no sabía lo que pasaba, tampoco me gustaría que por un malentendido que mi mente había creado, perderlos a ambos. Supuse que tenía que relajarme y calmar mis sentimientos que en parte influían en mi proceder.

— ¿Qué pasó? — Yoongi preguntó, cualquier cosa que dijera ahora era lo suficiente como para que el se fuera de golpes con Jae.

— Nada. — no quise decir más, porque no tenía la certeza de todo, pero sabía que terminaría por averiguarlo.

Nuestra clase era de crecimiento personal, todos en el salón estaban callados, MinYoung me veía por momentos pero yo no lograba entender que era la malicia instalada en sus ojos. Por otro lado, Jungkook se veia mejor, más relajado, me hubiese gustado preguntarle más de su vida pero a la hora del almuerzo estuve más pendiente de otras cosas que de él.

Cuando la clase finalizó, me di cuenta de que Yoongi en realidad dormía y que ni siquiera había puesto la fecha en su cuaderno, la profesora dio las instrucciones finales para dar por concluida su clase. También el director dio un anuncio por los altavoces, informando de que el día de clases había acabado, que por ser primer día podíamos irnos a casa temprano pero que el día de mañana el horario sería extendido, osea que finalizará a las cinco.

Traté de despertar a Yoongi para que recogiera lo poco que había sacado de su bolso, pero el solamente gruñó y se acomodó mejor, mientras yo recogía mis cosas una chica muy bonita apareció por la puerta, parecía que buscaba a Jungkook, el le dio la sonrisa más brillante y se apuró en recoger sus cosas, luego le dio un beso en la boca y se tomaron de la mano para marcharse. Era justo la misma chica a la que besaba en esta mañana, seguramente su novia. Era obvio que el tenia una novia, era jodidamente apuesto.

Tenia el cabello largo y negro, sus ojos eran pequeños pero redondos y los labios pequeños, sus pestañas apenas se veían, pero todo en su cara trabajaba en armonía. Su cuerpo era una belleza, tan alto y fornido como un guerrero, su presencia se imponía donde quiera que llegaba, un ser sublime y etéreo.

Cuando dejé de pensar en el hermoso parecer de Jungkook me di cuenta que solo Yoongi y yo estábamos en el salón, volví a intentar despertarlo y esta vez sí me atendió.

— ¿Por fin se está acabando el mundo? — pregunto con su agrio humor.

— No Yoongi, pero ya es hora de irnos. — me arrugó la cara y empezó a recoger sus cosas.

Estaba tan ocupada pensando en la belleza de Jungkook que ni siquiera me di cuenta de cuando Jaehyung y MinYoung abandonaron el salón.

En el camino de regreso me tocó oír las imparables quejas de Yoongi sobre como el sol iba a quemar su hermosa piel y que luego iba a parecer una nucita, obviamente exageraba porque su piel era tan blanca que dudaba de que algún día pudiera algo ponerla de otro color.

— Yoongi — había una duda que rondaba mi cabeza — alguna vez tu... ¿te has enamorado?

— Todos lo hemos hecho — luego de eso suspiró, parecía melancólico o recordar algo que le infringía dolor — ¿Por qué?

— Creo que me he enamorado. — con miedo a que se burlara de mí le admití la verdad.

— Debo de suponer que es del idiota de Jaehyung, ¿cierto? — su conocimiento me asustó.

— ¿Como sabes? — me lanzó una risa incrédula pero hablo en su tono más serio.

— Enana, te aseguro que todos lo han notado — dijo como si fuera lo más obvio — eres tan obvia, revoloteas a su alrededor todo el tiempo, desde el año pasado, además la manera en la que lo miras, dice mucho.

— Pues no lo había visto así — admitirlo era doloroso — seguro me veo como una tonta.

— No digas eso, Arim — se detuvo y toco mi mejilla con gesto cariñoso — enamorarse es normal, y está bien, pero jamás permitas que alguien use tus sentimiento como arma con la que pueda herirte, mereces más que eso.

— ¿Crees que él lo sabe?

— Puede que sí, y que por eso se aprovecha de ti, lo que paso hoy puede que no sea de gran importancia, pero fue cruel la manera en la que te ignoró todo el día. Además, MinYoung contribuyó en eso también, así que puede que ella también quiera hacerte daño por enamorarte de él.

— ¿Por qué?

— Dios, Arim. Eres tan inteligente para unas cosas pero media tonta para otras, obviamente a MinYoung le gusta Jaehyung y no me sorprendería que sea correspondida. — ese hecho me dolió en lo más profundo.

— ¿Como lo sabes?

— Es tan obvio, Jaehyung solo te mira como un tipo de puerto seguro y MinYoung te ve como el poste fijo que nunca podrá opacarla. Jamás te han querido de verdad.

— No puedo verlos de esa manera — aceptarlo me costaba — son mis amigos.

— Para ti, para ellos no eres nada. Sin embargo, pienso que si ellos dos corresponden en sentimientos tu tienes que aceptarlo, los sentimientos solo se dirigen donde ellos quieren.

— Supongo que así es — me ardía el pecho un poco — pero quiero que sean honestos, no quiero llegar a una conclusión solo sopesando posibilidades, quiero que salga de su boca.

— Eso está bien — Yoongi me dio un abrazo y un beso en la frente — ahora dime, ¿qué harás en la tarde?

— Nada, creo que limpiaré mi habitación. No la limpió desde el año pasado. — Yoongi me dio la mirada de "se que no mientes" — ¿qué?, trabaje duro en las vacaciones, no me culpes por ello.

— Lo se. Quería invitarte a salir, pero dado que no puedes, supongo que será otro día — nos detuvimos frente al orfanato y el me tendió un dulce que llevaba en su mano — vamos, entra.

— Adiós Yoongi, nos vemos mañana. — le di un beso en la mejilla y me alejé por la puerta principal del orfanato.

Cuando llegue a mi habitación vi que estaba peor de lo que creía, que probablemente me llevaría lo que restaba de la tarde y parte de la noche aún, sin más que hacer me dediqué a recoger todo, cosa por cosa. En mi paso encontré el viejo álbum de fotos, lo cogi y cuando lo abrí encontré una de las fotos más preciosas que podía poseer, una foto mía y de Yoongi, cuando el tenia seis y yo cinco, la foto fue tomada unos días antes de que Yoongi fuese adoptado. Yoongi estaba sentado en una de las gradas llorando, mientras que yo estaba de su lado burlandome de él. Era una foto que remarcaba cuán importante era mi relación con Yoongi y que no importase el lugar al que llegáramos, él y yo siempre seríamos uno solo.

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