𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 16
Jungkook;
— Quiero besarte, Arim. Déjame hacerlo.
La cara de Arim ahora estaba roja, iluminada por los tenues rayos de luz que aún trataban de resistirse a la caída de la noche. Me miraba incrédula, talvez pensando que estaba bromeando, pero justo ahora estaba hablando muy en serio.
Desde anoche que recordé que si la había besado, traté de olvidarme de ello, de hacer como si nada había pasado, pero no pude, no pude evitar la curiosidad y el deseo de sentir sus labios sobre los míos. Quería más. Más de ella, quería besar sus labios hasta que su toque no se borrara, recordarlo incluso después de días.
Sí, recordé el beso, pero no recordé cómo sabía.
— N-no creo que sea lo correcto... — en efecto, ella estaba nerviosa.
— ¿Por qué no? — me acerqué incluso más a su boca, rosando mis labios con la comisura de sus labios.
— ¿P-por qué quieres hacerlo?
— Porque necesito recordar como se sentían tus labios.
— No, no puedes besarme, luego te arrepentirás y empezarás a odiarme y yo no quiero que pase eso porque te considero mi amigo y no quiero que un beso impi...
No pude prolongarlo más, la besé con todas mis fuerzas. Sus labios estaban tiesos, me impedían el paso a explorar su boca. Ella estaba inerte, ni siquiera podía oírla respirar.
Le mordí los labios esperando que pudiese reaccionar. Su boca se movió sobre la mía y fue la sensación más placentera que alguna vez había sentido. Ella sabía tan bien, sus labios tenían un maldito sabor dulce al que ya me había vuelto adicto. La besé incluso más profundo, enredando mi lengua con la de ella, disfrutando de su sedosa cavidad, bebiendo de ella tanto como me fuese posible.
Por falta de aire tuvimos que separarnos, ella al igual que yo estaba agitada.
— Hablas mucho, Arim. Demasiado — ella aún estaba confundida, con los labios completamente rojos e hinchados.
— Tu...eres un...
— ¿Un qué? — le di un beso más, apretando su cintura con mis manos — tus labios son dulces, tienen un sabor a ¿chocolate? — un beso más, esta vez metiendo sus labios en mi boca — no, no es chocolate, puede ser ¿vainilla? — sentí que se quiso alejar de mi pero se lo impedí y en cambio la besé otra vez, con la misma intensidad, mordiendo sus deliciosos labios — Ya sé que sabor es. Cereza.
— Pude haberlo respondido, no era necesario que me besaras — empezó a acomodar su cabello de manera tierna.
— ¿Y perderme del increíble sabor de tus labios? No gracias.
— Este beso podría confundir las cosas, ¿Sabes?
— ¿Por qué?
— Porque tu y yo somos amigos, no quiero que las cosas se vuelvan extrañas ahora.
— No serán extrañas, serán mejores.
— ¿De qué hablas? — Ella se veía confundida, pero no era la única, yo también estaba así.
— Hablo de que, no importa lo que pase, se que quiero estar contigo — acaricie su mejilla lentamente — ahora, baja de mi auto si no quieres que te siga besando.
— Ya me voy — empezó a agarrar sus cosas, de manera apresurada, pero antes de que saliera del auto la detuve.
— No puedo dejarte ir sin un último beso.
La besé, otra vez, con muchas fuerzas, anhelo y deseo, era tan increíble besar sus labios, sentir su boca presionada con la mía, y sentir como tímidamente ella trataba de llevar mi ritmo, sin embargo, ella sabía controlar las cosas y cuando pensaba que era yo quien dirigía, era ella quien llevaba la delantera, porque me sometía.
Los sonidos provocados por nuestras bocas dieron paso a otros sonido, ella quería callarlos, pero no la deje, y la besé aún más, cuando ya no pudo evitarlo oí el sonido mas sensual y hermoso que alguna vez había escuchado. Un gemino de satisfacción se colo en nuestro ambiente. Eso me afectó tanto que me di cuenta que era hora de parar, porque no podía llevar las cosas más allá.
— ¿Satisfecho? — Arim respiraba apresuradamente, estaba completamente colorada, y se miraba jodidamente hermosa.
— Nunca lo estaré — le di un último beso — Vete ahora.
— Entonces supongo que...nos vemos mañana — salió de mi auto y me dejo más feliz de lo que alguna vez había estado.
No debía comparar sus besos con los de Soojin, pero lo hice. Arim era más dulce, y su increíble torpeza a la hora de besar me provocaban más ganas de hacerlo, después de este beso quería más, mucho más. Con Soojin jamás quedé anhelando otro beso, simplemente sabía que los tendría al día siguiente, pero con Arim todo era incierto y por esa razón lo quería más.
No pude evitar regresar a casa con una sonrisa, en todo el camino no deje de sonreír como un tonto ¿Arim estaría igual? Quien sabe, ni siquiera me preocupaba si no era de esa manera, solo quería que entendiera que de verdad me había gustado.
Ahora mismo no podía descifrar mis sentimientos, no sabía con exactitud para dónde se iban dirigiendo, lo que si podía entender con claridad era que, ella definitivamente era más que una amiga para mi.
Cuando llegué a casa no había nadie por la sala, seguramente mamá y papá andaban en alguna reunión importante. Dado que no había nadie solo tome una botella de agua del refrigerador y empecé a dirigirme a mi habitación.
— Jungkook — Somi estaba de pie en las escaleras — ¿Podemos hablar?
— ¿De qué? ¿Ya dejaste de ser una niña inmadura?
— Yo de verdad lo siento mucho — agachó su cabeza, aparentemente avergonzada.
— No es conmigo con quien tienes que disculparte.
— Eso sí que no lo haré — perdí mi tiempo, ella no había cambiado, solo no podía soportar que la ignorara.
— Entonces de verdad no lo sientes. Buenas noches — me dirigí hacia mi cuarto, sin importarme si Somi estaba triste.
— Soojin está arriba — me detuve en seco.
— ¿Qué has dicho? ¿Cómo entró? No importa, haré que se largue ahora mismo.
Estaba enojado, casi echando humos. Con brusquedad llegué a mi habitación y tire la puerta pero definitivamente no estaba listo para lo que encontré.
Soojin estaba acostada en mi cama, jodidamente desnuda.
— Te estaba esperando — ella se acercó a mi, no pude evitar verla con asco.
— Tienes exactamente un minuto la vestirte y largarte a tu casa. Lárgate de aquí, tu no eres bienvenida aquí.
— ¿No te gusta lo que ves?
— Definitivamente no, preferiría ver a cualquier otra persona desnuda. Largo.
Me acerque hasta donde estaba su ropa y se la tiré en la cara.
— Rápido que tengo que estudiar.
— Se que no quieres decir eso.
— Efectivamente, lo que quiero decir es que me das asco. Largo — le sostuve la puerta para que saliera.
— Te arrepentirás de humillarme así.
— Tu lo has hecho sola — enojada se vestía, salio de mi habitación hecha furia, pero en realidad tampoco me importaba.
Trate de tranquilizarme un poco, pero no pude, sabía que esto era obra de Somi, estaba actuando como una completa estúpida.
— ¡SOMI! — ni siquiera me importo levantar la voz, estaba enojado y todo mi ira iba a recaer contra la causante.
— ¿S-sí? — asomó su cabeza por la puerta.
— ¿Qué diablos te pasa Somi? ¿Eres mi hermana o mi enemiga?
— Yo solo la deje pasar porque ella me dijo que tenia algo que decirte, no pensé que...— oficialmente es decepcionado.
— Ni siquiera tuviste que haberla dejado pasar, ¿Sabes que haría yo si algún ex novio tuyo te lastimó? Lo echaría, porque si algo fue doloroso para ti también lo fue para mi porque eres mi hermana — ella intento abrazarme pero se lo impedi — ella de verdad me lastimó, Somi. Pude haberle bajado todas las estrellas del cielo, puedo haberlo hecho.
— Lo siento — vi como unas lágrimas bajaban por sus mejillas — no lo volveré a hacer.
— Eso espero. Ahora vete — talvez ella esperaba un abrazo de reconciliación como antes cuando teníamos una pequeña pelea, pero me alejé porque aún estaba enojado.
Escuché como ella cerró la puerta lentamente, esperaba que pudiera reconocer su error de manera pronta, porque si el caso fuese otro, jamás volvería a hablarle.
Sin querer, todo el buen humor que traía después de haber estado con Arim simplemente se fue. Pero aun así el sabor dulce de sus labios aún estaba en mi mente. Que bien se sentía besarla.
Ahora mismo estaba pensando en cómo lograr que ella me besara otra vez ¿la secuestro? ¿Será eso muy criminal? Talvez podía seducirla con mis encantos.
Por otra parte, no quería confundirla ni nada por el estilo, no sabía muy bien como se sentía ella, y tenia mucho miedo de incomodarla. Talvez era mejor a que ella diera el paso para el siguiente beso, si eso podía pasar mañana, incluso mejor para mi.
Estaba listo para ir a la cama, pero unos golpes en mi puerta me pusieron alerta.
— Adelante.
— Jungkook, hijo — la cabeza de mi papá estaba asomada en la puerta — ¿Vas a dormir ya? Es temprano.
— No planeaba dormir, solo quería acostarme.
— ¿Tienes un minuto? O estas ocupado con tu nueva novia, eh.
— Que no es mi novia.
"Pero sí quieres que lo sea" "No" "¿Sí?"
— Pues, yo creo que pronto lo será — mi papá se acomodó a un lado de la cama — cuando conocí a tu madre también tenía tu edad. Ella fue mi primer novia, la primero em todo creo.
— ¿Nunca discutieron?
— Incontables veces, pero tu madre es demasiado magnífica como para perdería por una discusión sin sentido.
— En algún punto siento que ustedes nos maleducaron — el me miró extrañado por mis palabras — Sí, nos mostraron un amor tan perfecto, que ahora nosotros anhelamos uno así.
— Él amor puede ser perfecto dependiendo del contexto — mi papá me miraba con una sonrisa, justamente igual a la mía, porque éramos como dos gotas de agua — si tu crees que la perfección es no peleas, no gritos, no nada. Estas equivocado. En una relación hay de todo eso, pero depende de los involucrados el como resolverlo.
— Creo que me gusta Arim — sin pensarlo le dije lo que podía estar sintiendo — ¿será malo?
— ¿Dudas?
— Bueno, rompí con Soojin hace apena unas semanas. No me gustaría confundir todo esto.
— Entonces averigua lo que sientes, Jungkook. Él amor es como el odio, pueden darse de manera instantánea, no te asustes. ¿Qué te hace pensar que te gusta?
— No lo sé, solo se que me gusta.
— Dime tres cualidades o cosas que te gusten de ella o hacer con ella que no sean ni físicas, ni que tengan que ver con su decencia humana — sentí un pequeño bloqueo, porque justo ahora tenia que buscar cosas que me hicieran separar a Arim de todas las demás chicas.
— Bueno, la primera sería que siempre anhelo verla aún sabiendo que la miraré sin falta en la escuela o que puedo ir a su casa para verle — mi papá sonrió — la segunda es que ella tiene el don de hacerme desear hacer cosas que no tienen que ver conmigo ¿puedes creer que estoy siguiendo a una tonta y ñoña lista de deseos solo por ella? — mi padre negó — bueno, lo estoy haciendo.
— ¿La tercera?
— La tercera es que... me gustaría, si fuese posible, besarla continuamente — él levantó una ceja — mamá tenia razón, el otro día nos besamos y hoy para confirmar la besé otra vez.
— Entonces, felicidades amigo, has caído.
— ¿Es malo o bueno?
— Enamorarse nunca será algo malo — le mire confundido — ya lo entenderás, fue un gusto charlar contigo hijo, iré a que tu madre me pague los veinte dólares de la apuesta.
— ¿Cuál apuesta?
— Aposté a que en menos de un mes tu te enamorarías de esa muchacha, tu mamá dijo que te tomaría dos meses.
— Yo no te dije que estoy enamorado de ella — le reclamé, frunciendo mi ceño.
— Eso se sobreentiende por la cara de estúpido que pusiste cuando hablabas de ella. Lo siento campeón.
— Ustedes dos son increíbles. Me siento traicionado.
— No te preocupes, será la última que haremos — se puso de pie y se dirigió a la puerta — Ah, antes de que lo olvide, sabemos que Soojin estuvo aquí, hemos castigado a Somi. Si sigue acosandote podemos presentar una orden de alejamiento.
— Estaba desnuda aquí cuando vine.
— Es muy rara, por eso nunca me agradó — yo suspiré profundamente y el salio de mi cuarto.
Una vez más me quedé solo pensando en lo que había hablado con papá, no era normal lo que sentía, pero si papá decía que el amor podía manifestarse de manera rápida yo le creería.
☁️
Por primera vez en mucho tiempo de verdad anhelaba ir a la escuela, lo deseaba con todo mi ser, quería ver a Arim, quería que si cara se volviese roja.
Esta vez no la espere en la puerta de la escuela, preferí esperarla en el salón de clases de una vez. Si mis cálculos no fallaban ella llegaría unos veinte minutos antes de que la clase empezara, unos diez antes de que la mayoría de los estudiantes, lo que me permitiría estar con ella por unos minutos a solas porque Yoongi siempre iba al baño primero, y por si acaso, Hanna se encargaría.
Satisfecho con mi plan me senté a esperarla. Todo salio como lo esperaba, ella entró en el aula, dándole color y olor al salón, se veía más bonita de lo normal, llevaba dos trenzas muy bonitas en su cabello, y sus labios, mi parte favorita, estaban pintados de un tenue rojo, se veían más llamativos, pedían a gritos que los besara.
— Oh, Jungkook — ella se sonrojó justo como pensé que lo haría. Me levanté de mi lugar y caminé hasta ella — ¿Qu-que?
— Nada. ¿Hoy también traes el labial de cereza? — Ella me mostró esa dulce sonrisa encantadora.
— No, hoy traigo puesto uno de... — No le di oportunidad de responder porque la interrumpí con un beso.
Se que había dicho que la dejaría dar el segundo paso, pero no pude evitarlo, ella era tan bonita y perfecta que me provocaba unas ganas terribles de besarla.
Esta vez hubo una diferencia, ella no se escondió ni se puso timida, me besó justo como yo lo hice, eata vez no tuve que morderla para que aceptara mi beso, tampoco tuve que apretujarla tanto, ella solita me correspondió y fue magnífico. Mis manos estaban sobre su cintura y las de ella estaban sobre mis hombros, pude abrazarla más a mi gracias a ello, saboree de su boca a mi gusto, provocando sonidos demasiado ruidosos en mi exploración, pero una vez que la probaba no podía parar.
Moví mis labios sobre los de ella en repetidas ocasiones, de un lado a otro, esperando poder saciar mi deseo pero no pude. Ella sabía jodidamente bien.
— Hummm. Es durazno — me separé de ella y uni nuestras frentes, ella respiraba de manera pesada y sus ojos brillaban de una manera impresionante — sabe delicioso.
— Te iba a decir que era durazno antes de que me besaras — sorpresivamente fue ella quien deposito un beso pequeño en mis labios — deja de poner excusas para hacerlo.
— ¿Entonces puedo besarte sin ningún problema? — le di otro besito pequeño — ¿puedo hacerlo?
— No — empecé a besar su cara, primero la frente, luego el puente de la nariz, sus mejillas, la punta de la nariz, la comisura de los labios y el último se lo di en los labios, al paso que le mordía el labio inferior — ¡oye, no me muerdas!
— Me gusta. Y se que también te gusta, no tienes que hacerte la difícil conmigo.
— Bien, pero no puedes besarme cada vez que quieras, alguien podría vernos.
— Ni siquiera me importa — aun estaba muy cerca de ella — pero si eso es lo que quieres.
— Bien, estas cosas tienen que ser privadas — me reí y cuando me acerqué para darle otro beso Yoongi estaba de pie al lado nuestro.
— ¿Qué hacen ustedes dos? — rápidamente Arim se alejó de mi y yo también.
— Nada, Arim tenia una basura en el ojo y yo solo me acerqué a soplarle — Yoongi me miró incrédulo. Arim ya se había sentado en su silla, seguramente avergonzada.
— Ajá... — entrecerro sus ojos hacia mi — ¿desde cuando usas pintalabios? — pasé mis dedos sobre mis labios y sentí lo pegajoso del labial de Arim.
— Desde hoy — Yoongi alterno su mirada con Arim y conmigo.
— Tienes los mismos trucos que tu amiga Hanna, que por cierto está loca — me reí — ¿Por qué es tan salvaje?
— ¿No te gusta?
— Esa chica, me asusta mucho, hoy de nuevo me secuestro y me besó ¿puedes decirle que deje de hacerlo? Va a matarme de un infarto.
— Lo siento, ella es así.
— Bueno, veré como me escondo. Si vas a hacerle algo así a Arim asegúrate de que sea privado, no la expongas.
— Juro que no.
Él me sonrió satisfecho y tomó su lugar junto a Arim, torturandola con preguntas.
En la clase no me pude concentrar ni un poquito, estuve pensando en Arim, y la veía de vez en cuando, incluso puedo jurar que el profesor lo noto pero no quiso decir algo.
De manera secreta saqué el libro púrpura de Arim de mi mochila y busqué el deseo que seguía.
"Conducir hasta la playa y comer palomitas mientras miramos las estrellas"
Este deseo me gustaba mucho, trataría de cumplirlo tan pronto como me fuese posible, antes de que el invierno entrara de lleno. En realidad todo lo que ella tenia escrito me gustaba mucho.
Honestamente no se a donde me dirijo con todo esto, pero no me importa si me lleva a la perdición de su cariño.
☁️
Estábamos terminando clases, Yoongi, Arim y yo conversábamos sobre un trabajo para la próxima clase.
— ¿Qué harán el sábado? — Yoongi nos preguntó a ambos.
— Estamos pensando en buscar a mi mamá — Arim le respondió con un poco de duda en su rostro.
— Quería hacer lo mismo — Yoongi suspiró, talvez con miedo.
— Bueno, podemos empezar con tu mamá, vive en Daegu y se llama...
— Han Ayoon — Yoongi culminó la frase, ambos lo miramos confundidos.
— ¿Cómo lo sabes?
— Hace un tiempo busque por mi cuenta, encontré su nombre y su dirección aquí en Busan, pero cuando fui a buscarla ya se había mudado.
— No me habías dicho nada... — Arim estaba aparentemente herida.
— Sentí miedo, pero ya no es así, estoy listo para buscarla.
— Entonces, este fin de semana vamos a Daegu — los tres sonreímos, dándonos cuenta de que por primera vez tendríamos una aventura.
Nunca antes había entendido la genuinidad de alguien al alegrarse por el bien de otra persona, hasta que vi la manera en la que Arim sonreía porque Yoongi estaba a punto de encontrarse con sus raíces.
Esa era la cuarta cosa que amaba de ella.
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Jungkook y Arim durante casi todo el capítulo:
Tiempos oscuros se acercan mi gente.
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