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𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 12

Arim;

—...quiero morder ese labio.

Mis mejillas se pusieron rojas a más no poder, las manos de Jungkook estaban en mis mejillas, ardiendo bajo sus palmas. El aun no se apartaba de mi, estaba tan pegado a mi rostro que podía sentir su pesada respiración chocando con mi rostro.

Me veía de una forma que no podía descifrar, sus ojos parecían dos lumbreras en su punto más alto, brillando desmesuradamente, justo como llamas de fuego, seguramente mi rostro estaba peor, probablemente estaba toda roja y sudando, porque el nerviosismo y la ansiedad era más que fuerte.

— ¿Qué dices Jungkook? — le pregunté nerviosa, tratando de apartar sus manos de mi rostro, pero su agarre era demasiado fuerte.

— Digo que quiero morder fuertemente tu labio — ¡Jesús! Sentía que mis piernas se estaban debilitando, mi corazón latía como loco, tanto que incluso podía oír la manera en la que palpitaba.

— Estas borracho, el sobrio Jungkook jamás diría eso — le dije, luchando por apartarme.

— Talvez ese Jungkook necesitaba un poco de alcohol para ser valiente y morder tus abultados labios.

— No...no quieres decir lo que dices, es mejor que entres porque... — No pude seguir hablando porque fui callada por sus dientes.

Sorpresivamente, su boca estaba pegada a la mía, sus dientes mordian fuertemente mi labio inferior y sus manos ya no estaban en mis mejillas, ahora estaban en mi cintura pegándome incluso más a su cuerpo. Sentía una pesadez inmensa en mi cuerpo, pero no sabía que hacer, porque no era un beso, el solo me estaba mordiendo.

Se separó de mi, y yo espere a que se alejara por completo, suspirando aliviada porque ya se había terminado, pero no, a mitad de mi suspiro una vez más sus labios chocaron con los míos, haciendo más complicada la situación, porque esta vez no me mordía, ahora si me besaba, lentamente, incluso parecía estar cayendo dormido, pero no, estaba muy despierto.

Lentamente sus labios pedían permiso para seguir disfrutando de los míos, así que sin saber que más hacer me rendí y deje que sus labios se mezclarán con los míos, y aunque yo no sabía como dar un beso apropiado le seguí la corriente, esperando no fallar.

No se en que punto mi corazón se relajó, pero cuando note ya no latía duramente, aparentemente el beso de Jungkook era un calmante porque todo lo que se movía dentro de mi se detuvo. Me permití disfrutar del beso, porque me gustaba, sus labios eran tan suaves, y a pesar de no ser grandes eran del tamaño perfecto para volverte loca, cuando nuestras lenguas se tocaron creí tocar el cielo y sin pensarlo mucho puse mis manos sobre su cuello, dándole todo de , porque ya estaba perdida. Nuestras bocas se movían al mismo tiempo, haciendo de este beso una verdadera delicia.

Los sonidos provocados por nuestras bocas podían parecer obscenos, pero no me importaba, me sentía tan bien. Sabía que a la mañana siguiente el no recordaría nada, pero me permiti disfrutar de esto por ahora. Todo estaba bien, y aún teníamos nuestras bocas deliciosamente unidas, bailando entre ellas. Nos separamos gracias a que el taxista tocó el pito de su auto, seguramente cansado de esperar. Ambos respirabamos fuertemente, después del beso los dos unimos nuestras frentes, respirando con mucho anhelo.

— ¿Qué tienen tus labios? — me preguntó y se separó de — ahora que los he probado no creo creo pueda dejar de besarlos — quise decirle que estaba equivocado, pero no tenía caso.

Él, a la mañana siguiente no lo recordaría y yo no haría nada para que el lo hiciese, no quería que se arrepintiera de besarme, no quería que culpase al alcohol, porque sería vergonzoso para mi, así que si por alguna razón el me preguntaba simplemente lo negaría.

Lo deje ahí, en la puerta de su casa y yo me fui hasta el taxi, tratando de controlar el temblor que recorría mi cuerpo.

— Si quería quedarse con su novio pudo haberlo dicho, señorita — el taxista se puso en marcha, mientras me miraba por el espejo.

— No es mi novio...

¡Beep! ¡Beep!

La nefasta alarma volvió a sonar, despertándome del sueño que llevaba repitiendo en bucle en mi mente. Desde el viernes no había dejado de pensar en el desgraciado beso, cuando lo hacía, pasaba mi lengua sobre mis labios, porque aún el toque de los suyos estaba vivo.

No sabía siquiera cómo podía mirarlo hoy a la cara, era lunes, día normal de clases, lo que significaba que pasaría más tiempo con él a mi lado, y aun no había practicado como actuar con naturalidad.

El sábado que me envío el mensaje pidiendo hablar, no supe que responderle, porque tenía miedo de lo que llegase a pensar, así que lo mejor fue negar todo, porque no estaba lista para un rechazo, no estaba lista para que dijese que era un error.

Pero cuando lo vi cara a cara, quise saltar sobre él y hacer que me besara de nuevo, porque lo hizo tan bien. Pero el problema fue cuando él intento disculparse por lo que había pasado, sentí vergüenza cuando dijo que su mamá había notado el beso, pero por suerte me creyó cuando le dije que no había sido así, porque él, en efecto, se veía muy arrepentido.

No tenía caso seguir recordándolo, pero no podía olvidarlo, no podía sacar de ni cabeza la manera en la que sus labios se movían sobre los míos o la manera en la que sus manos apretujaban mi espalda con fuerza, pegándome más a él, no podía sacar eso de mi mente, tampoco podía olvidar el sabor de su boca, era alcohol puro y amargo, pero eso solo hizo que se sintieran mejor. Era una lástima que él no lo recordase, porque me habría gustado ver su reacción, esperaba que tontamente me dijera que quería besarme de nuevo, pero sabia que no era así.

Ahora mi cabeza era un lío, porque se suponía que yo estaba muy enamorada de Jaehyung, pero estoy aquí, suspirando por un beso con Jungkook que nunca más volverá a suceder.

En medio de mis enredos, me levanté de la cama para ducharme e ir a la escuela, sin muchas ganas en realidad, porque mi mamá estaba enferma, todo empeoraba y yo solo podía ser consciente del poco tiempo que me quedaba para disfrutarla.

Aun tenia algo que hacer, y aunque no quería se lo había prometido, le prometí buscar a la mujer que me trajo al mundo, también le prometí que le diría a Yoongi de donde estaba la suya, pero no fui valiente, no quería saber de esa mujer y dudaba mucho que Yoongi quisiese buscar a la suya.

☁️

Cuando llegué a la escuela lo primero que vi fue la sonrisa gigantesca de Jungkook quien estaba arrecostado a su auto, con un libro en la mano y la mochila colgando de su hombro, jodidamente guapo. Sacudí mi cabeza para dejar de pensar en eso, y trate de controlarme, porque no podía pensar en él de esa manera.

— Hola — él me saludo porque se acercó primero a mí — ¿y Yoongi?

— Supongo que ya esta por venir, ya sabes, parece que aún tiene resaca luego de su salida el viernes.

— Pero hoy es lunes — dijo extrañado, yo solo encogí mis hombros.

— Ya sabes como es él — empezamos a caminar juntos y a lo lejos pude distinguí a Yoongi — ¡oh! Mira, ya viene — le dije apuntando con mi boca a Yoongi.

Caminaba con mucha seguridad, con sus lentes de sol y aun incapaz de llevar la camisa del uniforme dentro del pantalón.

— Buenos días solecitos — su voz estaba mezclada con burla absoluta — es una linda mañana de lunes.

Yo lo ignoré, aun seguía enojada con él por haberme dejado fuera de sus planes, se suponía que yo era su mejor amiga de toda la vida, pero el traidor prefirió ir con Jungkook.

— ¡Vamos, Arim! Ya me he disculpado todo el fin de semana — me hizo un lindo puchero cuando vio que pase de largo — ¡Arim! — sacudió su cuerpo tiernamente, tratando de llamar mi atención.

— ¿Pelearon? — preguntó Jungkook confundido.

— Sí, y todo por tu culpa — le dijo Yoongi, mientras todos caminábamos.

— ¿Mía?

— Sí, esta celosa porque te llamé a ti y no a ella el viernes.

— Pero, Arim — ahora era Jungkook quien se quejaba — él me llamó porque hay cosas que solo los hombres entienden.

— ¿De que hablaron? ¿De mujeres? — les dije a ambos, fingiendo estar enojada. Con Yoongi no podía estar enojada, y con Jungkook, bueno el solo ocupaba todos mis pensamientos ahora, y me había besado.

— No, en realidad solo hablamos de nosotros — entramos a nuestro salón de clases, y la mirada matadora de Jaehyung y MinYoung estaban sobre nosotros.

— Como sea, consideraré perdonarlos a cambio de que me prometan que no lo harán de nuevo — ambos asintieron, tomando asiento en sus respectivos lugares.

La clase empezó normal, las mismas quejas de los estudiantes, los mismos regaños de los profesores porque según ellos no dábamos el cien por ciento.

Yoongi milagrosamente esta vez no se durmió, de hecho estaba muy atento. Aún no había hablado con él de lo que pasó con Hanuel, me preocupaba que estuviera triste por dentro incluso si por fuera trataba de mostrar su mejor cara, me preocupaba inmensamente, quería consolarlo como él lo había hecho conmigo desde siempre, pero si el quería espacio yo se lo daría.

☁️

El primer perido de clases terminó, todo parecía ir muy normal, los chicos y yo estábamos conversando tranquilamente, mientras esperábamos a que la otra clase empezara. Nuestra paz fue interrumpida cuando Soojin apareció por la puerta del salón, acompañada con otras dos chicas más.

Las tres se miraban enojadas, pero a mi me tenían sin cuidado.

— ¡Jungkook! — la irritante voz de Soojin golpeó mis odios. Pude escuchar el suspiro de cansancio que soltó Jungkook — ¡Quiero hablar contigo, ahora!

— Yo no quiero hablar, pensé que había sido muy claro la última vez que lo hicimos — Soojin parecía desesperada.

— ¿Cómo es posible que estés saliendo con esta? — me quedó viendo con asco — es una jodida huérfana.

— Cuida como le hablas, Soojin, porque no seré indulgente contigo, y te trataré de la peor forma — Jungkook parecía estar enojado, sus facciones estaban arrugas y su puño apretado.

— Somi ya me dijo que me andas difamando en tu casa — ella se cruzo de brazos — pensé que eras un mejor hombre.

— ¿Decir la verdad es difamar? No, ¿y como puedes hablar de mejor hombre? Tu no eres mejor mujer. En mi casa solo dije lo que todos saben, dije que te burlaste de mi, que eliminaste a un bebé que no tenía la culpa de tus estúpidas desiciones. Eso fue lo que dije.

— Todo lo hiciste para defender a esta tonta — Yo estaba furiosa, porque no podía seguir permitiendo que me tratara así.

— Soojin, Jungkook ya te dijo que no te quiere cerca, ¡déjalo tranquilo! — furiosa de su actitud, yo también le grite.

— Tu no te metas...

— Cuidadito, Soojin — Yoongi, por primera vez, habló — cuida esa lengua sucia que tienes y procura alejarte de Arim y de Jungkook, nos tienes cansados a todos.

— No sabía que necesitabas refuerzos Jungkook — su cara estaba roja al igual que la de Jungkook.

— Lárgate Soojin, ya has dicho suficiente. Y desde ya te voy a advertir que es mejor que dejes de meter tus ideas sucias en la cabeza de mi hermana.

— Ya veremos que es lo que pasará, Jungkook — parecía estar amenazandolo — no vas a estar tranquilo.

— No intentes hacer alguna cosa maliciosa, Soojin, porque haré que los días que queden para acabar la escuela sean un verdadero infierno para ti — la voz de Jungkook se alzó dura.

— Es curioso, hace unas semanas decías amarme, y ahora estás defendiendo a esta chica que ni siquiera conoces.

— Judas beso a Jesús antes de venderlo. Se suponía que te conocía a ti después de dos años, pero no, me equivoqué — aunque estaba enojado, parecía triste, porque seguramente no le gustaba decir lo que verdaderamente sentía — ahí está la diferencia entre tu y Arim. Puedo poner mi vida en las manos de ella y se que es tan honesta que no me fallará, pero tu, eres el epítome de la traición, eres la personificación de deslealtad, y definitivamente no quiero a personas como tú a mí lado — los ojos de Soojin se pusieron verdaderamente llorosos porque las palabras dichas por Jungkook eran duras, pero yo sabía muy bien que quien más sufría era Jungkook.

Así, con sus ojos llorosos salió del salón, acompañada por sus dos amigas, hecha furia y seguramente maldiciendo toda mi existencia.

— No me quiero imaginar que tipo de trabajos orales has hecho, Arim — MinYoung empezó a regar su veneno — Tienes que ser muy buena. Mira que traerlo colgando de tus manos es algo muy raro.

— ¿Quieres dejar de decir estupideces? — Yoongi se acercó peligrosamente a ella, seguramente furioso — que tu consigas las cosas de esa manera no significa que otros lo hagan igual.

— Al parecer a ti también te hizo lo mismo — aun con su sonrisa burlona se atrevió a retar a Yoongi.

— No me provoques, MinYoung, puedo arruinarte y lo sabes — Jaehyung se rio de él y MinYoung lo imitó. Jungkook estaba ido, con el ceño fruncido y los labios abultado.

Quería preguntarle a Jungkook que pasaba por su mente pero el maestro entró por la puerta del salón, iniciando oficialmente matemática. Nadie podía hablar o hacer algo que no fuese pensar en número, su frase era "respiren y piensen en matemática"

☁️

Un poco más tarde, los tres salimos al patio de la escuela para tomar nuestro almuerzo y poder relajarnos, a pesar de estar empezando el curso, teníamos programados dos exámenes, para los cuales tendríamos que estudiar mucho.

Los tres tomamos asiento debajo de un frondoso árbol, poniendo nuestras cosas en el suelo.

— ¿Cómo está la abuela, Arim? — Yoongi me pregunto por mamá mientras metía un pedazo de salchicha en su boca.

— Pues, no ha mejorado — le dije con pena — de hecho, hay algo que no te he contado aún — Yoongi me miró fijamente y Jungkook, quien parecía luchar con un pedazo de queso, me dio su atención — oficialmente soy Kwon Arim.

— Explicalo — las mejillas de Yoongi se abultaron producto de su sonrisa.

— Ella...lo hizo, Yoongi — mis ojos se pusieron llorosos al tiempo en que Yoongi sonreía intensamente — tengo una mamá ahora.

— Eso es genial tesorito — Yoongi me abrazó y Jungkook me miraba con una sonrisa inmensa.

— También me dio algo para ti — el me miró extrañado — es sobre tu mamá.

— No lo digas, Arim...

— Yoongi, me hizo hacerle una promesa — su semblante ahora era serio — Tienes que buscarla.

— ¿No quieres verla Yoongi? — Jungkook le pregunto, con temor al parecer — ¿No tienes curiosidad por ella?

— No, la verdad no — dijo simplemente, reanudando su acción — si ella no me quería antes, tampoco lo hará ahora, además, no creo si quiera que me recuerde.

— También dejo algo de mi mamá — ambos me observaron sorprendidos — ella...sabe quien es, pero ni siquiera he sido capaz de leer el papel.

— Arim, incluso si le hiciste una promesa no tienes que buscarla, ella te dejó, probablemente ahora tenga una familia ¿tenemos espacio en sus vidas?

— No pero...

— Arim, has lo que tu creas conveniente — la voz tranquilizadora de Jungkook me transporto de nuevo al maldito beso.

¿Qué me pasaba? Estaba perdiendo mi norte completamente, se suponía que yo gustaba de Jaehyung, que Jungkook era solo mi amigo y que jamás pasaría de ese titulo.

"¿Quería otro beso de Jungkook?"

"Sí"

"¿Quería dárselo ahorita?"

"Sí"

No, no podía ser. ¿Era esto solo una atracción temporal? Sí, eso era, una simple atracción, nunca me habían besado después de Yoongi, pero no era nada más que eso. Yo no le gustaba y el no me gustaba a mi. El no recordaba el beso y yo no se lo diría. Listo. Eso era todo, nada malo pasaría si de mi boca no salía ni una sola palabra.

— ¿Oye, pedazo de tonta? — Yoongi me dio un pequeño golpe en la cabeza — voy al baño, te dejo con Jungkook, porfavor, no lo molestes.

Se fue, dejandome atrás con el que provocaba mi confusión.

— Entonces... — se volteó a mi — ¿por qué estas rara?

— No estoy rara, no dormí bien — mentí, porque no quería que hiciese más preguntas.

— Ajá, claro — me dijo no muy seguro. De su bolsillo sacó un pequeño sobre — tengo algo para ti — me puso el pequeño sobre en mi mano.

— ¿Que es? — le pregunte extrañada, abriendo el sobre.

— Deseo número uno — rápidamente mis ojos se encontraron con un brazalete con un dije de luna — "Compartir un brazalete con alguien" — lo mire sin entender aún — Tu diario, tu lista de deseos, ese era el primero y quise cumplirlo para ti — me mostró su mano derecha — tu tienes la luna y yo tengo el sol, las dos estrellas más bonitas allá en el universo.

No podía creerlo, el brazalete era hermoso, de color azul y brillante, era perfecto. Jamás esperé que precisamente él quisiera cumplir las cosas ridículas que escribí en ese diario, pero aquí estaba yo, con un brazalete en la mano, él viendo mi rostro fijamente mientras me mostraba el que él tenía en su mano.

— ¿No te gusta?

Me encanta, Jungkook. Gracias — gracias por también hacerme estar nerviosa una vez más, gracias.

— ¿Necesitas ayuda? — me quito el brazalete de la mano antes de que yo le respondiera — Tu piel es pálida, el color azul es fantástico en ti.

Mi corazón brincaba de felicidad, revoloteaba todo en mi ser, sabiendo que no debía siquiera mirarlo de esa manera.

— No lo pierdas — me dijo una vez que terminó de atarlo.

— ¿De verdad lo hiciste? ¿De verdad vas a hacer caso a esa tonta lista?

— No es una tonta lista, hay muchas cosas interesantes que me gustaría hacer contigo — me dijo eso con tanta naturalidad, que ni siquiera me dejaba pensar claramente si era correcto o no — Tienes quince deseos escritos, voy a ir por ellos, uno por uno.

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