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Capítulo 8

Revisaba el horario que Hoseok había organizado, así para poder escoger las canciones que pueda presentar, de igual forma hacer el gran intento de crear unas cuantas o hacer covers, Jungkook tenía demasiadas ideas, ha notado que días tendrá de descanso, cada mes recibirá un horario distinto, con suerte ya tenía demasiadas canciones que ha compuesto y creado por estos años, soltó un suspiro, desviando la mirada en la hora, el reloj marcaba las doce del mediodía, Seokjin llegará tarde a casa ya que estará en la cafetería aprendiendo de una nueva receta, escribía las canciones que van a ser presentadas en estos días en un cuaderno.

Ha pasado una semana donde va a ese lugar, cuando recibió el sueldo le siguió pareciendo una locura, dará un buen uso con ese dinero y tenerlo entre sus ahorros, quizás si puede ser un chico que pueda correr con suerte, pero no del todo. Escuchó el timbre resonar, elevó la mirada al ver a Gyul caminar directo a la puerta, se quitó el único airpod que tenía, levantándose para ir averiguar quien es la persona, quizás un amigo suyo.

Al abrir la puerta del portón, abrió los ojos por la sorpresa, y a la vez sintiéndose nervioso al ver que el mafioso Kim Taehyung se encuentra ahí parado, en un vecindario que no es nada de gente rica, siendo lo contrario. Aquel hombre poseía seriedad, sus ojos penetrantes y llamativos lo miraban fijamente, no supo nada de él por estos días, no hablan mucho a sabiendas que es una persona muy ocupada, Jungkook quedó extrañado de como supo donde es la casa donde vive, solo fue una ocasión donde el mayor se propuso en dejarlo en casa.

—Buenas tardes, pequeño. — Sintió una extraña sensación al escuchar su voz, esa misma voz grave que puede hipnotizar a quien sea con tan solo escucharlo.

—S-Señor... — Podía sentir sus manos sudad un poco, prefirió ver a sus espaldas para que Gyul no saliera de casa y pueda ir contra al mafioso. — ¿Qué hace aquí?

—Lamento demasiado por no avisarte, ¿Estás ocupado? — Jungkook negó.

—Solo organizaba unas cosas, no es la gran cosa.

—Perfecto, así podré llevarte a comer.

—¿A comer?

—Solo será entre tú y yo, no es nada relacionado con negocios.

—De acuerdo, ¿Puede esperarme unos minutos? — Se hizo a un lado para dejarlo pasar, Taehyung aceptó aquella invitación. — Tengo que cambiarme.

—Toma el tiempo que gustes, pequeño.

Sonrió nervioso antes de cerrar el portón y guiarlo hasta el interior de la casa, dejando la puerta principal abierta y fue de rápido a los escalones, Jungkook sintiéndose aliviado de que Seokjin no se encuentre en casa, pero no puede dejar al mayor afuera o que sus actos sean totalmente descortés de su parte, le pone nervioso con tan solo pensar que tipo de actos tiene que hacer para que Taehyung no piense algo mal de él, a pesar que son diferentes no puede faltarle de respeto a un mafioso que es su jefe de un casino.

Taehyung miraba el lugar, siendo moderno, limpio y muy llamativo para él, posó la mirada en un cuaderno que está sobre la barra, echó un vistazo después de haberse acercado, notando que el menor hace su trabajo en escoger, organizar y crear. Para nada se limitó en hojear las páginas, ya que escuchó el sonido de algo metal moverse, haciendo que volteara, encontrándose al San Bernardo comer en su plato, ignorando por completo la presencia de Taehyung.

Se acercó donde está el can, con sumo cuidado colocó su mano sobre el pelaje, con el cuidado de no haberlo molestado antes de empezar acariciar, sintiendo la suavidad en la palma de su mano, soltó una diminuta sonrisa mientras no paraba de acariciar, notando que es un perro tranquilo.

—Se ve que eres un buen chico. — Guio su mano en el collar, logrando ver el nombre. — Gyul, es un lindo nombre para un perro.

Prefirió alejarse para sentarse en uno de los sillones del living, y encender su celular para revisar si tiene cosas pendientes que hacer por hoy, las cosas encontrándose en orden, teniendo el día totalmente libre. Este día ha decidido de pasar unas horas con su chico, es darle demasiada confianza y demostrar que es lo contrario de lo que piensa, Jungkook oculta bien su miedo, pero puede notar ciertas cosas que el menor intenta ocultar, a la vez teniendo esa idea de que Jungkook podía ser diferente, a Taehyung no le gusta comparar a las personas, pueden ser mejores o peores, depende la personalidad del que le llame la atención.

Recargó su espalda en el respaldo del sillón grisáceo, mirando sus redes sociales, teniendo la paciencia necesaria para que el menor pueda lucir bien, puede que esta atracción que se sintió hacia Jungkook, logró hechizarlo por completo, con suerte no ha perdido la cabeza y puede controlarlo, pero con querer ver ese rostro angelical y escuchar esa dulce voz de nuevo, se volvió en un nuevo gusto.

En diez minutos, el pelinegro menor había bajado, elevó la mirada encontrándolo finalmente listo, Jungkook teniendo puesto unos jeans rasgados, una camisa negra con estampado y una chamarra de cuero, sus cabellos oscuros estaban cepillados, pero llegó a sus fosas nasales el perfume que le ha fascinado olfatear, luciendo demasiado llamativo ante sus ojos, una perfecta obra de arte a pesar que son distintos.

Se levantó de su asiento para ir donde está el menor, no podía apartar sus ojos en él, hasta había ignorado de que Gyul se encontraba dormido.

—¿Nos vamos?

Jungkook asintió como respuesta, acercándose a la barda para tomar su celular, antes de salir tomó las llaves que estaban colgadas en un adorno, se aseguró en haber cerrado las puerta principal y el portón, al voltear a ver a sus espaldas le asombró demasiado el tipo de auto que Taehyung había venido, siendo totalmente costoso que la casa donde está viviendo, el mayor abrió la puerta del copiloto para que Jungkook entrara, así que lo hizo, sintiendo la comodidad del asiento, viendo un poco a sus alrededores hasta que que dueño haya entrado.

—¿Cómo supiste en qué casa estoy viviendo? — Taehyung encendió el auto para después verlo de reojo.

—Me aseguré de que llegues bien. — Empezó a mover el volante. — No temas por eso, pequeño.

No dijo nada ante eso, solo miró al frente mientras desviaba dichos pensamientos.

Le provocaba demasiadas emociones ante su presencia, no negaba el hecho que aun tiene miedo lo que podría suceder, Taehyung no ha hecho nada de malo por estos momentos, es la tercera vez que se encuentran, es mejor que desde este momento deje de juzgarlo a la vez y poder conocerlo como cualquier persona normal lo haría, es entendible de su miedo hacia Taehyung, él lo comprende, no diría que es la primera vez que alguien se siente así, al contrario de sus enemigos.

El camino ha sido silencioso y tranquilo, Jungkook vio que se detuvo enfrente de un restaurante costoso, era de esperarse con alguien como Kim, se quitó el cinturón de seguridad al ver que el mayor había salido primero, para hacer lo mismo y seguirlo.

Cuando entraron, una chica hizo una diminuta reverencia, dándoles la bienvenida antes de explicar lo nuevo que hay en el menú, Taehyung hizo un ademán de agradecimiento y guio hasta una de las mesas vacías, estando cerca de una pintura, Jungkook se sentía completamente extraño en estar en un sitio como ese, se sentó al frente del mayor, mirándolo fijamente en el rostro, lo cual revisaba su celular y tecleaba unas cosas.

—Aquí tienen el menú. — Un chico se había acercado para dejar dos de esos sobre la mesa, para después retirarse a la otra mesa. Jungkook decidió tomarlo y ver lo que comerá, buscando el platillo no tan costoso para no atraer problemas.

—No te quedes con el antojo solo por no querer que gaste más. — Habló Taehyung como si hubiera leído su mente. — He dicho que yo invito, no me enojaría.

Asintió con lentitud al entender, y recordó esas palabras, Taehyung es capaz de cumplir algo si él lo pide, no puede sacarle tanto provecho, más a sabiendas que todo tiene un precio, al menos no es nada malo como ha pensado. Hizo una diminuta mueca, cuestionándose de como será su primer reencuentro, en eso no lo ha pensado hasta ahora, a la vez haciéndolo sentir avergonzado.

Taehyung había pedido lo suyo y Jungkook igual, estando solos de nuevo, con el gran silencio que se ha armado, Jungkook empezando a buscar algún tema de conversación a cual empezar, bueno es un buen comienzo para algo.

—Antes que seas mafioso ¿Te gustó hacer algo aparte de eso? — Recibió la mirada del contrario.

—Estudié administración de empresas en la universidad, ser jefe de un casino totalmente reconocido no es mala idea.

—Algo más que eso, no sé, ser un médico, músico o...

—En realidad no, ¿Y tú? ¿Qué hay de ti?

—Solo cantar para el público.

—¿Eso es un sueño desde niño? — El menor hizo un sonido de afirmación.

—Quizás aparte de tocar la guitarra y cantar, sea un buen bailarín, tengo demasiados planes para mi futuro.

—Como veo, se ve que no lo quieres obtener así de rápido. Haz dado todo de ti para venir a este lugar, de haber cumplido con algunos requisitos para eso.

—No me pregunte el porque, aún busco la respuesta.

—No hablemos de usted, soy un poco mayor que tú y respetas mucho ante mí presencia, no temas sé que eres una buena persona.

Eso fue un alivio.

—Quiero que vayas a verme después de tu show en mi oficina.

—¿Hoy después?

—No pienses con que vas a volver, ya que va ser largo, no temas, no es nada de malo.

Asintió fingiendo comprender, si es así tiene que pensar una buena excusa del porqué no durmió en casa, no quiere quiere Seokjin empiece a sospechar, pero la sonrisa ladina de Taehyung le llegó en la mente de que ese momento ha llegado.

No dio más detalles sobre aquello, comieron su comida con tranquilidad mientras hablaban cosas personales, conociéndose, Jungkook se siente aliviado que Taehyung no es ese tipo de depravado como ha pensado cada que insinúa hablar de ese tema, para llegar con una conversación más íntima tienen que ver cual va ser el buen momento para eso, así para evitar malentendidos e incomodidades.

Eran las tres de la tarde, cuando finalmente volvió a casa, Jungkook no podía negar que se siente un poco nervioso por lo que va suceder en esta noche, aunque la pasó bien, se sintió cómodo mientras charlaban de otros temas y gustos. Estuvo a punto de abrir la puerta, pero Taehyung se inclinó un poco para evitarlo y ponerle seguro, confundiéndolo demasiado, lo vio acomodarse en su asiento mientras lo miraba, no hay palabras, solo de nuevo ese silencio, pero quizás con un ambiente distinto.

Jungkook se sintió tranquilo al notarlo con esa mirada, sabiendo que no es nada de malo y que tiene que dejar de pensar algo así.

—No lo olvides, aún así lo recordaré antes que subas al escenario.

—Estaré allí entonces.

Colocó su mano sobre el mentón, haciendo que volteara a verlo de nuevo, apreciando demasiado la belleza de su chico, posó su mirada sobre los labios ajenos, rojizos y seductores, teniendo la nueva sensación de probarlos por primera vez, el menor se había dado cuenta de eso, pero no hizo ningún movimiento solo permanecía quieto, dejándose llevar con esta nueva sensación, no hay mariposas en el estómago, no hay un corazón palpitando por alguien, no hay un sentimiento a cual demostrar.

La mano de Taehyung empezó a tocar la mejilla contraria, acariciando con suavidad y lentitud, estando atento los movimientos que hace y dejándose llevar, hasta sentir como acarició su labio inferior, totalmente exquisito para la visión del mayor, evitando tener tales pensamientos lo que quiere hacer con él en este momento, controlando todo de él.

Descartó el hecho de querer besarlo y tocarlo, de ser correspondido mientras el beso cada vez sea lento, normal o hasta incluso excitante.

Se reincorporó en su lugar, Jungkook no había dicho nada después de eso, igualmente miraba los labios de Taehyung, sintiéndose demasiado atraído como si un imán se tratase, queriendo cumplir ese capricho de probarlo, cayendo aún más a sus encantos sin necesidad de un acto llamativo, con tan solo sentir esas sensaciones siente que no va ser nada difícil para evitar no caer.

Jugar con fuego puede ser la mejor decisión que pudo tomar.

—Te veré en esta noche. — Dijo el menor antes de bajar.

Escuchó la puerta cerrarse, miraba fijamente hacia al frente, teniendo esa manía de haber tocado esa piel bien cuidada y suave con sus propias manos, teniendo la hambruna de haber probado esos labios, se sentía como un depredador que busca de su presa, de satisfacer sus deseos, y no solo los de él, tal vez de tal chico.

Las llamas del infierno se convertirán el manto perfecto para una noche joven, una noche larga para llegar en lo profundo de este precipicio, besando esos labios y siendo correspondido, entregándose el uno al otro solo para satisfacer y conociendo cosas nuevas, Taehyung dejando sus experiencias pasadas a un lado para poder disfrutar el pecado que está por tomar, tan delicioso y seductor.

Estar en este infierno, es el mejor lugar que pudo haber elegido, cometer el pecado que jamás se va arrepentir, dejándose llevar en este tipo de atracción y deseo, queriendo probar la manzana que le están ofreciendo.

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