Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 32

Eran las seis de la tarde dos horas antes de que el tren se fuera, Seokjin ha pensado bien las cosas e ir con sus padres en tren, dejando a Jungkook el auto y a Gyul en sus manos, debido que el menor sigue trabajando en el casino, sería menos dinero que ir en taxi o en metro, las maletas se encontraban en la entrada, la puerta principal está abierta y el mayor se despedía de su mascota, el perro lamía la mano de su dueño moviendo la cola como muestra de que está feliz, Jungkook sonreía por la escena teniendo las llaves del auto en mano, las dos semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos, Seokjin ha ahorrado suficiente dinero para los próximos días y comprar el boleto, se siente emocionado por volver a ver a sus padres y amistades en su ciudad natal.

—Eres un buen perro, pórtate bien con Jungkook. — Dijo antes de librarlo y verlo sentarse. — Confío en ti que no vas a morder los muebles. — Gyul ladeó la cabeza.

—Es hora de irnos. — Habló el mencionado, el castaño asintió como respuesta, Jungkook tomó las maletas para meterlas en los asientos traseros.

Minutos más tarde, manejaba con cierta tranquilidad, ambos escuchaban sus canciones preferidas y Seokjin las cantaba entre labios, mirando directamente por la ventana, Jungkook se sentirá tranquilo que su amigo no vea a Taehyung pero también será responsable con los labores de la casa y el cuidado de Gyul, aunque quisiera que no debería dejar el auto pero también su hyung no manejaría por horas hasta llegar a su destino, ambos agradecidos que el trafico no sea una pesadilla, a tiempo llegarán a la estación de trenes.

—Deberías hacer un viaje y ver a tus padres. — Soltó el mayor hacia la nada. — Tú madre estaría feliz de volver a verte, dándote ánimos si no logras entrar en una empresa.

—Lo sé, igual extraño a mi padre y a mis amigos.

—Cuida bien de Gyul mientras no estoy, es un perro tranquilo pero no confíes por su forma de ser.

—Nunca lo he visto morder algún mueble.

—Sucede a veces cuando no estás. — Suspira. — Si me necesitas, sabes que puedes hablarme, y en caso de emergencia no dudes en hablar con Yugyeom.

—No hay problema. — Tranquilizó. — Verás que no necesitaré la ayuda de nadie, Gyul va ser un perro feliz.

Seokjin lo mira con una expresión de burla.

—¿Sabes cuántas veces he escuchado esa frase y al final todo es un desastre?

—Soy tu compañero de casa, no un trabajador.

—Pero debería ser peor ver mi casa destruida que ver clientes molestos porque a sus guitarras no le duraron las cuerdas.

—Te echaré de menos. — Le da un suave golpe.

—Como tu hyung tengo que asegurarme que todo esté bien.

Jungkook no dijo nada, solo sonreía sin apartar la mirada al frente, ha pasado un año desde que se mudó a Seúl, extraña demasiado a su familia y amigos de Busan, aunque no haya cumplido ese objetivo tan importante, sabe que habrá apoyo y palabras para que no se rindiera. Aún toma en cuenta la empresa que le conviene demasiado, siguiendo en la espera de las convocatorias para audicionar, pensando bien las cosas, no tendrá a Taehyung lejos pero quizás problemas, no quiere que a ninguno le perjudicara nada, solo son secuaces de un crimen que prefirieron cometer, no hay condena para hacerlos arrepentir, entre más prohibido, es más seductor y adictivo.

Seokjin bajaba sus maletas mientras su amigo le ayudaba, miró el reloj que tiene en la muñeca, viendo que llegó justo a tiempo para tomar el tren, volteó a verlo con esa sonrisa en sus labios, por más que quisiera contarle no puede, Seokjin no tomará bien si se entera que está saliendo con un mafioso y no quiere cumplir su sueño aún, porque quiere estar por más tiempo con Taehyung.

—Aquí nos despedimos.

—Te voy a extrañar.

—Cuídate, si entras en alguna empresa y fuiste aceptado, no dudes en llamar, quiero ser el primero en saberlo.

—Eres mi amigo más personal.

—Claro que lo soy.

—Anda... — Palmeó el hombro del castaño. — El tren espera.

Se dieron un diminuto abrazo, el mayor giró sobre talones para irse, veía como desaparecía poco a poco perdiéndose entre las personas después de cruzar esas puertas de cristal, el celular de Jungkook vibró lo cual ignoró por completo.

El hecho de querer dejar el casino no le gusta la idea, solo le pagan bien por dichas horas de espectáculo, canta y toca la guitarra para su público pero lo que siempre le gustó es pasar tiempo con Taehyung, sus momentos en la gran oficina del último piso, donde los suspiros, respiraciones entre cortadas y gemidos de placer cambiarán por completo, le encanta estar tatuado de esta forma, lo cual el mafioso ha marcado en todo su cuerpo.

A pesar que lo ha deseado en ese sentido, Jungkook tenía otros intereses que al final terminó por enamorarse, creía que si seguía con lo mismo, al final será doloroso y no podrá soltarlo, enamorarse de un hombre como Taehyung le pareció imposible, lo ocultaba, trataba de ocultar sus expresiones y acciones para no ser rechazado de una cruel manera, cuando le confesó todo el día que regaló su propio departamento, Jungkook se sintió feliz que no dudó en soltarlo todo.

Tan peligroso, pero para él es dulce.

Antes disfrutaba el dulce veneno, el amargo de sus sentimientos no correspondidos, se endulzaron con los besos y miradas de amor.

Dio la vuelta para llegar al fin a casa, pero al ver dicho auto conocido, le pareció extraño que él esté ahí, la silueta del mafioso se hacía cada vez más reconocible, se encontraba recargado en su Lamborghini mientras veía algo en su celular, detuvo el auto al llegar y se quedó ahí por unos segundos, sus manos comenzaron a sudar, carraspeó su nuca al notar que tenía algo en su otra mano, el primer regalo ha sido el departamento, es mucho pero no sabe si está bien dejarse consentir de esa forma.

Salió, dejando el auto encendido y las llaves pegadas, solo teniendo en mano los de la casa, los cabellos oscuros de Taehyung están peinados de una manera que le encanta, llevaba un traje negro como de costumbre. Este al percatar la presencia del menor, soltó una ladina sonrisa moviéndose de su lugar, se siente agradecido que no haya nadie en casa.

—Creí que te encuentras con algún amigo.

—He ido a dejar a uno en la estación de trenes. — Dijo dirigiéndose a la puerta para abrir el portón. — ¿Me puedes dar un minuto? Tengo que meter el auto.

El mafioso asintió sin protesta, señalando que quitará el suyo para darle espacio, el menor regresó y condujo para estacionarse dentro de la cochera, Taehyung miraba lo cuán cuidadoso, él no sabía que Jungkook sabe manejar cuestionándose porque usaba un taxi y el metro en días de trabajo, la familia Jeon se ve que están en buenas condiciones pero cada quien tiene sus razones.

Jungkook salió del auto asegurándose de las puertas, cerró el portón viendo que el mayor se estacionó de nuevo en el mismo lugar.

—¿Tus padres están en casa? — Indagó el contrario cerrando la puerta, igualmente asegurándose.

—De eso... — Miró al interior de la casa, es la segunda vez que Taehyung entraría, no comprende porque se siente nervioso como si algo malo se tratara.

—Traje esto para ti. — Alzó un poco una bolsa pequeña junto con un ramo de rosas, al menos no es tan grande pero terminó por aceptar.

—Puedes entrar, bueno si estás libre.

—Hice lo posible para tener algo de tiempo.

Asintió permitiéndole pasar, cerrando la puerta a sus espaldas para ir a la entrada principal, al encender las luces encontraron a Gyul dirigiéndose a ellos, Jungkook creyó que le ladraría a Taehyung pero el perro lo tomó con calma, el mafioso se acercó para saludarlo diciendo dichas palabras.

—¿Cómo haz estado? — Dijo dirigiéndose a Gyul, acariciando su pelaje. — Este perro cada vez es más grande.

—Se siente cómodo dormir en la sala o en el patio. — Cerró la puerta principal, dejando las llaves en su perspectivo lugar. — Por cierto se llama Gyul.

—Lo sé, cuando vine por primera vez vi su nombre en el collar. — Se acomodó en la posición de antes. — ¿Quieres ir a cenar?

—¿Por qué no preparamos algo? Aquí no hay tanto producto como sueles acostumbrar, pero las alacenas están llenas.

—Te ayudo. — Dijo quitándose el saco para dejarlo en el respaldo de una silla.

Desvió la mirada en la pared viendo una foto, la primera vez prefirió no ver nada para respetar pero esto le llamó la atención, solo veía a un chico que no es Jungkook siendo acompañado por dos personas, lo extraño es que se encontró con otra foto, viendo el mismo chico castaño. En menos de un segundo tomó la lógica que esta no es su casa, los señores Jeon jamás estuvieron aquí, encontró al menor salir de la cocina con un florero con agua en mano, dejándolo sobre la mesa.

—Así que tus padres jamás estuvieron aquí. — Esa repentina respuesta hizo que Jungkook elevara la mirada, pensaba en como decírselo pero al parecer se dio cuenta, la expresión de Taehyung no muestra decepción o algo como imaginaba, solo una tranquilidad que no confía.

No puede enojarse por haberle ocultado eso ¿verdad?

—Y-Yo... — Soltó rendido, lleva tiempo conociéndolo y prometieron no esconder ningún secreto. — No, mis padres están en Busan.

—Es entendible.

—Vivo con mi mejor amigo que lo conocí por Internet, llevamos años de amistad y él ha sido quien me ayudó en venir hasta aquí.

—Jungkook, si piensas que yo me enojaría estás equivocado.

—Lo sé, te mentí para proteger a hyung, y él ahora se fue a Gwacheon por un mes.

Asintió con lentitud al escuchar eso, el semblante de Taehyung no ha cambiado, eso le tranquilizaba un poco al menor, comprende la razón y no es tan malo como creyó, dejó las rosas dentro del florero y tiró el plástico, quizás exageró un poco en haber pensado en eso, Taehyung jamás se enojaría por una diminuta mentira, eso le hizo sentirse estúpido.

Taehyung se acercó a su chico, tomándolo de la cintura para apegar sus cuerpos, Jungkook elevó la mirada cuando su mentón ha sido tomado, haciendo ese movimiento que le eriza la piel. El aura del mafioso le tranquilizaba, pero moría de nervios, no hizo nada al respecto, es una sensación extraña y dejó de sentir miedo en segundos.

—Aún tienes miedo en mi, lo comprendo y no te obligaría que me cuentes lo que ocultas cuando tu intención es proteger a las personas que amas. — Sinceró, la voz hace que quiera escucharlo. — Anda, hagamos de cenar.

Le dio un casto beso sobre sus labios y lo liberó para ir a la pequeña cocina, para Taehyug no le importaba el tamaño de la casa, a pesar que no está acostumbrado, Jungkook se convenció asimismo que debería contarle las cosas que faltaba por decir, de que no haya más secretos para tener una buena comunicación.

Ambos chicos disfrutaron en haber preparado la comida juntos, Taehyung actuaba como un chico normal, riendo mientras se vengaba en embarrarle crema en la mejilla del menor, le abrazaba y se besaban, las miradas llenas de dulzura comenzaron a dedicarse. Jamás se sintieron de esta forma, que lo suyo comenzara a ser notable esa conexión, se sienten como dos tontos que desean por estar juntos, les gusta dormir juntos, tomarse de las manos, aprender del otro y escuchar cualquier palabra sin importar que sea estúpida, solo son ellos dos en esto, Taehyung jamás imaginó que sus días cambiaran por completo, esto es tan repentino para que terminara por caer, jamás se decía asimismo de no enamorarse, simplemente le da igual hasta sentirlo.

Es tan lindo, de pensar en Jungkook hace que se pierda en sus pensamientos o soñar, cada que lo besaba poco a poco quería que eso jamás acabara, de abrazarlo para que no se vaya, de tenerlo a su lado, de verlo todos los días. Haría lo posible que los obstáculos sean eliminados con tan solo tener a Jungkook con él, su pequeño ángel, su lindo pequeño. Quizás está obsesión va en buenos sentidos, solo siente la manía de protegerlo y quererlo, de hacerlo feliz.

Recordó un poco los consejos que leía antes de que Jungkook llegara, hacía el intento y le fascina que los resultados sean positivos, soltó una tonta sonrisa después de ser besado.

¿Será tan apresurado pedirle que sea su novio?

—Hyung, me gustaría pasar estos días contigo en el departamento pero... — Miró al San Bernardo quien dormía. — No puedo dejar a Gyul.

—Podemos llevarlo sin problemas, en el edificio está permitido llevar animales, es un poco grande para que pueda sentirse cómodo. — Apaga la estufa al haber terminado. — En el balcón, es un espacio perfecto para un gran perro.

—Entonces pasémosla por estas semanas, hasta que hyung vuelva.

—Seokjin se llama ¿no es así? — Escuchó un sonido de afirmación, Jungkook servía mientras el mafioso llevaba unas cuantas cosas a la mesa. — Supongo que no le va importar si cuido de ambos, puedo ser tu niñero.

—¿Crees que el pago sea justo?

—Claro que lo es, me convence demasiado y cuidar a Gyul te puedo dar una buena oferta. — Ríe bajo.

—Si no lo pago ¿Vendrás por mi? — Una sonrisa coqueta apareció entre los labios del mayor.

—Sabes que con el líder de la mafia no puedes meterte, puedo ir por ti y obtener lo que me debes. — Abrazó a Jungkook por el abdomen, rozando su nariz en su mejilla. — Vendría por mi cuenta.

—Entonces acepto el trato, señor Kim. — Se alejó un poco para acunar su rostro con sus manos, besando dulcemente sus labios.

—En primera, eso no cuenta.

—Preferí pagarlo.

—Cuando pongas un pie en el departamento, no habrá marcha atrás.

Ríe el contrario, recompensando a Taehyung con besarlo, ya es un hecho y al parecer Gyul estará de acuerdo por esa decisión, pasará más tiempo con el mafioso tal como esperaban.

En sus estómagos comenzaron aparecer fuegos artificiales, sus colores relucientes colorean ese lindo paisaje que construye en sus recuerdos, inolvidables que hay probabilidades de repetirse, se embriagaban con el licor de sus bocas, aferrados en un abrazo cálido diferente a que solían hacer.

Gyul dormía con tranquilidad, recibió atención por parte del hombre, con suerte no lo ha desconocido, para Jungkook cree que Taehyung tiene un don para que los animales lo adoren.

Esa noche, habían terminado durmiendo entre los abrazos del otro, en la pequeña cama que para Jungkook es grande, pero cómoda para dormir con profundidad, despreocupándose de que Seokjin entrara y los viera en ese estado.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro