Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 16

Le encantó demasiado la casa del mayor, prestaba atención lo que le contaba mientras hacían el recorrido, hubieron algunos lugares que no fueron necesarios entrar pero Taehyung jamás le ocultaba las cosas, es como si por arte de magia esta confianza está creciendo demasiado, le agradó demasiado el hecho que el mayor no se haya molestado en contarle pequeñas historias lo que sucedió en las fotos, que las cuales están en sus marcos y decoraban la pared o en algunos muebles.

Descubrió que a Taehyung detesta demasiado el café y prefiere más un jugo en las mañanas, amante de la música, película o algo que tenga que ver con lo clásico, creyendo un poco que Jungkook diría que es un sujeto aburrido, ha sido lo contrario le ha respetado los gustos, uno que le encantaría escuchar es que Taehyung tocara el violín en algún día. Las cosas entre ellos va mejorando, sintiéndose tan cómodos con la presencia del otro, libres de ser ellos mismos sin importar que sean polos opuestos, aquí es donde Taehyung admite que no le desagrada demasiado su compañía, teniendo en mente modificar sus razones del porque ha tenido acompañantes para que el menor no reaccionara como Jimin, los días donde no lo veía se le parecía aburridas, de igual manera, las cosas que solía hacer ya no tenían sentido, para ambos es como si en un chasquido las cosas que amaban hacer se tonaron aburridas, teniendo una gran necesidad de volver a verse y pasar mucho tiempo juntos.

¿Enamoramiento? No, ninguno de ellos se siente así, y hablando de esta atracción, es más que eso que quizá para un futuro se pueda volver especial.

Taehyung cerró la puerta de su habitación con seguro después que entraron, había mandado mensaje a sus dos amigos de que no lo molestaran, Jungkook le agradó demasiado la decoración de la habitación, mirando detalladamente los cuadros que están sobre la cabecera de la cama, escuchaba los pasos tranquilos de él volviendo a sentir como lo tomaron por su cadera, siendo jalado para chocar un poco con el cuerpo contrario.

—Taehyung, no me equivoco que tienes buenos gustos. — Habló volteando un poco a verlo. — Esos cuadros son lindos.

—Yo los pinté. — Dijo guiándolo hacia su cama, para que ambos se sentasen sobre el borde. — ¿Haz probado el vino alguna vez?

Jungkook fue el primero en sentarse, hizo un sonido de negación viendo al mayor abrir la puerta de un mueble, sacando dos copas y escogió un buen vino para su gusto. Podía sentir una gran comodidad en el colchón, acariciando con suavidad las cobijas oscuras, el olor a chocolate llegaba a sus fosas nasales, anhelando demasiado en este ambiente tan relajante.

Tomó la copa cuando el mayor finalmente se sentó al lado suyo, llevando sus labios sobre los bordes y entre abriendo un poco para permitir que ese líquido pasara, su paladar empezó a saborearlo, a pesar que sea la primera en tomar algo así le terminó por gustar. Taehyung soltó un sonido refrescante antes de mirarlo, sus cabellos no se encontraban ordenados como en unas ocasiones hace, no hay nada en que se pueda ver mal ya que es un hombre totalmente atractivo, Jungkook no puede cansarse de repetir cada que admira su belleza, pero no puede decirlo al frente.

—Esos cuadros yo los he pintado. — Volvió el tema, rompiendo el silencio. — Aprendí a dibujar desde la primaria, a mi madre siempre le ha gustado esa idea ya que ella hacía unas maravillosas obras de arte, hasta se le ha ocurrido abrir un lugar donde puedan disfrutar su talento.

—Soy pésimo dibujando, ¿Tienes unos cuadros hechos por ti por aquí?

—Más bien, los que haz visto los hice, por eso no he gastado millones por una buena pintura. — Encogió de hombros. — De que sea millonario no significa que no pueda crear mis propias creaciones para mi.

—Buen punto, te ahorras unos millones más por un simple dibujo.

—Solo gasto en conseguir lo que puedo necesitar, no tenemos mucho en común.

—Claro que la hay. — El pelinegro mayor le miró confundido, Jungkook no supo en que decir después ya que había pensado en voz alta. — Digo, yo... — Desvió la mirada hacia al frente, aún teniendo la copa de vino entre sus manos, buscando la razón para que lo sean, no puede admitir lo que tiene en mente. Mordió con suavidad su labio inferior, de nuevo Taehyung comenzó a beber un poco más hasta terminar, dejando la copa sobre el muró que está al costado de la cama.

—No temas, me encantaría escucharlo de ti, ¿Crees que tenemos algo en común? — El menor asintió con lentitud.

—De que nos gusta hacer las cosas por nosotros mismos, sin importar la clase de vida en que estamos. — Tomó una bocanada de aire y exhaló. — Quizás suene estúpido para ti, un chico como yo no tiene nada en común con alguien como tú, ¿Me doy a entender?

—Jungkook, somos seres humanos y va ver algo en común sin importar que clase de vida tienes. — Sinceró. — Si algo coincide de los dos ¿Qué más da? Simplemente somos nosotros mismos, sin falacias, sin una intención para engañar al otro.

Era cierto, una buena razón para que Jungkook se sienta seguro por la respuesta que acabó de decir, asintió con lentitud antes de beber un poco más de vino hasta haberlo dejado casi por la mitad, colocándolo sobre el muró al lado de la otra copa. Puede que en estos momentos hubo ciertas coincidencias entre los dos que no han sido notables, si esto sigue puede que sean claras, no es nada especial para considerarlo, es más, no sabe que clase de relación es esta. Pero digamos que es una relación relativamente conmovedora, donde son hipnotizados por el otro sin interés romántico, solo admiración, tanto físico como sus maneras de pensar.

Se acomodó hasta haberse quedado un poco cerca del mayor, lo cual su mirada se había topado con la suya, pedirle a este mafioso que quiere de nuevo esa droga ¿Sería tan descarado de su parte? Una droga nada dañina pero si tan deliciosa, Taehyung para nada hizo algo para alejarlo, dándole saber que le encanta tenerlo un poco cerca.

—Me encantaría que esto siga y jamás se detenga. — Confesó Jungkook con un tono delicado en su voz, una melodía que Taehyung le encantó escuchar, contrario cuando lo oye cantar o crear esa melodía desde su guitarra. — Aunque digas que puedo irme, pienso en no hacerlo, de verdad me gustas pero solo para permanecer a tu lado sin necesidad de algo amoroso.

Taehyung elevó un poco la ceja, chasqueando la lengua antes de soltar una ladina y seductora sonrisa, entiende perfectamente lo que que refiere, no le asusta ni le preocupa, ha sido una sorpresa que le haya gustado escuchar, puede admitir que uno de sus deseos oscuros sea que Jungkook jamás se vaya de su vida.

Con cierta delicadeza, tomó al menor por el mentón para acercarse y juntar sus labios con los ajenos, dando un casto beso. Una, dos, tres veces que el contrario con gusto correspondió, sonrió durante el beso después de haber recibido el cuarto. Taehyung miraba esos ojos que brillaban para él, sintiendo el aliento ajeno chocar con el suyo, permaneciendo esa cercanía aún mientras dirigió su mano sobre el muslo de Jungkook, acariciando con lentitud sobre la tela de sus jeans un poco rasgados.

—Desearía susurrarte al oído, calentar tu cuello con mi aliento, bajar por tu piel, sentir que solo somos uno y gozar hasta el amanecer. — Murmuró con su voz grave, tan audible para el pelinegro menor quien guio su mirada hacia sus labios, acercándose para relamerlos y besarlos de nuevo, para que al final hubiera unos cuantos besos entre los dos, cerrando sus ojos para dejarse llevar.

Chasquidos y más chasquidos, rozando sus labios con lentitud ante el movimiento, saboreando el vino que emanaba en sus bocas, Jungkook llevó una de sus manos sobre la nuca del mayor, profundizando el beso al momento de ladear su cabeza. No hay ningún plan a cual destruir, jamás lo hubo, le importaba una mierda de como termine su día, porque a Taehyung le encanta demasiado las noches de insomnio con la lujuria presente, alimentando estas llamas para obtener ese calor en su cuerpo.

Dejó de tocarle por el muslo para tocar su cintura, empujando con suavidad para que la espalda de Jungkook esté sobre el colchón y estar por encima, sin cortar el beso acariciaba su cintura hasta haber introducido su mano dentro de su playera, masajeando su abdomen. Las manos del menor fueron colocadas sobre su cabeza, enterrando sus dedos entre sus cabellos, sus lenguas empezaron a rozar, permitiendo que el calor empezara a invadir sus cuerpos, tan concentrados mientras caen esta sensación.

Poco a poco, el mayor se posicionaba entre las piernas de Jeon, las cuales rodearon su cadera para atraerlo, quien rio durante el beso siendo una acción traviesa de su parte, ambos podrían hacer sus propias listas que les fascina del otro, Jungkook no puede decir que su gran capricho y deseo es Taehyung, y la forma de pagar el precio sucede en este preciso momento, como las veces pasadas en sus reencuentros.

Llevó sus manos hacia los botones de esa camisa oscura, empezando por desabrochar sin torpeza alguna, separándose un poco para llevar sus labios en el cuello del mayor, besando y mordiendo con suavidad hasta haber terminado en hacerle unas notorias marcas, teniendo en mente que Taehyung no se va molestar por ello. Sintió como esas manos empezaron por desabrocharle los jeans, hasta a tal punto en bajarlos un poco dejando en vista los boxers, ambos se miraron, los cabellos de Taehyung se encontraban algo desordenados, se alejó un poco del menor para terminar por quitarse la camisa que trae puesta, Jungkook teniendo en mente la imagen del mafioso con las mangas dobladas hasta los codos cada que usa ese tipo de camisas.

Ha aprovechado el momento de quitarse la camisa, arrastrándose un poco de espaldas hasta quedar en el centro de la cama, para ser de nuevo devorado por el depredador que le encanta ser comido.

Tan concentrados en su mundo, en una noche fría que para ellos es cálida, satisfaciendo demasiado sus descarados deseos mientras la lujuria los consume, Taehyung con cierta suavidad empezó por frotarse sobre el miembro del menor, llevando sus dos manos sobre sus muslos apretando con suavidad, Jungkook traspasaba la yema de sus dedos sobre la espalda contraria, sin cortar aún más ese candente beso que había dejado de ser inocente, o más bien, desde su primer beso jamás ha sido tan inocente.

Su miembro empezó por despertarse, suspiró con el punto de entrar en la excitación sintiendo esas embestidas tan lentas, una tortura que ama, llevó su cabeza hacia atrás dejando ver su cuello, sintiendo suaves besos húmedos en su piel, en su mentón, hombros y clavículas. Las mordidas completamente delicadas, pero lo que sucedía allá abajo no permitía en controlarse.

El mayor soltó un suspiro viéndolo, sonriendo ladino y travieso, llevando su mano para quedar dentro de los boxers y empezar con masajear el miembro de Jeon, quien soltó un pequeño gemido que no ha sido audible, masturbando con lentitud para disfrutar esas expresiones durante la tortura.

—Quiero que seas mío. — Murmuró sobre su oído, sonando algo agitado. — Si tu cuerpo fuera cárcel y tus labios cadena, que bonito lugar para pasar mi condena.

Jungkook gimoteó, complaciendo aún más al mayor, viendo como se dejaba caer ante el placer que le está provocando, sintiendo su miembro poniéndose igual de duro ante esa vista, aunque esto no vaya terminar con algo amoroso, a Taehyung no le desagrada la idea que este chico sea suyo por un largo tiempo, sin que exista una caducidad que suele costumbrar, los intereses de obtener una pareja siempre ha estado descartado, no tiene ni un odio en eso, al contrario, es un tema que ni siquiera piensa mucho, solo disfrutar el momento con su chico.

El término de acompañante se ya terminado, teniendo la decisión de cuidar este preciado y hermoso tesoro que ha encontrado.

Las luces se encontraban apagadas, la luz de la luna atravesaba por el gran ventanal, permitiendo ver sus sudorosos y calientes cuerpos, aún estando debajo de las sábanas de color rojo carmesi, se movía con lentitud aún teniendo al menor debajo suyo, gimoteando mientras sentía el miembro de Taehyung en su interior, una vista perfecta es ver como el menor gimotea teniendo esos rojizos cerezos entre abiertos, mientras sus manos están sobre su espalda y uñas enterradas, restándole importancia en tener rasguños después.

Besaba su cuello con dulzura, gimoteando de vez en cuando cada que no lo soportaba, los movimientos son neutrales ya que a ninguno le gusta lo agresivo, tal como la primera vez, Jungkook es un dulce que no parará de consumir, lo único que podría comer cada que tenga hambre, sintió el cuerpo del menor temblar, logrando en que entrara por completo a la locura.

—T-Taehyung~ — Gimoteó sobre su oído, tan perfecto en haber escuchado eso otra vez. — Mierda... Taehyung.

—¿Quieres más? — Indagó excitado, Jungkook no dijo nada al sentir un poco más de velocidad, provocando lo mismo para él. — Mgh~ — Soltó un gruñido deteniéndose un poco, para levantarse y hacerle entender lo que quiere ahora a Jungkook, para que finalmente el pelinegro menor se encuentre encima suyo, mientras su cuerpo está recostado y teniendo su cabeza sobre la almohada.

Jungkook llevó sus cabellos oscuros hacia atrás agitado, llevando su mano libre para posarla sobre el pecho del mayor, aún teniéndolo en su interior que le palpitaba demasiado, mirándolo antes de empezar a moverse, dando un pequeño brinco. Taehyung soltó un jadeo, llevando sus ambas manos sobre la cadera ajena, presionando con un poco de fuerza, su pecho subía y bajaba debido que su respiración se encuentra acelerada, entre abrió la boca las veces que sentía como Jungkook brincaba sobre su miembro.

Una posición tan jodidamente perfecta para sentir esta adictiva lujuria, olvidando por completo los problemas y todo lo que sucede a su alrededor, solo él y Jungkook y nada más, en una parte del infierno que solo Taehyung conoce.

Entre jadeos y el sonido de sus cuerpos chocar resonaban por la habitación, Jungkook era quien besaba el cuello de Taehyung sin detener sus movimientos, dejándole más marcas notorias sobre sus clavículas y pecho, tranquilizándose un poco para concentrarse en besar esa exquisita piel.

Cuando ninguno ya no pudo más, el orgasmo ha llegado, Jungkook sintió su alma llegar y terminó colocando sus dos manos sobre los hombros de Taehyung, cayéndose rendido sin necesidad de aplastarle.

Taehyung agitó su mano al sentir ese líquido espeso y caliente que hay entre sus abdominales, limpiándose en la sábana antes de atraer a Jungkook para besarlo, sus respiraciones agitadas evitaron que ese beso durara.

Con cuidado, el menor se movió para librarse de Taehyung, acostándose a su lado boca arriba tan satisfecho con lo que acabó de pasar, ninguno hizo algo o soltado una palabra, y a nadie le importó en saber la hora o si Hoseok y Jimin habían regresado a casa, olvidándose de todos por completo.

Cerró sus ojos con lentitud, controlando todo de él mientras descansaba, sintiendo su cuerpo ser cubierto con la sábana hasta llegar a la mitad de su abdomen, Taehyung lo miraba con tranquilidad tomándolo por su mandíbula para hacerle voltear y besar sus labios, con movimientos torpes y húmedos se correspondían.

—Será mejor que te quedes a dormir, pequeño. — Dijo Taehyung al separarse, viéndolo abrir sus ojos. — Pero conmigo.

Jungkook se acomodó para estar cerca, una posición cómoda para los dos, ya que su cuerpo ha sido abrazado por el mayor, podía sentir su mano izquierda acariciar su cintura.

—¿A tus padres no les molestará que pases la noche con el hombre malo? — Indagó seductor.

—Ellos no se darán cuenta.

Bueno, quizás Seokjin le tocará hacer el desayuno y los deberes por esta vez, recordando un poco que debió avisar si es que va pasar la noche en algún sitio, pero Taehyung era quien le impide romper este momento.

—Me gustaría que pases el fin de semana conmigo, pero hay un asesino que quiere verme muerto y tuve que inventar una excusa para verte. — Jungkook suelta una risa nasal, besando con suavidad los labios ajenos.

—Al parecer los dos nos gusta jugar con fuego, a sabiendas del peligro que corremos, aún así podemos estar juntos.

—No cuenta como infierno si te gusta como quema. — Soltó antes de atraerlo y devorar de nuevo sus labios.

Ninguno negaría y mucho menos se arrepentirían en decirse ese tipo de cosas, cometer este tipo de pecado es uno de los agradables errores que pudieron cometer.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro