Los débiles destellos del sol atravesaban, el atardecer está teñido de amarillo y naranja demostrando su belleza, el tren seguía en su camino para llegar a su destino. Se encontraba emocionado y ansioso que conocerá a su amigo, empezar una nueva vida en Seúl.

Jeon Jungkook, un chico de veintidós años, recién graduado de la universidad de música y canto, ha dejado Busan para cumplir un sueño, ser cantante, en su cumpleaños número dieciocho, su padre le había regalado una guitarra que lo consiguió con tanto esfuerzo, ya que durante su niñez, Jungkook siempre decía que creará las mejores canciones y cantará para todos, en si, su vida es completamente normal. Sabe perfectamente los obstáculos que hay para cumplir aquello, aunque le nieguen o le impidan siempre va tener la consciencia de levantarse y seguir adelante.

El tren se detuvo minutos después, revisó de inmediato su celular para ver si algún mensaje de su amigo, viendo que ya se encontraba fuera, esperándolo.

Cuando escuchó de que al fin llegaron a su destino, se movió para tomar sus maletas y la funda con la guitarra dentro, caminaba para ir directo fuera, hizo una reverencia hacia un empleado, que el cual le correspondió con el mismo acto, antes de salir del vagón.

Buscaba con la mirada a su amigo, estaba repleto de gente, caminando de lados contrarios. La atardecer está por terminar para que la noche empezara a llegar, escuchaba una voz masculina por la bocina diciendo a tal hora partirá el próximo tren para Incheon, y mencionando que el que había salido ha llegado a su destino, veía demasiadas cabelleras castañas hasta haberlo encontrado, no fue nada fácil pero se encontraba esperándolo.

Su amigo soltó una sonrisa para ir donde está él, y así fue, hasta darse un abrazo, Seokjin se encuentra feliz en ver a su mejor amigo de internet, han pasado tres años de amistad cuando se conocieron por Facebook, Jungkook había pedido informes por esa funda para su guitarra, en aquel entonces Seokjin trabajaba en una tienda de instrumentos y claro, tenían lo que quería, pero bueno empezaron con otra charla ya que le llamaba la atención ciertas cosas en las publicaciones que hacía el chico, igual Seokjin le gusta tocar la guitarra para los demás y crear música, ya que por el tiempo empezaron a conocerse, viendo las cosas en común que tienen. Al separarse, notó que el mayor tenía pequeñas lágrimas por los orbes, que lo cual se los limpió con su el dorso de la mano, es muy sentimental cuando algo le emociona demasiado, en realidad esperaba que este día llegara.

Juntos en el auto del castaño, Jungkook miraba la ciudad de noche, luciendo totalmente hermosa para su vista.

—El viaje ha sido largo ¿no lo crees?

—Algo, me siento tan agotado y hambriento.

—He preparado la cena, me alegra que hayas aceptado vivir conmigo hasta que decidas conseguir un departamento.

—Solo dame estos días, quiero descansar y familiarizarme en esta ciudad.

—Puedes cuidar de Gyul mientras trabajo, espero que te gusten los perros grandes.

—¿Es peligroso?

—Solo se te avienta para querer dar besos.

—Suena muy cariñoso.

—Lo es, puedes sacarlo a pasear, si te pierdes puedes llamarme o pedir indicaciones, le agrada demasiado.

Seokjin detuvo el auto, dando saber que llegaron al sitio, Jungkook vio que es un vecindario cualquiera, bajó del auto para después bajar sus cosas, aunque claro con la ayuda del castaño, la casa se ve perfectamente linda, no tan grande como le ha mencionado, se ve perfecto para su punto de vista, cruzaron por la reja para ir a la puerta principal, el pelinegro cerró a sus espaldas mientras el dueño de la casa abría la puerta, rodó un poco el cerrojo logrando abrir, para entrar primero y encender las luces, soltando un suspiro.

—Ah hogar, dulce hogar. — Suelta mientras iba a encender lo demás, Jungkook hizo el mismo proceso en cerrar la puerta y dejar sus cosas en el suelo después de quitarse los zapatos. — Aquí hay cuatro habitaciones, estarás el de invitados.

—Huele bien, me da curiosidad que tan bien cocinas.

—No es por presumir, pero soy el mejor chef para mi. — Sonríe el menor.

—Se ve conmovedora tu casa, hyung. — Pone la mirada en unos juguetes para perro y un plato algo grande con croquetas y un poco de carne.

—Oh aquí estás, amigo. — Volteó al ver a su amigo acariciar un San Bernardo, se encontraba recién llegando al living ya que notaba que estuvo varias horas durmiendo, en realidad si es un gran perro, totalmente tranquilo y amigable cuando ya sienta confianza, el castaño acariciaba el pelaje del can, saludando a su amigo de cuatro patas. — Gyul espero que seas amable con nuestro invitado. — Vio como el perro volteó a verlo. — Él es Jungkook, va estar aquí por unos días.

Soltó una diminuta sonrisa al ver como ladeó la cabeza, sabe que el animal ha de entender las indicaciones de su dueño.

—Bueno Jungkook. — Dijo levantándose un poco. — Vamos a enseñarte donde vas a dormir.

Asiente el pelinegro, para tomar sus cosas, por igual Seokjin empezó a ayudar, subiendo con cuidado en las escaleras, por algo el mayor se encargó de encender todas las luces necesarias para evitar un accidente, el perro se había quedado en hacer algo por la planta de abajo, mientras finalmente caminaban por el pasillo, Jungkook se ha dado cuenta que Gyul tiene su propio cuarto, pero al parecer donde va estar es hasta el último en el pasillo, abrió aquella puerta y encendió la luz, en si la habitación no es tan mal ni tan perfecta, se ve cómoda para él.

—Siéntete como si estuvieras en tu casa, cuando dijiste que vas estar unos días no te creí.

—Hyung, no quiero ser una molestia.

—Y querer independizarte en otra ciudad sin tener primero un sitio donde vivir, no es nada fácil, estás empezando desde cero aquí. — Deja las maletas sobre la cama. — Esta habitación tiene su propio baño. — Señala con la mirada otro sitio. — Y ese es el closet, puedes descansar y empezar desempacar mañana, te ves tan agotado y quieres dormir en una cómoda cama.

—Muchas gracias, hyung.

—No hay de que, me alegra mucho de que estés aquí.

Eso dijo antes de retirarse, Jungkook miraba a su alrededor, le encantaba estar en este sitio aunque si, Seokjin tiene demasiada razón, aunque no quiera ser una gran molestia pero pasar en persona con su mejor amigo sería una buena idea, puede conocer más de esta ciudad, poco a poco planear su camino de ser un cantante, empezando con otro tipo de trabajos pero primero con lo primero, puede buscar en el periódico para la próxima semana en ponerse en marcha, no puede empezar a cumplir su sueño si lo primero es obtener lo básico, de adaptarse en esta ciudad tan ajena a la que vive, conseguir un buen lugar para independizarse y obtener un buen trabajo, no suena nada fácil pero lucharía para eso, tal como luchó para venir a Seúl.

Le da mucha ilusión cuando ese sueño sea cumplido, decir enfrente de las cámaras mencionando a su madre que está aquí, siendo una estrella como ella le decía, montar el escenario y cantar para el público. Sabe que para eso se obtiene poco a poco, está bien llevarse por la ilusión pero no por completo.

Después de colocar la clave del Internet en su celular, mandó el mensaje a sus padres que finalmente se encuentra en el hogar del mayor, para después empezar a desempacar un poco y comenzar acomodar su ropa en los cajones del clóset.

Empezando si sería buena idea estar en casa descansar, hacer que Gyul lo conozca un poco más o salir a pasear por el vecindario, sin necesidad de alejarse demasiado para poder conocer el sitio.

Le entusiasma que ese día llegue, se siente como un niño que luego sueña despierto.

Minutos después, comía la deliciosa cena que preparó el mayor, su paladar le ha encantado al recibir el sabor, felicitando a Seokjin por el buen platillo.

—Hyung, deberías abrir un restaurante, es una buena idea. — Comentó después de tragar el bocado. — Eso que es la primera vez que pruebo algo por ti y me encanta.

—¿La próxima semana vas a empezar a buscar empleo? — Dijo desviando un poco el tema, agradeciendo el halago.

—En estos días veré en el periódico por lo mientras, no estaré aquí descansando por meses.

—A veces siento que te tomas un poco en serio el tema de que quieres mostrar a todos lo que eres capaz para lograr lo que quieres. — Empezó a beber su soju.— Es bueno, pero no te presiones a la vez, no a la primera lo obtendrás.

—Lo sé, mi abuelo siempre me ha dicho que tengo que ser paciente, cuando hay un logro no puedo evitar emocionarme.

—Por lo mientras, puedes intentar pasear y que Gyul te acompañe, pueden ser amigos. Trabajo de lunes a viernes, me voy desde las ocho de la mañana y regreso a las siete.

—¿Trabajas aún en la tienda de instrumentos? En eso no me haz contado. — Niega el contrario.

—Trabajo en una cafetería desde el mes pasado, en mi antiguo trabajo el dueño nos despidió a todos porque iba cerrar el lugar. — Explicó. — Un buen sitio con un buen pago, la manera en la que dijo no fue grosera, solo decidió dejarlo y ya, encontró una nueva oportunidad. Pero trabajar como cocinero en una cafetería no es tan malo como creí.

—Oh ya veo.

—Si te interesa, hay un lugar para mesero, pagan muy bien a la quincena, puedo comentarle a mi jefa y si quieres este lunes puedes comenzar a trabajar.

—Suena muy bien, sabes que para conseguir dinero para venir aquí he trabajado en la cafetería de la universidad.

—¿Ves? Es tu día de suerte, Jungkook. Solo piénsalo, veré en que no te ganen ese puesto.

—Lo pensaré, gracias por aceptarme en tu casa y esté aquí contigo por un tiempo.

—Igual te aceptaré en el sitio donde trabajo, estoy para ayudarte y apoyarte. — Jungkook soltó una diminuta sonrisa.

—El día de hoy, hace unos minutos, hubo un enfrentamiento en la estación para ir a Incheon. — En el fondo resonaba la voz del reportero que salía por el televisor. — La mafia Flor del infierno y Dragón Dorado abrieron fuego, aterrando a los civiles en aquel entonces, habiendo diez muertos a causa de una bala perdida, al igual hombres que trabajan para aquellas personas...

—Cada que hablan de mafiosos es muy aterrador. — Opina Seokjin. — Ojalá no estar cerca de uno.

—Los del Flor del Infierno, son mucho más peligrosos del país, hace dos años hubo un tiroteo en el aeropuerto de Busan. Es donde la mafia Cáliz de Fuego ha perdido el poder.

—El jefe de esa mafia es un hombre a cual tienes que temerle, pero dejemos eso a un lado y dime. — Recarga sus codos sobre la mesa. — ¿Te gustaría ir después a buscar alguna audición o te esperas unos largos momentos?

—Prefiero mucho más después, por ahora quiero practicar mi talento.

—Así se habla, piensa muy bien mi propuesta, con el tiempo buscarás un bien sitio a donde vivir.

—Muchas gracias, ahora cuéntame de como te ha ido con esa chica que me contraste.

—¿Qué quieres que te diga? Me quiere ver de nuevo este sábado, es linda, si hay oportunidad de ser novios te la presento.

—Aparte de buen chef, eres muy romántico. — Ríe el castaño.

—Aquí tienes a tu consejero si me necesitas.

Bueno, todo ha comenzado de maravilla a pesar que son sus primeras horas en estar en otra ciudad, pero seamos sinceros las cosas van perfectas y a la vez, no mientras das el esfuerzo para cumplir ciertos objetivos, ¿Creen que llegará algo más que eso? ¿Será bueno o malo? La respuesta es... quizás.