EXTRA 1
« MIS HIJAS »
1 DE JUNIO 1985
Quizas cuando fue adolescente cometió errores, fue obligado a hacer cosas horribles y muchas cosas más que parecía haber olvidado.
Pero en sus planes nunca estuvo tener un hijo o dos, pero gracias a su padre y sus maneras de manipulación, él tuvo dos hijas antes de los veintidós con una mujer que ni ama.
Aunque los dos fueron manipulados para procrear a los futuros herederos de la familia Parkinson y Macmillan, ninguno de ellos salieron hombres.
La primera en nacer fue Paige Mackenzie Parkinson, ella nació nació antes que Mackenzie Macmillan terminará Hogwarts pero cuando Lucas Parkinson terminó unos meses después. La pequeña hija mayor tenía los ojos de su madre, verdosos pero con algunos destellos de azul, luego todo lo demás había sacado a Lucas, el cabello rubio castaño, la nariz fina, incluso algo de su actitud.
Pero la que se llevaría el papel de Parkinson completo es la hija menor, Pansy Alejandra Parkinson, tenía los mismo ojos de su madre, verdes azulados con pecas en el rostro, el cabello era pelinegro, igual a la madre de Mackenzie, pero lo que más llamaba la atención de cierta Parkinson era la actitud.
Era como ver un Lucas Parkinson en miniatura y en otra versión.
Lucas dejo soltar un suspiro al ver como su “esposa” le gritaba a todos los elfos para decorar toda la mansión.
— ¿Qué haces ahí parado, Lucas? — La mujer se volteo al ver a su “esposo”.
Lucas alzó la copa de vino en forma de saludo, con los años que llevaba casado con esa mujer se acostumbro a llevarle la contra en todo, incluso por la cosa más mínima.
— Te ves horrible gritando, se te forman arrugas. — señaló su frente. — Tanto escándalo por un cumpleaños.
— Es el cumpleaños de nuestra hija, idiota. — Lucas chasqueo su lengua. — Y que te importa si me salen arrugas. Deberías ayudarme.
Lucas observó el lugar mientras tomaba su copa de vino. El lugar estaba decorado de globos verdes y dorados como si fuera de la casa de Slytherin, los manteles del mismo color, copas de vino, bocadillos qué parecían caros, nada para una fiesta infantil de cinco años.
— Incluso para mi esta fiesta parece deprimente. Pensé que Pansy era una niña y no una chica de 24 años.
— ¿Si sabes que vendrá nuestros padres no? — hablo ella con ironía.
Lucas rodo los ojos.
— La emoción de nuestras vidas. ¿Si sabes que también pudimos no hacer esto, no? — hablo Lucas de la misma manera, Mackenzie lo miro mal. — Solo digo. A Pansy no le gusta todo este tipo de cosas.
— ¿Tú conoces a nuestras hijas? — Mackenzie se acerco a él — no tienes idea de nada.
— Al menos se lo que no les gusta. — opinó el Parkinson. — esto es mucho, chica Macmillan.
— Ya no estamos en Hogwarts para que me sigas llamando así. Soy tu esposa, Lucas.
Lucas dio una sonrisa arrogante.
— Pero te comportas como una. — la castaña abrió la boca dispuesta a gritar pero se quedo callada al ver a su hija mayor.
Paige entró a la sala con un vestido celeste mientras sostenia un pequeño oso de peluche.
— ¡Paige Mackenzie! — la pequeña niña de seis años abrió los ojos al escuchar todo su nombre. — ¿Qué te dije de sacar ese mugroso oso?
— ¡Mackenzie! — hablo Lucas serio.
— ¡Ya no eres una bebé para que andes con ese tonto oso de peluche! — Mackenzie iba a caminar hacia la pequeña pero Lucas le agarro de la muñeca.
— Pero mami... — Paige se corto al ver a su padre negar — madre, aun no llega nadie.
— ¿Qué haces aquí abajo, entonces? Ni siquiera estas arreglada. — Mackenzie le miro de arriba para abajo. — ahí te deje un vestido azul.
Paige murmuró algo que los mayores no lograron escuchar.
— ¿Cuantas veces te he dicho que no me gusta cuando murmuras, Paige? — hablo Mackenzie cansada. — Suéltame Lucas.
— Hasta que se vaya Paige te soltare, loca. — murmuró él en su oído. — Suficiente tiene con oír tus gritos.
— No me gusta el vestido, madre. — hablo Paige viendo sus zapatos de vestir. — tía Clarissa me compro este y me gusta.
— Vete a cambiarte, Paige. No lo repetiré dos veces.
Paige asintió y volvió a subir las escaleras.
Lucas al ver que su hija terminó de subir el último escalón soltó la muñeca de la Macmillan.
— Ire a cambiar a Pansy. — hablo Mackenzie.
— Iré yo. — dijo Lucas caminando al lado de Mackenzie. — Es su cumpleaños, por un día merece no escuchar tus gritos.
— ¿Sabes qué? Anda — dijo ella con ironía — después de todo esa niña solo trae dolor de cabeza.
Lucas le insulto en Bulgaro, dejando a Mackenzie gritando abajo qué le diga en la cara y en español lo que le dijo. Él tampoco había decidido ser padre, pero lo que estaba seguro que no dejaría que traten mal a alguien de su misma sangre. Incluso aunque no se muestre cariñoso, él las protegía.
Antes de ir al cuarto de Pansy paso por el Paige, la escucho llorar. De las dos, Paige solía ser más sensible ante los insultos de su madre, por lo que cuando Lucas estaba en casa trataba de que no la insulte o que llegue a algo más.
Toco la puerta de Paige, hasta que escucho “pase”. Al entrar el color morado en la paredes era lo más llamativo, al igual que el olor a los tulipanes que estaban floreciendo. En la habitación no había muchos juguetes, pues Mackenzie decía que era perdida de tiempo por lo que solo había fotografías, unas cuantas.
La pequeña Parkinson estaba en su cama con las piernas pegados a su pecho mientras se limpiaba la nariz.
Lucas rodo los ojos, a veces no entendía porque Mackenzie había cambiado tanto con sus hijas.
Al acercarse vio al oso de peluche tirado al lado de la basura. Lo recogió y lo sacudido.
— ¿Porque tiras a pomposo? — pregunta Lucas, se sentó al otro extremo de la cama.
— Se llama Lenin. — murmuró la castaña con su voz ronca. — mamá dijo que era un tonto juguete.
— Pues yo te regale a pomposo. — dijo Lucas observando al peluche. — No debería importante lo que dice Mackenzie, Paige.
Paige sonrió un poco, sabía que para su padre ese oso se llamaba pomposo a pesar que tenía otro nombre.
— Me da miedo ver a mamá enojada. — dijo Paige observando al osos. — ¿como no te da miedo?
Lucas lo pensó, en realidad, Mackenzie no le daba miedo, le daba pena en la persona en la que se convirtió.
— Supongo que cuando se pone vieja se pone más enojona — Paige soltó una pequeña risa. — me gusta tu vestido celeste.
— A mamá no le gusta. — murmuró ella triste.
— ¿Y? — Lucas le entregó el peluche a su hija — Hagamos una promesa. — Paige levantó la mirada — usa el vestido celeste y no tires pomposo y yo me aseguro que la loca de tu madre no te grite el día de hoy. — Mackenzie iba a explotar pero eso no le importaba al ver la sonrisa de su hija — ¿promesa?
— ¿No me gritara?
Lucas negó.
— Le encerrare en un cuarto para que grite sola. — Paige ríe — ¿Si?
Lucas extendió su mano pero la pequeña mano de Paige agarró su mano y con el meñique de ella y de él los envolvió en uno.
— Una promesa, papá.
Eso dejo un poco desconcertado a Lucas, algo dentro de él parecía que eso ya lo había hecho antes pero era la primera vez que alguien le hacía eso.
Lucas sonrió, Paige parecía estqr en duda sobre abrazarlo o no, pero decidió por no hacerlo, sabía que su papá no le gustaba los abrazos. Lucas noto eso por lo que se acercó a su hija y dejo en beso en la frente de ella.
— Llamaré a Miranda para que te piene. — Lucas se levantó y camino en dirección a la puerta.
— Papá — Lucas volteo a ver a la chica — Se llama Lenin, no pomposo. — hablo con una sonrisa.
— ¿Así? Pomposo le queda mejor. — dijo él serio pero algo divertido en su voz. — Paige — la pequeña alzó la vista — es mejor ir contra la corriente que dejar que te ahogues en ella.
Al salir de la habitación, a una de las mujeres que ayudaban a la casa y niñeras de las chicas le pidió que fuera al cuarto de Paige a terminar de arreglarla.
Camino hasta el cuarto de Pansy, pero esta estaba abierta, entro y solo observó la habitación vacía. Las paredes de color verde y gris pero tenía unas cuantas pegatinas de estrellas pegadas a ellas. Camino hasta llegar al medio de la habitación, su hija no podía haber salido de su habitación, uno porque su madre la atraparia abajo y lo otro sería que no le gustaba estar en el patio.
— Alejandra — hablo Lucas sentándose en la cama — Sal de tu escondite.
El armario se abrió, la pequeña pelinegra salió de allí, con lo que parecía ser una camiseta grande con el logo de una banda muggle. Lucas trató de mantenerse serio al ver que la camiseta tapa los pies y le quedaba como vestido a la pequeña.
— ¡No me llames Alejandra! — hablo enojada con los brazos cruzados. — es un feo nombre.
Lucas sonrió en acuerdo.
— Tienes razón, malŭk dyavol — dijo Lucas.
«Diablillo»
La pequeña pelinegra frunció el ceño.
— No entiendo tus palabras raras. — se quejo Pansy — dímelo en español.
— ¿Sabias que tu abuela Alessia es mitad Bulgara? — dijo Lucas recostandose en la cabecera de la cama — cuando insultas en Bulgaro es divertido, la cara de las personas son algo divertido que tienes que ver.
Los ojitos de Pansy brillaron a través del cerquillo.
— ¿Si? ¡Tienes que enseñar Bulgaro! ¡Ya tengo cinco años! — Pansy corrio para subirse a la cama y mirar a su padre. — ¿Como se dice vete al diablo? Le puedo decir eso a Draco.
Lucas soltó una risa. Su hija solía ser más directa qué Paige y, eso le gustaba, porque eso en un futuro le serviría para no dejarse intimidar. Algo que jamás admitiria en voz alta, es que Pansy y él se parecían en todo.
— ¿Dónde sacaste eso? — señaló la camiseta. — ¿Sabes que dirá la loca de tu madre?
— Pero tú me defenderás ¿no? — Lucas asintió — que diga lo que sea.
Lucas alzó su mano para que su pequeña de cinco años chocara los cinco, eso fue lo que la Parkinson hizo.
— Tatko — dijo Lucas — ¿Qué te suena eso?
«Papá»
— Otra palabra rara que no entiendo. — dijo ella resoplando. — ¿Así me enseñaras Bulgaro?
Lucas se reincorporo y saco su varita.
— Como primera lección, no insultaras. — Pansy abrió la boca ofendida. — aprenderas lo básico, llamaras a tu madre “lud”, a Paige “Tsvete” y a mi “Tatko” cuando lo pronuncies bien te diré el significado. ¿De acuerdo, malŭk dyavol?
«Loca» «Flor»
— Okey, Tato. — murmuró la Parkinson algo enfendada.
— Tatko. — corrigió.
— Eso. — La Parkinson se paro en la cama — ¿Encerio tengo que ponerme ese feo vestido?
— ¿Tan feo es? — Pansy señaló un vestido pomposo de color amarillo con algunos detalles dorados. — Tu madre tiene feos gustos en ropa.
— ¿Entonces porque te casaste con ella? — Lucas la volteo a ver — esta loca.
Lucas pensó en lo que podría decirle.
— Pensé que era bonita. — fue su única respuesta. Se levantó de la cama y camino hacia el armario. — Debe de haber algo bonito para ti.
Pansy bajo de la cama y se puso al lado de su padre, Lucas le mostraba un vestido y ella negaba, al mismo momento que Lucas tiraba el vestido al suelo. Al llegar al séptimo vestido observó un vestido verde con una correa negra.
— ¿Esté?
— Supongo que si. — Pansy alzó los hombros. Sacudió el pantalón de su padre para llamar su atención — puedo ponerme un listón verde.
— Si, supongo que si. — dijo Lucas. — odio los cumpleaños, peor si vienen tus abuelos.
— Yo también, Tako. — dijo Pansy.
— Tatko. — volvió a corregir su padre.
— Eso.
¡Un nuevo extra Lucas como padre!
Lucas las quiere a su manera.
La primera palabra de Pansy en Bulgaro fue papá. 🫦
Lucas fue el que dio la iniciativa de convertir a Pansy y Paige en unas antis-Mackenzie.
La promesa de meñique 🥲, la primera promesa con su hija.
En fin.
¿Ideas para el siguiente extra? Los leo. 📝
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