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( Rivers gg fanfiction )

— ¿Premios? Ah… ¿Y de qué o qué? —preguntó Livy antes de darle una mordida a su galleta de avena.

Después del tuit de ese tal Ibai, que llamó completamente su atención, no dudó en aceptar su llamada para que le explicara de qué trataba ese evento que los mexicanos llevaban a cabo.

Claro que no sin antes revisar el perfil de este hombre. Al parecer, era muy conocido en la comunidad española y mexicana, pero la idea de que fuera una entrega de premios la hacía pensárselo dos veces. Ya venían los Óscar y no quería sentirse aturdida.

Aunque… una parte de ella extrañaba ese estrés tan fuerte que le provocaba tener su agenda llena. Se sentía extraña estando de "vacaciones".

—Pues venga, es una comunidad de streamers que reciben un reconocimiento por el éxito que tienen en su trabajo, por así decirlo —explicó Ibai Llanos.

—Ah… ya… —Livy meditó un poco. Regresar a México la llevaría a pensar en recuerdos dolorosos. Pero tampoco quería quedarse sola en su apartamento en Los Ángeles hasta que los directores decidieran volver a rodar—. Mmm… Pues… Está bien. De acuerdo.

—¡Enhorabuena, tía! Os prometo que no os vais a arrepentir —aseguró Ibai con entusiasmo al otro lado de la línea.

Livy frunció los labios, aún sin estar cien por ciento convencida.

—¿Y qué es lo que tengo que hacer?

—Lo único de lo que os tenéis que preocupar es de pasar por la alfombra azul… y de pasarlo bien.

El ceño de Livy se frunció, pero decidió no cuestionarlo. Si existía la alfombra roja, ¿por qué no una azul?

—Está bien. Gracias, Ibai.

— A ti por vuestra participación. Os voy a mandar la información por mensaje en un rato. ¡Que paséis buenas noches, Livy!

Esta hecho. - pensó mientras suspiraba.

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—¿Y si le preguntas por su presencia en los Esland?

—No. También lo pensé, pero esa fue la única pregunta que Ibai no nos permite hacer ni a Sergio ni a mí —respondió Ari a su esposo.

—Apuesto a que Sergio la hará de todos modos.

—Ibai se va a molestar un chingo si lo hace.

—¿Qué tal si le preguntas por su estadía aquí en México? —propuso—. O por qué vino. Ahí tienes dos preguntas. Solo te queda consultarle a Sergio.

—¡Estoy emocionada, mi amor! ¿Te imaginas estar frente a una morra que está más buena que el vino?

—Ay, Abril, tú solo dejas que se me acerque mi mamá. Y si me lo imagino, seguro me castras —bromeó Juan, rodando los ojos para darle credibilidad a su comentario.

Ari lo miró seria y le atizó un zape.

—Hablo en serio, Juan.

—Yo también hablo en serio, mi amor —se rió él, divertido al verla enojada.

—Síguele, síguele… y te va a tocar dormir en el sofá. —lo apuntó con el dedo mientras se levantaba de la cama.

La risa de Juan solo aumentó.

Juan se estiró en la cama con una sonrisa divertida.

—Ay, amor, no sé qué me emociona más: verte en los Esland o ver cómo te pones celosa por una morra que ni conozco.

—¡No estoy celosa! —espetó Ari, dándole otro zape—. Solo digo que si te pasas de listo, te quedas en el sofá.

—Sí, sí, lo que digas —respondió con burla, frotándose la cabeza—. ¿Y ya tienes pensado qué te vas a poner?

—Obvio, ya vi varias opciones. No sé si ir en algo elegante o más casual.

—Si te pones elegante, seguro opacas a medio evento.

Ari sonrió con satisfacción.

—Esa es la idea.

—Ay, Dios, Ibai se va a quedar sin palabras —se rió Juan—. ¿Y ya le contaste a Sergio?

—No, en un rato le marco. Aunque seguro ya está igual de hypeado que yo.

—Pues claro, si es la primera vez que entrevistan a una actriz de Hollywood en los Esland.

Ari asintió, pero su emoción se transformó en nervios.

—Oye, ¿y si la riego?

Juan la miró con ternura y se acercó para tomarle la mano.

—Amor, llevas años haciendo esto. Te sabes mover en las entrevistas mejor que nadie. Va a salir chingón.

Ari suspiró, relajándose un poco.

—Sí, tienes razón… Además, es Livy. Se ve buena onda.

—Exacto. Y si algo sale mal, pues ya sabes… —Juan se encogió de hombros con una sonrisa—. Culpa a Sergio.

Ari soltó una carcajada.

—Eres un idiota.

—Y tú me amas.

— A veces.

— Mentirosa.

Juan se inclinó para darle un beso rápido en la mejilla, pero Ari lo atrapó y lo besó en los labios.

— Por si me toca dormir en el sofá. —dijo él con una sonrisa contra su boca.

— Sigue bromeando y te va a tocar de verdad. —advirtió Ari, aunque sin poder ocultar su sonrisa.

Juan se rió otra vez y la jaló de vuelta a la cama, mientras Ari sacaba su celular para escribirle a Sergio.

La entrevista iba a ser un caos, pero de los buenos.

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LIVY BAJA CON CUIDADO las pequeñas gradas de la alfombra azul, equilibrándose sobre sus tacones de quince centímetros.

Hacía años que no pisaba suelo mexicano, pero jamás imaginó la ovación del público al verla.

Había practicado su acento una y otra vez.

Era absurdo. Hablaba inglés británico y americano con fluidez, español con suficiente soltura e incluso Valyrio por trabajo… Pero por alguna razón, cada vez que pronunciaba palabras en español, sentía que sonaba extraña.

Insegura.

Aun así, alzó las manos con una sonrisa y saludó con un gesto sutil al público antes de acercarse a Ari y Sergio.

— ¡Livy Wilson! Qué delicia tenerte aquí. —saludó Sergio con profesionalismo.

—Sí… Extrañaba el calor de México. —respondió ella con una sonrisa algo tímida.

—Te ves preciosa.

—Gracias…

—¿Cómo ha sido tu estadía hasta ahora?

—Ha sido… bien. Sí. Extrañaba estar por aquí.

—¿Eso significa que te quedarás por más tiempo? —preguntó Ari, sonriendo con naturalidad, aunque por dentro estaba al borde de un ataque de fangirl.

—Uh… es probable, sí —Livy rió suavemente, apartando un mechón de cabello de su rostro.

—¿Quién quieres que gane el premio a Streamer del Año? —Sergio lanzó la pregunta con entusiasmo.

Livy titubeó.

—Uh… creo que no habrá persona más imparcial que yo en estos momentos —bromeó, pero su tono sonó más nervioso de lo que pretendía—. Pues… no lo sé. Creo que todos lo merecen. Solo el hecho de estar nominados ya los hace ganadores. No todos llegan hasta este punto.

¿Se notaba que no tenía ni idea de lo que estaba diciendo?

¿El vestido blanco era demasiado?

No, sí… No debería estar ahí.

Sergio y Ari intercambiaron una mirada cómplice.

Habían entrevistado a cientos de celebridades, pero pocas se mostraban tan genuinamente incómodas como Livy. Y, para ser honestos, eso la hacía aún más encantadora.

—Eso es cierto —asintió Sergio, rescatándola del momento incómodo—. Todos los nominados han trabajado muchísimo este año. Pero dime, ¿ya conociste a alguien del evento?

Livy negó con una pequeña sonrisa.

—No, apenas llegué hace un par de horas.

Ari sintió un cosquilleo de emoción.

—¡Entonces tienes que conocer a todo el mundo! —exclamó, sin poder ocultar su entusiasmo—. ¡Yo puedo presentarte a varios!

Livy rió suavemente ante la energía de Ari.

—Eso suena… bien.

—¡Perfecto! Te llevaremos con los más cracks del evento —prometió Sergio con una sonrisa.

Livy asintió, pero en el fondo su mente iba a mil por hora.

¿Por qué había aceptado esto?

Desde que pisó México, los recuerdos enterrados intentaban abrirse paso en su cabeza. No buenos, pero tenía que admitir que México era hermoso culturalmente.

Y ahora estaba aquí, frente a dos entrevistadores que la miraban con emoción genuina, esperando que se integrara en un mundo que apenas conocía.

Respiró hondo.

Solo unas horas. Luego podría regresar a su hotel.

—Livy, antes de dejarte ir a disfrutar la gala, tenemos una última pregunta —dijo Ari, con un brillo de emoción en los ojos —. ¡Queremos saber si ya probaste algo de comida mexicana desde que llegaste!

Livy dejó escapar una risa ligera.

—Oh, sí… Mi equipo insistió en que probara unos tacos al pastor.

Ari y Sergio abrieron los ojos con expectación.

—¿Y qué te parecieron?

Livy hizo una pausa dramática y luego sonrió con complicidad.

—Estaban increíbles.

Ari aplaudió emocionada.

—¡Bienvenida de vuelta a México, entonces!

La despedida fue rápida, con fotos y saludos al público. Cuando Livy se alejó hacia la entrada del evento, sintió la adrenalina aún recorriendo su cuerpo.

Tal vez no había sido tan mala idea venir.

Tal vez.