
||Capítulo 0.01||
1|¿Estás enamorada?|
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JIYU
No creía que las pulsaciones de mi corazón pudieran acrecentar tan desmesuradamente. Y, sí, cuando él se encontraba a mi lado no había cabida para la cordura y a la irrigación sanguínea le deba por concentrar su cauce en una zona específica, mis regordetas mejillas.
Me preguntaba si era posible poder sentir emociones tan fuertes, con sentimientos tan descabellados y fuera de lugar por él, por mi mejor amigo.
Jeon Jungkook, su nombre me sabe a gloria en los labios y a quién no. Es el chico más popular de la universidad, y cumple a medida el prototipo de chico malo, un aspecto de adonis, una mirada de ángel, los pensamientos pecaminosos de un demonio y el carisma que yo ni llego a tener en cien años. Él es realmente muy atractivo, y el que se la pasé metido en problemas, con las manos bajo la falda de cualquier chica y con las calificaciones con el mínimo de aprobado, no le impide que la atención de las féminas se disipe.
Jungkook siempre significaba problemas, problemas que yo acogía sin queja alguna. Muchos me veían como su esclava, sirvienta, lamebotas, aunque no era algo muy alejado de la realidad, pues solo soy la chica de los recados, la que le hace los deberes y lo saca de cada lío en que se mete, la que presta su hombro cada vez que está de bajón, la que siempre va de intermediaria para que se pueda ligar a la chica que quiere, aguantándome las ganas de llorar en el intento porque al final del día lo que yo soy para Jeon Jungkook es su mejor amiga.
Esa la cual pasó toda su infancia junto con él, su compañera de travesuras, la que lo hacía reír con chistes malos, la que pasaba horas viendo películas de Marvel aguantado el sueño, la que hacía junto con él las largas filas en la tienda de cómics. Jungkook era mi persona favorita, y muy tardé comprendí mis sentimientos, yo no lo miraba a él como un hermano ni como un amigo, lo miraba como a un hombre.
Y ¿Cómo te das cuenta de que estás enamorada de tu mejor amigo?, pues bueno, yo me di de bruces contra el suelo cuando me pidió consejo para invitar a Dahee, una chica mucho mayor que nosotros. Él se iba con ella y me dejaba muy atrás, sin embargo, yo no podía hacer nada para que él se quedase a mi lado, mientras él buscaba experimentar a mí se me partía el corazón pensando en que nunca sería mío y para cuando él regresó a mi lado ya no era el mismo Jungkook.
Era como si su cuerpo hubiera sufrido una sobredosis de hormonas y su lívido se hubiese disparado por el cielo. Aun así, cuando me propuso irme con él a Seúl no lo pensé dos veces, y era una cosa de locos el irnos a vivir solos, despegarnos del seno familiar e independizarnos, pero aunque él fuera al infierno yo iría tras de él. Él era como una droga, aunque me hacía mal, me era imposible despegarme de él.
Jungkook nunca me vería como una mujer. Además de no ser el tipo de chica lo suficientemente atractiva como para pasar por su cama, él solo me veía como su mejor amiga o peor su hermana pequeña. ¿Cómo podía salir de aquella zona?, era imposible y no me quedaba otra cosa más que hacer que redimirme, amarlo desde la distancia, callándome las infinitas palabras de amor que luchan por brotar de mis labios, suspirando a cada momento y quedándome mirándolo como una tonta, justo como estoy haciendo ahora.
— ¡El profesor Kim me tiene hasta los cojones!, ¡¿Cómo se le ocurre poner examen de filosofía hoy lunes?! — mientras él despotricaba acerca de nuestro profesor Kim Namjoon yo solo podía pensar en lo sexy que se ve empujando la mejilla con su lengua — ¿Jiyu me estás escuchando?
— Sí... te ves muy... caliente — mi lengua artículo sin pensar y él automáticamente frunció su ceño sin comprender — Digo que se nota que estás enojado.
Como que aquí hace calor ¿No?
— Y ¿Cómo no estarlo si me puso un suspenso? — tal vez hubiera sacado mejor nota si no hubieses ido el domingo a esa fiesta.
— Te ayudaré a estudiar en el próximo examen. No te preocupes.
— A veces me pregunto qué sería de mí sin ti — su cuerpo se yergue encima de la mesa de comedor hasta que sus manos apretujan mis cachetes.
— Lo más probable es que te lanzaras de un quinto piso.
— Me amas, lo sé — más de lo que imaginas, digo para mis adentros y me limito a comer una de las papas en mi bandeja.
¡La cual se encontraba vacía!
Una mano de tonalidad bronceada se escapa con la última patata del plato y mi mirada acusatoria y en estos momentos asesina, sigue el trayecto de esta hasta a parar en la estúpida cara de ¡Kim Taehyung!
— ¡Maldito ladrón de quinta!, ¡Eso era mío! — mis labios se abren formando una perfecta "o" y desde luego la noticia de que me he quedado sin almuerzo me ha dejado sin aire.
— Estás en lo correcto, era en verbo pasado — Jungkook rodó los ojos ante nuestra absurda discusión y no es para nada absurda, eran mis patatas, deliciosas, crujientes y jugosas patatas.
— Niños de kínder, parece mentira que tengan 20 años — el pelinegro se sumó a la causa de "Roben el almuerzo de la pobre Jiyu" y terminó cogiendo mi banana milk.
— Mira quién habla él que aún toma leche y de banana — en ese punto, tiene razón Taehyung, a veces pienso que Jungkook es la reencarnación de un mono o chimpancé.
— Todo el mundo la toma, y es buena para la piel — increpó Jungkook tocándose su rostro carente de imperfecciones a mi vista a no ser aquella pequeña cicatriz en su mejilla.
— No me cambien de tema, quiero mis patatas de vuelta.
— Ni modo que te las devuelva — sí lastimosamente, esas patatas pasaron a mejor digestión — Esas patatas fueron hechas para estar dentro de mí.
A veces pienso que es pendejo o solo se hace. La hora de almuerzo estaba por culminar y por si fuera poco yo no había podido ingerir bocado alguno, gracias a estos dos ineptos. Me levanté para ir hacia las máquinas expendedoras en busca de algún refrigerio para aguantar hasta la siguiente clase, Jungkook fue conmigo y dejamos tirado al estúpido de Kim. Por el corto camino mi mejor amigo había sido parado más de diez veces por estúpidas chicas hormonales y él encantado de coquetear con cada una de ellas.
— ¿Quieres un jugo? — le pregunté a Jungkook que se encontraba a mi lado.
— Y unas galletas — introducí el dinero en la abertura y cuando oprimo para elegir alguien más lo hace por mí.
— Mi pequeña gnomo — paso de él y recojo lo que compre de la máquina.
— Sé que soy enana, pero tú eres mi compañero de jardín.
El maldito Min Yoongi de aspecto gasparín y de altura más corta que febrero. No sé ni para qué habla acerca de mi estatura, una serpiente no le puede decir arrastrada a otra.
— ¿Salimos hoy?, hace mucho que no tomamos.
— Si con hace mucho te refieres a ayer domingo, pues sí Jungkook, que sacrilegio que no hayamos tomado ni tan siquiera una gota de soju en menos de 24h — dramatiza el paliducho.
— Ya es lunes y ¿Te quieres emborrachar Jeon Jungkook? ── le reproché y se encogió de hombros restándole importancia.
— Es de valientes salir un lunes con el examen de cuatro ojos Kim a la vuelta de la esquina.
— Ese hijo de sus progenitores lo hizo hoy.
— Lamento ser yo portadora de malas noticias Jeon, pero hará otro el jueves.
—¡Maldición!
— El viernes por la noche hay fiesta en la casa de Jin. Iremos a tomar, por todo lo alto, con otro examen suspenso, pero con una preocupación menos.
── Me aburriré toda la semana sin hacer nada, ¡Que fantástico!
── Es lo que hay.
Se había acabado nuestro descanso y retomamos las clases que nos quedaban. El día fue agotador en gran medida, sólo podía pensar eso mientras nos íbamos a casa, a veces desearía ser una piedra. El sistema educacional debería ser más considerado, unas vacaciones no estarían mal, no es que me queje ni me haya ido mal, todo lo contrario, tengo el mejor promedio en mi carrera, pero a veces simplemente necesito un descanso de todo.
Llegamos al apartamento, el cual comparto con este individuo pluricelular poco desarrollado. Es un lugar muy grande para dos simples universitarios, pero nuestras familias son bien posicionadas para no decir que nadan en dinero, cada uno tiene su habitación, su propio espacio, aunque él siempre se cuela en mi cama para dormir conmigo, las escasas veces que eso no ocurre es porque él tiene una mejor compañía para dormir y sin duda alguna prefiere pasar toda la jodida noche follando a que solo dormir con su mejor amiga.
Me libero de mis zapatos nada más llegar al recibidor mientras Jungkook lanza su mochila hacia alguna parte de la casa. Cuando mis pies se encuentran enfundados en unas cálidas pantuflas me encuentro con la chocante imagen visual de Jungkook quitándose su camisa negra, estoy adaptada, no es primera vez que lo veo en tales condiciones, pero nunca puedo evitar no chorrear baba por él, el maldito se carga un cuerpo que todavía no me explico en qué momento se desarrolló de tal manera.
— Voy a hacer ramen, ¿Quieres?— me dirijo a la amplia cocina en busca de los ingredientes, tengo tanta hambre que no me extrañaría que mi estómago se autodigiriera.
— No, me voy a duchar y salgo — mi corazón se encogió al oírlo porque sé muy bien a donde va.
No hay un solo día en el que no tenga un encuentro sexual con alguna o algunas chicas, a esta altura es un milagro divino que no haya contraído alguna enfermedad de transmisión sexual. Conforman una larga lista las amantes que han pasado por su cama, lo más jodido es que él nunca tan siquiera me consideraría como una de ellas.
A muchos les parece irreal que Jeon Jungkook, el puto playboy de la universidad, tenga una mejor amiga y no se la haya tirado. Hasta yo me he llegado a preguntar eso, sí puede ser que nunca me llegué a ver como yo lo veo, el amor de mi vida, pero ni tan siquiera me llega a ver como un posible polvo ocasional. Ese hecho me hace creer que soy muy poca cosa para él, no soy lo suficiente, me lleno constantemente de inseguridades y he llegado a creer que no soy atractiva a la vista de otros.
— A veces me pregunto si no te duele el pene de darle tanto uso.
¿Resentida?, ¿Sarcástica?, ¡Sí!, literalmente se va a follar con sabe Dios quién mientras tanto yo sigo mendigando su amor e intentando recoger los pedazos de mi pobre corazón.
— Sabes la respuesta, te aconsejaría que le dieras el mismo uso a tu vagina, pero no creo que ningún chico te soporte — rodé los ojos ante sus palabras y él se limitó a empezar a beber agua de una botella que sacó del refrigerador.
— Deberías de contarme tu secreto porque no creo que ninguna chica te pueda llegar a soportar, sin embargo, follas con ellas como un maldito conejo.
— Solo me acuesto con ellas y ya, ni recuerdo sus nombres y la única fémina que me soporta aparte de mi madre, eres tú.
— ¿No es aburrido? — le interrogó a la vez que pongo el agua a hervir.
— ¿El qué?
— El solo estar con una persona por un estúpido deseo carnal.
— Aburrido sería si lo hiciera más de una vez con la misma persona, cada chica es una experiencia distinta, una emoción nueva y yo solo cumplo con lo que me exige mi cuerpo, la vida es solo una y yo no la desperdiciaré con un estúpido celibato aunque personas como tú opten por eso.
— Sí, puede que sea estúpido esperar por la persona indicada, pero cuando estás enamorado sientes que puedes esperar por esa persona toda una vida.
— ¿Estás enamorada Jiyu?
Continuará...
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