ALEMANIA.

8 años atrás.

Andrea tenía tan sólo quince años pero era tan infeliz como un esclavo dentro de su propio hogar, su madre la trataba peor que aún empleado, claramente tras las espaldas de todos incluidos sus hermanos que no le creían en absoluto. Por unas cuánta horas podía disfrutar del amor, se había enamorado de un chico de clase humilde, tenía poco para darle pero su amor era suficiente dentro de todo el sufrimiento. Adam y ella se encontraban todas las tardes en los viñedo dentro de la finca familiar Wagner, hacían el amor hasta que anochecía y ella regresaba a casa.

Todo cambió cuando su madre la golpeó al darse cuenta de lo que estaba haciendo cada tarde, nadie estaba en casa aun y su padre ni siquiera sabía que sucedía porque estaba en Grecia desde donde intentaba divorciarse de la madre de sus hijos.

- Eres idiota - la abofeteo mientras le jalaba el cabello - Ese campesino no es otro que el hijo de nuestros enemigos, te entregaste como toda una vil zorra.

- No es verdad, él me ama - aseguró sollozante la adolescente - ¡Yo le amo! Nos iremos juntos.

- No me digas estúpida - le golpea de nuevo en el rostro - Deja de soñar estupideces, pagará por esto que has hecho. Has humillado a tu familia, si le dices a tu padre o alguien de esto que te he hecho, tu chico al que he mandado una sorpresita pagará en la cárcel por haberse metido contigo ¿Entiendes? Te irás a Grecia esta misma noche, ya veré que hacer contigo.

GRAFICOS

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