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Capítulo 2

CAPITULO DOS

LA FINCA WAGNER

DRESDEN, ALEMANIA. 

 24 AÑOS ATRAS

Andrea corría por esos campos verdes, el aroma de las uvas a su alrededor y un hermoso sol iluminando el sendero sobre sus pies era el mejor de sus pasatiempos en la finca de la familia, no podía entender porque su madre y hermanos no comprendían lo hermoso que era todo. Su risa era fuerte y estaba por todos lados, detrás suyo una sombra la atrapó.

- ¡Aquí estás! - Se retorció entre esos brazos - Corres demasiado deprisa hija.

- ¡Soy grande ahora papi! - Se río al sentir como se elevaba hasta estar a la altura de su padre - Me gusta vivir aquí.

- A mi también - Sonríe llenando sus pulmones con el aire puro que tenían - Siempre desee vivir aquí, creando vinos que el mundo admiraría a lo largo y ancho del mundo. 

- ¿Y por que no vivimos aquí? - Su padre suspira - ¿Ya no te gusta tanto?

- Me encanta como el primer día - Mira el viñedo con una profunda tristeza - Solo que a tu madre no le gusta el campo, es una mujer de ciudad y por tus hermanos, por ti estoy dispuesto a dejar todo a mi hermano hasta que llegue un momento apropiado.

- Mmm ¿Y cuando es eso? - Pregunto con el ceño fruncido - ¿Falta mucho papi? 

- Algún día todo esto será tuyo Andrea - La niña sonrió enormemente - Eres la mas indicada entre mis hijos, amas estos viñedos tanto como yo, por lo tanto promete que cuando muera tu lograras que el apellido Wagner llegue mas lejos que cualquier otro hija, promete que estarás a cargo de la producción de los viñedos, que estarás a cargo de la familia ¿Lo prometes?

- Tu nunca vas a morir papi, tu siempre estarás conmigo - La niña le abrazo mirando a su padre que se limito a sonreír insistiendo en sus palabras con la mirada, Andrea a pesar de una niña suspiro y asintió con una enorme sonrisa a su padre - Pero te prometo que hare lo que me pides, algún día papi será la cabeza de la familia, el mundo sabrá quien es la familia Wagner, algún día lograre todo lo que me proponga, te lo prometo. 

- Esa es mi hija - Bernardo Wagner suspiro al escuchar los gritos de su esposa - Debemos regresar a la casa, habrá helado después de cenar. 

- ¿Helado de uvas? - El hombre rio asintiendo - Genial ¿Papi?

- ¿Si? - Le respondió tomando su mano - ¿Qué sucede hija?

- Te quiero - Le sonrió - Eres el mejor papa del mundo.

- Yo no te quiero hija, te amo - Acaricio su cabello - Y tu eres la mejor de las hijas, nunca lo olvides. 

La ceremonia del funeral fue algo increíblemente dolorosa, no existía dolor en el mundo se asemejara a su perdida. Andrea tuvo que mantenerse firme varias veces para no romper a llorar, su padre aquel que amo mas que a ninguna cosa ya no estaba con vida, jamás volvería a llamarla mi niña, Bernardo Wagner se había ido demasiado pronto. Con la mayor fortaleza que se viese, la castaña camino sin mirar a su progenitora ni una sola vez hacia los campos favoritos de su padre en la finca. 

Observar aquellos campos verdes era extremadamente doloroso para ella, recordando promesas de cuando su padre y ella aun vivían en completa paz antes de que todo sucediera. Eloísa Wagner era como una actriz, encantaba a todos quienes la conocían, hombres, mujeres, niños; no importaba, siempre lograba cautivar a las personas y que estas hicieran lo que ella deseaba, incluido su padre quien a pesar de su amor por los vinos, por el campo y el trabajo que implicaba tuvo que sacrificar sus sueños solo para complacer a su incomplaciente esposa. 

- Siempre amo estos viñedos, jamás comprendí porque amaba tanto estos campos. Los odie -toda mi vida porque el jamás me miro de esa forma, con esa pasión y amor.  - La mujer se ríe secamente - Ahora mírate, aun después de mas de 24 años miras de la misma forma que el esta finca, estos viñedos, todo. 

- ¿Qué es lo quieres? - Andrea pregunto con sequedad sin mirarla a la cara - Todo este discurso, por favor ambas sabemos que no amabas a mi padre, solo te gustaba el apellido, la buena comida y las buenas prendas que hoy usas. 

- Tienes razón, jamás lo ame - La mujer a su lado asintió con una sonrisa - Aun así, jamás hizo nada para detenerme, era débil y jamás tuvo lo necesario para ser el jefe de una familia. 

- ¿Y tu si lo tienes? No me hagas reír - Andrea se rio mirándola directamente - Tu eres solo un demonio que se aprovecha, que usa a sus propios hijos para su beneficio. Vas a decirme que el matrimonio de Marsias con esa estúpida de Julieth Northon fue simple casualidad ¿No?  

- El apellido Northon proviene de una familia adinerada querida - Eloísa sostuvo la mirada hacia su hija, ambas se mantuvieron tranquilas, pero muy dentro se desataba una guerra de odio - A diferencia tuya, tus hermanos si saben obedecer. 

 - Así que es eso, lo supuse - Cruzo sus brazos sobre su pecho - Quieres que me aleje para darte paso libre por la familia ¿Verdad? 

- Andrea ¿Están ahí? - Ambas mujeres escucharon pasos hasta donde estaban, Marsias apareció desde el pasillo - Las personas comienzan a irse, deberíamos darles las gracias por venir a despedir a papa. 

- Tienes razón hijo, debemos agradecerles por apoyarnos en nuestro duelo - Eloísa sonríe fingiendo dolor - ¿Vamos Andrea? No hay que ser descorteces.

- Iré detrás de ustedes  - La castaña apretó los puños intentando mantenerse serena ¿Cómo podían sus hermanos no darse cuenta del monstruo con el que vivían? "Prometo algún día acabar contigo, Eloísa Wagner" - Algún día haré lo que me pediste papá.

Respiró hondo antes de entrar en la sala de estar, la poca gente ajena a la familia estaba dando sus últimas condolencias para irse a sus casas. Una mujer mayor llamó su atención, debía ser la esposa de Marcus Torres ¿Cuál era ese nombre? ¡Carolaine!

- Señora Torres, gracias por habernos acompañado en nuestro dolor - La mujer se le quedo viendo unos segundos antes de que su mirada tuviese un brillo de reconocimiento - Soy Andrea, la hija menor de Bernardo.

- Oh querida niña ¡Ha pasado tanto desde que te vi por última vez! - Carolaine seguía siendo muy hermosa - Eres toda una mujer ahora, haz crecido mucho.

- Es verdad, paso mucho tiempo -  Andrea tenía quince años entonces ahora estaba por cumplir casi 26 años - Es lamentable, tener que verla en estas condiciones. 

- Tu padre te amaba muchísimo querida - Sonríe Carolaine - Bernardo tenia un brillo especial cuando hablaba de ti, deseaba que fueras muy feliz. 

- Yo también lo amaba mucho -  Responde con sinceridad - Era mi mejor amigo, mi guía, le debo en absoluto quien soy ahora. 

- Me gustaría poder reunirnos en otra ocasión  contigo querida - Carolaine miro al resto de la familia Wagner -  Solo tu y yo. Te quedaras un tiempo en Alemania ¿no?

- Si, al menos unos cuantos días - La lectura del testamento vino a su mente ¿Era por eso que Eloísa le había insistido en irse? - Esta es mi tarjeta, este celular y correo estaré usando por lo que dure mi tiempo en Alemania, en verdad espero poder reunirme con usted y platicar mas. 

- Debo irme, fue un gusto hablar contigo Andrea - La mujer se despidió brevemente del resto de la familia Wagner y salió por la puerta principal. Carolaine Torres en verdad era una madre espectacular, aun tan lejos de Alemania la noticia del secuestro de sus tres hijas llego hasta Andrea, ahora después de tantos años las había recuperado demostrando que el amor  y la lealtad siempre son recompensados a las personas que sufren males tan terribles.  

- Andrea ¿No? Soy Julieth Northon, la esposa de tu hermano Marsias - La morena a su lado sonríe provocando un asco terrible surgiendo desde sus entrañas - Me hubiese gustado conocerte en otra ocasión, ya sabes, no tan triste. 

- Escucha, no tengo interés en conocerte Julieth - Andrea sonríe secamente - Me eres totalmente indiferente. Debo irme al hotel, tengo cosas que hacer antes de la lectura del testamento. 

- La lectura del testamento es pasado mañana Andrea - Marsias se acerco algo confundido - Deberías quedarte en la mansión, con nosotros hasta que decidas irte. 

- No, gracias - Miro brevemente a Eloísa con una sonrisa - Me sentiré mas cómoda de esa manera, aunque gracias. 

- Deja que se vaya, todos debemos irnos también - Eloísa pone una mano sobre su hijo mayor, era como ver a una serpiente ponerse en el hombro de un borrego, esperando el momento para estrangularlo y obtener una nueva victima  - Todos estamos tristes y agotados el día de hoy, lo días que siguen aun serán difíciles en la compañía y no podemos caer. 

-  Puedo llevarte querida, así sabré donde te hospedaras - Dominick su tío dio un paso al frente - Me quedare mas tranquilo de esa manera. 

- De acuerdo, aceptare por esta ocasión para que me lleves - Miro a sus hermanos con una sonrisa - Nos vemos, hermanos. 

- Nos vemos Andrea - Derek la abrazo cortamente, pero algo dentro de ella le dijo que no era un abrazo falso - La lectura del testamento es pasado mañana a las 10:00, en la mansión. 

- Estaré ahí, no se preocupen - Responde con una sonrisa - Nos vemos. 

Con su bolso en mano Andrea siguió a su tío hasta el auto estacionado, ambos caminaron en silencio. Su tío era una persona amable, pero como todos obedecían las ordenes de Eloísa, no estaba completamente segura si podía confiar en el. 

- Eres mas callada que cuando eras niña - Andrea se encogió de hombros - Ahora pareces una persona totalmente diferente. 

- Es porque lo soy tío - Responde inmediatamente - Soy otra persona, lo que antes definía a mi antigua Andrea, ya no esta. Ahora soy una mujer distinta y con eso, nadie sabe lo que puedo lograr. 

- Mi hermano no se equivoco en referirse a ti como una líder - Andrea no pudo evitar mirarle - Creo que entiendo a que se refiere, eres como tu abuela mi querida madre Amelia Wagner. Ella era una mujer de convicciones fuertes, una mujer absolutamente brillante. 

- No se si soy como mi abuela - Suspira - Sin embargo, hare que todos sepan quien soy. 

El resto del camino hacia el hotel fue bastante largo, Andrea estaba cansada después del viaje y además de eso vivir el funeral había acabado con sus fuerzas, necesitaba descansar lo mas rápido posible. Debía estar descansada antes de la lectura del testamento, aquellas palabras de Eloísa solo lograron hacerla rabiar, si Andrea se iba nadie iba a detenerla, aquella mujer habría ganado. 

- Descansa Andrea - Su tío la abraza despidiéndose en el lobby del hotel - Nos vemos pronto ¿Si?

- Tranquilo, nos veremos pronto - Responde tranquilamente - Adiós tío. 

- ¿Señorita Wagner? Su suite esta en el ultimo piso - El empleado del hotel se acerca - Sus maletas llegaron esta mañana, junto a sus objetos personales. 

- Muchas gracias - Con paso seguro subió en el ascensor hasta el piso 20 donde pasaría al menos unos cuantos días, cerro la puerta marcando de inmediato el numero de su abogado Walter con quien había logrado hacer miles de negocios sin que nadie lo notara - ¿Walter?

- Andrea no habías llamado y comenzaba a preocuparme - Dice Walter con preocupación - ¿Qué sucedió? 

- El funeral fue hoy así que estoy agotada en todo sentido - Responde ella mostrándose vulnerable - Fue muy duro ver partir a mi padre, lo extraño Walter.

- Lo se, no sabes cuanto me gustaría estar ahí - Su mejor amigo suspira con tristeza - ¿Cuándo regresas? El pequeño Adam te necesita y extraña.

- Yo también le extraño, pero la lectura del testamento es dentro de dos días - Suspira agotada - Necesito que estés aquí, antes de ese día. Tu debes venir aquí. 

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