
7. 𝐌𝐞𝐧𝐭𝐞
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Todo era un caos.
La ciudad ardía entre los escombros, los gritos y las explosiones. Por un lado, la lucha sin tregua entre los dos hermanos asgardianos. Por otro, civiles atrapados, edificios en ruinas, y los Chitauri secuestrando a quienes encontraban a su paso.
Mientras los "adultos" combatían a las enormes criaturas, Louise —siguiendo las órdenes de su padre— se dedicó a evacuar a tantos civiles como pudo. El corazón le latía con fuerza, pero su mente se mantenía enfocada: ayudar, proteger, resistir.
La batalla parecía amainar poco a poco. La mayoría de los Chitauri habían sido eliminados, pero aquella enorme bestia —la que muchos confundían con un gusano interestelar— había causado más destrucción de la que nadie pudo prever.
—¿Louise, estás cerca de la torre? —la voz de Natasha sonó agitada a través del comunicador.
—Estoy a unas pocas calles —respondió, mientras ayudaba a una mujer mayor a entrar en un refugio.
—Bien, necesito que me ayudes a traer algo.
Sin perder tiempo, Louise salió disparada desde una de las estaciones del metro, uno de los refugios improvisados. Voló entre edificios y esquivó a los Chitauri que aún surcaban el cielo como enjambres. Activó el comunicador nuevamente.
—¿Qué necesitas exactamente?
—El cetro de Loki —dijo Natasha con seriedad—. Tenemos que cerrar esa maldita cosa ya.
Louise no respondió. Se centró en su objetivo. Al acercarse a la torre, vio el resplandor azul del cetro brillando con intensidad antinatural. Al tocarlo, una descarga eléctrica le recorrió el brazo. Cerró los ojos un segundo, ignorando el dolor, y despegó rumbo al techo donde la esperaban Natasha y el Dr. Selvig.
Natasha asintió al verla llegar. Louise aterrizó frente a la máquina y, sin perder tiempo, comenzó a introducir el cetro en el mecanismo.
—Apunta directo a la corona —ordenó Selvig, nervioso pero firme.
—Vamos a cerrar el portal —anunció Natasha por el canal abierto—. Repito: cerraremos el portal.
Una onda de energía azul brotó del Tesseracto y recorrió el cetro. Louise sintió la ráfaga cruzar su cuerpo como si quemara desde dentro. Apretó los dientes y resistió.
—¡Hazlo ya! —ordenó la voz autoritaria del Capitán.
Pero una nueva voz los interrumpió.
—No... —dijo Stark por el comunicador—. Un misil viene en camino. Impactará en menos de un minuto.
Louise sintió que el tiempo se detenía.
—¿Qué? —miró al cielo, y al ver la trayectoria del misil, comprendió al instante lo que su padre pretendía—. ¡No, no, ni se te ocurra, papá!
—Stark, es una misión sin retorno —dijo Steve en tono grave.
—¡Papá, escúchame! —suplicó Louise, desesperada— ¡Tiene que haber otra manera, por favor!
—¿Desea dejar un mensaje para la señorita Potts? —preguntó Jarvis, sabiendo lo que vendría.
—Sí... y déjame a solas con mi hija —ordenó Tony.
El canal se silenció para todos excepto para ellos dos.
—Чёрт... Tony... por favor —susurró _____, temblando.
—Escucha, Lou... Tal vez no vuelva, como dice el Capitán, pero quiero que sepas algo: eres la chica más maravillosa del planeta. Y lo que dije antes, no era cierto.
—¡Papá, no! ¡No puedes hacer esto! —lo interrumpió, ahogada en lágrimas.
Sus ojos se inundaron mientras veía a través del HUD cómo Tony ascendía, acercándose al portal. El cetro en su mano brilló con un destello dorado, como si reaccionara a su desesperación.
—Lamento no haber estado contigo más tiempo... Daría lo que fuera por volver atrás y darte el amor que merecías desde el primer día. Nunca lo olvides... Eres especial, hija. Desde el instante en que naciste. Te quie—
La conexión se cortó. Solo quedó silencio.
—No, no, no... ¿¡Stark!? ¡ANTHONY STARK! —gritó _____, intentando restablecer el canal—. ¿¡Papá!?
El Capitán se acercó, con el rostro sombrío.
—_____... ciérralo.
Ella apretó los puños. Las lágrimas no cesaban, pero sabía que si no lo hacía, el sacrificio de su padre no habría servido de nada.
—¡Salgan de aquí! ¡Yo me encargo!
Natasha asintió. Tomó al Dr. Selvig por la cintura y lo sacó del área.
_____ estaba sola. El silencio lo cubría todo. Un nudo apretaba su pecho, y el dolor hacía que el cetro vibrara entre sus manos, generando una explosión de energía dorada aún más intensa.
—¡Stark logró salir! —avisó una voz por el comunicador.
Sus ojos se iluminaron. A pesar del dolor, reunió fuerzas, gritó, y con toda su voluntad, clavó el cetro en el Tesseracto. El portal se cerró... pero la máquina colapsó en una gran explosión de luz azul.
—Oh, mierda...
Todo estaba borroso. Voces apagadas. Ruido blanco.
Louise apenas podía distinguir lo que pasaba a su alrededor. Sentía el cuerpo entumecido, la respiración entrecortada. Le costaba mantenerse consciente.
La llevaban hacia cuidados intensivos. La explosión la había herido gravemente. Médicos y enfermeros intentaban mantenerla despierta, hablándole, agitándola... pero su mente ya se desvanecía.
Sus ojos se cerraron. Cayó en un sueño profundo.
Pero aquel no era un sueño cualquiera.
Era oscuro. Denso. Como si estuviera atrapada en otra dimensión. Entre las sombras, una luz la rodeaba. Voces susurraban cosas que no lograba entender. Fragmentos de imágenes, visiones. Algo se avecinaba... No ahora. Pero pronto. Muy pronto.
Y eso la asustaba más que cualquier misil.
Rayos de luz golpearon el rostro de la joven, obligándola a entreabrir los ojos poco a poco. La cabeza le retumbaba por dentro, como si ecos de gritos, explosiones y voces le siguieran resonando en cada rincón de la mente. Inspiró hondo, fijando la mirada en el techo. Solo entonces, el caos interno comenzó a calmarse.
Miró a su alrededor. Su brazo derecho estaba completamente vendado, pero no quiso enfocarse en eso. A su izquierda, Steve observaba por la ventana, flanqueado por Natasha y Clint, en un silencio que no le era del todo habitual. Giró el rostro hacia el otro lado y vio a su padre, dormido en uno de los sillones. A su lado, Pepper miraba las noticias en una televisión colgada en la esquina del cuarto.
La chica prestó atención.
—A pesar de la devastación causada por lo que fue confirmado como una invasión alienígena, las extraordinarias hazañas del grupo conocido como Los Vengadores han sido consideradas por muchos como—
Pepper cambió el canal con fastidio.
—Pues la verdad, me siento más tranquila sabiendo que existen. Están ahí para protegernos —comentó una mujer en pantalla.
—No lo sé... no me siento a salvo con esas cosas sueltas —replicó un hombre, con clara desconfianza.
—Yo tampoco. Nos ocultan muchas cosas, lo sé —dijo otro, en tono paranoico.
—¿Superhéroes en Nueva York? ¡Por favor! —bufó una señora.
—Estos "héroes" son los verdaderos responsables de la destrucción de nuestra ciudad —sentenció alguien más.
_____ frunció el ceño con disgusto. La televisión se apagó de golpe, sin que nadie tocara el control.
—Les salvamos el trasero y ¿así nos pagan? —gruñó, intentando incorporarse. Una punzada de dolor la hizo soltar un quejido.
Todas las miradas se dirigieron de inmediato hacia ella.
—Cariño... —susurró Pepper, sacudiendo suavemente el brazo de Tony—. Despertó.
Stark se incorporó de golpe, sacudiendo la cabeza como si acabara de aterrizar de una pesadilla. Se acercó rápido a la camilla y tomó la mano de su hija con cuidado.
—Ey, pequeña... ¿cómo te sientes? —preguntó, con la voz casi quebrada mientras le acariciaba la mejilla.
—Como si Hulk me hubiera usado de pelota de pinball —respondió con una sonrisa débil—. Creí que no volverías.
—Ni yo que tú lo harías, mocosa —bromeó, aunque su expresión decía otra cosa.
Pepper se unió a ellos, sonriendo cálidamente. Natasha y los demás se acercaron también.
—Nos alegra tanto verte despierta —dijo Pepper, acomodando una almohada tras su espalda.
—Aún no puedo creer que hayas sobrevivido a esa explosión —comentó Steve, colocando una mano firme y cálida sobre su hombro.
—Dicen que hierba mala nunca muere —bromeó ella.
—De eso no tengo dudas —añadió Natasha, con una sonrisa ladeada.
La risa general llenó la habitación por un instante, un respiro entre tanto dolor. Pero se detuvo de golpe cuando Louise comenzó a toser con fuerza.
—¿Quieres un poco de agua, cielo? —ofreció Pepper, acariciándole la mano con la suya.
Louise asintió levemente, sonriendo a medias mientras recibía el vaso de manos de su madre.
—Lo que me intriga es... —dijo Tony, volviendo a su tono serio— ¿Qué demonios hacías cerrando el portal sola?
Ahí estaba el Stark de siempre.
—Estaba ayudando a Nat y al profesor. Si no lo hacía, no lo habríamos logrado —respondió, sin miedo pero con firmeza.
—Tiene razón —intervino Natasha—. De esa no salíamos sin ti. Gracias, linda.
_____ se encogió de hombros, restándole importancia, aunque el comentario le calentó el pecho.
—Solo prométeme que no te meterás en otra locura así —Tony le apretó la mano suavemente, inclinándose para darle un beso en la frente.
—Tranquilo, lo prometo, papá.
—Veremos cuánto dura esa promesa —soltó Clint, sonriendo. Natasha lo golpeó en el brazo con gesto reprobatorio.
Un toque en la puerta llamó su atención. Nick Fury entró con una carpeta bajo el brazo y su semblante habitual de "esto no es una visita social".
—Vaya, señorita Stark... se ve mucho mejor que la última vez que la vi —dijo, acercándose.
—Nada como una explosión interdimensional en la cara para sentirte renovada —respondió ella con sorna.
Todos soltaron una risita, pero sabían que si Fury aparecía con papeles, era porque se avecinaba algo serio.
—¿Qué lo trae por aquí, señor? —preguntó Steve, con expresión cautelosa.
Fury abrió la carpeta y caminó por la habitación, repartiéndola a los presentes.
—Como algunos sospechan, lo que pasó con la señorita Stark fue más grave de lo que aparenta.
—Ve al grano, Fury —soltó Tony, cruzándose de brazos.
—El cetro de Loki tenía un poder mayor al previsto. Lo poco que sacamos del propio Loki antes de su encierro indica que estaba vinculado a una de las Gemas del Infinito —Fury miró a _____—. Para ser precisos, la Gema de la Mente.
_____ parpadeó, mirando a todos con creciente desconcierto.
—¿Eso explica la explosión? —preguntó Steve, frunciendo el ceño.
—En parte —respondió Fury—. Pero según los análisis y los efectos posteriores... Louise no solo resistió la energía. La absorbió.
La sala se sumió en silencio.
—¿Perdón? ¿Yo qué? —Louise los miró, visiblemente confundida.
—Eres la nueva portadora de la Gema de la Mente —afirmó una voz desde la puerta.
Era Thor. Su expresión era seria, casi reverente.
—De lo poco que sé sobre estas gemas, es que no cualquier ser puede contenerlas. Mucho menos un humano.
—No estoy segura de seguir siendo solo "humana" a estas alturas —dijo Louise, mirando a Fury.
—Técnicamente, entras más en la categoría de alterada... o mutante —respondió el director.
—Genial... —murmuró ella, recostándose con un suspiro—. No sé si sentirme halagada o aterrada por tener una bomba psíquica dentro de mí.
—Por ahora —intervino Thor—, lo único que deberías hacer es descansar. Aunque... hay alguien que solicitó verte con urgencia.
—¿Y se puede saber quién exactamente? —preguntó Pepper, frunciendo el ceño.
—El Padre de Todo... Odín —respondió el asgardiano, con un leve tono de gravedad.
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Entonces la rayis se nos va a conocer al suegro :D o bueno quien sabe jsjsjjsjsjs espero te haya gustado el cap de hoy :')
La verdad siempre tardo un poco en terminarlos aunque actualice casi a diario, pero todo sea para que queden satisfechos con el resultado jeje
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