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- hola. - llegué a la cafetería tan solo para encontrarme con Larissa y poder pedirle un favor, espero y ella pueda tomarlo bien. - ¿cómo estás?

- hey hola señorita, vamos a hacer como que no nos hemos visto apenas ayer en tu casa. - dice toda sonrojada. - fue una muy mala manera de decirle a todo mundo que Remus y yo...

- ¿están saliendo?

- estamos viéndonos... no se si sea lo mismo solo... - ella suspira.- es un gran chico, Vanessa.

- lo se. - sonreí. - me hace muy feliz saber que ustedes dos se han encontrado. 

- me dijo que quiere que vivamos juntos. - ella dice de lo mas asustada, lo puedo ver en sus ojos. - no es algo que quiera... al menos no ahora... solo van unas semanas de vernos y...

- wow, esto es tan Sirius y mi hermana. - reí pero luego yo por igual capté. - una persona mas a la casa.

- no, si yo llego a decir que si, le diré que quiero que el se venga a vivir a mi casa. - dice muy pero muy segura. Hasta la escuché molesta. - ya son suficientes parejas contigo y James y tu hermana y Sirius.

- recuerda que nadie mas lo sabe.

- y por eso me es mas difícil mentirle a Remus. - ella dice tomando de las galletas y acomodándolas sobre la charola para seguir trabajando en lo que hablamos. 

- cambiemos de tema. - le dije y le entregaba una hoja. - esto que te estoy enseñando, es la hoja donde me han dado el permiso de tener el negocio. En una semana o menos puedo ya por fin tener el lugar y empezaré a decorarlo y...

- ¡wow muchas felicidades! - ella grita y varios voltean a vernos pero no le importa y ella me abraza. 

- creí que no te gustaban los abrazos.

- oh, cállate. - se separa y se pone a leer de la hoja. - que genial, vas a cumplir tu sueño. Suena como algo tan lejano y difícil y ahora tu lo tienes.

- quería preguntarte si quería trabajar conmigo. - ella voltea a verme. - se que no es lo que mas te pueda ayudar ahora porque no tendremos clientes al principio pero en lo que las cosas se acomodan, puedes seguir trabajando aquí y...

- acepto. Claro que quiero ayudarte con la repostería. - sonreí ante ello. - ¿has pensado en un nombre para el lugar?

- um... no realmente.

- piensa en algo ya, porque quiero ayudarte con la publicidad. - asentí con la cabeza y se ve a James afuera esperándome en su carro. - no me di cuenta que venías con tu novio.

- es extraño escuchar que lo llames así. - arrugué la nariz. - si hoy tenemos una cita.

- pero que romántico. - dice cínicamente. - son toda una pareja convencional.

- lo dice la mujer que esta por vivir con su pareja. - ella se sonroja toda. - pero bueno... te voy a dejar... deséame suerte.

- suerte. - ella me sonríe y se regresa a el trabajo para seguir en lo suyo. Yo en cambio, voy hacia la salida y abrazo del cuello de James después de darle un beso rápido. 

- listo, muchas gracias por esa parada antes de que saliéramos. - le dije y el sonríe. 

- ¿estás lista? 

- por supuesto, vamos. - lo solté y me subí a mi asiento y el se fue al suyo. - sea a donde sea que vamos ya que no has querido decirme.

- veo que no eres la mas grande fan de las sorpresas. - el ríe y yo niego con la cabeza. - ni modo, aun así no te voy a decir.

- bien... - me voltee por completo para verlo. - ¿vamos a comer?

- ¿tienes hambre?

- no realmente, solo estoy tratando de deducir cual es la gran actividad que tienes planeada. No viene nada a mi cabeza. A menos de que vayamos al cine... - el sonríe. - oh por Dios, vamos a ir al cine.

- puede ser.

- perfecto, traigo antojo de palomitas, mis favoritas son las de mantequilla combinadas con las de caramelo. Algo básico, pero por algo es un sabor básico, porque es lo que todos sabemos que es lo mejor... ¿cuales son tus favoritas? - James voltea a verme y lo único que hace es darme un beso en mi mano. - estoy hablando demasiado de nuevo ¿verdad?

- te amo. - veo que le nació decirlo, pero que se arrepiente de inmediato, tanto que su sonrisa se borra y regresa a tener ambas manos al volante. Y se bien porque se arrepiente, es porque yo no lo he dicho, lo cual me ha hecho sentir algo mal. No supe que decir o que hacer, entonces puse música. 

- adoro esta canción. - cambié el tema y empieza a sonar una de Queen. - ¿te gusta?

- me encanta, de hecho. - el dice ya mas tranquilo y hasta decide subirle. - esto candábamos todo el tiempo Remus, Peter, Sirius y yo en nuestro dormitorio. 

- debes extrañar demasiado Hogwarts.

- quiero decir... si pero, ve como están las cosas. Viven de nuevo conmigo entonces, es básicamente lo mismo. - el ríe. - aparte en Hogwarts tu no estabas.

- de haberlo estado, seguramente ni te hubieras fijado en mi por estar prestando atención a la señorita Evans. - dije molestando lo y el no dice nada, solo sonríe. - lo cual no tiene nada de malo, lo que es parte de nuestros pasados no significa que sea incorrecto. 

- eres muy sabia ¿eh? - el voltea a verme. - quisiera poder las cosas como tu lo haces. 

- ¿qué? ¿te arrepientes de algo a caso?

- no me arrepiento de nada porque de querer cambiar algo de mi vida, las cosas no serian para nada lo que son ahora, lo cual, aclaro, adoro. - sonreí. - pero no se, tan solo creo que me casé algo pronto... no me di la oportunidad de vivir realmente.

- entiendo. - asentí con la cabeza. - ¿sientes que algo te faltó por hacer?

- no realmente, no. - suspira. - pero ¿Ser padre a los quince años? es algo pesado. 

...

Llegamos a un bosque, uno el cual antes nunca había ido según yo y es que bueno, llevo viviendo poco en Londres. Pero es realmente hermoso, el clima esta demasiado agradable, no hay nadie ni una sola alma y James ya tenía listo un mantel sobre el suelo con canastas con comida y una botella de vino.

- es una cita. - dije sonriendo mientras veo las cosas.

- si, claro. - el me toma de la mano. - creí que estabas consciente de eso. - se ríe.

- si pero, es literalmente una cita. - fui hasta donde estaban las cosas y tomé asiento. - como una muy característica. Y me encanta.

- me alegro. - el dice y toma de una de las canastas. - mira... hice galletas y un pay.

- wow, has vuelto a cocinar. - dije emocionada y tomé de la canasta pero mi sonrisa se borra de inmediato. - James.

- ¿qué pasa?

- te dije que odiaba que solo tu fueras parte de mi mundo y yo no pueda ser del tuyo. - suspiré hondo. - no me mal entiendas, aprecio tanto el que te hayas tomado el tiempo de cocinar pero...

- use magia querida.

- oh, bueno, eso cambia mucho las cosas. - dije mas aliviada y el ríe para después tomar de mi mano y ponerme de pie de nuevo.

- descuida, no me tomó tanto tiempo y esfuerzo como lo es para ti. Tu eres la experta en el tema, no yo. Lo respeto con todo mi corazón y hasta lo admito. - me da un beso en la nariz. - pero quería darte un detalle.

- es hermoso de tu parte. - le sonreí.

- ayer me preguntaste que es algo que adoro hacer para que pudieras ser "parte de mi mundo" como tanto dices.

- es algo lo cual no puedo hacer. - aunque me quedé pensando. - ¿montaste un cine aquí? oh por Dios... - me voltee para buscarlo pero el me lleva de la mano hacia el otro lado.

- no Nessie. - se ríe. - esto es para ti. 

- un... un chocolate. - dije una vez que lo recibí en mis manos. - perdona, déjame aclaro, una rana de chocolate.

- supuse que las conocieras por tu hermano o tu padre.

- ellos realmente nunca me introdujeron a casi nada de lo suyo porque bueno, deben odiar que una squib este involucrada en esto. - hice una mueca pero luego capté. - ¡oh! me estas dando chocolate mágico. - abrí de la caja emocionada y me encuentro con una rana de chocolate cualquiera. - ¿cual es la magia en esto? no entiendo.

- Nessie. - el ríe y me da algo de pena el que estuviera yo tan perdida en el tema pero el toma de la rana sobre sus manos y una vez que el la tiene, esta empieza a moverse.- bueno, supongo que solo aplica conmigo... pero aquí tienes.

- ¡que genial! 

- bueno que esperas, come. 

- eso es asqueroso... siento que estaré comiendo un animal vivo. - negué con la cabeza. - eso me hace sentir mal.

- ¿qué si te digo que sabe deliciosa? 

- bueno... eso me llama mas la atención. - mordí de la pobre rana y esta por fin deja de moverse. - oh wow, tenías razón. Esto es delicioso.

- bienvenida a mis postres favoritos antes de conocerte, claro. - sonreí. - y si, son parte de mi mundo.

- he comido chocolate magic, wow. No me esperaba eso hoy.

- no es todo. - el me muestra una escoba y reí al verla. - vamos a jugar quidditch.

- sabes que no puedo hacerlo, James. - hice una mueca. - ni siquiera llegamos al numero de personas, entre dos no podemos hacer nada aparte.

- si, tengo entendido que si tu usas esta escoba no va a pasar nada. - dice entregándomela y yo me monto en ella tan solo para probar. - si, eso es una lastima.

- bienvenido a mi vida. - reí pero el toma de su varita y apunta con ella a donde estoy. - ¿qué haces?

- intento algo. - y no se que tanto dijo de hechizo que de alguna manera lo logró, empecé a elevarme y grité algo muy fuerte. El de inmediato se acerca a mi lado y toma de mi mano. - hey, estas volando.

- ¿cómo rayos lo lograste?

- use un hechizo de levitar... lo cual no significa que estes volando como tal pero... es lo mas cercano. - empecé a llorar. - si te da tanto miedo, puedo bajarte ahora mismo. - ni siquiera me baje de la escoba pero lo abracé con mucha fuerza. Mi padre o mi hermano siempre pensaron lo peor de mi por no poder tener magia. Ni Chiara y siempre fuimos las marginadas en la familia. Nunca se esforzaron por unirnos a sus vidas y James decide hacerlo conmigo lo cual me derritió por completo el corazón.

- James te amo. - dije separándome y viéndolo. - te amo demasiado que hasta me da miedo pensar que puedo llegar a perderte y...

- hey ¿por qué pensar en eso? no vas a perderme. - me limpia las lagrimas de las mejillas.- te amo Nessie. 

- lo he dicho. - dije riendo entre lagrimas. - wow, lo he dicho.

- entonces ha valido la pena haber gastado en todo esto y... - dice bromeando y le di un codazo. - tenía miedo de que no lo dijeras.

- no es que no lo sintiera, solo... aunque suena cursi... me da miedo el permitirme amarte tanto James.

- ¿por qué?

- porque todo esta en nuestra contra y se que en cualquier momento algo puede salir mal y este gran sueño podría terminar. 

El se queda pensando pero decide mejor no decir nada del tema y me suelta, así que me sujeto mas rápido y mejor de la escoba.

- ¿quieres volar?

- eso estoy haciendo. - reí.

- no, estas flotando. ¿quieres volar? - asentí con la cabeza y toma de mi mano para bajarme y me sube en la suya. - abraza de mi cintura.

- con gusto. - reí y este se eleva en ella. 

Literalmente grité como una loca, me alegro de estar en un bosque alejado de todo el mundo donde no puedan oírme estar en pánico.