❝No te prendas fuego intentando alegrar la existencia de otra persona.❞
CHARLOTTE ERIKSSON

—EN SERIO VAS A MIRAR A TU BEBÉ RECIÉN NACIDO, RECIÉN SALIDO DEL ÚTERO, Y DECIR, 'SÍ, PARECE UN SILAS'—Fin levanta las cejas por encima de su escritorio hacia JJ—¿En serio?

—¡Silas es un lindo nombre!

—¡No, es el nombre de un vagabundo!—Fin se mete un M&M en la boca y pone los ojos en blanco—Nunca he conocido a una persona muy respetada con el nombre de Silas.

—Está bien, entonces ¿Qué sugerirías?—JJ la desafía, inclinando su cabeza hacia un lado con arrogancia.

—Algo nuevo, algo diferente...—Fin se queda pensando. Tiene una lista entera en casa, nombres que cree que son perfectos para algún bebé o niña—Como Atlas.

JJ arruga la nariz.—¿Tuviste todo este tiempo para pensar en un nombre mejor y elegiste Atlas?

—Sabes qué, Jaj, Atlas es griego y significa 'duradero'. Es un nombre de niño fuerte, pero es liberador, es diferente—Fin suspira satisfecha. A ella le encanta ese nombre.

—¿No es Atlas también el dios griego del sexo o algo así?—Pregunta JJ, frunciendo el ceño.

Mmm no. Fin le frunce el ceño.—No, él era un Titán ante los dioses y sostuvo el cielo para que no aplastara la tierra. Atlas es un nombre noble, JJ. ¡Admítelo!

—No voy a llamar a mi hijo Atlas— responde JJ, sacudiendo la cabeza—De ninguna manera.

—El dios griego del sexo era Himeros, en realidad, si te lo estás preguntando—Spencer se deja caer en su silla de oficina frente a Fin, con una taza de café recién hecho en la mano—Era uno de los Erotes, una colección de dioses alados asociados con amor, y parte del séquito de Afrodita.

—¿Entonces escuchaste nuestra conversación?—Le pregunta JJ, volviéndose hacia él.

Spencer niega con la cabeza y sorbe su café con cuidado. 

—Acabo de escucharte preguntar sobre el dios griego del sexo. No estuve presente por el resto.

—Está bien, entonces él es neutral hasta ahora—A Fin le gusta este nuevo desarrollo, puede convencer a Spencer de que se ponga del lado de ella en lugar de JJ. Ella se inclina hacia él, con los codos sobre el escritorio—Entonces Spencer...

—¿Sí?—ahora parece un poco asustado.

—Estamos teniendo una discusión sobre los nombres de los bebés.

—Oh, ¿sabes el sexo del bebé?—pregunta Spencer, el interés reemplazando el miedo en su rostro.

JJ asiente.—Lo descubrimos ayer. Es un niño—coloca una mano sobre su vientre y frota el pequeño bulto que hay allí para reconfortarlo.

—Y JJ y yo... Bueno, no estamos de acuerdo con los nombres—dice Fin—Personalmente me gustan nombres como Atlas y Soren, y JJ...

—Prefiero nombres como Benjamin y James—interrumpe JJ, antes de que Fin pueda decir algo.

—A ella le gusta Silas—Fin vuelve a mirar a Spencer, con disgusto en todo su rostro—¿Cuál te gusta más?

—¿Quieres que resuelva una discusión sobre cuál es el mejor nombre?—pregunta Spencer, frunciendo el ceño.

—No, sólo queremos saber cuál te gusta más—responde JJ. Ella definitivamente está interesada ahora. Fin puede ver la luz competitiva en sus ojos.

—¿De qué estamos hablando?—Emily se acerca y se sienta en el borde del escritorio de Fin, con las cejas levantadas.

—Nombres de bebé—responde Fin, mirándola—Oh, me gustan tus aretes.

Emily toca los pequeños tachuelas rojas con las yemas de los dedos, sonriendo. 

—Gracias. Fueron un regalo reacio de mi mamá cuando no le agradaba—ella hace una mueca—A mí tampoco me gustaba, pero los aretes eran muy lindos.

Fin se ríe—Chica, te siento—bueno, en el sentido abstracto.

—Pero los nombres de los bebés—Emily mira a JJ inquisitivamente—¿Cuáles son las opciones?

—Bueno, a Fin le gustan Atlas y Soren...

—Lindo—Emily asiente con aprobación.

—Y me gustan James y Silas.

Fin hace un sonido de arcadas y Spencer casi se ahoga con su café.

—¿Estás aceptando sugerencias?—pregunta Emily, con una sonrisa en sus labios.

JJ se encoge de hombros sin comprometerse. 

—Claro. Simplemente no le voy a poner a mi hijo un ridículo nombre italiano—ella entrecierra los ojos hacia Emily—Así que no se te ocurra ninguna idea.

La sonrisa desaparece del rostro de Emily. 

—No tengo nada que decir—murmura, examinándose las uñas. Fin nota que son más largos que el otro día, lo que la sorprende, sabe que Emily los muerde cuando tiene algo en mente, lo cual en esta línea de trabajo ocurre casi todo el tiempo. Pero cada uno tiene su salida, Fin no juzga. Al menos no son drogas, ¿verdad?

JJ niega con la cabeza, sonriendo.—Sabes, a veces eres insoportable. Quiero decir, ¿realmente pensaste que iba a considerar a Sebastiano LaMontagne?

—Sí, dale un segundo nombre irlandés, sólo para confundir a todos—Fin toma otro M&M del paquete que está en su escritorio, sonriendo ante la idea. Eso es algo que ella haría si alguna vez tuviera hijos.

—Pero en serio, Spence, ¿Qué piensas?—pregunta JJ, girando en su silla para mirar a Spencer—¿Nombres pasados ​​de moda o nombres hippies?

—¡Atlas no es un nombre hippie!—Fin pone los ojos en blanco—Y de todos modos, también dije Soren. Ooh, y Sky. Sky es muy lindo.

Spencer se muerde el labio inferior pensativamente, con ambas manos alrededor de su taza de café. Fin honestamente piensa que eso de la chica blanca de la película navideña le sienta lindo. Honestamente, es lindo para él.

Después de unos largos segundos, dice:—Estoy como en el medio.

—Oh, Dios mío, por supuesto que lo estas—Fin se deja caer en su silla con un suspiro—Eso es lo más masculino que jamás haya existido.

—¡Oye, oye, déjame terminar!—Spencer protesta, dejando su café sobre su escritorio—Creo que Atlas y Sky son bonitos nombres con significados más profundos, pero si tuviera un bebé ahora mismo...

—Te secuestrarían y te llevarían a un laboratorio para estudiar, hacedor de milagros—dice Fin, sonriendo. Ella no pudo resistirse.

Spencer le da una mirada sucia, pero se da cuenta de que apreció la broma. 

—Si tuviera un hijo ahora mismo, elegiría algo como Henry. Ya sabes, un nombre por el que no lo intimidarían, pero un nombre que se traduzca en casi cualquier cosa. Henry podría ser abogado o director ejecutivo, pero también podría ser un músico o un artista.

—Deje que Reid lo haga profundo. Otra vez—Emily suspira exasperada.

—Henry...—JJ parece pensativa, y Fin no puede creer que Spencer se haya puesto de su lado.

—¡Spencer, se suponía que debías estar de mi lado, no darle más nombres de viejos para elegir!

—Henry no es un nombre de viejo—Spencer arruga la nariz, algo que Fin ha llegado a conocer como su cara de "tienes que estar bromeando, perra"—Bueno, es eso o 'qué diablos estoy mirando'. "¡Ya sabes, Henry Ford, Henry David Thoreau, Henry Longfellow!

—Hasta donde yo sé, todos esos tipos murieron hace al menos cincuenta años—Fin le levanta las cejas—Murió, Spencer. Creo que Henry califica como un nombre de anciano.

Él bebe su café, con el ceño fruncido por la concentración, y no dice nada, lo que Fin interpreta como que ella ganó esta vez—Fin uno, Spencer cero—y siente la libertad de ofrecerle comida. 

—¿M&M?

—¿Qué?

—¿Quieres un M&M?—ella levanta la bolsa y la agita interrogativamente.

Al ver el chocolate, los ojos de Spencer se iluminan y asiente. 

—¡Sí, por favor!—deja su café y extiende las manos.

Fin lucha contra las ganas de reírse—es como un lindo cachorro—y arroja algunas en sus manos. 

—No sabía que eras tan fanático de los dulces, habría comprado más.

—Él es simplemente un fanático de todo lo relacionado con el azúcar—responde Emily—¿No has visto cómo bebe su café?

—'Café'—Fin pone comillas alrededor de la palabra "café"—No es café después de todo ese azúcar y crema.

—Me siento atacado— dice Spencer mientras toma un bocado de M&M, haciendo pucheros. Oooh.

Sin embargo, el teléfono de Fin suena antes de que pueda decir algo y lo saca para comprobarlo, esperando que no sea algo importante. Mmm. Es de un número desconocido, así que hace clic en el mensaje y lo lee.

Hey. Cambié mi número. ¿Llámame?

Ay dios mío. El corazón de Fin se le sube a la garganta, y no en el buen sentido. Esto ha sucedido de forma intermitente durante los últimos tres años y está muy cansada de ello. Ha cambiado su número tres veces y cada vez ella lo ha bloqueado, pero él es persistente.

—¿Estás bien?

Fin levanta la vista, sacada sobresaltada de sus pensamientos. Dios, podría tener un ataque al corazón. 

—¿Mmm?

—Te pregunté si estabas bien—dice Spencer de nuevo, con el ceño fruncido por la preocupación.

—Sí bien—ella levanta su teléfono y muestra una mirada de disgusto. Miente, como siempre lo haces—Es sólo mi casera, diciéndome que dejé las ventanas abiertas otra vez.

Spencer asiente, pero Fin se da cuenta de que no está totalmente convencido. Nota mental: aprender a mentirles a los perfiladores.

Ella vuelve a mirar su teléfono. Nick solo envía mensajes de texto cuando quiere algo. Generalmente es dinero, a veces cerveza y siempre una segunda oportunidad. Bueno, más bien una décima oportunidad. Fin no tiene piedad de él. Ella lo aprendió hace mucho tiempo.

Así que lo deja en lectura, vuelve a charlar con JJ y Emily, riéndose del rostro de Spencer cuando le muestra la bolsa vacía de M&Ms, preguntándose si Hotch está saliendo con alguien e ignora esas seis palabras.

Pero ella no bloquea su número.