El calor se acerca, y la playa se llena de turistas y nativos que desean refrescarse.

Después de bastante tiempo, Leo está en la ciudad y hemos quedado para ir a la playa.

Kate y Rachel están colocando todo con cuidado, como si fuese un picnic. Diane y Tony están en el mar, sospechosamente solos. Y Leo y yo hemos decidido molestarles.

Nos acercamos sigilosamente y les salpicamos.

- AAAAAHHHH!! - gritó Diane - AMBER!

Me estaba riendo como loca, y nos tiramos un buen rato con ellos, aunque acabe apartando a Rachel para preguntarle una cosa.

La curiosidad me puede.

- Diane, voy a ser directa.

- Vale. Dime.

- ¿Qué tienes con mi hermano?

Diane se quedó pasmada, como si no se lo esperase.

- Puede... SOLO PUEDE... que me guste un poquito tu hermano.

- ¿Solo un poco?

- Si, no te ilusiones.

Nos reímos juntas. Si alguien debe estar con Tony, sin duda es ella. Mientras que uno es tranquilo, la otra es impulsiva. Mientras mi hermano es un desordenado, Diane es la más ordenada del mundo. Se atraen como los polos opuestos de un imán.

- No imagino a nadie mejor para él.

Me miró, agradecida y agradada. Después de dejar a Diane otra vez con Tony, Leo vino a buscarme.

- ¿Te he hablado ya de la premier de la película?

- Pues no, la verdad.

- Es aquí, y tengo que llevar a alguien. ¿Te gustaría venir?

- Bromeas. ¿Yo, en una premier? En mis sueños.

- Te tienes muy poca estima. Eres guapísima, eres inteligentísima y eres increíble. Quiérete más, porque eres tremenda.

- Cualquiera te dice que no ahora.

- Pues no lo hagas - respondió.

- No tenía pensado hacerlo.

Y con un beso al atardecer, selló lo que será uno de nuestros mejores días juntos.