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━━𝑷𝑹𝑶𝑳𝑶𝑮𝑶

ꮼ ִ ࣪ . ◦ ⸺ ALESSIA MIKAELSON ○ ˚ ✧

DONDE TU VAYAS, YO IRE. NO IMPORTA QUE PASE SIEMPRE ESTAREMOS JUNTOS





CAPÍTULO CERO

POR SIEMPRE Y PARA SIEMPRE





1001 EN MYSTIC FALLS

LA FAMILIA MIKAELSON ESTABA DEVASTADA LUEGO DE LA MUERTE DEL HIJO MENOR DE DICHO MATRIMONIO, HENRINK HABIA MUERTO A MANOS DE UN MIEMBRO DE LA MANADA DE HOMBRES LOBO VECINOS EN LUNA LLENA. Siendo el final de toda felicidad en su vida como también los últimos momentos de familia siendo humanos. Aquello despertó una motivación de venganza en su padre Mikael, que por lo sucedido recurrió con una bruja y amiga de su esposa llamada Diana, la cual se negó rotunamente a hacer el conjuro por que pensaba que se desataría una plaga sobre el mundo. Además de que habría un desbalance en la naturaleza en el momento que se hiciera la nueva especie, Mikael decidido ignoro estas advertencias aún queriendo seguir con su plan convenciendo a su esposa Esther, para que lograra su objetivo en su lugar. El hechizo de inmortalidad, un conocimiento oscuro creado siglos atrás, sería el instrumento para lograrlo.

Esa noche, Alessia Mikaelson no comprendía del todo lo que estaba por suceder. Sus últimos momentos como humana quedaron grabados en su memoria, ella y sus hermanos estaban reunidos en la mesa, compartiendo risas y bebiendo vino que su madre les había ofrecido como regalo. Sin saber que su padre los mataría con su espada atravesando el pecho de sus hijos uno por uno, con una precisión fría, sin dudar y vacilar, aquel acto era para volverlos mejor que los hombres lobo. Para todos fue un abrir y cerrar de ojos antes de caer muertos en el frio suelo con la sangre que se extendía, lo ultimo que vio antes de cerrar sus ojos fue el rostro de su padre antes de que todo se volviera negro. Cuando abrió sus ojos aterrorizados nuevamente, respiro profundo mientras miraba a su alrededor y vio a sus hermanos vivos, pero con confusión y horror en sus rostros. Sus ropas estaban manchadas de sangre seca. La creación de una nueva especie acababa de ocurrir y con ello, la familia Mikaelson se habían convertido en algo más que humanos. Pero lo que Mikael había ignorado, de las palabras de Diana había intentado prevenir, era que aquella noche no solo marcaría su renacimiento. También sellaría el comienzo de una maldición que perseguiría su linaje durante los siguientes siglos.

- Rebekah...-la voz de Alessia temblaba mientras miraba a su hermana.

- Sangre...-susurró Rebekah, con la mirada fija en las manchas carmesí que empapaban su vestido.- ¿Que paso?

Klaus se arrastró hacia ella, pasando un brazo protector alrededor de los hombros de su hermana. Su respiración era irregular, pero su voz intentaba mantener la calma.

-Todo va a estar bien, Rebekah....todo estará bien.

- ¿Cómo... cómo es que estamos vivos?- preguntó Kol, aún sentado en el suelo, miraba a sus hermanos con confusión.

Elijah, quien se había levantado con dificultad, observó a los demás intentando comprender lo que acababa de suceder.

-Madre... -murmuró, mirando a la puerta-. Ella debió haber hecho algún tipo de conjuro. Esto no es natural.

El crujido de la puerta de la choza interrumpió la platica. Mikael apareció, acompañado de una joven sujetando del brazo, a la que parecía estar hipnotizada por alguna extraña razón.La llevó hasta el centro de la habitación, donde la obligó a arrodillarse frente a sus hijos.

-¿Que estas haciendo? -pregunto Alissa, dando un paso al frente mirando con confusión a su padre.

-Debemos terminar lo que se inicio.

Mikael sacó una daga de su cinturón y cortó el brazo izquierdo de la joven. La herida comenzó a sangrar, goteando en el suelo de madera, para su sorpresa, la joven no emitió ni un sonido, su expresión permaneciendo vacía. Debian de beber mas sangre para completar el ritual.

-Tienen que beber, para sobrevivir. -ordenó Mikael, mirando a sus hijos, quienes observaban en un silencio aterrorizado.

-¡No! ¡NO! -gritó Klaus, lanzándose hacia su padre con furia.

Pese a su intento de esfuerzo por detenerlo, este lo apartó con facilidad, antes que pudiera tan siquiera tocarlo provocando que su hijo cayera al suelo. Miro a su hija Alessia, acercando el brazo de la chica para que bebiera de el.

-¡No puedes hacernos esto! -gritó Finn, su voz llena de rabia y desesperación.

Mikael ignoró las protestas de su hijo, con un movimiento rápido, sujetó a Alessia por el cabello, obligándola a acercarse a la joven herida inclinando su rostro hacia la herida que se derramaba.

-Bebe, hija -ordenó, su tono implacable-. Si no lo haces, morirás.

Cuando la sangre rozó sus labios, un sabor dulce y metálico llenó su boca, sintiéndose afónica al sentir el dulce sabor de la sangre en su labios. Por primera vez se sentía viva en todo lo que llevaba de su vida en el pueblo, sintiendo todo el poder que fluía por completo cuerpo. El sabor, que al principio le resultó abrumador, se volvió irresistible, mientras se separaba de la joven, jadeando por lo que acababa de experimentar. El resto de sus hermanos, paso uno por uno, Rebekah tembló al acercarse, sus lágrimas mezclándose con la sangre, mientras Elijah bebió con una expresión de absoluto desprecio por lo que estaba haciendo, incluso Kol que no pudo resistirse al beber de la sangre estaba disfrutando.

-Ahora, son inmortales -declaró con una voz triunfante- Son incluso más fuertes que cualquier criatura que camine sobre esta tierra.

En el momento en que la sangre toco sus labios los espíritus los habían abandonado, haciendo que la naturaleza se defendiera, todo aquello que les había otorgado cada fuerza, de igual manera les había dado debilidad. El sol, antes cálido se convirtió en su enemigo, manteniéndolos encerrados durante semanas. Finalmente, su madre Esther realizo un hechizo para encantar joyas que ayudarían a protegerlos del sol, permitiéndoles poder salir a la luz del día. Sn embargo, nuevos problemas parecían surgir en el pueblo, casas a las que antes entraban ahora parecían estar prohibidas, además de que las flores de lavanda que crecían al rededor del roble blanco les quemaban y añadiendo que también pudieran hipnotizar a la gente. Lo peor era el hambre inmensa que tenían, el ardor en su garganta acompañado del aroma en el aire comenzaba a hacer que salivaran de hambre, no importaban cuanto bebían jamás llegaban a satisfacer su necesidad de beber mas, era la sangre lo que mas deseaban sobre todas las cosas.

Vampiros.. En eso se habían convertido por el hechizo.

Todos eran vampiros, criaturas de la noche y que al parecer serían más fuertes que los lobos. Esa sería su protección en contra de aquella especie que acabó con la vida del menor Henrik de los Mikaelson. Un día la familia quemo el árbol que les había dado su nueva vida, con el temor de que fuera usado en su contra para matar alguno de ellos, solo dejando sus cenizas.

La transición para Alessia fue demasiado difícil, su sed por sangre era insaciable, mas grande que la del resto de sus hermanos su apetito que jamás podría ser llenado. Intentó resistirse en su primeras semanas, negándose a alimentarse por miedo a matar a alguien. Jamás en su vida lo había, pero su sed era mas grande que su miedo, no tardaron mucho en descubrir que podían manipular la mente de las personas usando compulsión, así que con esa nueva habilidad podría alimentarse y hacer que las personas olvidarán que el daño.

Con el paso del tiempo, la estabilidad de la familia Mikaelson comenzó a empeorar, cuando Niklaus llego a matar a su primer humano se activo su gen licántropo frente a su padre. Lo que ocasiono el descubriendo que Esther había sido infiel años atrás a su esposo, Niklaus no era su hijo biológico, aquello despertó un inmenso enojo dentro de Mikael sobre la traición de su esposa, cazando a cada uno de los licántropos, sin dejar ninguno con vida. Pero en su sed de venganza, inicio una guerra entre especies, aquello lo convirtio en una persona cada vez mas se volvía distante y cruel. En un intento por detener todo el caos y proteger a su familia, Esther tomo la decisión de realizar un hechizo antiguo, que bloquearía la parte licántropa de Niklaus. Sin saber que aquel acto se sintió como una traición para su hijo, convirtiéndose en un ser más oscuro y vengativo lleno de rabia como resentimiento hacia sus padres.

Cuando Niklaus interrumpio en su hogar donde estaban sus hermanos, anunció una noticia devastadora. Mikael había asesinado a Esther en un arranque de furia, los hermanos Mikaelson tomaron una decisión dolorosa, abandonar Mystic Falls. Mikael, cegado por el odio, no se detendría hasta cazarlos a todos, considerándolos monstruos que debían ser exterminados.

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