
3. James March
Titulo: Nueva Inquilina. Parte 1
James March
Temporada: Hotel
◆◆◆
Caminabas dentro del hotel en el cual habías hecho una reservación días atrás.
Tenías una sonrisa en tu rostro por estar en esta bella ciudad, aunque el lugar te diera algo de escalofríos, tu sonrisa no se borraba.
—Buenos días, yo llamé hace unos días por una reservación —le dijiste amable a la seria recepcionista de lentes.
—Habitación 43, señorita. Ya la estábamos esperando —ella hizo una mueca simulando una sonrisa.
Tomaste la llave y caminaste al ascensor. Al abrirse las puertas observaste a un hombre con traje y un pequeño bigote, con una sonrisa ladeada en su rostro.
—Buenos días, nueva inquilina —saludó con una extraña forma de hablar.
—Buenos días, ¿usted es? —preguntaste entrando al ascensor.
—James March, dueño de este maravilloso hotel —dijo mientras tu presionabas el botón que te llevaría a tu planta.
Eso le dio unos segundos para inspeccionarte de arriba a abajo, pasando rápidamente su lengua por sus labios.
—Un placer conocerlo —te presentaste también.
No veías la intención que estaba presente en sus ojos.
Las puertas del ascensor volvieron a abrirse en tu piso.
—Hasta aquí llego yo, ya nos veremos después señor March —saliste del pequeño espacio metálico.
—Claro que si bella dama —asintió—. Hoy en nuestra cena —rio.
El señor March siempre conseguía lo que quiera y una cena contigo no sería la excepción.
—¿Cena? —preguntaste con el ceño fruncido.
Si esa era su forma de querer invitarte no sabías si estaba siendo una buena idea, aunque terminarías accediendo.
Total, no tenías nada mas que hacer y pasar un tiempo con él sonaba bastante interesante.
—Bueno si quieres y te mueres por otro momento conmigo podemos almorzar, dulce caramelo —habló burlón—. Pero quería no ser tan apresurado y hacerlo en la cena, digo hacer una cena —sonrió.
—La cena estará bien señor March, ya nos encontraremos luego —sonreíste y las puertas se cerraron.
Ahora definitivamente sabías para que sería toda esa cena, pero no te disgustó saber que te deseaba.
A ti te gustaban mayores y él además de serlo tenía toda la pinta de ser sacado de otra época.
—Como me pone que me diga así —murmuro March para sí mismo—. Tendré que matarla en la cena si quiero conservarla aquí —volvió a conversar consigo mismo saliendo del ascensor— ¡Señora Peters! Vaya y busqué mi arma y preparé algo especial para la cena, tendremos una bella invitada.
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