O
— ¡Ven acá, Felix! — grito el mayor.
Ambos corrían por la sala de la casa de Minho, ¿La razón? Ni ellos mismos sabían, solo comenzaron a perseguirse.
— ¡Tienes que atraparme, Honnie! — Felix subió al sillón pero al dar un mal paso cayendo al suelo golpeándose en la cabeza.
— ¡Te atrapé! — el mayor sonrió y fue hacia él tomándolo en brazos pero no reaccionó. — ¡Lix! ¡Lix, respóndeme!
El menor tenía unas ganas de reírse -y se sorprendió de si mismo al no reír tan rápido- pero no quería arruinar su bromita.
— ¡Felix, por favor! Reacciona. — el mencionado no aguanto más y soltó una carcajada, más dejo de reírse cuando vio al mayor con los ojos llenos de lágrimas. — ¡Maldita sea! ¿Por qué haces eso?
— Nunca pensé que llorarías, estoy bien, tranquilo. — dijo, se había sentido un poco culpable por hacerle llorar. — Ven, te doy un besito.
— Mejor dame una mamada.
— ¡Minho! — gritó el menor sonrojado.
— Esta bien pero me debes más que un beso por el susto que me hiciste pasar. — el lindo pecoso asintió y beso los labios de su novio. — Ah, esto es vida, señores.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro