A
— ¡No quiero subir ahí! — Felix negó rápidamente.
— Lix, vamos, ¿Qué puede pasar? — el mayor trato de convencerse a su novio.
— ¡Le tengo miedo a las alturas y lo sabemos! No quiero subirme. — hizo un puchero. — Honnie, vamos a otro juego.
— No, vamos a subir. — jalo el brazo de su novio.
— ¡Honnie, por favor! — le rogó y el mayor hizo caso omiso.
— Perdiste la apuesta, ahora sube.
Felix no pudo decir más, de un momento a otro ya estaban sentados y siendo protegidos por la barra de metal, unos segundos más y el juego dio inicio, haciendo que el australiano se abrazara a Lee, el cual parecía muy emocionado.
La atracción daba vueltas y vueltas, las cuales eran acompañadas por gritos de las demás personas -de diversión o miedo-, el pecoso quería llorar mientras que Minho gritaba a más no poder, le gustaba la adrenalina.
Al finalizar Felix bajo del juego con ayuda de su pareja y le abrazo, aferrándose con fuerza, su rostro estaba pálido y temblaba un poco.
— Nunca más vuelvo a subir. — le dijo al mayor.
— ¡Fue lo más divertido del mundo! — respondió este con emoción.
— ¿Divertido? ¿Te parece divertido que casi se me saliera el corazón?
Minho sonrió, deslizó sus manos por la cintura contraria y repartió varios besos en los labios de su novio, tratando de que este se calmara. Le besó una vez más al notar el rostro rojito de su amado.
— ¿Aún se te saldrá el corazón?
— Sí, pero por ti.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro