𝖈𝖍𝖆𝖕𝖙𝖊𝖗 𝖋𝖎𝖛𝖊
❝ confession, denial ❞

꒦꒷♡꒷꒦

De vuelta en casa de Mike, Rose y su padre esperaban sentados en la cama de la hermana mayor de Mike, Nancy, a que los otros tres terminaran su conversación en el sótano, la chica se abrazaba a si misma fuertemente debido al frío, estaba empapada, mientras pensaba en todas las cosas que habían pasado en la última hora, mientras que  su padre solo quería golpear a alguien por hacer sentir mal a su pequeña, aunque ni siquiera estaba enterado del tema.

─ No me caen bien tus amigos ─Habló por fin James, mirando a su hija con recelo, estaba molesto de que su hija tuviera "amigos" tan irresponsables y raros.

─ No creo que sean mis amigos más ─Murmuró la chica como respuesta, evitando la mirada de este.

Antes de que su padre pudiera responder, la puerta de la habitación se abrió, ambos voltearon, Mike entró completamente, con un par de toallas en manos, y una mirada apenada, había escuchado lo que Rose dijo, y se sentía pésimo, bastante tenía con Will para hacerlo sentir mal, ahora también ella.

─ Traigo toallas ─Susurró con desconfianza, le intimidaba la presencia del padre de la chica, creía que en cualquier momento este iba a levantarse solo para golpearlo.

En efecto, James se levantó hacia este, el chico se preparó para recibir un golpe en la cara, uno que nunca llegó, el hombre solo le arrebató las toallas de las manos, para entregarle una a su hija y con la otra cubrirse él.

─ ¿P-podemos hablar con usted? ─Aún más nervioso Mike habló, hacia el mayor enfrente de él.

Este frunció el ceño─ ¿Conmigo?.

Mike asintió repetidas veces, haciéndose a un lado de la puerta, mientras confundido, James salió─ En el sótano ─Habló el chico, el otro solo asintió aún confundido y se fue a donde le indicó.

─ ¿Para que quieren a mi papá? ─Preguntó Rose, igual de desconcertada.

─ Te explico después ─Contestó rápidamente Mike, mientras caminaba a el gran ropero de la habitación, y lo abría─ Te voy a prestar ropa, de mi hermana, si es que te queda, es mayor que tú, que nosotros, dos años mayor, tal vez tenga que buscar en la ropa para donar, no creo que esta te quede ─El chico hablaba demasiado rápido mientras Rose solamente lo miraba─ O pruébate este... es lo más chico que encontré ─Le mostró un conjunto de ropa, una blusa blanca de manga corta y estampado de flores, y un pantalón ancho de mezclilla.

Al no saber que responder, la chica solo asintió mientras tomaba la ropa que Mike le extendía, y volvió a sentarse en la cama.

─ Tengo que ir... abajo ─Dijo este─ Vístete y cuando estés lista baja con nosotros, hay algo importante que tenemos que decirte.

Sin esperar respuesta de Rose, salió, dejándola más confundida que antes, la chica miró las prendas entre sus manos, no era su estilo, pero tampoco quería resfriarse, así que comenzó a sacarse la ropa mojada que tenía puesta, seguidamente se secó con una toalla y se puso lo que Mike le había robado a su hermana, la blusa le quedaba bien, pero los pantalones eran algo grandes para ella.

─ Peor es nada ─Murmuró mirándose en un espejo, tomó de nuevo la toalla y salió de la habitación.

Bajó las escaleras, suponiendo que los chicos estaban en la sala, caminó hasta allá, al no encontrar a nadie ahí, comenzó a recorrer toda la casa, mirando cada cosa a su alrededor, se detuvo en uno de los pasillos, mirando una de las fotografías colgadas en la pared, Mike, y lo que parecía su familia aparecían sonrientes en esta, su mirada se posó en la mujer rubia, aquella le recordó a su madre, antes de fallecer, la única que estuvo con ella cuando perdió a Max, y la única mujer que si se podría llamar su madre, ahora solo tenía a Elizabeth, y, ella no tenía nada de maternal. 

Estaba demasiado sumergida en sus pensamientos, que, sin darse cuenta, había comenzado a llorar. 

─ ¿Qué haces aquí? ─La voz de Mike se hizo presente en la habitación, ella volteó rápidamente, limpiándose las lágrimas con la toalla.

─ Nada ─Contestó, con la voz temblorosa, Mike frunció el ceño confundido, preguntándose que había hecho ahora para hacerla llorar─ Estaba buscándolos. 

─ Dije que en el sótano. 

Ahora Rose frunció el ceño─ No, nunca dijiste eso.

Mike entonces forzó su mente a recordar y recapitular todo lo que le había dicho antes de irse, llegando a la conclusión de que no lo había hecho, pero, no lo iba a admitir─ Si, lo hice.

Rose estuvo a punto de negarlo de nuevo, pero este rápidamente di media vuelta y comenzó a caminar de vuelta al sótano, sabía que no iba a poder ganarle, a la chica no le quedó más opción que seguirlo.

Abajo, Will, Lucas, Mike y su padre la esperaban.

─ Siéntate ─Hablo Lucas, Rose hizo caso y sin decir nada tomó asiento a un lado de su padre, quien, no se había ni percatado de la presencia de su hija, tenía demasiadas cosas en la cabeza.

─ Me están asustando, ¿Ya me dicen que pasa?.

Los tres chicos se miraron entre sí. 

─ ¿Has escuchado de los incidentes de Hawkins? ─Habló porfin Mike, mirando de reojo a Will, el último se tensó al recordarlo.

Rose se percató del nerviosismo de Will─ Leí sobre un chico perdido, que revivió, o algo así, nunca lo entendí. 

─ Bueno... en realidad el chico nunca murió ─Contestó Lucas, también mirando a Will, quien, estaba cada vez más nervioso. 

Rose frunció el ceño, dándoles a entender que no entendía nada.

─¿Pueden ir al punto de una vez?.

Un suspiro de parte de Will hizo que todos en la habitación lo miraran.

─ El chico perdido fui yo...

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─ No les creo ─Repitió por cuarta vez Rose. 

─ ¿¡Qué parte no nos crees!? ─Un ahora muy estresado Mike gritó, los últimos 27 minutos estuvieron tratando que Rose creyera que habían peleado contra monstruos y que, además habían ganado.

─ ¡Todo! ─Le gritó de vuelta la chica─ ¿¡Cómo esperan que les crea esto cuando ni siquiera son sinceros con sus novias!?.

─ ¿Ellas que tienen que ver con el hecho de que no nos creas? ─Lucas se entrometió.

─ ¡Nada solo se me ocurrió!.

─ Oye ─Mike llamó de nuevo la atención de la rubia─ Tu padre nos creyó, ¿Por qué tú no?.

─ Por que mi padre es más tonto que yo.

─ ¡Oye! ─James reclamó, mirando ofendido a su hija, provocando una risa en todos los demás presentes.

─ ¡Perdón! ¡Es tu culpa por creerles a estos idiotas!.

─ ¿Por qué inventaríamos algo así? ─Preguntó Mike, ya harto de la actitud de la chica.

─ Bueno, no se, tal vez por que no tienen nada que hacer y me quieren fuera de su grupo.

─ Tiene un punto ─Lucas habló mirando a Mike, este asintió vencido.

─ Bueno si, pero Will no te mentiría así, ¿Verdad?.

Ahora todas las miradas fueron hacia el nombrado, quien solo sonrió nervioso.

─ No, pero.... ─Rose pensó que decir, le parecía imposible que alguien como Will estuviera detrás de una bromas así de pesada, aún así no terminaba de asimilar lo que le habían dicho─ Necesito pruebas.

─ ¡Dios mío!.

─ ¿Qué clase de pruebas?.

─ Bueno, si me consiguen un demogorgon les creo, tal vez hasta podría tenerlo de mascota ─Se burló la chica.

─ Deja de burlarte, esto es serio ─Lucas le reprochó, mientras miraba como Mike se golpeaba la cabeza contra la pared frustrado.

─ Bueno ya, si dicen que Jane...-

─ Once ─Corrigió Mike.

─ Si, Once, tiene poderes, demuéstrenlo.

─ Bueno, no es tan mala idea, tal vez podríamos pedirle que te rompa un brazo como prueba.

Todos en la habitación miraron espantados a Mike, Will le dio un golpe en el brazo recibiendo un quejido de este, mientras Rose se escondía detrás de su padre.

─ Dios, era una broma ─Bufó el chico.

─ Tu sentido del humor es muy raro ─La voz sarcástica de Rose se escuchó detrás de la gran figura de James.

─ Bueno, dejando de lado el intento horrible de Mike de hacer una broma ─Lucas intervino─ Mañana llamaremos a las chicas para que vengan, así, tendrás tus pruebas y nos creerás.

La cabeza rubia de Rose se asomó por encima del hombro de su padre─ Bien, hasta entonces son unos mentirosos.

─ ¿Algún adulto sabe de esto? ─James habló después de mucho.

─ Solo mi mamá y el jefe de policía ─Contestó Will.

─ Y ahora usted ─Le completó Lucas.

─ Dios, Rose, ¿En que mierda nos metiste?.

─ ¡Yo no sabía que estos tenían tantos problemas, y mucho menos con monstruos!.

─ No es necesario que se involucren ─Murmuró Will─ No es su obligación, pónganse a salvo, nosotros veremos que hacer.

Los otros dos asintieron dándole la razón.

Rose y su padre se miraron, pensando en la misma cosa, después miraron a los chicos.

─ No ─Dijo James.

─ Queremos ayudar ─Esta vez habló su hija con una pequeña sonrisa─ Aunque no les crea del todo, si termina siendo cierto, quiero ayudarlos.

Mike, Lucas y Will se miraron también con una sonrisa.

─ Bien.

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─ Pero tengo hambre ─Rose hizo un puchero, haciendo que James rodara los ojos.

─ No es nuestra casa ─Le dijo─ No puedes robarles comida.

─ Nosotros lo hacemos todo el tiempo ─Lucas se entrometió tratando de ayudar a la rubia.

─ ¿Ves? ¿Quieres que muera de hambre?.

─ Dios Rose puedes aguantar hasta llegar a la casa. 

Rose hizo una rabieta, tirándose al sofá de brazos cruzados y formando en sus labios un puchero, adorable para Will, gracioso para Lucas y ridículo para su padre.

─ ¿Y yo soy el infantil?.

Mike colgó el teléfono y se acercó a los demás. 

─ ¿Y bien? ─Preguntó Lucas.

Este asintió, dando a entender que las chicas habían aceptado.

─ Oye ─Will susurró hacia Rose, la última lo miró con cara de pocos amigos, el hambre la ponía de mal humor─ Ten ─Le extendió una bolsa de frituras, junto con una soda, el rostro de la rubia se iluminó al observar la comida, y como un impulso, se abalanzó sobre Will y formando un abrazo.

─ Nunca nadie se había preocupado tanto por mi ─Murmuró la chica, Will soltó una risa nerviosa intentando separarse, la posición en la que estaban lo estaba poniendo nervioso, pero Rose se aferró más a él.

─ R-rose ─Tartamudeó el chico, no le molestaba el abrazo, al contrario, lo que lo ponía nervioso era el hecho de que Rose estaba literalmente a horcajadas sobre él.

─ Consíganse un hotel ─La voz de Lucas hizo que finalmente la chica soltara a Will y mirara a los demás, Mike y Lucas se burlaban, pero James permaneció lo más serio posible, tanto que a Rose le llegó a dar miedo, ahí es cuando se dio cuenta de la posición en la que se encontraba, miró a Will con los ojos bien abiertos y el calor en sus mejillas, este le evitó la mirada, también sonrojado. 

─ P-perdón ─Dijo la chica, mientras volvía a sentarse esta vez más retirada.