Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

ℂ𝔸ℙ 𝟚𝟜 > 𝕵𝖊𝖆𝖑𝖔𝖚𝖘𝖞

Holiii, por favor lean esto antes de empezar a leer el capítulo de hoy.

Este capítulo es un poco largo JEJE.

Antes que nada quiero agradecer todos los comentarios que dejaron en el anterior, me hicieron muy feliz :))), me encantan vuestros comentarios, y por ello os pido que hagáis lo mismo con este capítulo jejeje.

Por último, no matéis a Ashtray en este cap, todo tiene su explicación. Por ello pido que nadie se asuste o vaya a pensar algo que no es, porque tendrá su explicación, y en este mismo capítulo.

——————————————————————

AYER FUI AL INSTITUTO junto a Ashtray luego de haber hecho senderismo. Le pedí a mi madre si podía quedarse con los tres torbellinos de mi familia, a lo cual ella accedió sin dudarlo, qué raro.

Al llegar al establecimiento, noté como miles de miradas se posaban en mí, a pesar de que era por la tarde, casi todo el mundo estaba allí.

Muchos pensaron que había ido para seguir con la denuncia de Jacobs, pero no fue así. Había ido para presentarme a un examen que teníamos de inglés a esa hora con mi clase, tuve la idea de faltar a él pese a su poca importancia; sin embargo, decidí asistir pues así conseguiría mi diez de media en el boletín de notas final.

—¿Seguro que no te vas a presentar?— pregunté dudosa antes de entrar a mi novio, el cual negó decidido. —Ashtray, es solo un examen, así conseguirás un diez en el boletín, de la otra forma te quedaría en un nueve o incluso un ocho.

—Me da igual, rubia. Yo ya dejé el instituto hace tiempo.— contestó encogiéndose de hombros sin importarle nada, lo cual hizo que yo suspirase con coraje. —¿Qué te pasa?

Yo bufé irónica. —¿Qué me pasa? ¿Qué te pasa a ti? Esa es la pregunta.

—No te entiendo.— respondió confuso.

Mi ira estalló contra él, odiaba cuando actuaba así. —Actúas como si tú futuro te importase y fuese una mierda, Ash.

Él rodó sus ojos empezando a sentirse molesto conmigo. —Sabes perfectamente que yo ya no tengo futuro, no puedo estar más hundido en la mierda, Millie.

—Claro que no. Siempre hay tiempo de cambiar para bien si uno quiere, Ashtray. Tú vales mucho como para desperdiciarte así.— dije apoyándole una mano en el brazo tratando de brindarle mi apoyo y cariño, ya que él siempre lo hacía.

Obtuve su mano encima de la mía, la cual hizo un suave cariño y la apartó sucesivamente. —Deberías entrar ya, no vaya a ser que te penalicen por llegar tarde unos minutos, rubia.

—Pero, Ash...— lo llamé preocupada, ¿estaba enfadado.

—No, no estoy enfadado, tonta.— me dijo como si me leyese la mente. —Y ahora entra, tranquila que seguro que te sale perfecto el examen.

Depositó un rápido beso en mis labios para luego girarse y marcharse andando lejos de mí, haciéndome sentir una enorme sensación de vacío y tristeza en mi interior.

Realicé el examen perfectamente, sabía que estaba impecable y que no constaba de ningún error, eso me hizo sentirme un poco mejor conmigo misma.

Ashtray volvió a mi mente, ¿debía de ser más comprensible con él? ¿Acaso estaba siendo muy pesada o incomprensible? Tal como salí de el aula mi mirada divagó buscando a mi pelinegro, a quien yo tenía muchísimas ganas de ver, a pesar de haber estado solo una hora sin verlo.

Mi corazón dolió horriblemente en el momento en el que lo vi de pie junto a los casilleros hablando animadamente con aquella joven rubia de la fiesta, la acosadora.

Ella iba vestida con un top bastante corto en el que mostraba un exagerado escote por el cual se le veía todo el alma literalmente. Algo que al menos me hizo sentir mejor fue que Ashtray en ningún momento descendió su mirada de su cara, la cual ahora que la observaba, era bastante bella la joven.

Su cuerpo era perfecto, sí, perfecto, y encima era preciosa de cara, ella era como yo jamás me veré. Me desanimé bastante ante aquella situación.

El enfado se adueñó de mí por completo y empecé a andar hacia la salida. Cada paso que daba era como una marca que iba dejando en el suelo. Ni siquiera sabía si Ashtray me había visto salir o no, pero decidí irme hacia mi casa sin él, a pesar de que había ido en su coche.

Llevaba ya varios minutos andando a un ritmo algo elevado, y notaba como me asfixiaba por el esfuerzo que ejercía. Bajé el ritmo, cuando de repente el motor de un coche a lo lejos llamó mi atención.

Aquel se posicionó a mi lado. —Eh, rubia, ¿dónde vas?— preguntó Ashtray.

Miré de reojo y noté la presencia de aquella joven sentada en el copiloto, donde yo siempre iba sentada.

Reí irónica. —Oh, disculpa, ¿me hablas a mí?

Hice aquella pregunta por el simple hecho de que las dos éramos rubias.

—Déjate de tonterías y súbete.— dijo algo serio, sin conseguir intimidarme.

—Prefiero andar.— contesté tranquila haciéndole suspirar fuertemente.

Ashtray miró hacia delante por unos segundos para luego volver su mirada a mí.—Millie, o te subes, o te subo yo mismo.

—Inténtalo, no creo que puedas conmigo.— dije inconsciente refiriéndome a mi peso, por lo cual me arrepentí a los segundos de decirlo.

Me alarmé en el momento en el cual el pelinegro paró el motor del coche y abrió su puerta bajándose. Me planteé empezar a correr hacia una dirección cualquiera solo para molestarlo.

—Ni se te ocurra correr, porque sabes que te atraparé enseguida.— en aquellos momentos no sabía si reír o llorar.

Me quedé estática en mi sitio hasta que llegó a estar en frente mía.

—Lo siento, nena.— pronunció para luego flexionar sus rodillas y alzarme en su hombro.

No voy a mentir, el corazón se me salía del pecho de la emoción, y bueno, un poco por el mareo también.

Me dejó en la parte de atrás del coche, lo cual me dolió un poco ver cómo la rubia seguía delante en mi puesto.

—¿Por qué tenemos que llevarla con nosotros?¿Es realmente necesario? —preguntó aquella joven algo molesta.

—¿Perdona? Es mi novia, ella pinta mucho más aquí que tú.— contestó Ashtray algo molesto.

Vale, no entendía nada. La rubia venía con nosotros en el coche pero a Ashtray no le caía nada bien, ¿que está pasando realmente aquí?

—Anda, es verdad, ahora te recuerdo. Eres la loca esa obsesionada con Ash que estaba en aquella fiesta...

Llegamos a casa de Ashtray, la rubia entró algo cuidadosa mientras él pelinegro estaba situado cerca de ella. Me sentía algo excluida, como un cero a la izquierda, principalmente por el hecho de que no sabía que hacía la joven allí.

En el salón de la casa de Ash y Fezco había un gran piano, yo solía tocar todos los días con la abuela de ellos antes de que entrase en coma. Desde entonces, no he tocado ni me he acercado a aquel piano.

Sin embargo, me senté en el pequeño sofá plano que había frente al piano, hacía años que no me sentaba en él. Los nervios recorrieron todo mi cuerpo, y pude divisar varios brillos reflejados en los ojos de Ashtray.

Suspiré y comencé a tocar la última parte de la canción Chiquitita de ABBA, la parte del piano. Esa parte nos encantaba a la abuela de ellos y a mí. Una sensación de paz y tranquilidad se apoderó por completo de mí, pude ver las caras de Ashtray y aquella joven, él parecía asombrado y nostálgico al escucharme tocar, mientras que ella solo estaba asombrada.

—Joder...— susurró Ashtray mientras recordaba todos los momentos que yo había pasado con su abuela en aquel piano, la señora O'Neill me amaba.

La rubia estaba impactada mientras no me quitaba ojo de encima, ¿acaso me estaba admirando?

Como si me escuchara, ella empezó a hablar con Ashtray. —Su técnica es perfecta.

Un brillo pasó por los ojos de Ashtray antes de hablar mientras elevaba las comisuras de sus labios suavemente. —Ella es perfecta.— puntualizó.

Aquellas tres palabras hicieron que mi corazón se alarmase y me hiciera parar de tocar. Mi respiración estaba agitada y me sentía algo confusa y emocionaba por todo lo que estaba pasando. Me giré sobre mi eje para encararlos a los dos, y pude notar como Ashtray se tensó un poco.

—Oye, Fezco está en el almacén.— le comentó a la rubia, quien asintió entendiendo.

—Ah, sí, voy.— dijo alejándose de nosotros siguiendo las indicaciones del pelinegro. —Hasta luego. —se despidió sin recibió respuesta de nadie.

Me giré otra vez quedando de cara al piano, ahora ya no sabía que más tocar. Mis manos estaban apoyadas en las teclas del piano esperando a que un poco de imaginación me viniese a la mente. Igualmente, en mi cabeza solo divaga aquellas imagines; Ashtray hablando con aquella rubia bastante animados los dos, por no hablar de cómo ella iba vestida. Yo no era idiota, era bastante obvio por qué se había vestido así, se podía ver desde lejos sus movimientos hacia mi novio. Sin embargo, él ni siquiera lo notó.

Sentí como se sentó atrás mía pegado a mí, y dejó caer su cabeza entre mi hombro izquierdo y mi cuello.

—¿Qué te pasa?— preguntó con los ojos cerrados y en la misma posición.

—Nada.— respondí empezando a pulsar varias teclas en busca de alguna inspiración todavía.

Él suspiró flojamente cuando comenzó a hablar mientras pasaba sus dos brazos por mi cintura, dejando caer sus manos en mis muslos. —Ha venido porque su hermano quiere comprarnos bastante cantidad de drogas.

Yo bufé. —¿Y ha tenido que venir ella?

—¿Qué más da quién venga?—preguntó Ashtray con una sonrisa. —¿Acaso estás celosa?

—No, claro que no. No seas tonto.— respondí segura de que no me iba a creer.

—¿Segura?— preguntó acercándose a mi cuello y haciendo ruidos raros que me hacían cosquillas en él, por lo que no pude evitar reír fuertemente.

—¡Para, para, para!— pedí riendo a carcajadas.

—¿Por qué mi novia está celosa?— preguntó parando. —No, va en serio. ¿Estabas celosa?

Me armé de valor para contestarle. —Sí. Odié que al salir del examen ella estuviera hablando tan... "suelta" contigo, como si te conociese de toda la vida; y luego también me molestó que encima estuviera sentada en mi sitio de tu coche, en el copiloto. Y la tía ahí tan tranquila, ¿sabes? Tipo, mírame, Mills, estoy con tu novio.— remeé con una voz aguda mientras me giraba hacia atrás para encararlo.

Ashtray tenía una cara de sorpresa y de asombro, no se imaginaba que fuese para tanto. —Bueno... ella solo vino a por drogas, no tienes que pensar nada malo, Millie.

—Me da coraje, y encima te estaba hablando así muy tranquila y con el pedazo de escote ese puesto, vamos que se cree ella que nadie entiende sus intenciones.— dije irónica apoyándome las manos en las tetas exageradamente.

El pelinegro rió negando. —Sabes perfectamente que yo jamás le prestaría atención a esa.

—Lo sé, pero me hizo sentirme muy mal por cómo me miraba en cada momento. Esta noche en la fiesta se va a quedar impactada por cómo voy a ir vestida, y verá que yo no soy ninguna monja vistiéndome.

Ashtray me miraba confundido. —¿Quieres impresionarla o cómo?

—No, quiero sentirme yo misma, que le den a mi madre.

El pelinegro sonrió tímidamente sin razón alguna mientras apoyaba su barbilla en mi cabeza. —Se me ha ocurrido una canción que tal vez te guste.

Yo reí con sorpresa. —¿Ah, sí? ¿Puedo saber cuál es?

—Prefiero que la adivines, seguro que lo haces, es música para viejos.— reí al escucharlo ya que por aquello sabía que iba a ser una canción antigua.

—Bueno, estoy preparada.

El pelinegro solo tocó varias notas cuando enseguida reconocí de dónde venía aquella melodía. Los pelillos de mis brazos se pusieron de punta al recordar aquello como si fuese ayer.

—¿Aún te acuerdas de aquello? No me lo puedo creer, Ashtray.— dije impresionada.

Estaba tocando la canción "Hey Jude" de los Beatles.

*Flashback*

Fue hace bastantes años, exactamente 8 años atrás cuando estábamos en clase de Lengua con la maestra Ana. Debíamos decir nuestra canción favorita y el porqué.

Estaba realmente nerviosa, odiaba las clases de Lengua ya que la maestra nos hacía salir frente a toda la clase a contar cosas sobre nosotros o nuestra vida, en este caso nuestra canción favorita.

Desde siempre he sido una niña muy tímida y callada, que hablaba lo justo; y que si fuese por ella, todo el mundo estaría en silencio sin dirigirle una palabra.

—Mills, te toca.— anunció la profesora con una gran sonrisa en su rostro.

Me levanté de mi asiento, notaba como me temblaban mis manos mientras sujetaba aquel papa él donde constaba lo que tenía que decir, también me temblaban las piernas hasta el punto de casi no poder andar.

Antes de aclarar mi garganta di un vistazo rápido a toda la clase, muchos lucían aburridos mientras me miraban, otros suspiraban, y otros incluso, me miraban mal. El único que estaba normal y atento era Ashtray, cosa rara en él, ya que el anterior tiempo de la clase había estado dormido.

Aclaré mi garganta tratando de perder el menor tiempo posible y volver a sentarme en mi sitio.

—Bueno, mi canción favorita es Hey Jude de The Beatles. Y es porque también es la canción favorita de mi abuelo, que estuvo enfermo de cáncer, pero ahora ya está bien. La puso él una vez y me gusta desde entonces.— comenté mientras miraba a la maestra quien asentía ¿orgullosa?

—Muy bien, Mills. ¿Sabes cuál es el año en el que se publicó esa canción? Es muy antigua.— me preguntó la maestra.

Yo dudé unos segundos hasta que me acorde.
—Fue en 1968.

La maestra Ana asintió sonriente mientras aplaudía. De repente, uno de los niños de la clase empezó a reírse, Héctor.

—¿De qué te ríes?— pregunté mientras me sentía un poco mal.

—Es una canción muy antigua, tía.— me dijo tranquilo mientras se reía.

—¿Y qué tiene eso?— preguntó Ashtray metiéndose a la conversación. —Da igual lo antigua que sea, es una canción y por lo tanto es música. Es tan válida como una cualquiera de ahora.

Me sentí un poco mejor gracias a que Ashtray me estaba defendiendo.

—Pero es muy antigua.— volvió a decir el moreno.

Podía notar como Ashtray perdía la paciencia. —Eso es lo de menos. La maestra no ha dado ninguna pauta sobre que la canción debe de ser actual, así que técnicamente la canción que ha escogido es correcta.— finalizó el pelinegro, dejándonos a todos con la boca abierta, pues nunca lo escuchábamos hablar.

—Así es, Ashtray, tienes toda la razón. Muy bien, Mills, sigue así.— dijo la profesora mientras la rubia se sentaba orgullosa de ella misma por primera vez. —Te toca, Héctor.

*Fin del flashback*

—Claro que me acuerdo.— rió suavemente el pelinegro mientras seguía tocando el piano.

Estaba tan relajada que mi estado de ánimo cambió por completo, pasé de estar algo tensa a estar completamente feliz y llena.

Moví mis manos y comencé a tocar lo mismo que él, haciendo una bella melodía entre los dos.




La fiesta que iba a tener lugar en el gimnasio del instituto era de disfraces. Más bien era de Halloween, y eso que aún estábamos en septiembre pero bueno.

—¿De qué vas a ir vestida?— preguntó Ashtray sentado en mi cama.

—De vampiro, creo. Es improvisado, iba a ir de enfermera loca, pero voy a ir de vampiro mejor. ¿Tú que te vas a quedar poner?— pregunté yo mientras sacaba mi ropa del armario.

Él pareció pensárselo por unos segundos. —Nada, no me voy a disfrazar.

—¿Disculpa? Claro que sí, somos pareja y tenemos que ir conjuntados.— dije yo mientras lo analizaba. —Vale, literalmente lo que te has puesto es perfecto.

Él no entendió lo que había dicho, por ello una mueca de confusión se hizo presente en su bello rostro.

—Voy a ir de negro, entonces esos pantalones y esa sudadera están perfectas. Joder, es que incluso el collar.— reí mientras el sonreía algo tímido, era tan lindo. —¡Te has sonrojado!

Exclamé mientras ponía mis manos en sus hombros y lo sacudía algo fuerte. Bueno, fuerte para mí, porque apenas conseguía moverlo. Él solo reía mientras me aguantaba las manos tratando de pararme juguetonamente.

—¡Para!— exclamó mientras reía.

Una idea me vino a la cabeza mientras le divisaba su cara. —Hostia, Ashtray, ven.

Él se acercó a mí para poder verlo mejor. Puse mi mano en su mejilla mientras pensaba. —Vale, perfecto.

Una leve confusión se hizo presente en él de nuevo. Comencé a vestirme mientras aún pensaba lo que iba a hacer con el disfraz de Ashtray.

Me vestí con un vestido corto, negro y muy ajustado, en el que había un gran escote, pero me daba igual ya, si dios me ha dado tetas serán para lucirlas, ¿no? Luego, me puse unas medias de rejilla también negras, y por ultimo unos tacones negros de aguja.

Aunque no sabía maquillarme muy bien, me salió bastante bien. Me puse sombra de ojos negra y mis labios eran de un rojo intenso que incluso brillaba.

Por primera vez en mucho tiempo, me sentía bien.

Una voz me sacó de mis pensamientos. —Estás genial, rubia.— dijo Ash tumbado en mi cama mirándome.

Yo dudé un poco. —¿De verdad? ¿O en verdad no... ?— pregunté mirándolo con una mano puesta en mi abdomen.

—Claro que sí, ¿por qué piensas que no?— me preguntó curioso y confundido.

Yo dudé unos segundos mientras me golpeaba el estómago. —Este vestido me queda muy pegado, ¿no se me ve... muy gorda por aquí?

Él negó enseguida sin pensárselo ni un segundo. —No, para nada. Estás preciosa.

Yo me sonrojé bastante teniendo que incluso apartarle la mirada, cayendo está en el maquillaje.

Agarré la bolsa y me acerqué a él. —Te toca, Ashy.

—¿Cómo? ¿Maquillarme? Ni de coña, Millie.— dijo serio mientras negaba.

—No, no, escúchame. Te voy a hacer un maquillaje súper chulo y te va a encantar, no es el típico que ahora estás pensando. Confía en mí.— respondí yo mientras me miraba dudoso.

—Como no me guste el próximo día de entrenamiento te lo vas a pasar haciendo flexiones.— amenazó señalándome con su dedo.

—Sí, sí, pero no me arrugues la nariz.— dije mientras empezaba a pintar.

Hubo momentos que tuve que darle un pequeño coscorrón en la cabeza puesto que no paraba de arrugarme su nariz y me impedía pintar. Al final lo terminé y me quedó fantástico. Simulaba sangre de un supuesto golpe que había sido dado en su nariz.

Le entregué el espejo y se miró durante unos segundos, lo cual me hizo pensar que no le había gustado.

—¿No te ha gustado, Ashtray?— pregunté algo preocupada.

—Sí, tenias razón. Está muy chulo, rubia.— contestó contento.

—¡Sí!— exclamé contenta y aplaudiendo. —Te lo dije.

Bajamos las escaleras cuando nos encontramos con mi madre, Jose y los niños.

—¡Dios! ¿Que tenéis una fiesta?— preguntó Ryan llamando la atención de todos, la cual se dirigió a los jóvenes haciéndolos sentir algo incómodos.

—Eh, sí, es del instituto.

—¡Qué guay! Dejadme echaros una foto, por favor. Vais geniales.— dijo mi madre haciendo que yo susupirase.

—¿Quieres? Si prefieres le digo que no, Ashtray.— le pregunté a mi novio muy flojamente, lo último que quería era que él se sintiese incómodo o algo.

—Sí, está bien. No te preocupes.— me contestó volviéndose hacia mi madre.

—Juntadse un poco.— pidió mi madre mientras nos hacía un ademán con las manos.

Ashtray y yo con la mirada decidimos hacernos una foto dándonos un beso, a pesar de que nadie tenía idea de nada sobre nuestro noviazgo.

Posé mis brazos alrededor del cuello de Ash atrayéndolo, mientras el enrollaba los suyos en mi cintura. Ambos nos fundimos en un lindo y suave beso mientras escuchábamos el click de la foto.

—Uy, qué me he perdido yo por aquí...— dejó caer mi madre con una sonrisa en la cara. —Os hago una más y ya está, venga.

En esta, ambos salimos mirándonos a los ojos. Ashtray lucía una sonrisa de boca cerrada, mientras que la mía era una gran sonrisa. Nuestras mirabas transmitían todo el amor y aprecio que nos teníamos el uno al otro, y sólo con ver la foto.

—¡Perfecto!



—Bueno, ¿vamos allá?— le pregunté a Ashtray antes de entrar al gimnasio del instituto.

Los nervios me recorrían todo el cuerpo. Realmente, odiaba estar en situaciones donde debía de relacionarme con mucha gente, o situaciones en la que muchas personas me podrían estar mirando, odiaba eso.

—Ajá. Recuerda que vas genial, ¿sí? Más quisieran todas ser iguales de bellas tanto por fuera como por dentro al igual que tú.— dios, eso era lo único que necesitaba escuchar.

—Tu también vas fantástico.— lo complementé con una sonrisa. —Por cierto, ¿quién te ha hecho ese maquillaje tan molón?

Él sonrió de lado algo tímido mientras miraba hacia el frente. Agarré su mano para indicarle que podíamos entrar ya.

El ambiente era muy animado, no había tanta gente como había imaginado, lo que no me gustaba es que estaba muy oscuro, pero bueno.

—Dios, Ashtray. Sé que acabamos de llegar, pero tenemos que bailar una canción al menos, ¿vale?

El pelinegro sonrió. —Eso me recuerda a algo, ¿a ti no?

Me sonrojé ya que entendí del tirón que se estaba refiriendo al momento en el que nos dimos nuestro primer beso, estábamos bailando y así sucedió.

—Ahora que lo dices, la verdad es que sí, me recuerda a algo.

De repente, empezó a sonar I Was Never There de The Weeknd, bendito sea el que haya puesto eso.

—Tenemos que bailar esta.— dijimos los dos a la vez, nos encantaba Abel Tesfaye.

Ambos empezamos a movernos al ritmo de la canción tranquilos, si. importarnos quién miraba o quién susurraba respecto a nosotros, éramos sólo él y yo, como siempre había sido y siempre iba a ser.

Luego de un rato, yo estaba tomándome un Nestea en un vaso. Ashtray estaba sentado en una sofá que habían puesto allí.

Una chica morena se le acercó. —Hola, ¿como te llamas?

Él rodó los ojos, pero trató de ser educado. —Ashtray.

—Oh, yo me llamo Kate.— respondió la joven con una sonrisa.

—Vale.— contestó mi novio dirigiendo su vista hacia mí.

—¿Te has maquillado tu solo? Está muy guay.— preguntó la joven tratando de sacarle conversación.

—Me lo ha hecho mi novia.— contestó tranquilo.

—Ah, ¿y quién es?— preguntó de nuevo.

El pelinegro me señaló a lo lejos. —Ella.

—Esa es la chica que denunció a Nate Jacobs.— respondió la morena mientras mi novio asentía. —Chicos ovarios tiene, menos mal, ya era hora de que alguien pusiese en su sitio a ese animal.

—La verdad es que sí.

La morena se marchó y me serví más Nestea en mi vaso algo tranquila. Un sujeto que jamás había visto en mi vida se me acercó para hablar conmigo.

—Hola.— me saludó mientras yo sonreía por educación. —¿Cómo te llamas?

—Mills, ¿y tú?— pregunté.

Él sonrió al contestarme. —Billy.

—Encantada.— dije girándome para irme cuando de repente sentí que me agarraban del brazo algo fuerte.

—Espera, dame tu número.— me dijo, ¿ordenando?

—¿Perdona? Primero, ya me puedes ir soltando; y segundo, las cosas se piden con educación, ¿podrías darme tu número, por favor? Y tercero, la respuesta es que no, tengo novio y no estoy interesada en ti.

—Serás...— lo interrumpió el tono de llamada de mi móvil, Ashtray me estaba llamando. —¿Ese es tu novio?

—Dime, Ashtray.— respondí al teléfono.

Sabía que el chaval se iba a enterar de la conversación que iba a tener con mi novio, pero me daba igual, ya sabía lo que iba a pasar.

—¿Te está molestando?— preguntó al otro lado de la línea, pude ver como el joven se asustaba un poco. Dirigí mi vista hacia mi novio, quien no parecía nada contento.

—Joder, tu novio es Ashtray...— susurró mientras yo asentía.

—Bueno, no, no me está molestando.— respondí irónica.

—No quiero que pienses que soy tóxico o algo, Millie. No eres mía, ni mucho menos, pero como te toque sin tu permiso está muerto.— aquellas palabras le sentaron como un balde de agua fría al tal Billy, mientras que yo sonreía.

Hablamos un poco más hasta que ambos colgamos, volví a encarar a aquel joven que no me dejaba en paz.

—¿Querías algo?

—¿Eh? Oh, no, nada. De hecho he quedado y ya voy tarde, me voy.— dijo despidiéndose y saliendo por patas de aquel lugar.

Me quedé un rato apoyada en la mesa mientras pensaba en mis cosas, cuando de repente sentí un brazo alrededor de mi cintura.

—Ey, rubia. ¿Bailamos una última canción antes de irnos?

—Claro.— accedí rápidamente mientras nos acercábamos a la pista de baile.

Estuvimos bailando durante unos minutos, y uno de los poemas que hacía tiempo que había escrito se me vino a la cabeza. Lo escribí pensando en él como todos ya sabéis, pero jamás me atreví a decírselo.

—Ashtray.— lo llamé algo dudosa acercándome a su oído, con la fuerte música era difícil enterarse.

—Dime.

Me armé de valor y lo recité. —Dans mon esprit tout divague, je me perds dans tes yeux
Je me noie dans la vague de ton regard amoureux.— terminé de decirlo, y su cara sonrió, lo había entendido.

Traducción: Por mi mente todo vaga, me pierdo en tus ojos. Me ahogo en la ola de tu mirada amorosa.

Bueno, la verdad es que el poema suena muchísimo mejor en francés jeje, pero bueno.

—Vaya, I have no words.— dijo él en inglés algo divertido.

—Stop it, now I feel embarrassed.— conteste divertida mientras me sonrojaba. —I regret saying it.

—Don't regret anything, I loved it.— me contestó haciéndome sentir bien.

—Do you know something?— pregunté mientras él negaba. —All of my poems are about you.

Él paró de bailar algo sorprendido. —Wait... what?

—Do you remember the poems you found on my desk?— pregunté mientras él asentía. —I wrote them thinkng about you, Ashtray.

Él se sorprendió mientras no sabía que decir.

—¿Por qué coño habláis en inglés? No os entiendo.— gritó una morena de rulos.

Ambos nos quedamos callados esperando a que siguiese hablando.

—Fezco os está esperando en el coche, vámonos.— anunció mientras los tres salíamos del establecimiento.

—¿Te quedas hoy a dormir conmigo? Mi madre no volverá hasta mañana seguramente.— le pregunté a Ashtray mientras subíamos al coche.

Ambos nos pusimos en la parte de atrás. No sé por qué me dio la sensación de que Ashtray estaba raro, sin embargo, esos pensamientos se fueron cuando apoyó su mano en mi muslo dándole un apretón.

—Claro, sin problema.

Holissss, pues este es el cap de hoy :)))

Si ven alguna falta d ortografía perdón, pero m da palo tener q corregirlo todo JSUSJUS.

AMO QUE ASH Y MILLS HABLEN EN INGLÉS >>>>>

La canción que utilizo como poema de Mills a Ash es Amour Plastique de Videoclub ;)

No se olviden de comentar y votar plisss

Ig: @paulamarin_07
~Pauu👺👺🫶🏻🫶🏻

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro