
ℂ𝔸ℙ 𝟚𝟛 > 𝕮𝖆𝖗𝖊
HOLAAA, porfis necesito que para este capítulo VOTEN y COMENTEN mucho porfiiii :((
—SH, CHICOS. NO DESPERTÉIS a Ashtray, por favor.— pidió la rubia cuando sus primos se despertaron mientras miraba de reojo a su novio, quien aún yacía dormido completamente en la cama.
—Sí, lo sentimos.— se disculparon por el breve alboroto que habían causado.
—No pasa nada.— suavizó la joven. —Es solo que Ash ayer vino y nos acostamos muy tarde, dejémosle descansar un ratito más. Mientras tanto, vamos a preparar el desayuno para Michael y luego para nosotros.
Mills levantó a Michael de su cuna suavemente con algo de miedo de que este empezase a llorar y despertase al joven; sin embargo, su reacción fue completamente contraria, se levantó con una sonrisa en la cual se podía divisar una cosita blanca en su pequeña encía.
—Michael, te está saliendo un diente.— se emocionó la joven susurrando mientras el bebé sonreía aún más sin tener idea de lo que estaba diciendo su hermana.
Todos menos Ashtray bajaron a la cocina. Los gemelos se sentaron en dos de los tres blancos de la barra, mientras que a Michael lo colocaron en su trona decorada con pegatinas de coches y arcoíris, las cuales las había pegado Mills.
—¿Qué os apetece desayunar, chicos? Hoy me he levantado modo cocinera Mills.— bromeó ligeramente sacándole dos sonrisas a sus primos.
—¡Tostadas con mantequilla y jamón cocido!— exclamaron los dos a la vez.
La joven se sorprendió mientras reía. —¿Os habéis puesto de acuerdo o ha sido improvisado?
Parecieron dudarlo durante unos segundos hasta que volvieron a hablar a la vez. —Improvisado.
—Vale, parad ya. Da miedo.
La joven se giró de espaldas a los gemelos y empezó a tostar dos rebanadas de pan, para luego rellenar dos vasos de leche y añadir dos cucharas de cacao en polvo a ambos. Por último, sacó los dos panes ya tostados y los terminó de preparar.
Mientras tanto, le había dado tiempo darle un biberón al pequeño Michael, que se quedó sentado en su trona después de desayunar.
—Tomad, aquí tenéis.— dijo entregándoselos y volviendo a su posición anterior.
—Gracias, prima. ¿Ahora qué vas a hacer?— preguntó Ryan mientras le daba un gran mordisco a su pan.
La rubia sonrió orgullosa por lo que iba a contestar. —Voy a prepararle unos pancakes a Ashtray con sirope de chocolate blanco, son sus favoritos.
—Ooohhhh.— dijeron ambos gemelos haciendo que la rubia riese tapándose la cara.
—Ay, callarse y comer.
Varios minutos pasaron cuando Millie había ya preparado el primer pancake después de haber hecho la masa.
—Oye, pues esto va teniendo buena pinta, ¿eh? Para ser mi primera vez...— decía cuando escuchó unos pasos provenientes de la planta de arriba, Ashtray se había despertado.
Luego de unos segundos, sintió una mano en su cintura y un suave beso en la mejilla.
—Buenos días.— saludó Ashtray tranquilo.
—Buenos días, Ash.— saludó ahora Mills girándose y dándole un pequeño beso en sus labios.
—Iuuugh.— dijeron los gemelos divertidos, ganándose una mirada asesina por parte de la rubia, quien los intimidó e hizo que ambos se callasen
Su expresión cambió instantáneamente a una más alegre. —Oh, sí, Ashtray, estos son mis dos primos, Ryan y John.— los presento mientras señalaba a los dos gemelos.
Ashtray alzó el mentón junto a su mano como saludo, mientras que los pequeños le sonreían.
—Ashtray.— lo llamó John llamando su atención. —¿Practicas algún deporte?
El joven rió suavemente antes de contestar. —Sí, hago boxeo, y tú prima también porque yo le enseño.
Mills le dirigió una sonrisa tímida a Ashtray mientras este se sentaba en el tercer banquillo de la barra.
—¿Desde cuándo lo practicas?— a ambos gemelos siempre les había interesado el deporte, por ello volvieron a cuestionar al joven.
—Desde los tres años.— contestó tranquilo.
—¿Podemos ver tu brazo?— aquello hizo que ambos jóvenes empezasen a reír fuertemente, mientras los gemelos estaban confundidos por sus reacciones.
Ashtray asintió mientras flexionaba su brazo y ejercía fuerza, haciendo que una notable montaña se formase en su bíceps.
—¡Dios! Le das un puñetazo a alguien y lo dejas K.O.— rió Ryan.
—Estoy preparado para lo que me venga.— contestó el pelinegro mientras veía como su novia dejaba su plato frente a él.
—Gracias, rubia.
—Y Ashtray,— volvió a llamarlo Ryan.— ¿desde cuando conoces a mi prima?
Ambos jóvenes sonrieron.— Desde que teníamos 5 años.
Los dos gemelos se impresionaron, se conocían desde hacía bastante tiempo.
—Dios... eso es mucho.— dijo ahora John. —Y otra pregunta.
—Eh, ya vale con la entrevista, no seáis pesados.— rió Mills mientras cogía dos mochilas que había preparado con varios bocatas. —Por cierto, no os lo he dicho a ninguno, pero hoy nos vamos de picnic.
La joven levantó los brazos que sujetaban las mochilas muy animada, mientras veía a sus cuatro chicos emocionarse junto a ella.
—¿A dónde vamos a ir?— preguntó esta vez Ashtray mientras bebía zumo de naranja.
La joven sonrió ladeando la cabeza. —Es perfecto que preguntes, Ash. Vamos a ir a hacer senderismo por el pinar. Podremos observar su extensa fauna y preciosa flora; además, yo seré vuestra guía.— explicó poniendo los brazos en jarra.
Los gemelos suspiraron pesadamente mientras negaban. —Pero, prima, allí hay bichos y cosas...— dijo Ryan con miedo.
—¿Y qué? Yo ahora mismo estoy en una habitación donde hay... 3 bichos contando a Michael.— dijo ella divertida.
—¿Y qué nos dices de las avispas?— preguntó John haciendo que Ryan se estremeciera. —Nos dan mucho miedo.
La joven sonrió melancólica. —¿Sabíais lo que yo hacía de pequeña cuando vivía en el campo con los avisperos?— preguntó cuando los tres que la escuchaban negaron. —Agarraba una caña y los tiraba, y luego salía corriendo antes de que me picaran.
—¿En serio?— preguntó Ryan cuando Mills asintió.
—Ajá. Las avispas no hacen nada si tú no les haces nada, pero si las molestas, tienen muy mala leche. De hecho, el momento perfecto para eliminar un avispero es por la noche, ya que están todas dormidas. Por el día, hay una que siempre está a la entrada y que vigila todo lo que se mueve a su alrededor, se llama una avispa guardiana
—Ah, qué bueno.— dijo Ashtray picando a la joven, quien le sacó el dedo del medio sonriendo. —¿Y cuándo vamos a ir?
—Pues cuando queráis, ya lo tengo todo preparado.— dijo volviendo a señalar las mochilas.
—Yo voy al baño.— comentó John levantándose.
Su gemelo imitó su acción. —Yo también.
La rubia una vez que los gemelos desaparecieron de la habitación se apoyó en la barra algo pensativa. Ashtray se levantó y se acercó a Michael, quien ya había estado un rato llamándolo mientras sonreía.
—Ash... tay.— pronunció el pequeño sin aún poder pronunciar la r. El pelinegro esbozó una gran sonrisa.
—Hola, pequeñín.— respondió sujetándolo mientras le hacía cosquillas. —¿En qué piensas, rubia? Veo tu frustración desde aquí.
—Nada... solo estoy pensando si saldrá bien lo de ir a hacer senderismo. Los gemelos son unos torbellinos realmente, y Michael también va a ser pesado tener que llevarlo y cuidar de él. No te he preguntado siquiera si te parece bien...
—Anda ya, no seas tonta, sabes que me encanta estar con vosotros.— dijo haciendo que la rubia sonriese.
La joven desvió su vista hacia la figura que estaba en los brazos de su novio. —¿Deberíamos llevarnos el carrito de Michael? Donde vamos a ir es un sendero prácticamente llano, por eso creo que no habrá problema.
El pelinegro asintió entendiéndola. —Entonces llevemos el carro, si quieres nos lo turnamos cada 15 minutos. Empiezo yo.
—Vale, perfecto.— dijo la joven agarrando las mochilas y lo último necesario y guardándolas en una grande bolsa bajo el carrito, el cual estaba en la esquina de la cocina. —¡Nos vamos ya!
Aquellas tres palabras fueron lo que los dos gemelos necesitaron para comenzar a correr hacia la salida de la casa.
—Estoy cansado...— se quejó Ryan por milésima vez en aquel día.
La rubia resopló mientras miraba su reloj. —Ryan, llevamos sólo quince minutos andando. Además, falta poco para llegar a unos blanquitos con mesas donde da la sombra y donde podremos comer.— explicó.
—¡Pero yo quiero irme a casa!— se quejó de nuevo el niño.
—Ryan, ya vale. Hemos venido a andar para despejarnos y disfrutar, compórtate.— lo regañó Mills tranquila intentando que aquel entrase en razón.
Sin embargo, volvió a quejarse. —¡No! Me quedo aquí parado, ¡no pienso andar más!— exclamó llamando la atención de varías personas de los alrededores.
—Desde luego ha sido una mala idea venir aquí. Ryan para ya, por favor, qué vergüenza.— pidió la rubia sin resultados.
—¡No! Estoy harto de andar, eres una puta pesada.— gritó haciendo que todos se sorprendieran al escuchar el lenguaje del niño.
La rubia se quedó impactada sin saber que decir, mientras que el pelinegro decidió llevar las riendas.
—¡Tú! ¡Ya te puedes venir andando con nosotros, o te quedas aquí en medio solo, como tú prefieras!— exclamó el pelinegro haciendo que el niño enseguida fuese con ellos, lo había intimidado. —¡Y ahora pídele perdón a tu prima, así no se le habla a nadie!
La cara de la joven era todo un poema; Ashtray intimidaba demasiado cuando se enfadaba; y sin embargo, Michael se había empezado a reír mientras aplaudía.
—Perdón, Mills.— se disculpó algo triste el pequeño mientras le daba un abrazo. —No volveré a portarme mal.
La rubia sonrió algo más tranquila. —No pasa nada, cariño.
De repente, el móvil de la rubia empezó a sonar asustándola brevemente. Rápidamente buscó en su bolsillo, era un número muy largo.
—Joder, es el director.— le dijo a Ashtray. —Hoy iba a hablar con él y se me ha olvidado.
El pelinegro pensó durante unos tres segundos sobre una alternativa. —Estás enferma y por eso no pudiste ir, ve allí a hablar que aquí te va a costar con nosotros.
La rubia asintió y se alejó del grupo, quedando los dos gemelos mirando a Ashtray, quien aún lucía serio ante ellos no intencionadamente.
—Ash... tay.— lo llamó Michael emocionado. La cara del joven cambió rápidamente a una gran sonrisa que era poco común en él.
El pelinegro se dio cuenta de que el bebé sujetaba un pequeño teléfono azul de juguete mientras se lo intentaba dar. Con una carcajada agarró el teléfono y empezó a hablar.
—Dime, Michael.— pronunció mientras el bebé se agarraba sus pequeños pies divertido. —¿Cómo estás? ¿Bien? Tu hermana está allí hablando por teléfono, yo estoy con ella, no tienes de qué preocuparte. ¿Y tú qué te cuentas? ¿Dónde has comprado este teléfono tan chulo, tío?
El pequeño aún seguía riendo muy animado, aparte de ser una fotocopia de su hermana mayor físicamente, de carácter era igual: siempre estaba contento y animado.
—Bueno, toma. ¿Me tendrás que contestar no? Bueno, quizás otro día.— se contestó el mismo dándole el teléfono de vuelta al bebé, quien se lo metió en la boca y dejó caer en él todas sus babas. —Uy, hazme el favor de no volver a darme el teléfono, ¿eh, Michael?
El pequeño solo sonrió con el teléfono en la boca, literalmente se estaba metiendo medio.
—Tío, eres un poco bruto. Sácatelo de la boca, vas a pillar una infección o lo que sea que tenga este teléfono, si es que no te ahogas con él primero.— dijo agarrando suavemente aquel objeto y quitándoselo a Michael de la boca con una pequeña mueca de asco, cuando de repente divisó una pequeña cosa blanca. —¿Eso es un diente, tío?
—Sí, Mills se dio cuenta esta mañana de que le estaba saliendo uno.— contestó John haciendo que Ash asintiese entendiéndolo.
—Oye, Ashtray. ¿Estás enfadado conmigo?— preguntó Ryan un poco preocupado, haciendo que el corazón del pelinegro se ablandase.
—No, claro que no.— negó rápidamente mientras dirigía su vista al niño rubio. —Es solo que no me gustó que te portases así con Millie, ella siempre intenta tenernos a todos bien y felices, pongamos nosotros también de nuestra parte e inténtenlos que ella también esté bien y feliz, ¿vale? No está pasando por un buen momento.
Ryan asintió comprendiendo. —Ajá, lo siento mucho.
—No te preocupes, no le des más vueltas. Eso ya es agua pasada.
Mills terminó de hablar y volvió con el grupo, agarró el carro de Michael y comenzó a andar a la misma vez que Ash.
Antes de hablar, el pelinegro se aseguró de que ninguno de los pequeños los escuchasen. —¿Qué te han dicho, rubia?
—Maddy ha hablado con él.— contestó con la voz temblorosa.
—Eso es genial, porque habrá contado la verdad, ¿no?— pregunto algo confuso el pelinegro.
La joven negó intranquila. —Creo que no, el director no pareció muy seguro mientras le estaba contando lo último que me ocurrió.
—Bueno, eso no lo sabemos, Millie. Ya mañana lo veremos, ahora tenemos que hacer senderismo. No has programado esto para nada, ¿no?— dijo el joven apoyándole una mano en la espalda y depositando un beso en su cabeza mientras la joven asentía. —Bien.
¿Qué había contado Maddy?
Bueno, pues hasta aquí el cap de hoy.
Lo siento, pero ASH Y MICHAEL >>>>>
Y encima ASH MODO PAPA>>>>>>>>>
No se olviden de votar y comentar porfa, me hace mucha ilusión :)
Ideita de la escena de Ash y Michael con el teléfono -> @Urfavlesbiana 💘
~Pauu👺
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