
001; 𝐌𝐄𝐄𝐓𝐈𝐍𝐆
ADOLESCENCE — Ashtray
001; MEETING!
NUESTRA FUTURA PAREJA IBA andando por la carretera aún tratando de llegar a la casa de la rubia, ella se había desabrochado una de las tiras del mono vaquero, haciendo que el top se le viera más en un lado. El pelinegro aún seguía cargando al pequeño Michael, haciendo que la rubia se preguntara cómo podía aguantar tanto, porque a ella se le iba a caer literalmente el brazo con una bolsa de solo 5 kilos.
—Dios, el maldito brazo me tiene amargada —se quejó bajamente para ella misma, haciendo que él la mirase.
—Pásame la bolsa, rubia, si quieres yo puedo llevarla —se ofreció indiferente.
—¿Estás seguro? ¿Cómo puedes aguantar tanto? —preguntó curiosa dándole aquella bolsa.
—Ejercicio —respondió simple sonriendo de lado mientras la miraba a los ojos, eso hizo sentir algo a ambos.
—¿Tú? —preguntó extrañada, pero sin obtener ninguna respuesta.
De repente, Michael empezó a moverse mucho como si estuviera bailando, mientras se reía y aplaudía.
—Omg, míralo —dijo Mills riéndose mientras miraba al bebé en los brazos del joven.
—Que se deje de mover o lo suelto; además, parece un mono. Ese nerviosismo repentino es heredado de ti, seguro —soltó el pelinegro desagradablemente esperando la reacción de ella.
—¡Eh! —exclamó seria dándole un leve golpe a Ashtray en el hombro, y haciendo que este riera al ver su reacción.
—Es broma, no te enfades —dijo haciendo un falso puchero y luego cambiar su expresión a una seria en menos de dos segundos.
—Joder, qué bipolaridad —comentó entre dientes susurrando la rubia.
Pasaron varios minutos en silencio, gracias a dios era verano, en las tardes de invierno solía hacer bastante frío, y ella iba en tirantes.
—Tengo una idea —comentó el pelinegro.
—¿Cuál?
—Agárrale una mano a Michael —explicó el joven mientras dejaba al pequeño en el suelo.
Este quedó sujetado de pie mientras le daba una mano a Ash y la otra a Mills. Estos comenzaron a andar lentamente mientras el pequeño intentaba andar con sus piernecitas y riéndose a carcajadas.
Una amplia sonrisa se formó en la cara de ambos al ver al pequeño así de feliz, y dandose cuenta, de que eran como una familia.
—Millie —la llamó.
—Dime.
—¿Qué es lo que ocurre en tu casa? —preguntó mirando el suelo sin levantar la vista.
La joven arrugó ligeramente su rostro mostrando confusión—. ¿A qué te refieres?
—Es bastante notorio que no quieres volver a tu casa, y antes me dijiste que el ambiente no era precisamente muy bueno.
—Ya, es por mi madre. Literalmente, se ha cargado nuestra familia entera en solo unos meses, para que luego encima sea ella la víctima; dejándonos a todos los demás como los villanos. ¿Y sabes qué es lo mejor? Que se lo va contando a cualquier persona que se le cruce, que yo entiendo que lo este pasando mal; pero es algo personal y familiar, ¿sabes? —explicó por encima la rubia mientras dirigía su mirada a su hermano, quien estaba mirando a Ash como si este fuera un diamante.
—Entiendo. Sabes que te puedes quedar con Fezco y conmigo si lo necesitas, ¿verdad? El tiempo que necesites. Tú y Michael —se ofreció asintiendo con su cabeza mirándola, esta solo sonrió sincera.
—Gracias, Ash. Por cierto, creo que le caes bien a Michael —dijo riendo la rubia, haciendo que el pelinegro desviase su vista al pequeño y sonriese.
—Mh, él también a mí, en realidad —dijo sonriendole al pequeño, a quien le brillaban los ojos con admiración.
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