12
Segunda semana consecutiva con su paciente y Beomgyu sentía que algo iba terriblemente mal.
Ya casi no mostraba buenos resultados, como si cada vez antes de entrar a su consultorio haya pasado por un pasillo de todos sus traumas, ella llegaba con miedo y no se veía dispuesta a hablar sobre su situación de aquél día.
— ¿Sabes que estas aquí para recibir ayuda? — preguntó el psicólogo y la chica asintió — Me preocupa no ver resultados positivos, estamos en confianza y si hay algo que te molesta lo puedo cambiar.
La joven no dijo nada, solo negó.
— ¿Hay algo que te hace sentir incómoda? — otra pregunta, suavizando más su voz.
Cuando ella entreabrió los labios para hablar el sonido de tres golpes suaves a la puerta interrumpió la sesión.
Beomgyu frunció el ceño confundido y se paró apoyando ambas manos en el escritorio.
— Adelante.— habló lo suficientemente alto para ser escuchado por el otro lado de la puerta.
La puerta se abrió y Beomgyu se sentó lentamente matando el suspiro que quería soltar.
— Chan...— soltó con un sentimiento en sus palabras que no pudo interpretar.
— Lamento molestarte, cielo. — el hombre entró con una sonrisa al consultorio y traía algo en sus manos — Supuse que tendrías hambre. — se acercó y conoció inmediatamente a la mujer, más no dijo nada al respecto.
Beomgyu notó como la chica agachaba la cabeza, como si quisiera ocultarse con su cabello u hombros porque estos estaban levemente levantados.
— Con permiso. — dijo el hombre viendo a la mujer y dejó lo que parecía ser comida para llevar.
— Gracias, Chan. — agradeció con una sonrisa pero aún con preocupación por la mujer — Pero no era necesario, deberías estar en tu trabajo ahora.
— No, cambié los horarios, tengo las tardes libres.
— ¿Qué? — preguntó el castaño con confusión — ¿Por qué?
— Para estár contigo aquí, ¿no te gusta la idea?
— Yo...eh-...cielo, hablemos esto más tarde, por favor.
El hombre asintió abandonando la habitación.
— Lamento eso — dijo el castaño con una media sonrisa.
Gesto que se le borró inmediatamente cuando escuchó sollozos de la chica.
— Hey, ¿Qué pasa? — Beomgyu se acercó rápidamente a ella.
— Yo....no me siento bien. — murmuró ella.
— ¿No? ¿Te duele algo? ¿Quieres que te traiga algo?
La chica finalmente alzó la mirada, sus ojos estaban hinchados y no paraban de llorar.
— No creo que pueda...— murmuró con su voz rota.
— ¿Qué cosa? — finalmente Beomgyu tuvo la valentía de acariciarla y ella no hizo ni dijo nada al respecto.
Sabía que por su situación eso podía alterarla pero sentía que lo necesitaba.
— ¿Qué no se puede? — preguntó él.
— No creo que pueda superar esto. — murmuró ella con el mismo tono de voz — Soy una estúpida y débil.
— Hey, no digas eso. Claro que vas a superar esto, estoy aquí contigo.
— Quiero irme a casa.
Beomgyu temía que si salía del consultorio quizás nunca regrese y reciba una mala noticia de ella.
— Necesito que primero estés tranquila, y tú también lo necesitas...respira y cálmate, todo está bien.
Esa última sesión tardó un poco más de lo habitual pero cuando la chica se calmó Beomgyu pudo seguir trabajando con el amor propio de la chica. La acompañó a la puerta y le dió dinero para el taxi que no podía pagar, le dijo que no había problema. La notó tensa nuevamente frente a su esposo pero lo tomó como algo normal ya que ella tenía cierta desconfianza en los hombres por lo que le había sucedido, se alegraba de ser la excepción.
Cuando ella se fue, Beomgyu hizo una seña para que su esposo ahora entre al consultorio.
— Chan, no entiendo por qué cambias tu horario cuando odias trabajar en la mañana y noche.
La sonrisa del hombre se borró.
— ¿Qué? ¿Acaso no quieres estár conmigo?
— No intentes manipularme. — advirtió — Es distinto, no puedes estar aquí todo el día.
— ¿Por qué no? Trabajo en la mañana, voy a casa, me baño, te traigo al trabajo, paso el día aquí, te llevo a casa y de ahí al trabajo.
— No tiene sentido eso, en la mañana duermo, en la noche también y en la tarde trabajo, no tendríamos tiempo juntos, Chan.
— Claro que sí, antes trabajaba toda la tarde y solo te veía al despertar y al dormir.
— Chan-
— ¡¿Por qué te disgusta tanto?!
— No grites. — casi susurró — ¿Yo te estoy gritando?
Cuando el hombre mayor estuvo por hablar se escuchó unos tres golpes duros a la puerta.
— Beomgyu, sé que terminó tu sesión, necesito hablar contigo.
Y Beomgyu entró en pánico al oír la voz.
— ¿Quién es? — preguntó Chan arqueando una ceja.
Con la intención de abrir la puerta caminó unos pasos pero Beomgyu sostuvo su brazo.
— No, yo abro, ha de ser un paciente.
— ¡Gyu! Sé que estás ahí.
No hubo nada que ahora detenga al hombre, caminó con más rapidez abriendo de un tirón la puerta.
Taehyun alzó las cejas con sorpresa al ver a Chan parado frente a él, movió un poco la cabeza y pudo visualizar a Beomgyu, quien parecía inquieto y también lo observaba.
El pelirrojo pudo reconocerlo inmediatamente.
— ¿Qué haces aquí? — preguntó acercándose al rubio.
Taehyun no le temía en lo absoluto pero no quería que Beomgyu tenga problemas.
— No es algo que te incumba, de todos modos... creo que me equivoqué de sala.
Excusa idiota, lo sabía pero notaba la preocupación del psicólogo.
— No, ¿crees que soy estúpido? — El rubio no retrocedió cuando el contrario se acercó intimidante.
— No quisieras que responda realmente.
Y el rubio ahora fue empujado por la pared.
— ¡Taehyun! — Regañó Beomgyu.
— ¡Él provoca! — Gritó el rubio y bastante enojado por ser quien fue regañado y no el otro por empujarlo.
— Chan deja de ser ridículo, por favor. — ahora regañó a su esposo.
— ¿Ridículo? ¿Tú que tienes que hablar con él?
Beomgyu volteó los ojos hacia el rubio y luego hacia su esposo.
— Nada.
— ¿Entonces por qué te busca?
Beomgyu no sabía por qué no respondía, sentía que la culpa lo haría decir una idiotez.
— ¡Responde Beomgyu! — el pelirrojo tomó a su esposo por los hombros de manera histérica.
El rubio no pudo irse ni quedarse en silencio, solo empujó al pelirrojo.
Sabía como los gritos ponían a Beomgyu.
— Pero es que no tienes delicadeza ni por tu esposo. — soltó Taehyun con molestia — Era mi psicólogo, es la única respuesta que necesitas.
— ¿Crees que voy a creerte de nuevo, Kang? — Nuevamente se acercó a él — Después de haber dicho algo similar la última vez.
— Es distinto, ahora es tu esposo.
El pelirrojo rió sin dejar de acercarse.
— Pero si tú no tienes respeto ni por los muertos. — Soltó con rabia recordando cuantas veces el rubio le arrebató tantas veces a quienes amaba — Vete ahora.
Taehyun escuchó al castaño sollozar muy despacio.
— ¿Para que le sigas gritando a tu jodido gusto?
— ¿Acaso te importa? Es mi esposo ahora.
— No pienso dejarte solo con Beomgyu.
— Entonces tendré que echarte.
— Inténtalo, pero si me voy me llevaré a Beomgyu.
Y el psicólogo quería decirle que cierre la boca pero no quería que lo vea llorar.
— Tú no vas a robarme nada de nuevo. — Otro empujón hacia el rubio.
Chan no esperó recibir un empujón de regreso y aún peor con más brusquedad.
— ¿Qué mierda quieres esperar con tus putos empujones? — Ahora el rubio se acercó amenazante — Hartas con esa mierda, ¿acaso esperas una golpiza?
— ¿Yo espero una golpiza? Parece que el que lo hace eres tú porque aún te veo aquí.
— Y no pienso irme.
A Beomgyu ya no le importaron sus lágrimas porque cuando escuchó un golpe duro automáticamente giró su cabeza hacia los otros dos hombres.
Taehyun tenía paralizado al pelirrojo del brazo y golpeaba su abdomen . Chan finalmente pudo cubrirse y tomó un poco de aire antes de esquivar un golpe y ahora tomar la delantera. Taehyun había recibido un golpe en la nariz y comenzó a sangrar.
— ¡Me tienen harto! ¡Voy a llamar a la policía si no paran! — Gritó el psicólogo pero ninguno de los dos pareciera oírlo.
Beomgyu bajó a la recepción, los de las sala se preocuparon inmediatamente al verlo.
— Ayúdenme por favor, h-hay una pelea arriba. — Habló como pudo.
El psicólogo pudo reconocer al extranjero y lo miró con ojos de súplica.
— Ruel, ayúdame, hay que separarlos y-yo no sé que puede llegar a pasar.
El rubio solo asintió rápidamente y su acompañante tuvo que seguirlo y fue casi obligado a ayudar.
— ¡Mierda ya paren! — Gritó el castaño e inmediatamente el extranjero y su amigo tomaron al rubio desde atrás para alejarlo del hombre en el suelo.
Beomgyu sostuvo al rubio mientras Ruel y su amigo ayudaban al pelirrojo.
— Quédate en la recepción, voy a llamar a Yeonjun.
— No-...
— ¡Cállate! Harás lo que yo te digo, no tienes opción. — dijo molesto y a Taehyun no le quedó más que asentir — Si no quieres empeorar las cosas.
El rubio se quedó en uno de los sillones de la recepción, las señoras del lugar lo miraban mal y susurraban.
Beomgyu ya no bajó a verlo, solo se quedó sentado hasta que escuchó la puerta abrirse y dirigió su mirada hacia allí.
Era Yeonjun y por su experiencia como su hermano menor Yeonjun estaba muy molesto.
— Sube al auto, ahora. — Dijo con un tono hosco y el rubio lo miró fijo unos segundos antes de levantarse.
Yeonjun estaba sentado en el asiento del piloto, el rubio observó su mirada perdida y la carretera. Abrió la puerta del asiento contrario y se sentó cerrando la puerta con fuerza.
Taehyun lo observó pero Yeonjun se quedó en sus pasamientos, hasta que volteó la mirada suavemente hacia su hermano y dió un fuerte suspiro.
— Vamos a hablar acá, en casa hay una multitud ahora y no me parece adecuado. — Dijo con tranquilidad y el rubio no hizo ninguna expresión — Te dejé salir porque pensé que estabas mejor o que al menos habías recapacitado. Yo entiendo que te moleste mucho mi protección y preocupación pero explícame, ¿Cómo quieres que no me preocupe cuando debo salir de mi trabajo y venir a buscarte porque te peleaste con alguien?
— No te pedí que lo hagas.
— No, no lo hiciste porque Beomgyu tuvo que hacerlo, de otro modo estarías peor golpeado, Taehyun. — El rubio pudo notar decepción en la mirada de su hermano — Y lo siento por preocuparme de mi hermano, lo siento mucho pero no puedo no hacerlo cuando él se expone tan libremente.
— Yeonjun, sé que cometo errores pero no me dejas lidiarlo solo, no necesito que estés siempre sobre mi.
— ¿Cómo quieres arreglar errores que siquiera quieres aceptarlos? — Preguntó — Taehyun... tu edad es madura pero tú no lo eres...ojalá yo hubiera tenido alguien que me aconseje cuando mamá y papá se fueron. — El rubio suspiró dejando de ver al pelirosa.
— ¿Por qué siempre tienes que hablar de eso?
— Porque quiero que veas que arreglar tus errores no es tan fácil como crees. Si tan seguro estás entonces consigue un trabajo, un alojamiento y ve y haz lo que quieras.
— ¿Qué? Esa casa es mía también.
— ¿Ah sí? Porque nuestros padres no solo nos heredaron una casa, también miles de deudas cuales tuve que dejar mi estudios para pagar. — confesó — Sí, es tuya también — dijo luego con un tono suave al sentir que lo anterior fue más bien echándole en su cara — pero no hay forma de que entiendas, ya no sé que hacer. Siquiera Kai causa tantos problemas.
— Kai es un niño de catorce años, ¿Qué causaría? ¿pantalones mojados?
— Y tú eres un adulto ¿por qué deberías causar problemas?
— Bien, si te causo tantos problemas entonces me voy de tu casa.
— Tae... ¡Tae! — gritó el mayor cuando el otro abrió la puerta del auto estacionado y salió — ¡No te comportes así! ¡Ven ahora!
Cuando Yeonjun ahora fuera del auto llamó una vez más a su hermano menor este se volteó y soltó un simple "¿Qué?" con un tono indiferente.
— ¿Ves? De esto hablo, estamos bien charlando y simplemente te vas ¿Así es como vas a enmendar tus errores?
— Tú mismo me dijiste que podría irme de tu casa.
— Basta, hablo en serio.
— Yo igual.
— Entra al auto. — ordenó.
El rubio suspiró y volteó nuevamente dándole la espalda a su hermano mientras caminaba.
— ¡Taehyun!
— ¡Solo voy al café de Taetae! — gritó desde ahora unos metros al rubio.
Yeonjun no confiaba en ello pero ya tenía demasiados problemas, solo se encargaría de preguntarle más tarde a Taehyung si su hermano lo había visitado y si no era así saldría a buscarlo.
• bd •
Ahora Beomgyu se encontraba en su hogar pero se sentía como todo menos ello. Estaba sentado en el comedor con su esposo mientras limpiaba sus heridas en un incómodo silencio.
— No sé por qué tuviste que llegar a esto. — susurró el castaño.
— Fue él quien empezó.
— Esta pelea fue ridícula, Chan. — soltó con un tono serio, el mismo con el que regañó a Taehyun — Y lo sabes, no había razón.
— Claro que la había, si no me hubiera provocado-...
— Tú fuiste quien empezó.
El castaño se alejó con miedo ante la reacción inesperada de su esposo, quien se alejó de él con rabia tirando la silla de madera al suelo haciendo esta un gran estruendo.
Beomgyu se había quedado sin habla ante esa reacción.
— Chan...
— ¿Por qué lo defiendes? — preguntó rodeando la mesa del comedor para acercarse a su esposo — Tenemos esta conversación pendiente, Gyu. ¿Por qué Taehyun fue a buscarte?
— No lo sé, era mi paciente.
— ¿Seguro?
— Por supuesto, tengo todos los documentos que lo prueban. — soltó con su característico tono de seguridad que usaba para cubrir un poco de su miedo.
— Beomgyu, escúchame. — el castaño tembló un poco cuando fue tomado por sus hombros con algo de fuerza — No quiero que te vuelvas a acercar a él ¿está bien?
— ¿Qué?
— ¿Por qué tendrías inconveniente con eso? Después de todo él te traicionó, mi amor... ¿Lo recuerdas no?
— No es necesario que lo menciones, solo me acerqué por mi trabajo.
— Si es cierto lo sabré. — el castaño lo observó con confusión — Todas las habitaciones tienen cámara, bebé.
— Las de mi consultorio no.
— Claro que si, Gyu.
— No voy a permitir que revises eso solo por tus asquerosos celos. — soltó ahora con más seguridad — Es la privacidad de mis pacientes, Chan...
— Lo sé, amor. Pero también es por nuestra relación.
— Ya te dije que no.
— Dios, Gyu, me dan igual los traumas de esas personas. Déjame ver tus sesiones con Taehyun.
— Estás completamente loco, Chan. Taehyun es un paciente también.
— Y yo tu esposo.
— Me importa una mierda. — El castaño retrocedió cuando la mirada de su esposo cambió repentinamente.
— ¿Entonces te importa más tus estúpidas sesiones que tu relación? — El hombre tomó las muñecas del menor y este trató de zafarse inútilmente.
— Suéltame, suéltame me estás lastimando.
— ¡Responde Gyu! ¿Te convenció de nuevo verdad?
— ¡Suéltame!
— ¡No! No lo voy a hacer hasta que me digas la verdad. — Beomgyu ahora no dijo nada, solo siguió luchando para zafarse.
Su esposo jamás había llegado a ese extremo.
— ¡¿De qué puta verdad hablas?! — el menor se rindió finalmente y tomó una buena cantidad de aire antes de hablar — ¿Por qué estás desconfiando tanto?
— No puedo creer que preguntes. — y finalmente el pelirrojo lo soltó bruscamente haciendo que Gyu caiga al suelo sobre la alfombra de la sala de estar — ¿Qué quieres que piense? En el pasado te perdoné todas, Beomgyu. Te perdoné todas las jodidas veces que te encontré con Taehyun mientras estabas conmigo y eso sólo contando las veces que yo los vi. — dijo ahora con tranquilidad.
Beomgyu se sintió adolorido, no solo por sus muñecas sino porque sentía que su yo de 17 años había regresado, había vuelto a engañar a Chan.
— Yo... cambié. — Tuvo el descaro de decir.
— Yo sé que has cambiado Gyu, lo hiciste muchas veces pero tu estúpida lujuria por Taehyun nunca cambia. Si estás conmigo es únicamente porque cuando te dejó pude ayudarte sentimental y económicamente.
— No es cierto. — sollozó.
— Entonces déjame ver tus sesiones con Taehyun, demuéstrame que ya has cambiado.
avisen errores por favor el q lo haga le hago un pete estoy hecha pija
Cap concluido el sábado 3 de septiembre del 2022 a las 01:49 uwu
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