Extra 2
Amore mio
Alessia miró el pañal sucio de los mellizos con una mueca de cansancio, no podía creer que con tan pequeños que eran y lo rápido que crecían hacían del baño cada dos segundos, suspiró sonriendole a sus dos pequeños que reían como ángeles después de haber hecho una bomba en sus pañales.
- Demetri - Murmuró llamando a su esposo mientras jugaba con sus pequeños, el vampiro a velocidad sobrehumana apareció en la habitación con preocupación
Habían pasado tan sólo dos días de la gran batalla, dos días solos en los que los Vulturi's estaban algo atentos a cualquier cosa con un aire de melancolía, estaban empezando con demasiados cambios.
- ¿Qué pasa, amore mio? - Preguntó más calmado al ver a su esposa de brazos cruzados con una ceja enarcada y rostro serio
- Es tú turno - Señaló a sus hijos que reían. El rastreador sonrió burlón retrocediendo listo para irse pero Alessia uso su don un segundo en él
Logrando que el rastreador suelte un grito y pequeñas grietas se formen en sus manos, suspiró adolorido, su esposa estaba más agresiva de lo normal. Se giró apretando los dientes para ver a Alessia que casi podía tener un tic en el ojo mientras lo flanqueaba con aires asesinos. Los ojos carmesí de Demetri se achinaron levemente por su sonrisa sarcástica.
- Te toca a ti, mi amor - Avisó pero la híbrida bufó
- Te toca a ti
- No, te toca a ti
Alec de la otra habitación suspiró tapándose con una almohada, en la habitación de Amadeo, el híbrido se suspiro cansado tapándose los oídos, Jane que estaba con las reinas empezaron a caminar lejos para no escucharlos, Nessie y Félix que estaban en la biblioteca chillaron cansados mientras hacían drama tapándose los oídos mutuamente, sabiendo que la discusión estaba por empezar.
Las discusiones de Alessia y Demetri ya provocaban dolor de cabeza. Ambos empezaron a discutir mientras los bebés observaban a sus papás pelear.
- ¡Tú me embarazaste así que más te vale cambiarles el pañal! - Lo señaló acusadoramente
- ¡Cómo si ahora te molestara! Te quejas pero en cuanto tuvimos sexo contra ese árbol no - La señaló él, pero se arrepintió en cuanto vió la expresión de Alessia, la híbrida simplemente pasó a su lado saliendo del cuarto y empujando su hombro - Alex...
Ella sólo salió azotando la puerta, mientras sus ojos se humedecian en lagrimas venenosas de estrés, estaba molesta, dolida, frustrada. Parecía que las personas estaban en duelo pero ninguna decía nada y eso le molestaba, tenía tantas cosas en la cabeza que cualquier cosa la hacía explotar. Así que sólo soltó un sollozo ahogado alejándose, Amadeo en cuanto la escuchó salió de su habitación para interponerse en su camino y abrazarla.
Consolando a su hermana.
- Esta bien, Alex - Susurró abrazandolas y acariciando su cabello - No está mal llorar
La híbrida no estaba acostumbrada a mostrar su lado sensible, solo lo había hecho a lo largo del embarazo o de niña, pero no quería que la vieran de esa manera y mucho menos ahora que debía tomar el puesto de reina. Se aferró a su hermano que la tomó al estilo nupcial para ir al cuarto, viendo de reojo a Nessie que también se acercaba al oír a su hermana mal.
Demetri suspiró rendida poniendo las manos a los lados de sus dos hijos, pero empezando a cambiarlos mientras pensaba en todos sus desastres. Los tomó para ponerlos a dormir viendolos con algo de tristeza, no quería que ellos los vieran así.
- Ya no sé que hacer, no entiendo - Le susurró a sus dos hijos, pero Venus inclinó su cabeza antes de poner su mano sobre la de Demetri
Alessia y Amadeo de la apariencia de diez años o menos corrían por los pasillos del castillo de Volterra, ambos riendo mientras el híbrido iba detrás de su hermana intentando atraparla.
- ¡Eres lento, Amadeo! - Se burló su hermana entrando a la biblioteca, ella se detuvo frente a un librero y su hermano del otro lado
Se sonrieron traviesamente haciendo el amague de ir a un lado, hasta que ella uso su velocidad sobrehumana para salir de la biblioteca y Amadeo se rió antes de ir nuevamente tras ella. Corrieron juntos, tratando de que ningún vampiro que no sea de la guardia los viese.
Justo cuando Amadeo estaba por tomarla de la camiseta, ella entró a una de las habitaciones, pero cayó sobre su hermana y rodaron riendo. Ambos callaron sus risas para ver la enorme habitación que estaba algo oscura. Se levantaron entre ambos observando todo lo que había.
- Creo que es la habitación de papá - Dijo en un tono bajito, el híbrido
- No me digas - Susurró ella sarcástica señalando el enorme cuadro de sus padres
Amadeo se fijó en el enorme cuadro que mostraba a sus padres adoptivos, su madre tenía reflejada su hermosa pálida piel con exactitud, sus cabellos castaños que hacían resaltar sus enormes orbes carmesí. Su padre tenía el rostro serio e intimidante, sin tantos aires de locura como tiene normalmente, el cabello negro azabache resaltaba su casi translusida piel y ojos de color rojo color pétalos de rosa.
- ¿Aquí vienen cuando se aburren? - Preguntó Alessia confusa y su hermano se encogió de hombros
Caminaron revisando todo como niños curiosos, Alessia observaba los libros interesada, pero con cuidado por la antigüedad de estos mismos, Amadeo veía las estatuas o las pequeñas reliquias que estaban bastante limpias. Parecían usar esa habitación frecuentemente.
- Amadeo...
El híbrido se giró para ver a su hermana que se tapaba la boca con una mano mientras la otra levantaba un juguete sexual que estaban seguros que eran demasiado grandes. Amadeo abrió los ojos espantado y su hermana soltó el objeto algo asqueada.
- Que asco - Susurraron al unísono viendo el mismo ropero con más de un sólo objeto sexual
- ¿Te das cuenta que lo usan... Mamá y papá? - Murmuró Amadeo y ambos hicieron el amague de vomitar
Una horrible imagen mental para ellos.
Amadeo tomó un látigo que había con una mueca, Alessia tomó una especie de bozal y ambos se vieron como si hubiesen visto a un demonio desnudo.
- ¿Son perros de noche o qué? - Preguntó el híbrido asqueado
- Papá es un perro y mamá la dueña - Tradujo su hermana con asco
- Oh si, vamos, soy tú perra - Fingió Amadeo la voz de su padre en un tono agudo haciendo carcajear a su hermana - Por Lucifer ¡No! Ahora tengo la imagen, que asco
- Ahg - Murmuró Alessia riendo pero con una mueca
Ambos empezaron a reír, pero como si esa conexión que tenían normalmente se hubiese activado, sonrieron traviesamente para ir corriendo a la sala del trono. Justamente, en donde estaban los tres reyes, solo estaba Heidi, Chealse y Renata de guardia, ya que el cuarteto se había ido a acabar con un vampiro que había amenazado con la revelar su existencia.
Los híbridos abrieron las grandes puertas, llamando la atención de los presentes, pero fue la mirada de pánico de Aro que más se notó. Alessia venía jugando con un látigo mientras Amadeo meneaba en su mano izquierda unas esposas de peluche. Ambos con aires burlones viendo a su padre.
Aro quedó en shock.
Caius vió confuso a esos niños, pero más que nada extrañado por las cosas que traían ¿Qué hacían esos dos mocosos con esas cosas? Casi se asustó de pensar en que hayan tomado eso de su lugar, pero sabía que no eran suyas así que prácticamente vió sorprendido a Aro. Marco los vió divertido e incrédulo, pero sólo suspiro con regaño.
- ¿Conoces esto, padre? - Preguntó Alessia, pero el nombrado veía a sus hijos sin poder articular palabra alguna
- Si no fuera vampiro, podría jurar que a padre le va a agarrar un ataque al corazón - Susurró Amadeo en el oído de su hermana, siendo escuchado por el resto obviamente, al ver que el rey no se movía
Las tres vampiros vieron la escena algo sorprendidas, pero podrían prometer que si fueran humanas, sus rostros estarían rojos de vergüenza y pena ajena, pobre de su rey ¿En qué momento hubieran pensado que él sería humillado y burlado por sus dos hijos, híbridos, adoptados?
- Vayan a la torre - Murmuró con la mandíbula apretada y una sonrisa fingida
Ambos hermanos se fueron antes de salir corriendo mientras reían.
Demetri abrió los ojos de repente, viendo el rostro de su hija que se movió para acurrucarse junto a su hermano, y el rastreador entendió lo que su pequeña le mostró. Le causo una pequeña sonrisa el divertido recuerdo que seguramente Venus le había robado a su madre y tío, pero también le dio tristeza que su hija había entendido lo que le provocaba dolor a Alessia.
Ella extrañaba los momentos de antes.
Donde estaba Aro, Garrett, Carmen y los demás. Donde sólo era una niña inocente que se preocupaba en jugar con su hermano. El vampiro suspiró antes de dejar a sus hijos allí y caminar a donde debía de estar su esposa siendo consolada por sus mellizos.
Al estar ahí, pudo ver desde la puerta a su mujer abrazada a Nessie mientras esta misma le acariciaba el cabello, Amadeo jugaba con sus brazaletes mientras estaba sumido en sus pensamientos. Los tres estaban algo tristes.
- Vamos, monstruito - Avisó Amadeo dejándo espacio para levantarse junto a Nessie que asintió, así darles espacio
Los híbridos vieron un poco molestos al rastreador que suspiró sabiendo que se lo merecía. Pero caminó hasta recostarse detrás de Alessia y abrazarla por la cintura, mientras ella trataba de no llorar más, pero no se inmutó en los movimientos de su pareja.
- Lo siento, perdón, estuve mal - Murmuró dándole un beso en la mejilla - ¿Me disculpas, amore mio?
Alessia no respondió, solo se giró para abrazarlo sobre su abdomen y recostarse sobre su pecho, como lo hacía de niña. Ambos tenían bastante presión como para mantener su orgullo alto.
- Te amo, Alessia
Él tomó su mentón para alzar su vista un poco, sabía que estaba siendo difícil para ella y éltrataba de entenderla. La híbrida se dejó besar por el rastreador, un beso suave y delicado.
- Te amo, Demetri
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