Extra
Boda Jadeo
Alessia estaba con Nessie en la habitación de Jane, ambas reían tratando de peinar a la vampiro que sólo bufaba o criticaba todo lo que hacían, de por si era su humor común pero pensaban que el casarse haría que este con una sonrisa, al menos esperaban que no use su don pero el primer vampiro que entró a la habitación fue el blanco perfecto para la novia que se desquitó con el pobre que sólo traía flores para decorar.
- Ya, no no te soporto aveces - Bufó Alessia - Iré a ver a Amadeo
- ¿Me dejaras sola con ella? - Preguntó su melliza en un hilo de voz recibiendo una mala mirada por la vampiro - Ay por favor, aún no me perdonas el ser novia de tú hermano y esperas que me quedé sola contigo cuando puedes matarme con sólo decir "dolor" - Imitó el acento y la voz de la vampiro que gruñó viendola de peor manera
- Diviértete - Susurró la híbrida sarcasticamente saliendo de la habitación
Llevaban tres meses como reyes oficiales de los Vulturi, habían recibido a algunos vampiros de otros clanes con increíbles dones, aún así eran ellos quienes se encargaron de los preparativos, no les gustaba tratar a los integrantes del clan como esclavos, bueno a Nessie no le gustaba pero Amadeo lo disfrutaba y se reía a carcajadas cada vez que alguien le decía "Si, amo Amadeo".
La híbrida sonrió cuando sintió como su esposo estaba en una habitación y segundos después sintió un jalón de brazo introduciendola allí. Hay costumbres que nunca cambian, pensó.
- ¿Qué sucede amor mio? - Preguntó divertida pero el rastreador estaba serio
- Prometeme que no te enojaras - pidió de antemano haciendo que enarque una ceja
- Rey Vulturi, esposo de la más sexy reina, dime que mierda hiciste porque es la boda de mi hermano y no quiero problemas - Regañó cruzandose de brazos
- Prometelo - Pidió desesperado
- Repito, nuestra boda fue arruinada por un loco obsesivo, la boda de Amadeo se suspendió por eso y ahora podemos hacerla. Dime que no hay problemas y te prometo no enojarme - Murmuró viéndolo seriamente
- Problema... Puede ser un problema pero no a escala de un loco maniático - Susurró viendo asustado a su esposa
- ¿Qué hiciste Demetri? - Preguntó empezando a enojarse
- Yo no hice nada, en lo único que podría llegar a tener que ver con esto es haberte embarazado, los de los problemas son nuestros hijos - Señaló el armario que estaba en una esquina del lugar
Alessia frunció el ceño caminando hasta el ropero donde estaban dos menores de unos catorce años escondidos entre la ropa del mueble de manera muy incómoda, vieron a su madre con sonrisas inocentes pero fueron sacados a rastras por esta misma haciendo que sus sonrisas se transformen en expresiones de miedo.
- ¿Qué hicieron demonios? - Preguntó mostrando su lado de madre intimidante
- Fue su culpa - Dijeron al unísono señalandose mutuamente
El rastreador detrás de ella rodó los ojos sabiendo que eran idénticos a su esposa y su hermano de niños, lástima que estos dos eran mucho peor que ellos, sus hijos habían hecho que las bromas de Alessia y Amadeo se vena diminutas comparadas con las suyas.
- Venus, tienes tres segundos para decirme que hicieron o te quedarás sin helado de chocolate por dos meses - Demandó desesperada por la boda de su hermano
- ¿Dos meses? ¿Quieres matarme, mujer? Me matarás, me harás morir en agonía y luego te quedarás sin tú hermosa y adorada Venus, ¿Quién puede vivir sin Venus? Nadie, ni siquiera Alec podría sobrevivir sin mi suculenta presencia - Dramatizó fingiendo caer desmayada a los brazos de su hermano mellizo
- Serán cuatro meses si no hablas - Avisó viendo a su hija seriamente
- Atlas puso colorante en las galletas de nuestro padrino - Habló rapidamente parandose de manera correcta
- Tú fuiste quien me dio la idea - Se defendió indignado
- Pero tú fuiste quien la llevo a cabo - Contrataco viéndolo de manera asustada al ver que se quedaría sin el helado que tanto amaba
- No me interesa quien fue - Detuvo Alessia - Díganme que Amadeo no tiene nada raro
Empezaron a silbar mientras se balanceaban y rascaban sus nucas nerviosamente y veían cualquier lado de la habitación que no fuese su madre. La reina Vulturi rodó los ojos antes de hacerle una seña a su esposo, el cual tomó de los hombros a sus hijos para arrastrarlos con Jennifer que los vestiria para la boda.
Alessia empezó a caminar en dirección a la habitación donde se suponía debería estar su adorado hermano. En el pasillo se cruzó a algunos invitados que iban a la sala donde se llevaría a cabo el evento, los cuales la saludaban con reverencias que ella respondía con pequeñas pero tensas sonrisas pensando en que debería pasar con su hermano.
Tocó la puerta cuando se encontró delante de esta nerviosamente.
- Amadeo, soy Alex - Avisó y en un segundo la puerta estaba abierta mostrando a su hermano que se tapaba la boca con una mano
- Mataré a mis ahijados - Murmuró sin quitar la mano
Suspiró cansada entrando a la habitación y cerrando la puerta para que nadie entrase o viese lo que estaba sucediendo, aveces detestaba que Amadeo sea el blanco de bromas de sus hijos, una de dos o hacían bromas con Amadeo o le hacían bromas a él, obvio que el rey Vulturi las disfrutaba y se las devolvía de mejor manera, pero en momentos importantes como esos no era tan divertido.
- Muestrame
Amadeo apretó sus ojos con fuerza, retiró la mano rápido pero no había nada, Alessia se acercó confusa hasta que su hermano suspiró lentamente y sonrió forzado, mostrando su perfecta dentadura, la cual ahora ya no era tan perfecta porque estaba de color azul.
- Ay por Lucifer - Se llevó una mano a la boca de la impresión intentando no reírse
- Eh creado dos monstruos - Murmuró arrepentido pero divertido
- Diablos, ah, yo, uff, espera aquí - Balbuceó yendo al baño para tratar de buscar pasta de dientes o algo que ayude a quitar eso
El novio se sentó en el sofá de la habitación, estaba vestido con un traje blanco pero toques dorados que iban a corde a la decoración de todo el lugar, pero no esperaba que de todo el color cuarzo y oro reluzcan sus dientes azules, parecía como si se hubiese comido un pitufo.
Su hermana volvió con toda la pasta de dientes que encontró para tratar de ayudar a su hermano en la broma que hicieron sus hijos.
Los invitados estaban sentados a la espera del novio que debería estar ya en el altar, pero se encontraba aún en su habitación. Atlas y Venus se dieron unas miradas un poco culpables pero sobre todo con diversión, mientras Demetri los veía seriamente desde su puesto como padrino, delante de él estaba Félix y detrás estaba Alec, frente a él estaba Jennifer, Nessie y se suponía que Alessia pero seguía con Amadeo.
La boda iba a ser oficiada por Tanya que veía confundida a Atlas y Venus pero estos sólo se encogieron de hombros mientras negaban con sonrisas total y falsamente inocentes, fingiendo que no tenían idea de por qué la tardanza de su padrino y madre.
Mientras Jane estaba con Athenodora y Sulpicia, las dos la acompañarian al ser las figuras maternas que ella tuvo desde cientos de años atrás, pero las tres estaban tensas al no ver al novio.
- Lo mataré - Gruñó la rubia
- Tranquila cielo - Athenodora acaricio su cabello que estaba igual de liso y perfecto como siempre pero con una tiara de hojas de oro puro
El vestido de Jane era totalmente blanco, ella quería una boda de colores rojos pero Sulpicia quería algo con dorado y Venus quería con blanco, así que aceptó ambas opciones y terminó vestida con un largo vestido de color blanquesino, tenía pequeños toques dorados en las puntas, unas mangas largas y olgadas con mismos colores dorados al final, odiaba usar zapatos de tacón pero los llevaba a pedido de Alessia, eran dos hermosos zapatos un poco altos pero con punta redonda y cerrados. El color dorado de su cabello de por si iba a juego con eso, Jane realmente se veía hermosa y sus ojos carmesí resaltaba a kilómetros.
Las puertas detrás de donde se suponía debía estar el novio se abrieron entrando el mismo con la reina Vulturi detrás, ambos entraron con elegancia pero apresurados por miedo a Jane, seguían siendo reyes pero la chica intimidaba hasta al mismo Lucifer. Ambos se colocaron en sus lugares, no sin antes haber mirado con reproche a los mellizos que se encogieron en sus lugares culpables.
La música comenzó a sonar dándole entrada a la novia que suspiró innecesariamente pensando en que todo estaba bien, por un segundo creyó que Amadeo se había arrepentido como siempre pensó que haría al ser... Tan ella, pero no, siempre terminaba sorprendida por el amor incondicional que le daba.
Las puertas fueron abiertas haciendo que los presentes se incorporen en sus lugares, a diferencia de la boda de Alessia, esta era más íntima por respetar la comodidad de Jane, pero aún así había fácil cien doscientos invitados. La rubia empezó a caminar con el ramo de jazmines en dirección al altar con ambas mujeres detrás de ella.
Y podrían jurar que el corazón de Amadeo se frenó y volvió a latir con tanta fuerza que saldría de su pecho.
Ver a la mujer de sus sueños caminando por esa alfombra, esos ojos asesinos que para él eran la cosa más preciosa del planeta, su melena dorada relucia más que nunca, y el pensaría que se veía hermosa, pero para Amadeo todos los días se veía bella, se veía perfecta cuando tenía un moño mal recogido o perfectamente peinado, de por si Jane era perfecta para sus ojos. Respiró temborosamenre sintiendo que sus piernas flaqueaban, no podía creer que en verdad se iba a casar con Jane Vulturi.
Recordaba dar saltos en la biblioteca al saber que tenía una oportunidad en poder conquistarla, recordaba la vez que hizo un horroroso cuadro de Jane pensando en que algún día se casaría con ella, que todos decían que era imposible que conquiste el corazón de esa sádica vampiro. Pero lo había conseguido, había logrado ser el primer y único amor de ella.
La hermosa rubia se colocó delante de Amadeo haciendo que él tenga que obligarse a respirar, y cerrar la boca o terminaría babeando sobre su blanco traje. Tomó la mano de Jane para acompañarla hasta el altar donde se colocaron cada uno frente al otro. Alessia podría jurar que nunca estuvo más feliz por su hermano.
- Pueden tomar asiento - Los invitados hicieron caso - Criaturas de lo alto, criaturas de lo bajo, estamos aquí reunidos para unir a estas dos almas en sagrado matrimonio
Amadeo sólo podía sonreír como bobo enamorado, agradeciendo no tener la dentadura azul por recibir ayuda de su hermana, pero creía que eso no era importante porque todo se le olvidó al ver como esos ojos carmesí lo miraban fijamente con una sonrisa diminuta, pero que eso en Jane era demasiado y lo amaba, adoraba que esas sonrisas sean sólo para él.
- Yo Amadeo Vulturi Denali, te tomó a ti Jane Vulturi para amarte siempre - Cada sílaba era sincera y se notaba, nadie podría comparar el amor que Amadeo sentía por Jane
- En las buenas y en las malas - Siguió tratando de ocultar una sonrisa, pues no podía creer que en verdad se estaba por casar con el híbrido
- En la riqueza y en la pobreza - Pronunció admirando cada detalle de su palido rostro, admirando al amor de su vida
- En la salud y la enfermedad - Continuó reviviendo esos momentos donde ella trataba de evitarlo pero terminó cayendo ante sus encantos
- Amarte - Sonrió aún más sabiendo que eso lo hacía desde la infancia
- Atesorarte - Murmuró sintiendo un cálido sentimiento en su pecho, ese calor que sentía cada vez que Amadeo la miraba con el cariño tan característico de él
- Por el resto de nuestras vidas - Sus voces en un coro perfecto
El híbrido tomó con delicadeza las mejillas de su compañera para acercarla con suavidad, así poder unir sus labios en un tierno beso, como en esos besos que se daban a escondidas bajo la luna para que ni Alec o Alessia los vieran, como esos besos que se regalaron cuando admitieron su relación y cuando Jane volvía de una misión teniendo que aguantar a Amadeo con sus dramas sobre que la había extrañado.
Los aplausos no se hicieron esperar y el público detalló felicidad por poder apreciar la unión de Jane y Amadeo. Alessia se limpió con un pequeño pañuelo las lagrimas traicioneras mientras reía de alegría, Nessie miró a Alec que ya tenía su mirada puesta en ella, ambos deseando poder tener algo así algún día. Félix no podía evitar sonreír en grande al recordar como tuvo que soportar el enamoramiento de Amadeo y las quejas de Jane, Demetri sólo pudo rodar los ojos divertido pero alegre por sus amigos.
Y cuando menos lo esperaron, cuatro cañones de confeti dorado explotaron haciéndolos asustar levemente, y todos dirigieron sus miradas a Atlas y Venus que chocaron los cinco victoriosos. Su padrino se rió de las ocurrencias de sus ahijados para luego tomar la mano de Jane y empezar a caminar por la salida recibiendo los aplausos, gritos, felicitaciones.
- ¿Qué más hicieron? - Preguntó Tanya en voz baja
- No recomendamos que beban el ponche o algo de la fuente de chocolate y sangre - Aconsejó Atlas
- Traviesos - Susurró Athenodora pelliscando sus mejillas
Amadeo y Jane salieron para ir a ponerse algo más cómodo para ambos mientras el resto se dispersaba para lo siguiente que ocurriría en el evento. El tercer rey se había casado y ahora Jane además de ser la mayor de la guardia real, era reina Vulturi.
ATLAS Y VENUS VULTURI
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