53
Horas restantes
Todo era un desastre en el clan Vulturi.
Félix estuvo los últimos dos días entrenando hasta donde pudo a cada uno de los vampiros, mejorando cada técnica o mínimo detalle, no podía pensar en que algo le suceda a alguno de los reyes o sus amigos por un simple error. Jane estuvo pegada a Amadeo a causa de que el híbrido por más que quería ocultarlo no podía pensar en perder a su compañera o a alguien importante en su vida.
Alec por más que quisiese negarlo, estaba preocupado por sus amigos, siempre salían bien en las batallas pero cuando se trataba de Isabella sus dones eran nulos, lo que lo preocupaba. Además de que Nessie en esos momentos estaba hablando con él sobre que también teñia miedo pero haría lo que fuera porque Venus y Atlas puedan tenerlos en su crecimiento.
- Renéesme - Murmuró viendo esos ojos chocolates, no era bueno consolando eso lo tenía en claro así que sólo era sincero - No sé lo que va a suceder, no te puedo prometer algo que no sé si voy a cumplir, pero al menos ve y disfruta con quien desees, porque no sabes si alguien se quedara en el campo de batalla
La híbrida miró esos ojos asesinos sin saber que hacer o decir. Estaba segura de que eso iba a hacer, no sabía si Alec o ella iban a volver o no, pero estuvo más de un mes con su familia disfrutando y aprendió demasiadas cosas de sus hermanos. Como que debería ser más valiente.
- ¿Y si quiero pasar esos momentos contigo?
Alec se sorprendió por ello, nunca se vió en una situación así, no esperaba para nada esa pregunta y no sabía como responder. Se quedó viendo esos orbes que le gustaban, las palabras no eran lo suyo y eso lo sabía Renéesme que rezaba porque el vampiro no la rechaze. La castaña su acercó un poco a él con duda sobre lo que estaba haciendo, pero el sólo se quedó quieto, tragando en seco.
Obviamente ninguno sabía que Amadeo estaba con Garrett y Félix en la puerta viendo eso, no sabían de su presencia gracias al don del vampiro Denali. Pero los tres sonreian viendo la escena con picardía.
Vamos Alec, pareces pasiva. Pensaron los tres decepcionados del castaño.
Renéesme no estaba acostumbrada a esos sentimientos, por primera vez sentía atracción por alguien de verdad e iba a intentarlo aún que luego muera de vergüenza. Tomó las mejillas del vampiro con delicadeza acercándose. Alec intentó decir algo pero no encontró nada, su cerebro estaba apagado. Se sentía un idiota al haberse burlado de Jane y Demetri por caer por dos híbridos, cuando el estaba como bobo frente a otra.
Miró los labios de la castaña que sonrió un poco ante eso, significaba que iba por buen camino. Así que se acercó un poco más hasta unir sus labios en un beso suave con cariño.
Los hombres de atrás se llevaron las manos la boca para no gritar o hacer sonido alguno de emoción. Al menos era una de las cosas que les alegraba antes de ir a la batalla.
Alessia estaba recostada sobre la cama con sus dos pequeños niños sentados frente a ella, parecían llegar a los dos años en cualquier momento, lo que la ponía extremadamente nerviosa, no esperaba que crezcan tan rápido, y eso que ella había tenido un crecimiento avanzado. Venus ya sabía caminar e intentaba que su hermano lo haga a empujones pero el pequeño niño sólo quería gatear.
- cielo - Demetri entró a la habitación para sentarse a su lado
- Hola cariño - Le dió una pequeña sonrisa mientras veía a los pequeños, Venus le pasaba recuerdos a Atlas y cuando el reía activada su escudo un poco haciendo reír a su hermana por la pequeña luz roja que tiraba
- ¿Estas bien? - Preguntó tomando su mano para entrelarzarlas
- Define bien - Rió sin gracia
- Sabes a lo que me refiero
Pero ella sólo estaba entretenida viendo a los niños que largaban risas angelicales, una pequeña sonrisa se asomaba en su rostro al verlos reír de esa manera. Sabía que Venus le mostraba cada una de las bromas que había hecho con Amadeo ya que le acaba de robar esos recuerdos. Demetri admiró la escena sintiendo paz, una calma que estuvo sintiendo los últimos años a causa de su compañera.
Pensó en cada momento que vivió con la híbrida y que en esos momentos la tenía allí siendo madre de unos híbridos tiernos. Pero ahora mismo estaban esperando a que el tiempo pase para que vayan a pelear por lo que aman, y tenía miedo de eso. No podía imaginar en perder a Alessia en ese lugar o no volver a ver a sus pequeños.
- Te amo ¿Lo sabes? - Murmuró viendo sus orbes chocolate - Lamentó si no te lo dije mucho pero lo hago, te amo más que a mi vida Alessia
- No tienes que decirlo todos los días - Le dió una sonrisa triste - Con que me lo digas cada dos años pero lo sientas todos los días me basta - Apoyó su cabeza en su hombro viendo que los bebés los veían curiosos. Atlas intentó decir algo pero le salieron puras sílabas sin sentido
- Mamá - Dijo haciendo que se separen de golpe mientras lo veían - Mamá - Empezó a reírse como un ángel al ver los rostros de sus padres
- Papá - Se giraron a Venus sonriendo emocionados - Papá
- ¡Qué niños prodigio! Salieron a Alec - Festejó su madre empezando a sonreír enormemente escuchando sus risas
- ¿Alec? - Preguntó confundido el rastreador - Si no tienen lazo de sangre... - Miró a su esposa empezando a sentirse dolido además de desconfiado
- Fue una broma cariño - Le dió una sonrisa burlona para robarle un beso - Es obvio que salieron a mi
- Oh, que humildad princesa Vulturi - Murmuró sarcástico
- Lo siento príncipe Vulturi pero es la verdad - Se giró a sus bebés empezando a jugar con ellos
Athenodora, estaba buscando a Tanya pero en su camino, sintió el olor de la híbrida y su pequeña familia por lo que se acercó por la abertura de la puerta viendo esa hermosa imagen. Sonrió encantada al ver esa familia de al derecho y al revés, le era irreal que con tantas cosas que sucedieron y sucedían, lograba tener recuerdos lindos sobre su pequeña Alex, que ahora era toda una madre.
Nahuel estaba con Huilen sobre una de las torres del castillo viendo el panorama completo, sus miradas estaban fijas en el jardín del castillo donde se encontraba todo el aquelarre completo, listos para emprender marcha a donde sería el punto de encuentro con Joham y su batallón.
La vampiro era observadora por lo que podía ver con detalle y atención las miradas que se daban Edward y Sulpicia pero no es que fueran muy disimuladas lo que le daba temor, no quería que el rey Vulturi se de cuenta de eso. También podía admirar como Athenodora y Tanya habían estado más unidas que nunca en esos días, habían olvidado los altos puestos que tenían para verse a escondidas como pequeñas colegialas.
Nahuel veía a Alessia vestida lista para la batalla mientras le entregaba a Venus y Atlas a un metamorfo, que había llegado de Córdoba, para llevarse a los niños y esconderlos. La híbrida trataba de ocultar sus lagrimas refugiandose en los brazos de su esposo, que tampoco estaba alegre de dejar a sus hijos en brazos de otra persona. Eran los padres que el hubiese deseado, unos padres ejemplares.
Sus miradas se posaron en Alec y Nessie que estaban tomados de la mano, hablaban en una esquina con pequeñas muecas pero rostro serio. Sabían que ambos estuvieron bastante juntos la última semana y no les quedaba dudas de que ambos habían empezado algo, también sabían que eso no era de mucho agrado para Jane.
Misma vampiro rubia que estaba con Amadeo, ambos parecían ser los más serios en esa situación, lo que los extrañaba por parte del híbrido que siempre hacía bromas, pero ahora estaba pensando posiblemente en sus ahijados, familia y amigos.
Bajaron de un salto llamando la atención de todos, se acercaron para estar a un lado de los gemelos Hale, que estaban con los Denali, siendo el grupo que estaba a la delantera, justo detrás de los Reyes pero en medio de el clan Vulturi. Las reinas irían pero sólo como espectadoras a menos que deban unirse como último recurso a la batalla.
- ¿Listos? - Preguntó Caius con rostro serio, era el único que no estaba feliz de ir
Cada quien miró a las personas importantes en su vida. Alessia se separó de Demetri para ir a un lado de Amadeo, ambos se colocaron totalmente al frente de todo, seguidos de Nessie que se colocó a un lado de Alessia, dejandola en medio. Los tres miraron a Nahuel que se colocó a un lado de Amadeo, los cuatro siendo la cabeza del pequeño ejército de vampiros.
- Listos - Dijeron los cuatro
Los reyes asintieron colocándose detrás de ellos para dejarlos ser quienes guien el paso a ese famoso prado de gloriosas batallas y momentos que pasan a la historia en el mundo vampirico.
La nieve estaba en su mejor altura, justo cuando se endurezia. Su color blanco celestial era un factor esencial para la iluminación del lugar, haciendo un complot con el sol que estaba en el punto más alto que provocaba que las pieles de los fríos se ilumine como un diamante. Los copos de nieve caían sobre las ramas de los altos pinos, dejándolos de colores blanquesinos, pero eran ignorados por sus pasos que dejaban huellas, todos en dirección al centro del lugar.
El clan Vulturi iba caminando a pasos seguros detrás del cuarteto híbrido que encabezaba el grupo, fueron llevados hasta salir de entre los árboles, viendo como había un batallón justo en frente esperándolos con ansias de venganza, pelea y victoria.
Joham encabezaba su grupo, a su derecha estaba Isabella, ambos veían a los trillizos con Nahuel, y detrás de ellos las tres híbridas, la siguiente fila eran los hijos de la luna y nómadas metamorfos que mantenían la mirada fija en Caius Vulturi. Por último los vampiros nómadas que querían venganza o liderar el nuevo mundo.
Estaban a mismo nivel de soldados.
Frenaron justo delante de ellos con varios metros de distancia mientras se aniquilaban con la mirada, excepto dos almas que se miraban con culpa pero ansias, Félix y Jennifer eran los únicos que no tenían odio en su mirar, solamente se veían queriendo escapar juntos de allí.
- Veo que si vinieron - Habló Joham con esa sonrisa ronca en su rostro pero ninguno se inmutó
Eleazar estaba sintiendo los dones de los contrarios, sintiendo temor por lo útiles que llegaban a ser. Cada don era excelente, bastante útiles pero que en su contra eran su perdición. Aún así, acabando con Isabella, él sabía que podían llegar a ganarla.
Solo necesitaban que Nessie y Edward empiecen con su plan.
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