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No todo sale según lo planeado

Félix se colocó con Heidi en el centro de la entrada, Amadeo se colocó con Jane detrás de ellos, Alec se colocó con Nessie a lo último. Madrinas y padrinos listos para entrar.

- Te ves hermosa, cariño - Susurró Amadeo a pesar de que todos podían escucharlo, Jane no contestó sólo se formó una pequeña sonrisa en su rostro

Las puertas fueron abiertas, dándoles la entrada para anticipar así la entrada de Alessia. Estaban en el salón más grande del castillo, parecido al comedor de Howarts pensaba Amadeo. Había mesas individuales en las que estaban los vampiros con copas de sangre, algunos de pie mientras también tenían sus copas de sangre. Algunos con sangre animal, otros humana.

Una fuente del mismo líquido rojo estaba en una punta, e inevitablemente Nessie abrió los ojos sorprendida, era tan fantasiosa y a la vez tan tétrico. Le encantaba esa fuente. En el techo estaban colgados candelabros de oro puro, las personas vestidas de distintos colores. Una mesa con comida para las criaturas capaces de comer, al igual que una fuente con chocolate que logró dilatar los ojos de Amadeo.

Un gran pasillo en el medio que tenía una alfombra color vino, que iba desde la entrada hasta el altar donde estaba un Demetri con los nervios de punta conociendo los cambios de humor de Alessia. Los padrinos se colocaron detrás del novio mientras las madrinas en donde iría la novia.

Amadeo recorrió rápido la mirada entre las personas, encontró a los hombres Denali, que le guiñaron el ojo, a la manada de metamorfos de Córdoba que lo saludaron con unas sonrisas simpáticas, también vió dos cabellera doradas con ojos de mismo color que supo reconocer al instante. Jasper y Rosalie le sonreian con puro amor a lo que el sólo devolvió la sonrisa.

La música dió entrada a el paso de Alessia así que todos se pusieron de pie para darle paso a la novia. Demetri podía sentir como su corazón luchaba por volver a latir de los nervios. Se giraron a la puerta para ver la imagen más hermosa a los ojos del rastreador.

Alessia tenía sus orbes chocolate con su brillo a todo esplendor, maquillados levemente con un tono marrón, sus labios con un labial que sólo le daba más brillo a esa sonrisa ladina que tenía, un velo blanco al igual que su largo vestido que disimulaba un poco el vientre. Un peinado acorde a su vestimenta al igual que sus artes que le daban un detalle sofisticado. Sonrió inevitablemente ante esa escena.

Las mujeres Denali y las reinas Vulturi venían detrás de ella, caminando las seis hasta tres pasos dentro de la sala donde Aro se colocó a su lado para tomar su brazo. Caminaron a paso elegante, con la cabeza en alto, demostrando el alto porte que tenían.

Alessia sentía sus nervios a flor de piel, sabía perfectamente que toda criatura sobrenatural podía escuchar su corazón acelerado. Cada paso que daba para acercarse al altar era un paso más a su futuro esposo. El mismo que la miraba con esos ojo carmesí casi embobados, que le demostraban todo el amor a kilómetros de distancia.

Aro dejó a su hija a un lado del rastreador, dos escalones debajo de Marco. Demetri tomó su mano sintiendo que los nervios abandonaban su cuerpo al sentir el tacto tibio de su compañera. Caminaron hasta estar frente al segundo rey que los miraba con una pequeña sonrisa. El rey hizo una seña indicando que podían sentarse a lo que todos correspondieron.

- Señores y señoras, criaturas de lo alto hasta criaturas de lo bajo, estamos reunidos aquí para presenciar la unión de Alessia Vulturi Denali y Demetri Vulturi - Indicó

Amadeo tuvo que desviar la mirada un segundo al sentir una pequeña lágrima traicionera bajando de su mejilla derecha al escuchar ese párrafo, no podía creer lo rápido que habían crecido además de que ahora su hermana se estaba por casar.

- Repitan después de mi

Demetri veía a los ojos de su pareja, que lo veía de misma manera, fijamente sintiendo que eran sólo ellos dos, sin tener que estar concentrados en el resto de criaturas que los veían.

- Yo Demetri Vulturi, te tomó a ti Alessia Vulturi Denali para amarte siempre - Su acento marcado pronunciaba las palabras sin dejar de ver los ojos de su compañera

- En las buenas y en las malas - Siguió con una pequeña sonrisa divertida al recordar sus propios cambios de humor con el

- En la riqueza y en la pobreza - Pronunció recordando cada vez que jugaban ajedrez en el césped o en su habitación

- En la salud y la enfermedad - Continuó reviviendo esos momentos donde el le daba caricias por su embarazo

- Amarte - Se permitió recordar la guerra de comida en la cocina, donde empezó todo

- Atesorarte - Murmuró sintiendo su corazón bajar de velocidad, perdiendo los nervios por sentir una inmensa paz

- Por el resto de nuestras vidas - Sus voces en un coro perfecto

Alessia se acercó un poco viendo los labios del rastreador, subiendo las manos hasta su pecho, sintiendo como el llevaba una mano a su nuca y otra a su cintura. Uniendo sus labios en un beso de perfecta sincronización, porque eran eso, unas piezas que encajaban perfectamente, aún que no lo hicieron desde el principio.

Sus besos eran perfectos porque compartieron demasiados, porque encontraron un punto medio donde ambos se sentían cómodos, no siempre besan de misma manera o aman igual, aveces tienen que pulirse un poco mutuamente para encajar bien. Porque cuando Alessia amó a Demetri, el no le correspondía, cuando Demetri amó a Alessia, ella no le correspondía.

Pero después de tanto, encontraron un punto medio donde pudieron chocar, donde se pudieron amar mutuamente. Y era en ese momento.

Se separaron un poco con sonrisas bobas, escuchando los aplausos de las diferentes almas que se encontraban en el enorme salón, apoyaron sus frentes cerrando los ojos para disfrutar esos cortos segundos.

- Te amo - Susurró el rastreador

- Yo aún más - Se separó un poco, ampliando su sonrisa

Se giraron a los invitados que aplaudían con gran emoción, Alessia pudo ver como Amadeo se limpiaba algunas lagrimas que se habían escapado mientras Alec sonreía un poco, Félix silvaba y aplaudía con emoción. Jane sonreía igual que Alec, mientras Nessie tenía los ojos cristalizados y una gran sonrisa, Heidi chillaba de felicidad. También pudo ver a Garrett mirando el techo.

- ¿Estas llorando? - Preguntó Eleazar

- Sólo me acordé de...

- Ni se te ocurra echarle la culpa a Pancho, deja descansar al pobre perro en paz y admite que eres un llorón - Se quejó Kate rodando los ojos

- Son lagrimas de macho - Se defendió

En ese momento de pura emoción donde la corona mayor podía caer en la cabeza de Alessia, donde Demetri tomaba el titulo de príncipe Vulturi, donde ambos se tomaban las manos dispuestos a bajar del altar, todo se derrumbó.

Las puertas del gran salón fueron abiertas violentamente llamando la atención de todos, los aplausos pararon, los gritos cesaron, la alegría frenó. Ojos celestes, carmesí, dorados, violetas, marrones, verdes, absolutamente todos enfocaron a los intrusos.

- Creo que nuestra invitación nunca llegó, porque me sentiría ofendido de que no nos hayan invitado

Edward pudo diferenciar a la dueña del pensamiento de antes, quien había pensado en sus hijos estaba allí, era una rubia de belleza despampanante, incluso podría ser comprada con Rosalie, sus ojos eran de color marrón pero mirada penetrante. Estaba a un lado del dueño de la voz.

Quien había hablado, era un hombre alto, un poco mas de la estatura de Amadeo, tenía un cuerpo robusto además de ojos carmesí, era un vampiro con un aire siniestro. A su lado Estaba la rubia de antes, ambos encabezando a el pequeño grupo de intrusos.

Detrás de ellos, estaba una chica de cabello idéntico al hombre, ojos idénticos a los de la rubia pero sus rasgos no parecían tener un gran parecido a ellos. A su derecha estaba otra chica, de cabello mismo color al igual que sus ojos, parecía ser un poco menos siniestra que los demás pero su mirada era inexpresiva.

Pero lo que alertó tanto a los trillizos como a Edward y en una pequeña parte a los Vulturi fue Nahuel. El híbrido.

El híbrido que había estado años atrás en la casi batalla salvando a Renéesme de una posible muerte, que estuvo un tiempo con Alessia y Amadeo como nómadas estaba allí, siendo sostenido por dos vampiros de piel extremadamente pálida, intentaba liberarse pero se notaba la fuerza del agarre. A su lado, Huilen estaba siendo igual de retenida por otro vampiro que tenía un parecido a Félix en forma de cuerpo.

- ¿Quién eres, por qué tienes a Nahuel y Huilen? - Gruñó Alessia

- Oh, lamentó mis malos modales - Habló el hombre - Soy Joham, padre de Nahuel

En ese momento todos se tensaron, sabían la famosa historia del padre del híbrido, el científico loco, obsesivo, que tenía fascinación por crear la nueva raza, que era dueño de varios híbridos, el primer creador de la raza. Un demente que quería el control del nuevo mundo sobrenatural.

Alessia miró preocupada a Nahuel pero el sólo tenía una mirada de culpa, de dolor. Giró su mirada a Jane rápidamente a Alec y Amadeo que se preparaban para usar sus dones.

- ¿Cómo te atreves a interrumpir este evento? - Gruñó Caius

- Si, pasa que tenemos un asunto - Respondió con una sonrisa ladina - Venimos por la novia y sus hermanos

- Dolor

Jane con sólo escuchar esa amenaza indirecta a su pareja y cuñadas usó su don al igual que Alec, Amadeo y Alessia, pero ninguno de los cuatro dones hacía algún tipo de efecto en los intrusos a la boda. Edward revisó en sus mentes pero un escudo le impidió hacerlo. Uno que reconocía perfectamente.

- Oh, claro, no pueden hacerlo - Se rió - Tenemos una pequeña ayuda

De la misma entrada donde ingresaron, se asomó la misma persona que mantenía ese escudo en los intrusos, madre biológica de los trillizos, antigua compañera del cobrizo, Isabella.

- Dije que se arrepentirian

Jasper y Rosalie sintieron una furia inexplicable, también temor al ver como su antigua compañera de clan ya no tenía ojos dorados sino rojos, su mirada era de rabia pura, el rubio podía sentir la envidia, el enojo, puras emociones negativa por parte de Isabella.

- Atrapenlos - Decretó Aro

Los vampiros más cercanos se acercaron a pelear con los híbridos. El cuarteto aprovechó eso para llevarse a los trillizos por detrás, debían seguir ese juramento que alguna vez hicieron, debían proteger a la realeza Vulturi. Edward llevó a las reinas con el detrás de sus hijos, tratando de huir de ese desastre.

El grupo de vampiros se acercó a enfrentarlos, el primero intentó ir por el vampiro que sostenía a Huilen peleando a diestra y siniestra, dejando que la vampiro se libere unos segundos su brazo, logrando golpear con su codo el estómago del vampiro. En un rápido movimiento, liberó su otro brazo, aprovechando que el vampiro estaba doblado, sólo tomó su cabeza, arrancandola.

Nahuel intentaba liberarse, pero su tía llegó para pelear con el otro vampiro, ayudándole para tener que pelear sólo con uno. Lo empujó del otro lado de la sala tomándolo del cuello, pero una de las híbridas lo empujó para otro lado. Rápidamente los invitados de la boda se mezclaron entre la pelea para irse o para ayudar, complicando la manera de pelea.

Huilen pudo decapitar al vampiro, corriendo rápido a la ayuda de su sobrino que tenía a la rubia encima de el, se subió a su espalda en un intento de arrancarle la cabeza pero sólo logró alejarla, a los segundos la perdieron de vista. Estaban por volver a ponerse en defensa peor los Denali se pusieron delante de ellos.

- Les debemos un favor - Recordó Tanya por agradecimiento de haber salvado a Renéesme y por haber cuidado de los cachorros

Las híbridas al ver al clan vegetariano delante de su hermano sólo pudieron escapar, alejándose entre la multitud de la fiesta, mientras los trillizos caminaban por uno de los pasadizos del castillo.

Si Isabella usaba su escudo, sus dones eran inútiles.






















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