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Atlas, Venus, o Andrómeda Vulturi


A Alessia le sorprendió lo rápido que Athenodora había planeado la boda. En menos de dos semanas su tía había conseguido casi todo de los mejores lugares. Había contactado a los vampiros más profesionales o a los humanos más veloces, casi todo estaba listo para la boda.

Edward se encontraba en la misma situación, estaba sorprendido, pero no por la boda, por su hija, había visto el avance del embarazo, e incluso Alessia ya no se mostraba tan borde con el, pero su embarazo era casi como uno normal si no contaban su tiempo de duración.

Alessia tenía antojos como toda embarazada, tanto de sangre como de helado, sus cambios de humor eran normales cómo su estado emocional. Eso logró aliviarlo a gran escala, además de que su embarazo ya parecía tener casi cuatro meses.

- Hola - Murmuró entrando a la habitación

- Edward - Se giró mostrando ya su, un poco crecido, vientre - ¿Cómo te va con tú puesto en la guardia real? - Preguntó viendo un vestido que supuso era de la boda

- Bien, nunca creí verme aquí - Admitió, la híbrida le indicó que se siente en un sofá, cosa que hizo - Tampoco torturar personas, me recuerda a una época pasada pero al fin y al cabo termine por volver a hacerlo - Se encogió de hombros

- Cuando Amadeo y yo torturamos al primer vampiro teníamos la apariencia de cuatro años - Se sorprendió por las imágenes que venían a su mente - Uno había quedado vivo, nos gritó monstruos, en ese entonces me dolió pero ahora siento que es indiferente

- ¿Cuantos vampiros has torturado? - Preguntó casi en susurro

- Unos... cincuenta, cien tal vez ciento cincuenta - Nombró sin importancia mientras revisaba otros preparativos

- ¿Nunca sientes culpa? - Se interesó, ella se giró para ver los ojos, ahora, carmesí de su padre biológico

- A principio - Admitió - Luego te das cuenta que prefieres lastimar personas que ponen en riesgo nuestra existencia antes que matar pobres animales indefensos - Se encogió de hombros

Edward asintió entendiendo un poco, tal vez eran los Vulturi o Carlise, pero su opinión sobre los humanos o diferentes razas ya no era la misma, tal vez seguía su propio instinto, el que le decía que es lo que siempre tuvo que hacer.

En las dos semanas que llevaba allí sólo había estado con sus hijos y algunos de la guardia real, entre ellos el cuarteto, pero se mostraban reacios a hablar con el hasta que los híbridos lo perdonen totalmente.

También se cruzó con Sulpicia.

La mujer castaña de sonrisa amable, con un pequeño brillo sincero en su mirar, pensamientos puros que lograban calmarlo, era una gran mujer. Ella se había acercado a hablarle una noche, diciendo que quería conocer al padre biológico de sus maravillas.

- No te odian, Edward, sólo están dolidos, dales tiempo, ellos te perdonarán

- Si los educaste ya lo creo, no creo que hayan sacado bondad de Aro

- No, Aro aveces suele tomar desiciones que no me gustan, pero fue la única figura paterna que tuvieron

- ¿Por qué tus pensamientos son tan apagados cuando hablas de el?

- Porque gracias a las maravillas descubrí un día algo que me abrió los ojos, pero no creo conveniente que lo sepas aún

- ¿Se re reinicio el Windows? - Bromeó Alessia al verlo mirando un punto fijo en la pared

Edward se giró a su hija riendo un poco pero negó con la cabeza, se paró dispuesto a irse pero se giró para ver como la castaña anotaba cosas en una libreta.

- Suerte con tú boda, Alessia - Le dió una media sonrisa que ella le devolvió

El cobrizo se giró para irse, así retirarse de la habitación de su hija mayor, raramente tenía una pequeña sonrisa al pensar en la reina Vulturi pero tenía un raro presentimiento en su pecho, algo que le indicaba que algo malo estaba sucediendo.

Nessie estaba en la habitación con Jane, ambas eran las madrinas de Alessia, así que les tocaba vestirse de igual manera, la híbrida no tenía gran relación con la rubia aún, Amadeo le dijo que sólo necesitaba un poco de espacio para luego abrirse.

- ¿Necesitas ayuda? - Preguntó algo tímida al ver a Jane bufar por no poder subirse el cierre del vestido

La recién nombrada se giró algo cansada, pero asintió, debía llevarse bien con su cuñada, a pesar de que no tenga agrado por expandir sus relaciones. Nessie se acercó para cerrar el cierre, terminando con una pequeña sonrisa.

- Gracias - Murmuró a lo que ella asintió

- De nada - Se alejó para peinarse

Ambas estaban vestidas con vestidos de color rojo vino, con dos dedos debajo de la rodilla, y un corsé que ayudaba a su postura. Debían tener un estilo medieval, al estilo Vulturi. A la habitación entró Heidi, que estaba vestida de igual manera, raramente, Alessia se había hecho amiga de la vampiro.

- ¿Te ayudo, Ness? - Preguntó la mujer a lo que asintió sin problema

Del otro lado de la habitación, los padrinos de Demetri se estaban cambiando, Alec se sentía demasiado incómodo, no le gustaban las bodas, sólo estaba allí por tres razones: era la boda de su mejor amiga, entraría con Renéesme y porque Alessia al casarse tomaría el titulo oficial de princesa Vulturi, descendiente del trono de Aro.

Al ser la mayor de los trillizos, Alessia era descendiente del trono de Aro en caso de que a el le pasará algo, la entrenaron para estar al nivel de un vampiro e incluso pasarlo. Al ser de época antigua, no podía ascender al trono a menos que este casada, así que para ser reina Vulturi algún día podía serlo sin problemas.

- Deja de gruñir, Alec - Bufó Amadeo para acercarse a acomodar el moño del vampiro mientras reía, Alec lo vió de mala manera - Ya te arregle el moño, ya que estamos tan cerca ¿Me das un besito?

El vampiro golpeó la frente del híbrido alejándolo, Félix soltó una carcajada ante eso pero Amadeo tuvo que correrse para evitar que su cuñado lo golpee en el estómago.

Los tres hombres estaban vestidos también al estilo entre Vulturi y moderno. Con color rojo vino tirando a sangre. Amadeo iría con Jane, Félix con Heidi y Alec con Nessie, así sería como entrarían.

Si seguían el recorrido por el pasillo, se podía ver la habitación donde se arreglaba el novio, quien estaba con los nervios a flor de piel, Athenodora lo amenazó con su poder de reina diciendo que no tenía permitido ver a Alessia.

Aro entró en la habitación viendo a su yerno con rostro serio, el rastreador se giró para hacer una reverencia.

- Maestro - Indicó en forma de saludo respetuoso

- Demetri - Se acercó un poco - Sabes que si Alessia es feliz yo lo soy ¿No?

- Si, maestro - Frunció un poco el ceño

- Si llegas a lastimarla no temeré en matarte aún si ella te amé o seas padre de su hijo - Amenazó sin tener un poco de mentira en sus palabras

- Maestro, no lastimare a Alessia - Negó automáticamente - La amo, no podría hacerlo

- Más te vale - Se fue de la habitación dejando un poco más nervioso al vampiro

Demetri sería capaz de ofenderte incluso de que asuman que podría lastimar a su compañera, no sería capaz de hacerlo ni en sus peores pesadillas. Se giró dispuesto a terminar de arreglarse. Tenía un traje blanco, con un moño rojo escarlata.

Entre los vampiros que entraban a la boda de la princesa Vulturi, se encontraban varios clanes, entre ellos, el clan Denali. Las mujeres del aquelarre fueron directo a la habitación donde estaba la novia, en la torre de las reinas. Entraron a la habitación viendo a Alessia frente al espejo.

- ¡Por Lucifer! - Chilló Kate teniendo los ojos cristalizados con lagrimas que nunca saldrían

La híbrida de giró riendo un poco, viendo a mamá Kate con un vestido dorado, era exactamente del mismo color que su cabello y ojos, dorado como el oro más puro. Tanya estaba con un vestido de mismo color pero más largo, mientras su tía Cissy tenía un vestido morado. Las tres se acercaron rápido a la híbrida para abrazarla.

- Cuando nos llegó la invitación, Garrett se cayó de las escaleras al escuchar que te casarías - Contó Carmen riendo

- Dejanos ver a nuestro pequeño - Pidió Kate

La híbrida se quitó un poco el camisón que llevaba antes de ponerse el vestido, mostrando su vientre de embarazada más notorio que dos semanas atrás. Las mujeres gritaron de felicidad haciendola reir.

- ¿Ya eligieron nombre? - Preguntó Carmen acariciando su vientre

- Atlas si es niño, Venus o Andrómeda si es niña - Respondió mientras las mujeres la empujaban al asiento para peinarla

- ¿Si salen tres como ustedes? - Preguntó Tanya

La híbrida la miró con cara de espanto haciendola reír tanto a ella como a las mujeres, no se había puesto a pensar en eso de momento.

- Ustedes son trillizos, pueden salir uno, dos o tres - Sugirió con una sonrisa divertida haciendo que ella niege espantada

- Bueno, tienes tres nombres, son tres posibilidades - Intento reconfortar Carmen

Siguieron hablando de temas triviales hasta que a la habitación entró Athenodora, las mujeres Denali nunca la habían visto, así que se giraron para conocer a la famosa reina Vulturi. La platinada pasó su mirada por ellas, hasta que su vista terminó en Tanya. Ambas viéndose un poco extrañadas por un sentimiento raro que les llegó.

- Tía Athenodora - La sacó de sus pensamientos - ellas son mamá Kate, tía Cissy y tía Tanya - señaló a cada una con una sonrisa

- Es un gusto - Se acercó a estrechar la mano de cada una, siento una corriente cuando su mano hizo tacto con la de Tanya

- El gusto es nuestro - Asintió

- Bien, ¿Por qué no me ayudan entre las cuatro? - Pidió la híbrida con una sonrisa emocionada al ver a las mujeres más importantes de su vida allí

- Entre las cinco - Mencionó Sulpicia entrando a la habitación

- Cinco - Se corrigió

Las mujeres no tardaron en arreglar a la híbrida, su ropa o vestidos, hablando sobre temas triviales. Alessia como siempre siendo observadora además de atenta que es, se daba cuenta de las miradas de Athenodora y Tanya, aún que no sabían a que venían.


Todos estaban listos para el gran festín, Aro sería quien entregaría a Alessia en el altar, Marco sería quien oficie la boda. Las padrinos y Madrinas estaban listos para entrar, el rastreador estaba en el altar esperando a Alessia quien iba caminando a punto de entrar a la sala.

Pero Edward seguía con ese mal presentimiento haciendo presión en su pecho, algo le decía que iría mal, que no todo estaba como debería ir. Pero tenía razón, no todo estaba yendo perfecto como debería.

Entre los muchos clanes, nómadas, o pequeños grupos de vampiros, hadas, brujas o diferentes criaturas invitadas especialmente a la boda de la princesa Vulturi, había una persona en especial, una que pasaba desapercibidos por todos gracias a su don.

Una criatura híbrida, mitad humana mitad vampiro al igual que los hermanos, una que estaba allí estudiando a cada uno de los integrantes del cuarteto o trío TAI. Que estudiaba sus relaciones o personas cercanas.

- ¿Edward? - Sulpicia le tocó el hombro delicadamente, el cobrizo se giró a verla pero su vista se distrajo nuevamente en un pensamiento entre la multitud.

Alessia, Amadeo y Renéesme, tan iguales como dijo Isabella.

El cobrizo caminó entre las personas para encontrar al dueño de esos pensamientos sobre sus hijos, buscando entre los vampiros, hasta que divisó una persona tapada por una capa negra, se intentó acercar pero al parecer se dio cuenta de sus intenciones, logrando que de un segundo para el otro desaparezca.

- Edward - Sulpicia lo frenó - ¿Qué sucede?

- Que el cuarteto no se separe de Amadeo, Alessia y Renéesme

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