46
Demetri
L
a sala quedó sumida en un silencio incómodo, uno que tenía todas las miradas puestas en la joven híbrida mayor. La mayor de los trillizos, Alessia, estaba en el medio de la sala del trono viendo el suelo, pero con la cabeza en alto, aún así no tenía valor para ver a su padre.
- ¿Qué? - Preguntó el pelinegro sonriendo un poco
Los ojos de Aro se dirigieron a Demetri, el cual en su caso si miraba fijamente al rey con un rostro incómodo, porque seguía siendo su maestro, si no fuera eso, seguramente estaría mirando el suelo sin tener valor de ver a los tres demonios de la muerte frente a el.
- Alessia - Llamó Caius apretando la mandíbula - Se más específica
- Yo... - Se rasco la frente viendo el rostro de su tío para luego ver el de su padrino pidiendo auxilio
- Aro - Su padrino decidió mostrarlo por ella
Alessia suspiró agradeciendo tener a Marco en su vida, todo ese tiempo en el que le enseñó cosas básicas de la vida, o también cosas que muy pocas personas sabían, que cuidó tanto de ella como de Amadeo. No podía estar más agradecida de tenerlo como padrino.
Los recuerdos de Marco, el como veía el hilo dorado de Demetri yendo a Alessia, su propio pensamiento sobre como se dió cuenta de que era padre del futuro bebé que venía en vientre de la híbrida pasó a Aro al tocar su mano. El pelinegro soltó su mano para verlos nuevamente.
- Demetri - El recién nombrado se tensó
- Si, maestro - Murmuró sintiendo sus piernas flaquear
- ¿Embarazaste a mi hija?
Amadeo se encogió en su lugar ante la intimidante, fría y demandante voz de su padre. Nessie agachó la cabeza con una mueca reacia a ver lo que estaba por suceder. El cuarteto trataba de compadecerse de su compañero e incluso Edward lo hacía.
- Padre - Habló Alessia antes que su pareja lo haga - No tiene algo de malo ¿o si? Todo vampiro quiere tener hijos, se nos dió la oportunidad
Aro suspiró viendo a su hija, tenía un buen punto, el siempre quiso dar hijos a Sulpicia, gracias a Alessia y Amadeo ella los tuvo, además de que ahora tendría otra gracias a Nessie, pero no implicaba que no les haya agarrado cariño, los amaba, eran sus maravillas, eso incluía celos de padre.
- Jane
La rubia suspiró innecesariamente, se giró a Demetri quien miró el cielo sabiendo que vendría eso. Los híbridos quisieran interferir pero sabían que sólo ocasionaria que su padre se enoje. Alessia se tuvo que morder el labio para no girarse a pedirle perdón.
Los gritos de Demetri no tardaron en llegar a la sala, Jane mentiría si dijera que le gustaba eso, años atrás lo hubiera disfrutado a gran escala, pero ahora sentía un poco de pena siendo que le agarró cariño al rastreador.
- Listo - La rubia paró al instante, Aro sonrió un poco más satisfecho sobre la situación mientras su hija lo veía de mala manera - ¿Qué? - Fingió inocencia, Sulpicia le pegó en la nuca enojada al ver lo que le hizo a su yerno, recibiendo una queja por su parte
Amadeo ayudó a su cuñado a pararse viéndolo con una mirada culposa además de disculpa, pero Demetri sólo suspiró, hace años que Jane no le hacía eso, pero antes era casi semanalmente que la rubia lo hacía. Algún día tenía que volver a sentir eso.
- Bueno - Sonrió ignorando la mirada de su esposa e hija - Evitando este pequeño incidente lo único que pido es que se casen - Alessia rodó los ojos ante eso - Y que vigilemos bien al niño a ver su es un híbrido de igual manera
- ¿Cuanto llevas? - Preguntó Marco con una pequeña sonrisa
- Unas dos semanas de embarazo híbrido - Respondió un poco de mala gana por lo que le hicieron a su pareja, al ver los ojos impotentes de la híbrida, Jane se sintió mal por primera vez al usar su don
- Bien, tenemos ¿Cuanto? - Se giró a Edward
- Un mes - Respondió al instante
- Un mes para que se casen - Aplaudió emocionado
Pero la híbrida ya estaba de mal humor así que sólo se encogió de hombros como gesto de ignorancia. Alessia se estaba por girar pero sintió algo dentro de su vientre, bajó la mirada asustada para poner su mano en la zona, podía sentir como algo se movía lo que le provocó un poco de escalofríos. Si que era raro estar embarazada.
Edward se rió un poco ante el pensamiento de su hija, cualquier mujer lloraria de felicidad o correría al padre para que ponga su mano en su vientre, pero Alessia sólo pensaba que era raro tener algo dentro creciendo.
- ¿Estas bien, Alessia? - Preguntó Athenodora
- Si - Se limitó a contestar - Debo ir a alimentarme, disculpen - Se giró pero volvió - Me llevó a Demetri - Dijo antes de que lo turturen sin su presencia
Antes de que pudieran negarse, sabiendo que Aro no había terminado, la híbrida arrastró a su pareja fuera de la sala del trono. El pelinegro bufó dramático fingiendo decepcionarse de eso, el todavía tenía más planeado para el rastreador.
- Bien, primero la boda de Alessia, luego de boda de Amadeo - indicó Caius a mala gana
- Doble boda en un mes - chilló Sulpicia con una sonrisa emocionada
- Falta la de Renéesme - Agregó Marco viendo a Alec que abrió los ojos como platos dándose cuenta del don del rey
Nessie se ruborizó un poco pero antes de darse cuenta, Sulpicia y Athenodora estaban frente a ella con sonrisas emocionadas.
- Bienvenida, tercera maravilla
Ambas la envolvieron en un abrazo que logró que el corazón de la hibrida de un salto, se sentía tan rara de recibir cariño sincero, sentía el aura maternal que emanaba Sulpicia, ambas mujeres le estaban brindando algo que Nessie siempre quiso. Amor maternal.
- ¿Estas bien? - Preguntó preocupada Athenodora
La híbrida no tenía palabras, así que un poco tímida llevó su mano a la mejilla de la platinada, que sabía de su don así que la dejó acercarse, la había visto el día de la batalla contra los Cullen.
- Sólo no estoy acostumbrada al cariño... Maternal - Respondió logrando que el corazón de Athenodora se apreté ligeramente
- Aquí tendrás de sobra - Respondió volviendo a abrazarla, esta vez el gesto fue devuelto
Edward se sintió mal por eso, se recriminaba mentalmente el no haberse dado cuenta de las manipulaciones de su antigua compañera, del no haber sido un poco más inteligente y confiado menos. Pero estaba raramente feliz de haber tomado la desición de venir a Volterra. Los Vulturi's no eran tan malos si eras de confianza.
Alessia arrastró a su pareja hasta su habitación, en todo el camino estuvo con la mandíbula apretada y su respiración irregular, sabía que padre le haría algo pero no significaba que le guste. Entró a la habitación sentando al rastreador en la cama, el tampoco habló en el camino sabiendo que su novia se enojaría aún más.
- Estoy bien, Alex - Tranquilizó pero ella sólo lo abrazó
No sabía si eran las hormonas o escucharlo gritar, pero el corazón de la híbrida se aflojó, siempre fue Amadeo el de corazón amable, ahora era Nessie siendo aún peor que Amadeo, mientras ambos se burlaban de Alessia diciendo que era una gruñona de corazón frío.
- Alex - Murmuró preocupado, tomó a su pareja para sentarla sobre su regazo, viendo como ella no quería soltarlo - Estoy bien
- Igual - Susurró negada a dejarlo
Demetri soltó una risa antes de acomodarla mejor, así ambos estar acostados, con la híbrida sobre su pecho. Inevitablemente a su cabeza se vinieron los recuerdos de las primeras veces que estuvieron así.
Demetri estaba en su habitación con la híbrida, la pequeña de una apariencia de cinco años estaba a su lado escuchando las historias que el le contaba de sus viajes rastreando.
- ¿Cómo es qué sabes identificar para dónde ir? - Preguntó un poco adormilada
- Es cómo... Una corazonada - Murmuró sin saber como explicarse
- ¿Qué es una corrozonada? - Cuestionó confusa tratando de decir la palabra, sacándole una risa al rastreador
- Corazonada - Repitió - Cómo cuando vas a comer galletas y tienes dos tipos, tú eliges la que tú cuerpo siente que le va a satisfacer en ese momento - Contestó
La híbrida se acurrucó un poco más cerca, abrazandolo como un peluche. Demetri se sorprendió un poco, no estaba aún muy acostumbrado al afecto de Alessia. La acomodó un poco tratando de ignorar aquel pequeño cálido sentimiento en su pecho.
- ¿Entonces cuando rastras y ves dos caminos diferentes es como si fueran dos galletas? Tú cuerpo va a la que siente que va a ir mejor - Susurró arrastrando sus palabras, casi cayendo dormida
- Si, Alessia, algo así - Su voz se volvió baja al ver como ella se dormía poco a poco
Podía escuchar la respiración pesada de ella, su sangre camuflable correr por sus venas, su corazón latiendo a un ritmo lento. También pudo sentir como la pequeña mano de la híbrida que agarraba su camiseta se iba aflojando. Se rió un poco ante eso, la pequeña híbrida se había dormido en sus brazos.
Cuando salió de sus vagos recuerdos, giró su mirada a su, ahora, pareja. Alessia se encontraba de igual manera que antes, durmiendo sobre su pecho, con una mano rodeando su abdomen. Sonrió inconciente.
Y pensar que ella le había vuelto la eternidad todo un lío. El vampiro siempre veía a Aro con Sulpicia, a Caius con Athenodora.
A Didyme.
La vampiresa, ex-esposa de Marco, la vampiro tenía una belleza inigualable, pero no como la de Rosalie Hale, que muchas envidiaban, cómo una belleza que emanaba paz. Más de un vampiro quedó engatusado por el amor sincero que esa vampiro regalaba. Entre ellos el rey Marco y Félix.
Didyme estaba en una complicación sobre a quien elegir, pues ambos vampiros le regalaban un amor del más puro, hasta que eligió a Marco. Félix quedó destrozado, aún más después de la muerte de la mujer. Fue Demetri quien estuvo para su mejor amigo, para consolarlo cuando la mujer de su eternidad había fallecido a manos de unos intrusos.
Era una de las razones por las que nunca se molestó en encontrar a su compañera de vida.
Mentiría si dijera que nunca le interesó saber lo que era, pero el temor de poder perderla luego le provocaba negación, aún así, después llegó la pequeña híbrida, que se coló en su vida, se metió en su muerto corazón dejando una marca que nadie podría cambiar.
Estaba seguro que si algo le sucedía a Alessia no tendría el valor para seguir. No podría sabiendo que sería una alma vagando por allí. Veía a Marco, el vampiro que sólo pudo tener luz en su vida gracias a los híbridos, pero antes de eso sólo eran décadas donde se quedaba viendo a la nada, recordando a su compañera.
El no quería eso. Le daba terror, pánico.
Que Jane use su don en el era lo mínimo, no era nada comparado con lo que sentiría si viera a Alessia en esa posición. Haría lo que fuera por su gruñona compañera, por ella y por el pequeño híbrido que viene en camino.
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