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Verdades
Demetri estaba en su habitación, acostado boca abajo sobre su cama. No podía evitar pensar en lo mucho que deseaba poder leer mentes para saber que era lo que pasaba en la cabeza de la híbrida que lo volvía loco. No podía terminar de comprenderla.
Sintió los pasos de ella por el pasillo, justamente en dirección a su habitación. El no se movió ni un centímetro, no tenía motivo para hacerlo. Pensó que tal vez ni iba a verlo a el, siempre iba a ver a Alec. Pero se equivocó.
Alessia entró a su habitación para verlo allí acostado. Camino hasta su cama donde se recostó sobre la espalda de el, de misma manera. Apoyó su mejilla sobre su espalda, mientras pensaba en como decirlo.
- Lo lamento - Se disculpó - Si hay un nosotros, Demetri. Sólo es que tenía un pequeño miedo pero en serio quiero estar contigo, quiero poder presumirte ante las vampiro envidiosas del clan - Pudo sentir su espalda vibrar con la risa del vampiro - Quiero poder levantarme en las mañanas para poder verte a mi lado. Ay por Lucifer, que cursi - Se quejó de si misma sin saber como expresarse.
El vampiro volvió a reírse al saber que a ella no se le daban para nada bien las palabras pero lo que había dicho era del todo bonito para el.
Se levantó para darle espacio al chico, el se movió para que ahora ella este sentada sobre su regazo mientras el se sentaba para poder mirarla fijamente.
- Esta bien, Alessia. Pero hay que aclarar ese "nosotros" - Pidió. - A mi me encantas, quiero estar contigo ¿Por qué no estamos juntos y ya?¿Qué es ese pequeño miedo?
Apoyo sus manos en sus muslos esperando a que le contesté esas dos simples preguntas, esperando a que le confiese que es lo que la atormentada tanto.
- Miedo a que te canses de mi
Pudo ver como en esos orbes color chocolate había un pequeño dolor tratando se ocultarse, pero la sinceridad de sus palabras le dieron justo en el pecho. Suspiro apoyando su cabeza en el hombro de la híbrida.
- Alessia - Levanto su cabeza - Nunca me cansaría de ti - La tomó suavemente de las mejillas haciendo que lo miré a los ojos - Nunca - Volvió a afirmar
- ¿Lo prometes? - Estiró su meñique como cuando era una pequeña niña pidiéndole a Sulpicia que la cuide siempre
- Lo prometo - Entrelazo sus meñiques sintiéndole con ternura.
Aún ahí adentro estaba aquella pequeña bebé que Jane le había entregado, a la cual tuvo que calmar para que deje de llorar, estaba esa bebé que no dejó que Félix se acerque a ellos.
- Bien - Asintió dándole un casto beso
- Otro - Pidió el vampiro con una sonrisa
La chica no se hizo de rogar para darle otro beso a aquel rastreador que la enamoró. A diferencia del anterior, este beso fue más duradero, un beso que luego se convirtió en dos, luego en tres.
El sentado con ella sobre su regazo, ambos enamorados en una habitación en el castillo de Volterra, aceptando los sentimientos por el otro después de años. Primero fue ella la que pedía atención mientras el la mandaba a la zona de amigos, después fue al revés, para luego terminar juntos. Las vueltas de la vida. Si es que se podía considerar que Demetri tuviera vida y Alessia tendría la mitad de una.
Ambos estaban desarrollando una obsesión por los besos del otro, por estar siempre manteniendo tacto por mínimo que fuera, estaban cursimente enamorados.
Ahora, a causa de aquellas verdades que soltó Félix, se encontraban los enamorados delante de los reyes para pedir permiso ante su relación. Cuando algún vampiro encontraba a su compañero de vida en el aquelarre, suelen pedir "La bendicion" de Aro.
- Padre - Saludaron al unísono los mellizos quienes estaban en medio de sus parejas.
- Maravillas - Se levantó del trono - Así que - Hizo una breve pausa mirando a todos en la sala - Mis pequeños niños están con dos de mis mejores integrantes de la guardia
- Si - Contestaron al unísono - Alessia está con Demetri, yo estoy con Jane
- Lo sabíamos - Contestó su padrino con una sonrisa haciéndolos confundir - Desde aquella reunión con los Nixie hace casi dos meses pude ver su unión. Rojo del puro amor - Sonrió enternecido
- Lo aceptamos - Siguió su padre - Es más, esperábamos a que esto suceda con ansias - Soltó una risa cómplice que no pudieron evitar contagiarse
Se lo habían tomado demasiado bien, más de lo que esperaban, ahora los dos vampiros eran nuera y yerno de el rey Vulturi, si antes tenían cierta preferencia, ahora eran familia, tendrían aún más.
Demetri estaba alegre ante la aceptación que había tenido Aro, incluso hasta se sorprendió pero varios cabos fueron atados, últimamente siempre quería que este con Alessia, eso demostraba que el rey Vulturi en verdad esperaba que se emparejen.
Jane se lo esperaba, Aro desde su descubrimiento, el cual consistía en cuando notaron que el pequeño era su tua cantante, siempre la ponía a su cargo, hasta que al fin consiguió lo que quería.
Tanto sus hijos como sus guardaespaldas eran importantes para el y que estén juntos le beneficiaba de bastantes modos, además de conseguir la obvia felicidad de los cuatro, conseguía tener aún más poder sobre ellos, ya que los cuatro al estar atados entre si, estaban atados a el. Estaban a su mando. También era una manera de que sus hijos no abandonen el castillo. Era una gran ventaja.
Salieron de la sala felices ante la aceptación de los reyes, ahora sólo faltaba que Alec acepte a Demetri como pareja de su mejor amiga o que acepte a Amadeo como pareja de su hermana.
- ¿Es normal que me de más miedo Alec que papá? - Preguntó el híbrido nervioso a un lado de su pareja
- Si - Contestaron las mujeres al unísono
- Que ánimos - Murmuró con sarcasmo el rastreador
Llegaron a la biblioteca donde estaba el vampiro leyendo una libreta de poemas que había escrito Alessia en su aburrimiento, levanto la vista al oler a los intrusos logrando ponerlo de mal humor, otra vez.
- No - Negó antes de que alguno diga algo
Alessia soltó un suspiro yendo a sentarse al lado de su mejor amigo, lo abrazo tratando de suavizarlo pero escuchó el gruñido de Demetri. Al vampiro rastreador no se le había olvidado aquella vez que Alec la había tomado de la cintura delante de el y Lucius.
- Dijiste que querías que fuera feliz, Demetri me hace feliz - Murmuró en su pecho. Alec gruño pero le devolvió el abrazo, fulminando con la mirada al recién nombrado.
- Si, pero eso no significa que lo acepte - Bufó con desagrado
- Se supone que somos amigos - Se indignó el rastreador
- ¿Eso a mi que? No mereces a Alex - Le echó en cara sin pudor alguno
La híbrida hizo un puchero con su labio inferior mirando al vampiro, el en verdad la cuidaba además de quererla como otra hermana menor. Que diga que no la merece sólo la pone en un trono ante el, la hace sentir especial.
- En eso estoy de acuerdo - Opinó el híbrido
- Tú tampoco mereces a mi hermana - Lo bajó de su nube logrando que la sonrisa del híbrido se borre
- En realidad si la merece, luchó por ella desde que nació básicamente - Defendió su hermana separándose del abrazo - Demetri es otro tema, pero Jane lo estuvo torturando por seis años, casi siete
- Agh, no puedo creer que diga esto - Murmuró la vampiro para si misma dándose apoyo pero todos la escucharon - Amadeo me hace... Feliz, Alec, quiero estar con el.
Todos, excepto Amadeo, abrieron sus ojos como si un espíritu hubiera aparecido ante ellos, a pesar de que le costó decirlo, logró admitir que estaba feliz con el híbrido. Lo admitió en voz alta.
El híbrido sonrió con orgullo además de ternura al haber podido escuchar como su compañera presumía entre ellos que en verdad la hacía feliz. El sentimiento "Felicidad" estaba dentro de ella gracias a el.
- ¿En serio? - Miro a su hermana con desconfianza
- En serio
Las manos de Amadeo y Jane estaban unidas, eran demasiado tiernos, en verdad se querían, por parte de el, no tenían duda alguna, pero por parte de ella les sorprendía, aún así estaban alegres por verlos juntos.
- Bien - Asintió algo raro. No sabía que sentía realmente, estaba alegre por su hermana, pero era extraño estarlo también, era algo nuevo - Tú - Señaló a Demetri quien frunció el ceño - La lastimas y te juro que te mato
Sabían que aquella amenaza no tenía una pizca de falsa, era del todo verdadera, era una promesa. El rastreador asintió
- No pensaba lastimarla - Se atajó mirando con una sonrisa a su, ahora, compañera.
- Bien, pueden irse antes de que me arrepienta - Alessia beso la mejilla de su mejor amigo, estaba feliz de que acepte a su compañero
- Gracias, te amo - Salió de la biblioteca dejando a un atontado Alec ¿Lo amaba? Sabía que se refería a significado de amistad pero ¿Tanto lo quería? Sonrió enternecido volviendo a la libreta
- Gané
Alessia miró con superioridad al vampiro que tardó en procesar aquella informacion. Después de tantas partidas, por primera vez, la híbrida le ganó a Demetri. Levantó la mirada viendo a la hermosa chica para sonreir con orgullo además de sorpresa.
- Ganaste - Reafirmó - ¿Otra?
Asintió feliz por haber ganado, pero a diferencia de su partida anterior, esta la estaba perdiendo. Frunció el ceño rendida para levantar la mirada así ver al chico.
- No quiero jugar más
Antes de que pudiera decir algo, la chica tiró el tablero a un lado para gatear hasta subirse sobre el regazo del vampiro y besarlo intensamente.
Estaban en la habitación del vampiro, esa semana después de haber echo oficial lo suyo, estuvieron pasando bastante tiempo juntos, jugaban ajedrez casi todo el tiempo, ahora que la híbrida había mejorado, las partidas se volvían más interesantes. Demetri la acompañaba en su desayuno o en la cena, le hacía compañía cuando pintaba o cuando simplemente estaba acostada en el césped del jardín.
Demetri llevó sus manos a los muslos desnudos de la chica para recorrerlos suavemente hasta llegar a sus caderas. Eran las doce de la noche mientras ambos estaban en la cama de el, jugando hasta hace dos minutos al ajedrez.
Alessia jugaba con su cabello, bajó sus manos por su pecho para llegar a los botones de la camisa negra que tan bien le quedaba. Desabrochó los botones, uno por uno, disfrutando del sabor de aquel vampiro.
- Demetri - Suspiro al sentir los fríos labios del vampiro recorrer su cuello. Gruñó como todo un animal al escuchar a su compañera pronunciar su nombre de aquella manera.
Sacó la camisa del vampiro dejándo su abdomen desnudo ante ella, su piel pálida la volvía loca mientras el subía sus manos por debajo de su remera hasta quitarla, dejándola en brasier para el. Ambos ojos cambiaron, los de el se volvieron negros azabache mientras los de ella unos rojos carmesí.
Besó los labios con pasión del vampiro antes de que el baje sus besos desde su mandíbula hasta sus pechos. Así recorriendo cada parte de ella. Los cambió de posición quedando ella acostada debajo de el para darle espacio así poder recorrer todo su abdomen con besos, así poder ver cada rincón del cuerpo de esa bella mujer.
La piel fría de el contra la suya, que cada vez subía más de temperatura, rozaban tratando de obtener más del otro. A pesar de tener distintas temperaturas sentían que estaban en el mismo fuego.
El se alejó algo inseguro logrando que ella haga un puchero - ¿Sucede algo?
- ¿Estas segura? - A pesar de ambos haber cambiado el color de sus ojos o estar cegados por la lujuria, no quería hacer algo que a ella no le guste o no quiera
Sonrió con ternura ante su preocupación para después volver a besarlo, Alec se equivocaba, el si la merecía, se merecía todo de ella.
- Si - Los volteó quedando ella arriba - Pero yo mando, cariño. Eso tenlo seguro.
Era ella quien tenía el mando de aquella noche, aquella misma noche que parecerá no acabar más, porque con un sólo round no quedarán satisfechos.
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